La Primera Ruptura

By Julie18_08

11.6K 1.2K 173

Lo único que Derek deseaba en la vida era equilibrio y tranquilidad, pero con lo exigente que era consigo mis... More

0. Un discurso inolvidable
1. Una residencia casi vacía
2. La ironía de la ventana
3. Era un buen tipo
4. Algunos favores
5. Ventajas y desventajas de una amistad
6. La chica de la fiesta
7. Lo que la gente piensa
8. La inexistencia del amor
9. Respira
10. No está bajo control
11. Patrones
12. Amigos y sus amantes
13. Algo de malhumor
14. Compañeros en la tragedia
15. Malentendidos
16. Terapia: la profesional y la amateur
17. Dos ventanas
18. Un momento
19. Viaje
20. Relaciones fracturadas
21. Cuestionamientos
22. Sigue corriendo
23. Coincidencia
24. Ser cuidadoso
25. Buenos términos
26. La posible existencia del amor
27. Relaciones platónicas
28. ¿Qué?
29. Bajo la lluvia
30. Acuerdos
31. Casi
32. Un poco de caos
33. El glamour de la mañana
34. Un límite difuso
36. Cambié, ¿tu cambiaste?
37. Un juego perdido
38. Una noche sin sueño
39. Una prueba
40. Se acerca
41. Como lo concretamos
42. Los últimos días
43. Casa
44. Algunas cosas inevitables
45. Más que un hotel
46. En lo público
47. Ir con lentitud
48. Un joven con reservas
49. Perturbaciones
50. Unas últimas palabras

35. Hablando del drama

169 18 3
By Julie18_08


No sé por qué me sorprendí tanto cuando Alice se apareció en la residencia un viernes por la tarde. Apenas abrí la puerta ella me sonrió con toda la naturalidad del mundo y me acarició la mejilla antes de estirarse a dejar un corto beso en mi boca. 

-No tienes idea de lo terrible que ha sido esta semana.- comenzó a hablar mientras entraba.-Pero lo peor pasó ayer, se rompió una cañería en el baño de mi habitación y todo el piso se inundó como con tres centímetro de agua, ¡fue todo un desastre!- se lamentó.

La seguí hacia el interior sin detenerme a pensar si la familiaridad de la situación me ponía contento o si simplemente estaba jugando conmigo. Ella continuó con el relato, deteniéndose sólo una vez en la mitad de las escaleras para preguntarme cuál era mi habitación. Siguió su camino y al entrar a mi cuarto se quitó los zapatos y se lanzó de lleno sobre la cama.

-¿Por qué no me llamaste?- pregunté, tratando de mantener el ánimo despreocupado de la conversación.

-No quería molestarte con eso.- dijo.-Además, Holly y yo somos bastante buenas en situaciones límite, ella se encargó de salvar las cosas del dormitorio mientras yo buscaba un conserje que nos ayudara a detener el desastre.- rió.

-¿No perdieron nada importante?-

-Nada.- negó.-Pero desalojaron nuestro piso hasta que se resuelva el problema y dejen todo limpio; Holly me llevó a la casa de su novio para pasar la noche. Era un lugar lindo, sus padres viven un poco lejos de la universidad pero hay una línea de metro que pasa cerca, así que eso es bueno.- comentó.

No es que fuera adivino, sino que más bien fueron los años en los que me dediqué a estudiar a fondo a Alice los que me permitieron concluir a qué venía. Incluso ella sabía que no necesitaba decirlo en voz alta, porque se quedó mirándome expectante.

-No puedes quedarte aquí.- le dije.-La casera no nos deja traer chicas.- expliqué.

-Es una lástima.- suspiró.-Nos habríamos divertido, tengo tres películas en mi lista de pendientes y creo que te gustarán.- me dijo levantándose de la cama y yendo hacia mi emocionada ante la idea.-Acompáñame a buscar un hotel, puedes quedarte conmigo y vemos una.- dijo como si fuera la mejor idea del siglo.

