Dark Demons© (Libro I) ✔️

By Soff_Dreams

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Separada de sus padres al nacer y obligada a comenzar a trabajar con tan solo dieciséis años para pagar sus e... More

Entre Las Sombras
Amabilidad Fallida
Por Toda La Ciudad.
¿Nombre?
Botellas De Agua Mineral.
Las Coincidencias No Existen.
Heather.
Huele A Chicos Malos
Una Vida Sin Taxis.
Noche De Chicas.
Sin Remordimientos.
Día De Dobles
Mis Queridos Momentos Triviales
Tocando Fondo
Lo Que Pueden Hacer Los Secretos
Un Viernes De Locos
Ciertas Situaciones Requieren Medidas Desesperadas
Lucha Libre
Reuniones Matutinas
Mi Primer Vandalismo Sale Mal
Problemas de Identidad, Secretos y Demás
Días Espantosamente Largos
Cabos Sueltos
Los Hot Cakes De Sam
Principios Y Finales
El Principio
Mi Segundo Vandalismo Sale Mal...Otra Vez
Odio Mentirte I
Odio Mentirte II
Mi Luna
Ya Ha Comenzado
En un Día de Lluvia.
Primeras Impresiones
Pequeñas Tentaciones
Porque Estamos Locos
Hoy
El Bello Enigma Que Es Mi Vida I
El Bello Enigma Que Es Mi Vida II
La Normalidad
Un Lunes Por La Noche
El Gran Final
Había Una Vez
La Gota a Punto De Derramar el Vaso
Las Disculpas
Mi Haz de Luz
Nuestros Pecados
Mi Vieja Amiga, la Mala Suerte
Caos
Vacío
En el Borde
Más Allá de las Reglas
Recuerdos
Paranoia
Él
El Plan I
El Plan II
Por un Futuro Raro e Interesante
Y Aquel Crujido
Bienvenida (Final)
Seis Pies Bajo Tierra (Epílogo)
Agradecimientos
Segundo Libro
Our Dark Minds

El Porqué Debería Haberme Quedado en Casa

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By Soff_Dreams

Hoy era viernes y yo, para variar, lo había olvidado completamente. Lo más probable es que se pregunten algo como ¿Y eso a mí que me importa? Pues debería importarles, porque si había pensado que el jueves había sido el peor día de mi vida, pues estaba equivocada. Esto todavía no se acababa y venía aún peor.

Me lancé sobre el acolchado de Naomi mientras ella y Heather se dedicaban a rebuscar en su armario prendas para usar. Heather ya estaba lista, pero Naomi aún no lo estaba y según ella yo tampoco.

—No vas a ir con eso a la fiesta de una fraternidad repleta de chicos calientes—Había dicho mirando mi sudadera gris quizá una talla más grande que yo y mis tenis desgastados acompañados con unos vaqueros igual de insípidos.

La verdad es que yo ya no tenía muchos motivos para ir a ese lugar.

—Concuerdo con ella —Le siguió Heather traicionándome por completo.

—Pero ni siquiera quiero ir.

—Pues vas, sobre todo para ir a demostrarle a ese imbécil lo que se pierde —Dijo Naomi con fiereza lanzando prendas sobre su cabeza mientras Heather las examinaba con ojo crítico.

Le había contado a Naomi ese día que fui a su casa la gran mayoría de la historia apenas mi trasero rozó su sillón. Omitiendo ciertas cosas sobrenaturales que en realidad debían mantenerse ocultas por un tiempo más, pero respecto a lo otro... ya no fue posible seguir guardando cosas con tanto peso en una caja a punto de explotar. Así que las cosas salieron tan deprisa y fluidamente como una cascada sin control. Y debo admitir, que había sido mucho más fácil de lo pensaba.

Suspiré.

—Él no va a estar ahí—Le hizo saber Heather cuando se dio cuenta de que yo no tenía intensión de contestar.

—No me importa, uno de los dos idiotas va a sufrir en esa fiesta y yo me encargaré de ello. Estaré observando y analizando cada movimiento de los individuos desde mi escondite en los brazos de cualquier otro rostro hermoso —Alzó un vestido azul rey ceñido al cuerpo — Y lo haré con esto —Declaró tomando unos tacones para encerrarse en el baño.

