No me acuerdo:
—Natasha te lo juro, no hice nada anoche —dije desesperada.
—¿No lo hiciste? ¿O no te acuerdas? —gruñó.
Bajé la mirada algo cohibida.
—No me acuerdo... Pero te juro que eras la única, por favor —volví a repetir.
La noche anterior... Baile, tragos, llegar tarde, mi novia gritándome... Sé que estuve mal, pero ella también hace de las suyas con Wanda, y eso me pone celosa. Debo admitirlo.
—Nat, basta, te amo... Por favor —supliqué, ya cansada.
Me revoleó mi celular más enojada aún, gritó que después terminaríamos de hablar al irse.
Negué con una mano en mi cabeza, la cual dolía como el infierno, necesitaba dormir.
—Tan solo dímelo, ya no me mientas —dijo al volver.
había revisado mi teléfono, había fotos mías con otra mujer... Pero no lo recuerdo, eso no pudo haber pasado, no pasó.
—¿Quieres que te dije que te puse los cuernos? Natasha, ¿Eso te haría feliz? —murmuré triste.
Asintió con una lágrima cayendo... Nunca la había visto llorar y esto me rompía el alma.
—Las fotos son la prueba... Pero no significó nada para mi, Nat, estaba borracha.
Tomé sus manos y besé sus labios.
—Te amo, bebé —susurré.
—Sabes que no me gustan los apodos cursis, Lidia —rio levemente.
Sonreí también y volví a besarla.
—Lo siento —repetí.
Asintió para abrazarme fuertemente y yo a ella.
Nunca más volvería a emborracharme.