Los antiguos hábitos eran difíciles de controlar, por lo que casi por inercia la atraje en un abrazo y le besé la cabeza. Tenerla entre mis brazos otra vez me hacía olvidar mis dudas, tanto así que volvía a aparecer esa voz que me incitaba a dejar de lado la ruptura y sus consecuencias. Una voz que me decía que dejara de cuestionarme a cada segundo si estar con ella otra vez era bueno. 

-Tenemos un hotel en la ciudad, te llevaré.- le dije.

-¿Cuántos hoteles tiene tu madre?- preguntó frunciendo el ceño.

-¿Aquí? docientos veintiséis.- recordé.

-Que conveniente.- rió.

-Entonces, ¿quieres que antes pasemos por tus cosas?- le pregunté mientras sacaba una chaqueta de mi armario y buscaba las llaves de la camioneta.

-Sí, supongo que con una maleta pequeña bastará.- pensó en voz alta.

Salimos de mi habitación en dirección a la entrada de la residencia discutiendo temas de logística, como cuántos días necesitaría el alojamiento, si necesitaba que la recogiera para llevarla a clases o si prefería el transporte público. Era una conversación tan normal y corriente que me sorprendía un poco pensar en ella como si no lo fuera; casi como si hablar con Alice con ese nivel de familiaridad no pudiera ser posible. Creo que me costaba la idea de que las cosas volvieran a la normalidad.

Alice me rodeó los hombros con sus brazos y me besó cuando estábamos camino a mi camioneta. Fue un beso cálido y corto que me dejó una buena sensación, algo similar a tranquilidad. Esto era lo que extrañaba, simplemente pasar tiempo con ella haciendo cualquier cosa. Pero aún así me sentía fuera de lugar, sin mencionar que también me preguntaba cómo sería tener algo similar con alguien más.

-Que sorpresa.- escuché a mis espaldas.

Sentí un escalofrío recorrerme la columna al reconocer la voz de Dana. No recordaba haberla invitado a pasar la tarde conmigo, pero recordé al instante que ella no necesitaba invitación. Casi podía escucharla regañándome por no haberle hablado de Alice y yo, y cuando me di la vuelta para enfrentarla vi que un aura desafiante e incluso agresiva la envolvía.

-No sabia que vendrías.- le dije lo más casual que pude.

-Me lo imagino.-

-Voy saliendo...- apunté a la camioneta.-Pero estoy seguro de que Ben está en su habitación, así que... nos vemos.- me despedí.

-Que te vaya bien.- dijo.-Estaré aquí cuando llegues, necesito hablarte de algunas cosas.- anunció despreocupada.

-Adiós, Dana.- se despidió Alice sonriendo.

No me detuve a ver cómo terminaba eso y simplemente me metí dentro de la camioneta, la encendí y me alejé de ahí sin mirar atrás luego de que Alice se subiera. Agradecí el silencio que se mantuvo dentro de la cabina los primeros diez minutos, no quería tener que responder preguntas incomodas de ninguna de las dos. Lamentablemente Alice tampoco era de las personas que escondían sus suposiciones y no pasó mucho más rato antes de que decidiera indagar más a fondo.

-¿Qué fue eso?- preguntó.-No se veía muy feliz.-

-No te preocupes.- dije tratando de sonar despreocupado.

-¡No me digas!- me golpeó en el hombro con fuerza.-¿Ella es la que te gusta?- me preguntó.-No me lo creo, o sea, sí... es linda y son amigos hace tiempo, pero no creí que fuera tu tipo... esto es malo.- resolvió abriendo mucho los ojos y mirándome más alarmada que celosa.

-No es Dana.- negué frunciendo el ceño.-Las cosas no son así entre nosotros, somos amigos.- recalqué.

-No te creo.-

-¡¿No me crees?!- casi suelto el manubrio.

La miré como si estuviera loca y ella me miró como si yo estuviera loco. El problema era que Alice no conocía mucho a Dana, pues tan solo se habían visto unas cuantas veces y habían charlado superficialmente; porque si la conociera estaba seguro de que la estúpida idea de que ella y yo pudiéramos tener algo ni se le habría cruzado por la cabeza.

-Oh.- dijo al cabo de un rato.-Ahora sí te creo.-

-¿Por qué?- le pregunté agitado, estaba listo para comenzar a discutir.

