Beverly Hills, 7 de octubre, 2017.
El cielo esta despegado y la temperatura lo suficientemente agradables para estar en otoño. El día perfecto para celebrar el cumpleaños de Beth O'Connor. Que mejor manera de festejar dando una pequeña fiesta para convivir con sus más allegados y claro, todo esto en su nueva villa en Beverly Hills. Un pequeño auto regalo para conmemorar sus 60 años.
Desde primera hora de la mañana un pequeño ejercito de personas se han encargado de transformar el jardín en un lugar adecuado para una recepción.
El césped fue podado, los árboles y arbustos recortados. Las dos fuentes fueron decoradas con adornos otoñales, al igual que las puertas y ventanas. Una carpa blanca fue colgada de los troncos de cuatro cerezos, debajo de esta una gran mesa rectangular, adornada con bellas prímulas moradas, loza de porcelana blanca y un gran mantel de color mostaza.
Y quince minutos antes del medio día los invitados comenzaron a llegar. El desfile de autos comenzó, uno tras otro pasaba por el portón de hierro forjado. El jardín se fue llenando con invitados, los camareros pasaban entre las personas con charolas llenas de aperitivos, para esperar a que el almuerzo sea servido y la festejada haga su gran entrada.
- ¡Dios mio! Vean en que estado vienen - apartados del resto de los invitados, Catherine O'Connor regañaba a sus dos hijos. Elliot y Steve O'Connor habían hecho su gran entrada hace tan solo dos minutos junto con el resto de sus primos... Bueno al menos la mayoría - ¿Por qué me hacen esto? Si ya sabían que ya tenían este compromiso con su tía.
Catherine arreglaba el cuello de las camisas de sus hijos, un intento para que se vean lo más presentables posibles. Pero aunque consiguió arreglar los atuendos de sus hijos, no podía hacer nada para desaparecer la palidez de Steve y las ojeras de Elliot.
- No te preocupes, Ma. ¿Dónde esta mi tía? - dice Elliot pasando un mano por su cabello, desacomodando lo que su mamá había arreglado hace tan solo un minuto - Solo la quiero felicitar y e irme para la casa.
-¡No señor! Tu ya te divertiste y ahora te toca pasar tiempo con tu familia -
- Ma, realmente no me siento bien y no quiero estar aquí -
La historia no era diferente para Marion Baker así como Madison y Brooke O'Connor, que eran atacadas por bombas de sermones provenientes de sus respectivos padres.
William y Lauren O'Connor miraban el espectáculo alejados, desde un rincón del jardín, eran los únicos que se salvaban de las reprimendas. Los padres de William atendían asuntos de negocios en la otra costa del país, mientras que el padre de Lauren hacía muchos años que ya no era solicitado en los eventos familiares.
- ¡Ustedes dos! - Rose Mary Carrington se acercaba a paso furioso a su sobrinos mientras los apuntaba con un dedo - ¿Dónde esta mi hijo? ¡No mientas, se que ustedes saben!
- ¿Qué? - William responde confundido ante las palabras de su tía - ¿Nicholas no ha llegado? - En los pocos minutos que lleva ahí había pasado por alto el hecho de que no ha visto a su primo, examina rápidamente el lugar para estar seguro y en efecto no hay rastro de su primo - Pero si él salió mucho antes que nosotros ¿Ya le llamaste?
- Si, y Ashley también,nos manda a buzón.
- Pues Nicholas me dijo que iba a llevar a su novia a su casa o algo así, la verdad no recuerdo mucho bien lo que me dijo antes de irse - William trata de recordar bien lo que le dijo su primo en la mañana
- ¡Ay, tía! Si esta con la tonta de Grace hasta crees que te va a responder ¿Tu que crees que están hac... ¡Auch! - Lauren chilla en cuanto su tía le da un golpe en el brazo - ¡¿Por qué fue eso?!
- Cuida como te refieres a Grace - la reprende - Grace es la novia de tu primo y se supone que los dos ya deben de haber llegado.
- ¡¿La va a traer?! Pero... - es interrumpida por un codazo de William.
- La verdad yo no sabía que iban a venir juntos, eso es todo lo que me dijo hace rato - alza los hombros - Pero si quieres le marco, tal vez a mi si me responde.
- Te lo agradecería mucho, hijo. Y Lauren ¡Ve a peinarte! ¡Ve como traes el cabello! - dice antes de dejarlos solos una vez más
William saca su teléfono del bolsillo de su pantalón y marca el número de su primo, pero como era de esperarse la llamada es desviada y enviada al buzón de voz.
