Solo eres mi primo (SEMP1)

By ysbjara

149K 6.2K 2.1K

A los diecisiete años, Jules McDaniels se ve obligada a ir con su hermano mayor a Londres; específicamente a... More

1.-LA CHICA NUEVA (editado)
2.-CORTE DE LUZ (editado)
3.- CARRERAS (editado)
4.- EL GANADOR (editado)
5.-SÁBADO DE CHICAS (editado)
6.-ENCERRADOS (editado)
7.-LA FIESTA (editado)
8.- SOLO PRIMOS (EDITADO)
9.- CELOS Y EXNOVIOS (EDITADO)
10.-PLANES (EDITADO)
11.-GOLPES Y EXTENSIONES BARATAS (EDITADO)
12.-SUSPENSIÓN Y PARQUE DE ATRACCIONES (EDITADO)
13.- ¿CELOS? (EDITADO)
14.- GUITARRA (EDITADO)
15.- ESTÚPIDOS ASCENSORES (EDITADO)
16.- PRIMEROS BESOS Y ESCAPADAS (EDITADO)
17.- SALIDA NOCTURNA (EDITADO)
19.- UNA BUENA FORMA DE APRENDER (EDITADO)
20.- EL BAÑO, EL INODORO Y LOS BESOS (EDITADO)
21.- ALCOHOL (EDITADO)
22.- LA EXCURSIÓN (EDITADO)
23.- CREO QUE ESTAMOS PERDIDOS (EDITADO)
24.- CHANTAJE (EDITADO)
25.- UNA CENA INCÓMODA Y UNA NOCHE ESTRELLADA (EDITADO)
26.- LOS BORRACHOS, LOS ENAMORADOS Y EL DE LOS TEXTOS (EDITADO)
27.- TODO ESTA CURIOSAMENTE BIEN (EDITADO)
28.- Y ¿ ASÍ ES COMO TERMINARÁ ?(EDITADO)
Dilemas de familia (SEMP2)

18.- JUEGO DE LAS QUEMADAS (EDITADO)

4.5K 197 73
By ysbjara

Abrí los ojos cuando mi alarma sonó. Me levanté o más bien me arrastré hasta el baño, pero en cuanto iba a entrar me di cuenta de que estaba ocupado.

–¿Kyle? –pregunté con una mueca, si no me mojaba la cara pronto iba a volver a quedarme dormida en medio del pasillo.

–¿Si? –preguntó desde adentro.

–¿Puedes apresurarte? –apoyé mi frente sobre la puerta y bostecé–. ¿No estás posando frente al espejo de nuevo, ¿verdad?

–¡No! –escuché cómo gritaba.

Segundos después, la puerta de abrió y yo casi me caigo hacia adelante. Mi hermano tenía el cabello mojado y tan sólo una toalla alrededor de sus caderas. En cuanto lo vi, me reí.

–Sí lo estabas haciendo –lo apunté con mi dedo y el rodó los ojos.

Entré en el baño y casi muero de asfixia con todo el vapor que había. ¿A qué temperatura pone el agua este chico?

Comencé a sacarme la ropa y luego me metí debajo del chorro de agua.

Cuando salí, caminé a mi habitación y abrí las cortinas. Había un sol tan brillante que me sorprendió que saliera después de dos días de lluvia. Me coloqué unos jeans ajustados, una camiseta de tirantes de color azul, una chaqueta de cuero negra y mis zapatillas.

Me lavé los dientes y traté de ordenar mi cabello.

Luego de eso, bajé corriendo la escalera y cuando llegué a la cocina me encontré con Thomas apoyado despreocupadamente en la mesada.

–Buenos días –saludé cuando estuve frente a él. Recordé lo sucedido ayer y no pude evitar sonrojarme.

Él miró hacia la escalera y luego me miró a mí. Rápidamente tomó los bordes de mi chaqueta desabrochada y me acercó a él para juntar nuestros labios.

Me había tomado por sorpresa, pero de inmediato le seguí el beso. No podría negárselo.

–Buenos días –me respondió cuando nos separamos.