-Considerando que el otro día querías que supiera de "esta persona" no habrías perdido el tiempo tratando de ocultármelo ahora, si fuera Dana me lo habrías dicho.- concluyó.

-Genial.- reí poniendo mis ojos en el camino una vez más.

-Entonces... ¿por qué la hostilidad?- quiso saber.

-Eh...- me aclaré la garganta y mordí mi labio.-No le caes bien.- dije sin más.

-Oh.- murmuró y guardó silencio.

De reojo noté que miraba por su ventana y la abría un poco, dejando que el aire frío de la tarde se filtrara al interior. Por suerte la temperatura había estado subiendo los últimos días en un claro indicador de que el invierno al fin se iba, lo que me emocionaba considerando que los días de lluvia no me habían traído muy buena suerte.

-¿Y por qué?- preguntó mirándome.

-¿No es obvio?-

-La separación.- dijo cruzándose de brazos.-¿Acaso te quejaste mucho de mi?-

Reí ante aquella pregunta y decidí no hacer la situación tensa, pues era obvio que ese era un camino de lo más traicionero, así que me lo tomé lo más ligeramente que pude.

-Sabes que sí.- dije casualmente.-Estaba enojado y dolido, todo era terrible y obviamente tu también lo eras.-

-¿Yo?- preguntó llevándose una mano al pecho.-¡Pero si fui sincera!- exclamó.

-Eso no le quita lo cruel.- apunté.-Discúlpame, pero el "necesito encontrar mi identidad" es una de las peores líneas que puedes usar para dejar a alguien.-

-¿Y qué se supone que hiciera?- preguntó.-¿Que inventara que me había enamorado de otro tipo? ¿Qué me iba a casar con un príncipe asiático? ¿Que me internaría en un convento porque escuché el llamado?-

-Me gusta esa última opción.- sonreí mirándola brevemente.

En el segundo que vi su expresión de indignación sentí que se me agitaba la respiración y que si no despegaba mis ojos de ella íbamos a chocar con el alumbrado de la luz. Miré el camino y ella se inclinó hacia adelante para mantenerse en mi campo visual.

-Bueno, siento mucho que mis razones no fueran lo suficientemente buenas para ti.- dijo.

-No habrían sido buenas para nadie, tienes que entender eso.-

-¿Quieres que discutamos?- preguntó con la voz desafiante.

-Ya estamos discutiendo.- afirmé.

Aproveché que nos encontrábamos detenidos en una intersección para observarla alzando una ceja. De pronto los dos nos mirábamos con seriedad y con un claro reto de por medio, como si estuviéramos decidiendo si la intensidad de esa corta discusión debía subir o no. La expresión de Alice me decía que estaba aguantando las ganas de gritarme lo inmaduro que fui y, porque hay algo mal conmigo, esperé impaciente que lo hiciera.

No sabía qué mierda me estaba pasando, no recordaba que me gustara tanto verla de esa forma. Molesta e inquieta. Era como si no pudiera esperar a borrarle esa actitud con un beso y no me gustaba, no me gustaba pensar que todos nuestros desacuerdos iban a quedar inconclusos porque resultaba que me emocionaba la idea de llevármela a la cama.

-Espero que la cama del hotel sea cómoda.- dijo tomándome por sorpresa.

-Me leíste la mente.- admití. 

-Conozco esa mirada.-

Un automóvil hizo sonar su bocina y fue como si volviera a la realidad de golpe. Pisé el acelerador y me puse en marcha, pensando en que definitivamente nuestra relación ya no era como antes.








Volví a la residencia cuando eran cerca de las diez de la noche. Mi mente continuaba revisitando las horas que pasé con Alice, recordando sus manos sobre mi cuerpo y el ritmo de nuestras respiraciones cuando estábamos juntos; preguntándome si lo mejor habría sido pasar el resto de la noche con ella o si volver había sido buena idea. Sentía que la respuesta debería ser obvia, pero no lo era... ¿estar o no con ella? Era relativamente simple, quedarme o irme... 