- Lo intente - vuelve a guardar el teléfono - Vamos, quiero saludar a mis tíos.
Cuando el reloj anuncia el medio día, el personal hace pasar a los invitados a la mesa, el almuerzo esta a punto de ser servido. Cada persona se coloca enfrente de la tarjeta con su nombre.
- ¡Bienvenidos! - Beth O'Connor hace su entrada por la entrada trasera de su casa. Luce radiante, elegante vestido marrón satinado con encaje en los brazos y hombros, un lazo del mismo color en su cuello. Cabello y maquillaje perfectamente hechos, pero lo que más destaca es su sonrisa, algo raro, en comparación con el gesto serio que la caracteriza - Antes que nada quiero agradecer a cada uno de ustedes su compañía este día tan importante para mi.
Un joven camarero le acerca su silla, justo a la cabecera de la mesa, donde todos pueden contemplarla.
- Bueno, es hora de comenzar - hace un ademan con la mano, dando la orden para que se comience a servir.
Una docena de camareros llega con charolas de todos los tamaños y comenzaron a servir la comida.
- Madison, querida - gira la cabeza a su sobrina, sentada a seis asientos de distancia - Feliz Cumpleaños a ti también.
- Muchas gracias, tía. Me alegra que lo recordaras -
- ¡Pero niña! ¡Mira que cara tienes! -
- Bueno, sigue siendo la misma con la que nací - responde sarcásticamente, ganándose una patada de su madre por debajo de la mesa.
- ¡Dios! ¿Qué les paso a todos ustedes? - luce sorprendida al percatarse del aspecto de sus sobrinos. Madison, Lauren y Marion tenían un aspecto nauseabundo, como si en cualquier momento fueran a vomitar lo de una semana. Steve con gafas oscuras, Elliot y William estaban a medio arreglar, Brooke... Bueno ella solo parece necesitar un día entero para dormir.
- Pues estos niños tuvieron más diversión de la que merecían - responde Catherine, nerviosa ante la reacción de su cuñada, a lo que ella solo responde con un ademan para que guarde silencio.
- Rose Mary ¿Dónde esta tu hijo? - pregunta al notar los asientos vacíos a lado de su hermana.
- Em... Ya no tarda, tuvo un pequeño inconveniente ¡Pero ya no tarda! - dice mientras un camarero sirve un poco de estofado en su plato.
Su respuesta no convence a su hermana, quien frunce los labios molesta. Esta estupefacta ante la irresponsabilidad de sus sobrinos, pero no va a dejar que esto le arruine su día especial.
- Lo siento mucho, Beth. Pero últimamente es casi imposible controlar a ese muchacho - interviene Andrew Carrington
- ¿Cómo van las cosas en las Vegas, Ashley? - cambia el tema desviando su atención a su sobrina mayor.
- De hecho, todo va muy bien con el trabajo y general. Pero tengo noticias para ustedes - dice con entusiasmo - Pero preferiría que mi hermano este aquí.
Todas las mujeres en la mesa voltearon a verse de manera cómplice, a partir de ese momento para Rose Mary Carrington le fue casi imposible contener su emoción ¿Acaso esto es un sueño? Todas sus plegarias al fin fueron escuchadas. Definitivamente tendría que remodelar las habitaciones de sus hijos y convertirlas en una sala de juegos y su propio espacio para cada vez que la visiten.
El almuerzo prosiguió, el segundo tiempo fue servido. Todos platicaban entre sí, compartiendo los últimos acontecimientos en su vida.
- ¡CARAJO, GRACE! ¡NO TE ESTOY GRITANDO! - lo que definitivamente fue un grito, hace que el bullicio se detenga. Todos los pares de ojos se posan en la joven pareja.
Nicholas
- ¿Por qué no me quieres decir lo que hablaste con mi papá? - Grace cruza los brazos, y hace un puchero.
Llevamos hablando del tema desde que salimos de su casa, hace casi 20 minutos. He tratado de disuadirla, pero ella no cede. La verdad no es algo de lo que quiera hablar en este momento, siento como si me hubieran lanzado un serie de golpes que no se ni de donde vino.
En la mañana, al llegar a su casa fuimos recibidos con la maravillosa sorpresa del retorno de su padre. Lo que condujo a una reunión con él, durante más de hora y media encerrados en su oficina. Doy gracias al cielo de haber salido vivo.
- Por que se que te vas a disgustar, así que mejor lo dejamos para después - le digo. Reviso una vez más la dirección y confirmo que sea aquí, toco el botón del intercomunicador que hay a la entrada, me piden mi nombre. En cuanto confirman con la lista de invitados el portón se abre.