Me quedé acostada en la cama, esperando a que terminara mientras Heather, sentada a mi lado, columpiaba ambas piernas con una sonrisa maliciosa adornando su angelical rostro. Como si supiera lo que pasaría horas después.

—Naomi es mala influencia para ti.

—Oh no, solo está presionando un poco las cosas —Rió por lo bajo— Ya verás.

Miré el techo blanco cuando escuché como la puerta del lavado se abría de sopetón y los tacones de Naomi se escuchaban por toda la habitación.

Eso había sido rápido.

Me desperecé sobre el cobertor como un gato antes de ponerme en pie de un salto enérgico y...recibir un objeto volador no identificado en pleno rostro.

—¿¡Qué te pasa!? —Pregunto exaltada mientras intento que las prendas que me había lanzado Naomi como una loca no fueran a caerse.

—Vas a ponerte eso si no quieres que te quite esa abominación de encima y la queme en la hoguera —Claramente no era una pregunta.

—Pero la uso para dormir...

—Dios Ky, póntelos si no quieres que lance tu sudadera al fuego solo porque sí.

Examiné la tela titubeante.

—Pero...

—Callada, ya no te quedan escusas. Eres de mi misma talla— Dijo Naomi empujándome al baño sin dejarme decir nada más.

Cierra la puerta tras de mí y con otro suspiro resignado examino meticulosamente las prendas que me dio Naomi con tanta elegancia y sutileza. Lo que yo debería haber hecho cuando estas dos me llenaron el móvil de mensajes era ignorarlas, no contestarles con escusas baratas. ¿Cuándo iba a darme cuenta de que nadie se las creía?

Niego con mi cabeza y me yergo para mirar al frente, encontrándome con nada más ni nada menos que un espejo empotrado a la pared. Por reflejo aparto la mirada unos segundos antes de que una idea venenosa contamine mis pensamientos.

«¿Para qué apartar la mirada del espejo si ya te deshiciste de la amenaza tras él?»

Trago en seco decidiendo que no estoy dispuesta a averiguar eso todavía y sin más preámbulos deslizo mi cuerpo por el pedazo de tela que, como adivinarán, no me convence en lo absoluto.

Primero que todo, los pantaloncillos cortos dejaban mi trasero tan incómodo e indefenso que tuve que acomodarlos de diferentes maneras antes de que llegaran a sentirse cerca de quedarme bien. Segundo, también estaba ese otro asunto de la playera, que al primer momento de acomodarla supe que ella y yo no nos llevaríamos nada bien. Dejaba gran parte de los costados de mi abdomen al descubierto y mi sujetador parecía saludar a todo el mundo tras esas aberturas exageradamente grandes ¿Y la imaginación qué?

Salí del baño con la idea de que cuando las chicas me vieran se darían cuenta que yo no podría usar algo como eso, pero cuando aparecí tras la puerta, Naomi, no antes de examinarme hasta el alma, sonrío con el orgullo de una madre que ve a su hija graduarse. Heather, a su lado, soltó un chillido emocionado.

—Esto va a ser tan divertido—Dice para sí mientras veo a Naomi acercarse a mí con una mano en la barbilla.

—Esto —Digo tomando la camiseta con mis dedos—No va a funcionar.

—Pero si ya lo hace—Reclama Heather con fiereza como si fuera alguna clase de jurado que defiende a la participante sobre el escenario.

Naomi frunce el ceño y las siguientes palabras que salen de su boca logran sorprenderme.

—No, tiene razón. No funciona.

Guardamos silencio solo una milésima de segundo.

—¿Ah?

—Que no funciona, Kayla—Repite tomándome de los hombros con determinación y mirándome directamente a los ojos—No con ese sujetador encima —Pronuncia lentamente, como si de alguna forma predijera mi reacción.

Heather explota en carcajadas mientras yo empalidezco.

—¿Y quieres que me lo quite?—Pregunto sarcástica rezando para que esa no sea una opción.

—Exacto.