Me separé un poco y le devolví la sonrisa.

Kyle bajó corriendo la escalera.

Cuando se acercó hacia nosotros pude darme cuenta de que iba bañado en perfume.

–¿Listos? –preguntó cuándo llegó a nuestro lado.

–¿Tú estás listo? –le pregunté con una ceja alzada.

El asintió rápidamente.

–Hablé ayer con Andy y con Seth. Ellos van a ayudarme.

Sonreí y comencé a caminar hacia la puerta.–¿Sabes lo que vas a decirle? – le pregunté, mientras sentía como los dos chicos caminaban a mis espaldas.

–Más o menos.

–¿Sabes que tu aroma llega hasta la China? –intenté bromear con él y para cuando me di vuelta para mirarlo me di cuenta de que se miraba a sí mismo horrorizado.

–¿Es mucho?

Thomas intentó aguantar la risa.

–Eh... –dudé un poco, pero luego negué con la cabeza–. El perfume de hombre es una debilidad para la mayoría de las mujeres, incluyéndome. Miré de reojo a Thomas.

Kyle asintió y se peinó el cabello hacia atrás. Sus nervios pronto iban a hacer que muriera de ternura.

Cuando llegamos al auto vi cómo Kyle se acercaba a la puerta del copiloto. Lo paré antes de que llegara.

–¡Alto, alto, alto! Esta vez me toca a mí ir adelante.

–¿Por qué?

"¡Porque estamos saliendo!", me hubiera gustado decirle.

–Porqué tú te has ido ahí desde que llegamos. Ahora es mi turno.

Kyle accedió a regañadientes y se subió atrás. Thomas me miró sonriente y yo le guiñé un ojo. Ambos nos subimos al auto y partimos a la escuela.

***

–Asi que estudien porque mañana habrá examen –dijo mirándonos la profesora de Biología.

Suspiré frustrada. Ya sabía lo que haría esta tarde, hacer aprender a mi cerebro estas estupideces hasta que explotara.

El timbre sonó y las chicas y yo caminamos hacia el patio trasero, un buen lugar para que Gis nos contara lo que había pasado con Kyle.

–Bueno..., cuenta, cuenta –le pidió Hayley después de sentarnos en el césped, debajo de un árbol pequeño.

–Está bien –dijo con una sonrisa–. Estaba viendo una película cuando recibí una llamada. Me sorprendió que fuera Kyle y cuando le contesté me dijo que fuera hacia la ventana. Cuando hice lo que me pidió no me lo podía creer. Estaba afuera con una radio en las manos'. Con el ruido de la lluvia no pude reconocer la canción, pero tenía una melodía muy linda, no sé si se le habrá echado a perder...

En ese momento dejé de prestarle atención a Giselle porque encontré algo más importante en que poner mi atención. Thomas y los chicos estaban al otro lado del patio conversando y riendo. Miré los movimientos que Thom hacía con sus brazos mientras jugaba con una pelota. Miré su blanca sonrisa y yo también sonreí. El chico era guapo, demasiado guapo.

Como si se hubiera dado cuenta de que alguien lo observaba, Thom giró su cabeza y me miró. Al darse cuenta que era yo, una sonrisa apareció en su rostro. Me lanzó un beso a la distancia y yo me mordí el labio.

–¡Jules! –me giré sobresaltada y me encontré con que las chicas me estaban observando. Luego dirigían sus ojos hacia donde yo había estado mirando–. ¿Qué estás mirando?

Las miré a las dos consecutivamente.

–Eh... estaba mirando a mi hermano –mentí.

Giselle se cruzó de brazos y sonrió.

–Sí, claro –enarcó una ceja–. Yo creo que mirabas al chico T.

–¿Al chico T? –pregunté riendo. Ella rodó los ojos.

–A Thomas como sea.

–Es un chico atractivo –dijo Hayley suavemente y yo la miré con una ceja enarcada.

–No es necesario que hablemos de esto, ya sé que lo odian... –Gis me interrumpió.

–Ya no tanto.

La miré incrédulamente. ¿Qué les había pasado a estas chicas?