Conduzco siguiendo el sendero de piedra que nos lleva hasta un montón de autos estacionados. Puede que esta nueva casa no sea tan grande como la de Santa Monica, pero el estacionamiento si que lo es, reconozco los carros de mis primos y la camioneta de mi padre. Veo la hora en el reloj de mi muñeca izquierda, estamos muy retrasados. Mi tía me va a matar, ojala que con la noticia de su primer sobrino nieto, se le ablande un poco el corazón.
Un señor de mediana edad, toca mi ventanilla.
- Joven, le recibo el auto - asiento y abro mi puerta, salgo del auto dispuesto a ayudar a salir a Grace, pero otro vallet parking mucho más joven el primero se adelanta y le tiende su mano. En cuando esta fuera del auto, tomo su mano y entrelazo nuestros dedos.
Una mujer se presenta frente a nosotros, nos indica el camino. Al parecer hay que rodear la casa, siguiendo el camino de piedra, pasando la alberca y otros diez metros, habremos llegado.
Si, esta nueva casa es más pequeña que la antigua casa de mi tía, pero el terreno es mucho más amplio
- Ya todos están aquí - digo.
- Al menos me puedes dar un indicio de que fue lo que te dijo -
- Tu y el bebé, eso fue de todo lo que hablamos - respondo, pero eso no la deja conforme.
- Algo más concreto, no tan general -
- ¡Pero de que más hablaríamos! Es obvio que tú y el bebé son nuestros únicos temas en común - exclamo, un poco más molesto por su insistencia.
- Pero se que hay más. Y no me gusta que me ocultes cosas - chilla.
- No te estoy ocultando nada, solo te estoy diciendo que no quiero hablar de eso en este momento - le explico - ¡Y la única que ha estado ocultando cosas eres tu! -
- ¡Tampoco es para que me alces la voz!
- ¡No te estoy alzando la voz! -
- ¡Ahora me estas gritando, Nicholas! - ella también sube el volumen de su voz, un poco más alto de lo normal pero conteniendo las ganas de gritarme.
- ¡CARAJO, GRACE! ¡NO TE ESTOY GRITANDO! - suelto su mano bruscamente. Bueno eso, no salio como esperaba, sus ojos comienzan a ponerse cristalinos - Lo siento, yo... Es el estrés, no fue mi intención...
Trato de tomar su mano nuevamente, pero ella me esquiva. Limpia sus ojos con la manga de su suéter y pone su mejor sonrisa.
- Nicholas ¿Qué es lo que esta pasando aquí? - escucho la voz de mi madre detrás de mi.
Hasta ese momento soy consciente de las decenas de ojos sobre nosotros. Que buen espectáculo les estamos dando a mi familia y a algunos allegados.
- Nada, mamá. Problemas nuestros -
- Como que nada, Nicholas. Veo como tienes a la pobre de Grace - mi madre se acerca a ella y la envuelve en un abrazo y besa ambas mejillas de Grace- Me alegra verte, linda. Perdona el comportamiento de este bruto que tengo por hijo.
- Señora Carrington, lo mismo digo. ¿Cómo esta? -
- Muy bien. Pero vamos, todos los estamos esperando - mi mamá cruza su brazo con el de Grace y comienzan a caminar, dejándome atrás.
"Siento mucho la demora, pero mi papá llego de Denver sin avisar y entretuvo a Nicholas" escucho que Grace le comenta a mi madre.
Mientras mi mamá presenta a Grace como su nuera para las personas que aún no la conocen - los amigos de mi tía y algunos socios - yo me acerco a mi tía para pedirle perdón por nuestra tardanza.
- Tía querida, lo siento tanto pero se nos presento un inconveniente - me pongo en cuclillas a lado de la silla de mi tía.
- Creí que me ibas a dejar plantada, Nicholas - me dice, se que esta resentida, así es ella.
- Yo nunca haría algo así, si eres mi tía favorita - murmuro - Pero no se lo digas a mis otras tías - Ya que al parecer todas las mujeres de esta familia son muy rencorosas y celosas.
Me levanto, para besar su rostro en repetidas ocasiones, pidiendo disculpas entre beso y beso. Método que he ocupado desde que era un niño pequeño.
- Ya basta, Nicholas - me aparta con una mano - Hueles a cantina barata.
- Voy a parar solo si me perdonas -
- Ya, ya - le logro sacar una sonrisa - Te perdono, pero ve a tu lugar.