A través de mis oídos vuelvo a escuchar la risa de Heather y Naomi vuelve a empujarme al baño sin dejarme luchar si quiera por mis derechos mientras vuelve a balbucear algo de quemar mi sudadera. Así que amenazada y adiestrada por estas dos, no me queda más remedio que seguir sus instrucciones al pie de la letra.

No concuerdo con Heather, esto no será divertido en lo absoluto. Al menos, no para mí.

OOO

—Naomi —La llamo.

—Kayla, mantén la boca cerrada.

—Pero es que...—Mi mente se debate entre decir las palabras que se encuentran atoradas en mi garganta o quedarme en silencio. Me inclino por la primera—Tengo un poco de frío.

Eso había sido una mentira descarada, porque "poco" era quedarse cortos, estaba que me cagaba del frío. Y por si fuera poco, había viento, y eso significaba que tenía que sostener de ambos lados la camiseta evitando así que algo indebido se asomara bajo la tela. Heather me había asegurado que si eso llegara a pasar se encargaría de borrarle la memoria a cada persona que había en la fiesta, pero eso no me había tranquilizado en lo absoluto. Yo no iba a esa fiesta a impresionar y mucho menos a darle una lección a alguien, yo ya había tomado la decisión de no hundirme a mí misma y así era como se iba a quedar.

Naomi fingiendo que no me escuchaba se acomodó el cabello para luego abrir la puerta con el dramatismo que siempre parecía bailar a su alrededor. Heather y yo las seguimos desde atrás cuando la música, antes amortiguada por las paredes, me golpeó como un puñetazo. El olor a humo, a alcohol y a otras sustancias invadió mi nariz en cosa de segundos y mis ojos se dirigieron inmediatamente a la multitud sudorosa que, a medida que avanzaba, comenzaba a ocupar todo mi cuadro de visión.

—Eh, preciosura.

Un tipo se acercó bailando a nosotras con dos vasos rojos en sus manos, me tendió uno de ellos tomándome de la cintura. La camiseta le dio más acceso de lo que yo deseaba.

Reí nerviosa tomando el vaso, recordándome a mi misma no beber ni una gota de él.

—Vengo con mi novio—Dije soltándome de su agarre lascivo un segundo antes de que Naomi apareciera a mi lado.

—Piérdete, idiota—Amenazó antes de que el susodicho en cuestión, intimidado, se alejara para buscar a otra presa.

Me encogí de hombros al tiempo que Naomi me tomaba por el brazo y me arrastraba entre los cuerpos en movimiento.

—Te dije que esa camiseta era mágica—Gritó para hacerse escuchar por encima de la música al detenerse junto a una mesa con botellas de diferentes formas y claro, cerveza. Naomi me tendió una en lata tomando mi vaso y lanzándolo a un lugar de por ahí—Ahora bien, ¡Vamos a emborracharnos!

Reí por lo bajo tomando un pequeño trago buscando entre la multitud a Heather, que en cosa de segundos había desaparecido como si hubiera sido tragada por la tierra. Me pregunto a donde habrá ido. Dirigí mis ojos hacia las paredes de la habitación encontrándome con varias escenas parecidas a las de Jersey Shore y a una sonrisa Colgate con hoyuelos incluida.

A ella la acompañaba la misma chica de las clases de teatro. Sí, la tipa de la cicatriz en el trasero. La misma que en este momento no paraba de tocar su brazo con dedos escurridizos a una distancia que me hizo querer lanzarle mi lata directo a uno de sus ojos. Probablemente alguien ya lo había hecho porque no paraba de parpadear.

Como la reina del masoquismo que era me quedé mirando como Aaron reía por algo que le había dicho la morena al tiempo que se llevaba a la boca una botella de un liquido ambarino hasta la mitad. ¿Era ron?

Pues no lo sé, la verdad es que dejé de pensar en que tipo de licor contenía la botella cuando el castaño se aceró a susurrarle algo al oído a la tipa.

Dejé salir un suave suspiro a través de mis labios, ahí, mirándolo por largo rato hasta que vi como Aaron deslizaba sus ojos de los de ella a los míos y su sonrisa se evaporada tan rápido como lo había hecho Heather hace unos momentos.