–Giselle, no sé si lo recuerdas, pero el primer día de clase nos diste un sermón tremendo sobre el idiota de Thomas White.

Ella apretó los labios.

–Pero ahora está diferente –se encogió de hombros.–Es verdad –asintió la pelirroja–. En el parque de diversiones tuvimos una conversación Jules, y él se la había pasado ignorándome toda la vida.

Volví a mirar a Thomas, pero éste ya no estaba mirando en mi dirección. Más bien estaban todos en un círculo conversando seriamente. Supongo que será sobre el plan de Kyle.

Cuando volví la mirada hacia las chicas vi que ellas me miraban atentas.

–¿Qué? –les pregunté confundida.

Hayley se mordió el labio e intercambió una miradita con Gis.

–Eres un poco... más bien muy obvia –dijo despacio esta última.

–¿Sobre qué? –pregunté asustada.

–La otra vez dijiste que creías que te gustaba, ahora te digo que de verdad te gusta y mucho –me sonrió levemente Hayley.

¡Ah, era eso!

Me quedé en silencio unos segundos y me miré las manos.

–¿Creen que estoy loca o algo así?

Giselle frunció las cejas y negó con la cabeza.

–Uno no elige a la persona, Jules –se encogió de hombros–. Simplemente pasa.

En ese momento, antes de que pudiera decir algo, sonó el timbre que anunciaba que teníamos que volver a clases

–Por fin está de vuelta la profesora –dijo Hayley mientras se ponía de pie.

–Sí, yo no sé cómo puede embarazarse tantas veces.

Fruncí las cejas, confundida.

–¿De qué hablan?

–Hoy volvemos a tener Educación Física, Jules, ¿no lo recuerdas? –me dijo Gis–. Habían suspendido esa clase porque la profesora estaba con su posnatal y no encontraron suplente. Menos mal que ya volvió, no soportaba tener horas de matemáticas extras en esta hora.

–Chicas –puse una mueca–, yo no tengo ropa para hacer Educación Física.

–Puedo prestarte la mía – sugirió la pelirroja–. Somos más o menos la misma talla y siempre tengo un short y una camiseta más de repuesto por si acaso.

Las tres caminamos hacia el camarín y nos cambiamos.

Asi que ahora me encontraba sentada en las gradas de la cancha de fútbol escuchando a una profesora que ni siquiera conozco, vestida con una polera musculosa blanca y un diminuto short azul.

–Bueno, me alegro de verlos de nuevo. Hoy vamos a comenzar con algo simple: jugaremos a las quemadas –me di cuenta cómo algunos de mis compañeros celebraban la noticia–. Pero como me estoy dando cuenta a algunos no les alegra tanto verme y no han asistido a la clase –nos observó a todos con detenimiento–, Yo ya sabía que algo como esto iba a pasar, así que llamé a los chicos de ultimo año que tienen esta hora libre para que jueguen con nosotros.

Esperen, ¿los de último año?

–Esta profesora ama a los de último año –me susurró Giselle al oído–. Siempre alardeaba de lo bueno que son ellos y de lo desastrosos que somos nosotros

En ese momento varios chicos vestidos iguales a nosotros llegaron al lado de los de mi clase, entre ellos Kyle y Thom. ¡Uff! Debía admitir que Thomas se veía bastante bien con el traje de Educación Física.

Thom buscó entre las personas que ya estaban sentadas hasta que me encontró. Me miró unos segundos y me sonrió traviesamente.

–Mira, vamos a jugar con tu hermano y tu primo –me dijo Dave al oído.

Otra cosa que había descubierto era que Dave y Cody estaban con nosotras en esta clase también.

En cuanto volví la mirada hacia Thomas otra vez ya no sonreía, sino que miraba a Dave fijamente, y no con mucha simpatía.

–Bueno haremos dos equipos – siguió hablando la profesora–. ¿Algún capitán de último año que se ofrezca?

–Yo –esa voz tan conocida para mí se escuchó fuerte entre la multitud. Thomas pasó adelante y se detuvo al lado de la profesora.