Suspiré frotándome el rostro con una mano y bajé de la camioneta. Sabía que Dana estaría esperando para lanzarme artículos del hogar apenas me viera, probablemente gritándome lo estúpido que era por haber caído otra vez. Abrí la puerta con un quejido, tarde o temprano se iba a enterar de mi relación con Alice, era inevitable.

La encontré en el cuarto de Ben, ambos charlaban casualmente sentados en la cama, una película se reproducía en la computadora y habían unos platillos con restos de snacks.

-Antes de que digas nada.- dije alzando ambas manos.-Sí, volví con ella...-

-¡No me había dado cuenta!- me interrumpió.

-Pero no es cómo antes, sólo estamos...-

-¡Acostándose!- me volvió a interrumpir.

-Más o menos.- dije no muy convencido.

Ben tomó un plato con palomitas y comenzó a llevárselas una a una a la boca mientras nos observaba, como si fuéramos el nuevo espectáculo de la noche. Lo miré con el ceño fruncido pero él simplemente se encogió de hombros, restándose por completo de lo que se venía.

-Tienes algo mal en la cabeza, yo pensaba que eras más inteligente.- comenzó Dana.-¿Cómo puedes volver con ella luego de lo que te hizo? ¿Luego de todo este tiempo tratando de olvidarla y de seguir con tu estúpida vida?- me preguntó.-No pensé que eras de los que se ponen estúpidos con el amor, ni que la seguirías apenas apareciera.-

-Fue un poco más complejo que eso.- la corregí.

-Sí, claro.- bufó y como predije, me lanzó una almohada en la cara.-Quizás tus hormonas están más activas y sólo extrañas el sexo, pero si es así ahí tienes a Marco.- apuntó hacia la ventana.-¡Lo tienes al frente!-

-No lo quiero para eso.- me crucé de brazos.

-Pura mierda, sé que lo haz pensado.- me acusó.

-¡Claro que lo he pensado!- exclamé.-Me gusta, ¿cómo no iba a pensarlo? es obvio; pero odio que creas que todo se reduce al sexo... no es como que acostarme con él sea la solución a todo.- dije.-Además no es cómo que él esté muy interesado...- recordé. 

-¡Lo está!- dijo y Ben asintió levemente.

-Digo, sí, le gusto pero no quiere...- me froté la cabeza y solté un suspiro.-Hace poco más de una semana le dije que quería intentarlo.- dije algo reacio, no les había contado de nuestra conversación en su departamento.

-¿Qué?- preguntó Dana confundida e incluso Ben se acercó al borde de la cama.

-No es lo que estás pensando, no le dije "Oye, follemos".- me expliqué.-Traté de decirle que estaba dispuesto a comenzar una relación, quizás... si quería.-

No sabía si prefería hablar de eso o de Alice, pero ya no había forma de que la conversación con mis amigos siguiera otro rumbo. Dana no me iba a dejar ir sin explicaciones detalladas y Ben probablemente lanzaría un poco de su sabiduría milenaria.

-Detente.- dijo ella alzando una mano.-¿Entonces volviste con Alice, pero también estás tratando de meterlo a él en la ecuación?-

-Plot-twist.- comentó Ben.

-¡Tu me dijiste que tratara con las relaciones abiertas!- le recordé.

-Yo sólo hablaba de Alice.- se defendió.

-¿Tu lo animaste a seguirla?- le preguntó Dana.

Y así fue como de pronto los tres estábamos tratando de dar explicaciones, lanzando preguntas y alzando la voz más de lo necesario. Uno de los chicos del piso tuvo que ir a golpear nuestra puerta para pedirnos que dejáramos de hablar tan fuerte y literalmente nos amenazó a mi y a Ben con decirle a la Sra. Mary que habíamos traído una chica en la noche para que nos calláramos.

Cuando se fue continuamos discutiendo, pero esta vez en voz baja.

-Siempre pensé que te irías a la tumba siendo monógamo, ¿qué mierda?- me preguntó Dana.

-Me gustan y al parecer no puedo decirme, ¿qué otra explicación quieres?-

-Ay Dios.- suspiró.