A lo largo de la semana no me lo había topado en ninguna de las clases y las únicas veces que lo había visto por el pasillo lucía demasiado interesado en cualquier otra cosa como para perder el tiempo conmigo. Tampoco era que yo estuviera dispuesta a intentar que me hablara de nuevo. Él ya había dicho suficiente.

—¡A bailar!—Interrumpió Naomi mis pensamientos antes de que apartara la mirada. Demasiado lento para ella, quien no tardó en fijarse en que era lo que estaba mirando. Frunció el ceño―Mierda—Maldijo lamentándose—¿Por qué tiene que ser tan atractivo, maldita sea?

Lo mismo me preguntaba.

―No lo sé. No me importa—Tomé acercando la lata a mi boca. Me la bebí toda sin miramientos de por medio.

—Vaya chica, creo que necesitas algo más fuerte.

La detuve con una mano.

—No, estoy bien. Vamos a bailar—Dije tomando otra cerveza al tiempo que me adentraba a la pista de baile. Necesitaba quitarme este sentimiento enfermizo de encima ¿Y que otra cosa mejor que bailar o beber había para hacer eso? Exacto, hacer las dos cosas juntas.

Así que eso fue exactamente lo que hice.

OOO

Después de una hora bailando con Naomi y unas cinco cervezas más sentí como mi cerebro comenzaba a dejar mi conciencia de lado dándole paso a una Kayla risueña y sudada que no tenía idea de donde estaba parada mientras daba saltos junto a la multitud.

—¡VOY A HACER PIS!—Me gritó Naomi tan fuerte que creo que uno de mis tímpanos cedió, algunas personas que estaban a nuestro alrededor nos miraron con sonrisas burlonas.

Le eché un vistazo a mi amiga que se quedó junto a mí esperando mi respuesta. Creo que Naomi estaba peor que yo, porque ya varias veces me había dejado sola bailando para ir a hablar con un tío que se encontraba junto a la mesa de bebidas y como una experta, Naomi había ido a buscar algunas para entablar una conversación casual. Claro que la técnica le estaba jugando un poco en contra.

—Bien ¡Solo intenta no caerte al retrete!

Naomi rió estrepitosamente.

—Un baño helado no me vendría mal.

Sonreí entretenida mientras la veía haciendo equilibrio en sus tacones camino al baño.

Negué con mi cabeza cuando una nueva canción comenzó. No tardé en volver a mover mi cuerpo a la par con la música, apoderándome de ella desde el principio. La verdad era que bailar sola en la mitad de una pista llenas de parejas besuqueandose no era lo mío, pero pueden culpar al alcohol. Además temía que si no dejaba de hacerlo mis ojos traicioneros se dirigirían a otra parte y la verdad era que no estaba de ánimos para torturarme a mi misma.

«No te hundas»

Aja, todo iba de maravilla.

—Hola de nuevo, chica novio —Escuché tras de mí una voz masculina mientras esta me tomaba de las caderas y me apegaba a ella.

Tosí estrepitosamente mirando sobre mi hombro con suspicacia. Me encontré inmediatamente con el tipo del vaso de origen desconocido.

—Oh no, amigo. Aún no estoy tan borracha—Le dije con una sonrisa incómoda cogiendo sus manos para apartarlas de mi cuerpo. Pero, no sé si lo mal entendió o qué demonios, pero en vez de hacer lo que yo le pedía me giró hacia él y bajo un poco más las manos.

—Vamos, solo un baile.

Repulsión cruzó mi rostro.

—No puedo, estoy esperando a...

—No tienes que hacerte la interesante conmigo, linda—Me interrumpió colando descaradamente una de sus manos bajo mi camiseta. Apenas sentí el contacto le di un manotazo sintiendo como las risas comenzaban a acabarse.

—Suéltame ¿Quieres?

El tipo rió tomándome del brazo para evitar el otro manotazo que estaba por darle. Hice una mueca cuando acercó su rostro al mío y lo único que pude oler fue alcohol y vómito.

—Vamos, nena.

Lo empujé con más fuerza para dejar de sentir sus manos escurridizas por lugares que yo obviamente no quería que tocara para nada. Pero lo único que logré con eso fue hacer que se apegara aún más a mí.