–Perfecto, White. No me hubiera esperado menos –le respondió la profesora.

–Y otra cosa: ama sobre todo a Thomas –volvió a susurrarme Giselle al oído. Al parecer no le tenía tanto cariño después de todo–. Dice que es el más atlético de toda su clase.

Thomas tenía el rostro serio y miraba hacía el frente con los brazos cruzados.

–¿Algún capitán de ustedes, chicos? –preguntó la profesora. Nadie de mi clase se ofreció, así que la profesora se vio obligada a escoger–. Usted, venga.

Aguanté el aire por unos segundos y después lo boté. La vida me odia. Dave se paró a mi lado y se dirigió al lado de la profesora. Mi exnovio en un lado y mi actual novio en el otro. ¡Qué suerte la mía!

–Lo ideal sería que fuera un curso contra el otro, pero prefiero que variemos. Ya que estoy casi segura que el curso del señor Thomas ganaría –habló la profesora con una sonrisa y escuché cómo algunos chicos detrás de mí hablaban mal tanto como de la profesora como de Thomas–. Hijo, ¿cara o sello?

Dave se lo pensó un momento y luego respondió:

–Cara.

La profesora lanzó la moneda y cuando estaba en el aire la atrapó con su mano derecha.

–¡Cara! Tú eliges primero.

Dave ni siquiera miró las posibilidades que tenía, ni siquiera se lo pensó un momento. Apenas la profesora se calló, mi nombre salió de sus labios sin titubear.

–Jules.

Cuando Dave me eligió para su equipo miré por instinto a Thom. Éste tenía el ceño fruncido y la mandíbula apretada. Supongo que tenía pensado que estuviéramos en el mismo equipo.

Me levanté despacio y caminé al lado del que ahora sería el capitán de mi equipo. Podía sentir la morada de todos sobre mí, pero sobre todo la de Thomas.

Me paré al lado de Dave y la elección siguió.

–Kyle –gritó mi primo y mi hermano llegó trotando a su lado.

Dave volvió a pensárselo de nuevo.

–Seth –gritó y escuché cómo mi primo volvió a gruñir. Dave le estaba quitando a sus jugadores.

Seth llegó a mi lado con una sonrisa y me desordenó el cabello. Yo le sonreí de vuelta.

Cuando la elección terminó, los equipos quedaron así: en nuestro grupo se encontraban: Hayley, Seth, Cody, Ben y otras personas cuyos nombres no me sabía.Mientras, en el otro grupo estaban: Kyle, Gis, Andy, y Sharon. Cuando Thomas dijo su nombre para que estuviera en su equipo casi se me cae la mandíbula. No esperaba que la eligiera, aunque tampoco quería que estuviera en mi esquipo. Por mí que se fuera del país.

Cada equipo caminó hacia su lado de la cancha. Había un montón de pelotas tiradas justo en el medio aclamando que las tomáramos y que se las lanzáramos en el rostro a alguien.

Antes de comenzar miré a Thomas y él me guiñó un ojo.

–¡Muy bien! ¿Todos listos? –la profesora miró a los dos equipos–. ¡Ahora!

En ese momento todos corrimos al centro de la cancha para agarrar "municiones".

Cuando la pelota roja estuvo en mis manos me sentí ligeramente más protegida, sólo ligeramente.

Le apunté a un chico moreno de último año, pero éste se movió antes de que la pelota pudiera darle. Esquivé algunas que venían en mi dirección y agarré otra. Se la lancé a una chica de mi clase y le dio en la pierna. Sonreí en cuanto ella caminó derrotada hacia las gradas.

Miré alrededor y me di cuenta de que en muy poco tiempo la mayoría ya había perdido. Ahora quedábamos mis amigos y algunos otros chicos, mayormente hombres.

Agarré otra pelota que iba a lanzar hacia mi hermano, pero cuando sentí un golpe a mi derecha me distraje y no lo hice. A mi lado estaba Hayley en el suelo sobándose el brazo derecho y en el otro grupo Sharon se reía fingidamente a carcajadas. Eso me hizo recordar cuando ella humilló a mi amiga en clase. La ira vino entonces a mí, así que aproveché que Sharon estaba distraída riéndose y le lancé la pelota que tenía en la mano. Le llegó justo en la cara haciéndola caer al suelo. Algunas risas se escucharon en las gradas.