Sonrió complacido por mi logro y tomo mi lugar. En medio de mi padre y Elliot. Mi madre se ha apropiado de Grace, sentandola a lado de ella y mi hermana, donde todas mis tías la interrogan con preguntas.
Dejo de prestar a su conversación cuando mi almuerzo es servido y la charla con mis tíos me atrapa. Preguntan lo mismo de siempre: Universidad, vida en San Francisco, amigos, salud y ahora, por supuesto acerca de mi Relación con Grace.
- Escuchame muy bien, Nicholas. Esa niña vale más que diez de ti, es como una de mis hijas - mi tío Nicholas comienza un sermón - Así que si le haces daño, te voy a desconocer y te voy a usar como saco de boxeo.
- Tío no digas esas cosas, si Grace fuera tu hija sería muy desagradable - le digo con gracia, mi tío puede ser un hombre muy intimidante, pero si lo conoces no puedes pensar de él así, el solo tiene la pinta de un tipo rudo.
- Hablo enserio, te saco de mi árbol familiar -
- ¿Así tratas a los novios de tus hijas, cuñado? - tía Catherine interviene, creo que pensó lo mismo que yo.
- ¡Oh tía! A mi hermana no le duran tanto los novios como para presentarle un novio a papá - se burla Brooke sacando una carcajada de todos nosotros.
- Lo dice la que nunca ha tenido uno -
- Y nunca lo tendrá - interviene Elliot -
- Si, Brooke. No lo hagas, a tu edad solo son una perdida de tiempo - le dice mi hermana.
- A cualquier edad - todos volteamos a ver a Grace, que luce sorprendida de su propio comentario - ¡Ups!
- ¡Ey! Eso me ofendió - ella solo alza los hombro.
- Ahora que ya terminamos de comer, será mejor trasladarnos a los sillones para tomar algo y estar más cómodos - mi tía nos invita a pasar a un rincón del jardín.
Es el momento en que muchos de sus amigos y conocidos comienzan a retirarse, agradeciéndole su hospitalidad y dando sus mejores deseos. Al final prácticamente solo quedamos los miembros de la familia y un par de las amigas más cercanas de mi tía.
Aprovecho el cambio de lugar para arrebatar a Grace de las garras de mi madre, paso mi mano por sus hombros. Elegimos un sofá de tres piezas para sentarnos.
- Creo que ya deberíamos de decirles - susurra cerca de mi oído.
- Lo sé, pero estoy esperando el momento indicado -
- ¿Y cuándo va a ser eso? -
- Cuando todos estén lo suficientemente felices y distraídos, soltamos la bomba y salimos corriendo. Si no tenemos noticias de ello para mañana, posiblemente les haya dado un infarto -
- Hablo en serio -
- Yo igual... Me siento aún más nervioso que con tus padres -
Toda la semana he pensado en como le voy a decir a mi familia, he repasado todos los escenarios posibles, todos terminan en caos y lágrimas. Trate de ser positivo, pero no creo que todos hagan una gran celebración, menos Lauren y Marion, el solo pensar en lo pesadas que se pondrán me dan ganas de huir.
Pero al final me inclino por la opción realista y no se a donde nos lleve eso.
- Ve el lado feliz - me dice con una sonrisa burlona - Aquí no esta mi papá para tratar de matarte de nuevo.
- Aquí también tienes tus admiradores, eres más popular que yo -
- Lo sé, tu tía Catherine me expreso lo feliz que estaba de que al fin perteneciera a la familia -
- ¡Ya déjala descansar, Nicholas! Pareces garrapata encima de ella, ni que la fueran a robar - nuestra conversación es interrumpida por un sonriente Steve, con un vaso en la mano, que seguramente es algún remedio para ayudar con su resaca.
- Ashley - habla mi tía Beth - ¿Cuál es la gran noticia? -
Noto como todas las mujeres presentes se ponen rectas en sus asientos, como si se estuvieran alistando para lanzarse sobre ella en cualquier momento. Pero Grace y yo nos acomodamos en el sillón, rodeo sus hombros con mi brazo y ella recarga la cabeza en mi hombro.
- Vale, esta bien. Bueno, no es la gran cosa, pero igual es una noticia - se levanta de su silla - Solo les quería decir que conseguí una plaza en Southern California Hospital at Hollywood. Ya saben mejor puesto, aumento de salario, no esta en las Vegas - enumera con los dedos de la mano - ¡Así que me mudo en enero!
- ¿Cómo que no es la gran cosa? Eso es genial, hija ¡Felicidades! Te lo mereces, se lo mucho que has trabajado - mi padre la estrecha entre sus brazos y le da unas cuantas palmadas en la espalda en señal de aprobación.