-Creí que te alegraría saber que estoy probando cosas nuevas.- le comenté con sorna.

-No me malentiendas, me encantan las parejas simultaneas y la liberación sexual, pero no creo que puedas manejarlo.- dijo y por primera vez en la noche no se veía molesta conmigo.

-¿Por qué no?-

-Porque...- suspiró.-Porque sé que esto no es sólo diversión despreocupada para ti, porque Alice te tiene hace tiempo y creo que Marco no se está quedando atrás.- dijo.-Deberías dejarlos a los dos, no necesitas estar con alguien aún.-

-Estoy de acuerdo.- dijo Ben.-Tal vez sea lo mejor.-

-No, ya decidí intentarlo.- negué.-Y de todas formas a Marco no le gustó mi propuesta, así que no sé cómo siga eso...-

Se miraron fugazmente transmitiendo sus preguntas de forma inalámbrica y fue Ben quién tomó la palabra.

-¿Qué le dijiste?-

-Le conté todo lo relacionado con Alice, se lo resumí.- les dije.-Y le hablé a Alice de que me gustaba alguien más, pero ella no quiso detalles.- agregué rápidamente.

-Te estás tomando demasiado en serio esto del diálogo y la honestidad.- dijo Dana frotándose las sienes.

-Es muy maduro de tu parte.- agregó Ben.-Pero... creo que puede que lo hayas arruinado.-

-Ya sabía que no iba a ser fácil.- me defendí.-Tenía que correr el riesgo de que alguno de los dos me gritara y me llamara bastardo, lo que por cierto no hicieron.- recalqué.

-¡Detalles, detalles, detalles!- exclamó Dana.

Una vez más comencé a relatar absolutamente todo lo que había sucedido con Alice y con Marco las últimas semanas. Mientras lo hacía iba sacando mis propias conclusiones, como que probablemente Alice aún me quería, pero que no volvería a ser mi novia; y que le gustaba bastante a Marco, pero que eso no lo convertía en un idiota que me diría que sí a todo.

-Derek.- dijo Ben con un largo suspiro.-No sé qué decirte.- y se desplomó en su colchón.

-Esto es un error.- Dana sí sabía qué decir.-Y si resulta bien voy a estar tan sorprendida y conmocionada que hasta estaría dispuesta a comprarte el almuerzo por el resto del año que viene.-

-No está resultando bien, hace una semana que Marco no me habla.- le dije.-Apenas lo hace en las prácticas cuando es necesario, he tratado de no pensar en eso y de no preocuparme, pero es tan obvio que está evitándome...-

-Dale espacio, tiene que decidir por sí sólo cómo se siente con esto.- dijo Ben.-Pero recuerda que nosotros estamos aquí para apoyarte.- dijo mirándome a los ojos con intención, luego codeó a Dana.

-Sí, nosotros te limpiaremos las lágrimas y trataremos de no decirte "Te lo dijimos, idiota"- agregó ella.  

-Gracias, ya les diré como me va.- dije agitando una mano.-Ahora, ¿quieren contarme sus dramas para olvidar los míos?-

-Ben está casi seguro de que se enamoró del Sultán Ibrahim, quien por cierto sigue en el closet y teniendo crisis de identidad cada cinco segundos.- dijo Dana.-Y para sorpresa de todos Matt no se ha querido acostar conmigo, no sé qué le pasa, creí que me amaba.- resumió.

-Le quitas la diversión si lo cuentas así.- me quejé.

-Me dan pereza los detalles.-

-Oh, pero yo sí tengo que dártelos.- solté indignado.

-Tú eres el llorón del grupo que está yendo a terapia.- dijo por toda respuesta.








Continue Reading

You'll Also Like

9.9K 527 26
en un inicio solo había luz y oscuridad, bien y mal, cielo e infierno, Dioses y Demonios, dos grandes Dioses y dos Reyes del infierno, no se llevaban...
72.1K 3.7K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
47.7M 2.2M 117
Señorita Isabella Mariet Moore acepta como esposo al señor James Alexander Harrison- me quedo en silencio es un debate en mi mente en este mismo inst...
46.5K 1.7K 26
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...