Primero ella miró confundida alrededor y luego me miró a mí. Yo le sonreí haciéndole burla y ella me fulminó con la mirada mientras caminaba hacia las gradas.

Aproveché para fijarme en quién de mis amigos ya había perdido aparte de Hayley. Estaban Cody, Andy y Ben. Los demás estaban jugando.

Agarré una nueva pelota en mis manos, pero antes de que pudiera lanzarla vi cómo un chico de mi clase me lanzaba una pelota. Lo siguiente que sentí fue un golpe en el pecho. Entonces caí de trasero al suelo.

Cuando abrí los ojos de nuevo vi que Thomas empujaba al chico "accidentalmente", haciendo que este cayera al suelo.

Después, Dave llegó corriendo a mi lado y me extendió su mano para ayudar a levantarme, pero su mano no estuvo extendida por mucho tiempo, ya que una pelota le dio justo en la cabeza. Cuando los dos miramos para ver quién había sido, nos encontrarnos con un Thomas con una sonrisita inocente fingida.

Me puse de pie sin la ayuda de Dave y caminé a las gradas sobándome el lugar donde la pelota me había golpeado. Me senté al lado de Hayley y miré lo que quedaba del juego.

A los minutos después perdieron Gis, Kyle y otros chicos.

La final fue entre mi novio y Seth que no duró mucho porque ambos estaban cansados así que con un golpe muy débil Thomas sacó a Seth del juego dándole la victoria a su equipo.

Al final la profesora tenía razón: si hubiéramos jugado por cursos el curso de Thomas habría ganado sin dudas.

***

–En serio ya no recuerdo por qué extrañaba Educación Física –se quejó Giselle después de salir de las duchas.

–Matemáticas –le recordé.

–Ah, verdad. ¡Malditas matemáticas!

Cuando entramos al comedor grande fue nuestra sorpresa al darnos cuenta de que mi hermano y sus amigos estaban sentados en nuestra mesa conversando animadamente con Cody. ¿Qué había pasado con la enemistad?

Me di cuenta de que mi hermano miraba a cada rato hacia la puerta y cuando se percató de que estábamos aquí sacó su celular para escribir algo. También me fijé en que Seth y Andy no se encontraban en la mesa.

Al parecer ya era la hora.

–Eh... Hola –dijo Giselle cuando llegamos a su lado. Todos levantaron la mirada y nos saludaron.

Thomas indicó disimuladamente el espacio que quedaba a su lado y me apresuré a sentarme. Giselle se sentó a mi lado y a su lado se sentó Hayley. Thomas siguió comiendo disimuladamente y por debajo de la mesa entrelazó nuestras manos. Sonreí. De repente mi hermano se puso de pie y caminó hacia la entrada de la cafetería. Giselle lo siguió con la mirada unos segundos, pero luego la bajó a sus manos.

Menos mal que nosotras estábamos de espaldas a la entrada, porque al darme vuelta para ver a Kyle, le di cuenta que Andy y Seth se estaban colocando sobre unas mesas a unos metros más atrás, mientras extendían en cartel gigante.

Kyle se movía nervioso y cuando estuvieron listos me dirigió una mirada que indicaba que hiciera algo.

Sentí cómo algunas personas soltaban exclamaciones al ver la escena, pero Giselle no se daba vuelta.

Me aclaré la garganta y miré a la chica que había a mi lado con una sonrisa.

–Giselle, creo que deberías voltearte.

Ella dirigió sus ojos azules hacia mí unos momentos y luego se dio media vuelta. En cuanto lo vio se quedó petrificada.

El cartel blanco gigante en el que habíamos estado trabajando toda la tarde de ayer ponía en letras celestes: Giselle, por favor, sé mi novia. Y tenía dibujada dos personas de palito tomadas de la mano, que yo personalmente me había encargado de hacer, junto con algunos corazones rojos en los que Thomas se había esmerado.