Al igual que todos, Grace y yo felicitamos a mi hermana, solo que sin movernos de nuestro lugar. Claro, menos...
- Mamá... Hola ¿Algo que decir? - mi mamá esta sentada, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
- ¡Qué clases de noticias aguadas son esas, Ashley! - exclama sorprendiendo a todos. Esto es muy incomodo, pero la cara de mi madre lo hace divertido -
- ¿Qué no te alegra que me promovieran? ¿Qué es lo que querías? - dice molesta.
- ¡No lo sé! ¡Un nieto sería buena opción! - Mi mamá es increíble, siempre se supera con un nuevo nivel de locura.
- ¡Pero si el descuidado de Nicholas ya te va a dar uno! - grita, para luego cubrir su boca con ambas manos, notando el gran error que acaba de cometer.
Se hizo un silencio bastante incomodo, todas las miradas estaban sobre nosotros. Las cara de sorpresa abundaban, hasta Madison y Brooke hicieron su mejor imitación.
Me levanto y tomo la mano de Grace para ayudarla a ponerse de pie, me paro detrás de ella con una mano en su vientre.
- Bueno... - Hablo después de los minutos más largos de mi vida - Así no es como había planeado esto, gracias hermana. Pero pues si, Grace y yo vamos a tener un bebé.
Bocas se abren y cierran, pero las palabras simplemente no salen.
- No queremos sermones, ni nada por el estilo ya recibimos muchos de esos. Siendo honestos, no estaba en nuestros planes, pero sucedió y realmente deseamos a este bebé. Estamos haciendo lo mejor que podemos para él o ella, hasta ahora no ha sido nada fácil y sabemos que esa situación no mejora pronto. Estamos aterrados y lo único que queremos, es su apoyo; si no tienen nada bueno que decir, mejor no lo hagan - concluyo con mi pequeño discurso. Escucho los pequeños sollozos de Grace.
- Grace, sabes que yo siempre estaré ahí para ahí - Madison se acerca a ella y la abraza - Ya no llores, todo va a estar bien.
- Madison, nadie te cree. Todos sabemos que estabas enterada - William es el siguiente en hablar - Yo solo tenía una ligera sospecha, pero al final es lo mismo, cuentan conmigo.
Uno a uno - casi todos - expresaban su apoyo a su manera y lo único que lograban era que las lagrimas de Grace corrieran como un manantial y si nadie la detiene puede que nos ahoguemos.
- Gracie, cariño - mi tía Violett, con lágrima en los ojos, es ahora la que la abraza - Pequeña mía, esto es tan inesperado, pero calma, todos estamos aquí no tienes por que llorar.
- Ustedes están diciendo todo lo que necesitaba escuchar... y las hormonas me tienen loca, que últimamente todo me hace llorar -
Después de un par de minutos en los que todos nos tranquilizamos, comienzan con el interrogatorio. ¿Cuantas semanas? ¿Cuando nace? ¿Desde cuando sabemos? ¿Fotos? ¿Ya saben que es? Todas las preguntas relacionadas con el bebé.
- ¿Han pensado en nombres? - dice mi tía Catherine, sobando el vientre de Grace. Es algo que todas mis tías llevan haciendo durante todo este tiempo.
- De hecho, si. Ya elegimos cual va a ser su nombre - digo con una sonrisa - Pero no les vamos a decir.
- Déjame adivinar, si es niño se va a llamar como tú - dice Steve rodando los ojos.
- Bueno, si y no. Grace solo me dejo elegir uno de mis nombres -
- Eres bastante predecible -
- Veo que ya tienen todo resuelto - dice mi tía Beth, que para mi sorpresa es una de las más calmadas. Hasta el momento no me ha desheredado - Pero aún les falta una cosa -
- ¿Que cosa tía? - pregunto.
- La fecha de la boda -
- Hermana, ya son otros tiempos, ya los jóvenes no se... - el tío Nick habla en nuestra defensa.
- Tío, aguarda un momento - Tomo la mano izquierda de Grace y la alzo para mostrarle a mi tía los dos anillos que reposan en su dedo anular - Eso no va a ser necesario, tía. Nos casamos la semana pasada en San Francisco.
- ¿¡QUÉ HICIERON QUE COSA?! - grita mi mamá, antes de caer desmayada en los brazos de mi padre.
PERDONEN LA TARDANZA SOY LENTA Y FLOJA
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MUERO DE SUEÑO, BYE.
S.