Giselle no se movió ni tampoco parpadeó por unos segundos, que fueron eternos. Después me miró a mi como tratando de pedirme una explicación y yo me reí.

–Anda –le apunté a mi hermano–, tiene algo que decirte.

Giselle se puso de pie a tropezones y llegó al lado de mi hermano. Todos en la cafetería estaban mirando la escena. Después de que los dos se la pasaron conversando largo rato, Kyle la rodeó con sus brazos fuertemente y con los pulgares nos dijo que ella había dicho sí.

En la cafetería estallaron los aplausos y más aún cuando los dos se dieron un beso. En ese justo momento dejé de mirar y me puse de pie para ir a buscar mi comida.

¡Gracias al cielo que Giselle dijo que sí!

Después de tener la comida en mis manos volví hacia la mesa. Kyle y Giselle estaban sentados juntos. Seth estaba al lado de Andy.

Me volví a sentar al lado de Thomas y traté de meterme en la conversación.

–Tenemos que ir. Es para celebrar a los nuevos novios –me puse tensa unos segundos, pero después me di cuenta de que estaba hablando de mi hermano y Gis.

–¿Ir a dónde? –pregunté.

–A la fiesta de Kate este sábado –me respondió Seth con una sonrisa–. ¿Te animas?

–Claro que sí –me encogí de hombros.

Recordé lo que había pasado la última vez que había ido a una fiesta. Me había emborrachado y había besado a mi primo. Ese día había comenzado todo. Sonreí para mí misma, ¿qué hubiera pasado si no lo hubiese besado ese día?

¡A quién demonios le importa! no me arrepiento de nada.

–¡Chicas!

A nuestro lado llegó Allie con su cámara profesional colgada al cuello. Traía tres sobres.

–Les traje sus fotos –nos entregó un sobre a cada una.

–¡Gracias, Allie! –le sonreí. Ella me sonrió de vuelta.

–Muy bien. Ahora quiero que todos miren a la cámara y pongan caras graciosas.

Ella se puso en un ángulo en que salíamos todos y sacó la foto.

–¡Gracias! –miró la foto y después volvió a dejar la cámara colgando de su cuello–. Ah, y a Gis le saqué unas fotografías de ahora. Cuando las imprima les doy las copias.

Después de dar ese último anuncio caminó hacia otra mesa, donde también le pidió a las personas que posaran.

Dejé mi almuerzo de lado y abrí el sobre amarillo. Saqué el montón de fotos que había dentro y comencé a mirarlas.

La primera era una de todo el grupo que nos sacamos antes de subir a los autos chocones. La siguiente era una donde salíamos solamente yo y Hayley con unos anteojos demasiado grandes y de muchos colores que había en la tienda de regalos. La siguiente era una en la que salía con mi hermano, el me pasaba la mano por los hombros y los dos sonreíamos. La siguiente era mía y de Seth, él salía tapándome el rostro con su mano, mientras se reía y yo intentaba golpearlo.

Pero la siguiente fotografía que vi me sorprendió: éramos Thomas y yo. No aparecíamos mirando a la cámara sino más bien nos mirábamos entre nosotros. Él tenía las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón y se reía a carcajadas. Yo tenía los brazos cruzados sobre el pecho y también me reía. No recordaba que Allie hubiera sacado esta foto, sin embargo era muy linda.

–Mira –le susurré al chico a mi lado y el de inmediato dirigió su mirada hacia la fotografía.

Se quedó tan sorprendido como yo, pero luego sonrió.

Me hubiera gustado besarlo en ese momento, pero simplemente no podía. Así que guardé las fotos para verlas después y me concentré en mi comida.



Continue Reading

You'll Also Like

52.7K 7.8K 54
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
4.6K 238 84
Cuando me fui de intercambio a Washington, me sentí extraña, no conocía a nadie, obviamente. Con forme los días me hice amiga de dos chicas geniales...
1.1M 101K 48
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
49.1K 4.5K 23
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...