—No sabes lo bien que te mueves —Dijo acercando su nariz a mi clavícula. Fue suficiente.

Antes de que pudiera mover mi rodilla para darle de lleno en su entrepierna, una mano me tomó de un hombro y empujó al tipo tan fuerte que terminó alejándose de mí y cayendo al suelo con un golpe seco.

Me tambaleé por el impulso antes de ver a Aaron ocupando mi cuadro de visión justo cuando tomaba al tipo de la camiseta para elevarlo a su altura.

—Voy a meter tu pierna tan adentro de tu trasero que no volverás a caminar cerca de ella, hijo de la gran puta—Vi como elevaba un puño cerrado dispuesto a moler al tipo a puñetazos.

Actuando con rapidez tomé su brazo con ambas manos y lo obligué a soltar el chico y a detener lo que estaba a punto de hacer antes de que comenzara un espectáculo más que innecesario.

Seguí al tipo con la mirada mientras este se perdía entre la multitud y se alejaba lo más rápido que podía de la figura iracunda de Aaron a quien, por cierto, tenía que agradecerle que...

—¿Se puede saber que mierda haces?—Me exigió con los ojos bañados en una ira ciega.

Fruncí el ceño en un gesto indignado. Claro que tenía que abrir esa bocota suya.

Quizá no estaba lo suficientemente borracha para bailar con cualquiera que se me cruzara, pero sí que lo estaba para tener otra discusión con Aaron si el muy idiota se ponía más idiota de lo que ya era.

—¿Disculpa? ¿Estás hablándome de nuevo? ¿O solo quieres ahuyentar a cada tipo que se me acerca?

Por alguna razón tuve la necesidad de hacerle creer a Aaron que estaba intentando algo con el pervertido de antes. Sí, una excelente idea, Kayla. Se nota que tienes problemas.

Diciéndome a mí misma que no se lo iba a creer, esperé su reacción observando atenta como Aaron se llevaba la botella de antes a los labios y se tomaba su último trago con simpleza, como si de alguna forma se hubiera tragado la mentira estúpida que yo le había dicho.

—No me importa lo que estés haciendo, Kayla. Es solo que cualquiera que te hubiera visto habría ido a ayudarte para evitar lo que fuera a hacerte ese tipo.

«Si era así entonces ¿Por qué él fue el único que vino?»

Aparté el pensamiento de mi cabeza poniéndome cada vez más furiosa.

—Si hubiera estado en un aprieto créeme que lo hubiera mandado a volar por mi propia cuenta—Me acerqué a él un paso para que pudiera escuchar las palabras perfectamente claras.

Aaron cerró los ojos en señal de frustración antes de abrirlos dejando de lado cualquier atisbo de suavidad.

—¿Podrías alguna vez en tu vida admitir que no puedes hacer todo sola?

—No, no puedo. Porque las cosas estaban tomando el camino que yo quería que tomaran.

«¿En serio seguía con eso?»

Si ya estaba concentrada en no arrastrar las palabras, concentrarme en no convertirme en una estúpida irracional ya se había convertido en algo demasiado difícil.

Vi a un Aaron tenso de pies a cabeza dar largas zancadas hacia mí.

—¿Entonces por qué estabas apartándolo?—Cuestionó mirándome con determinación.

Tragué en seco. ¿Desde cuándo había estado tan cerca?

Parpadeé con la vista fija en sus ojos sintiendo las tuercas de mi cerebro volverse cada vez más pesadas a medida que comenzaba a percibir la cercanía de Aaron como un balde de agua fría, la cerveza haciendo fielmente su trabajo cuando me di cuenta de que tenía su aliento a centímetros de mi rostro.

—No es de tu incumbencia.

Miré como Aaron estaba a punto de abrir la boca para atacarme nuevamente con una de sus respuestas frías, pero luego de unos segundos pareció caer en la cuenta de lo mismo que yo y solamente guardó silencio. Soltó la botella como si ya no fuera importante y me observó desde arriba con rostro serio. Lo imité esperando a que en cualquier momento soltara palabras que me dejarían igual de desecha como la última vez.

Los segundos pasaron y yo, con la lentitud de una tortuga, había decidido que no quería escucharlo. Así que cuando comencé a dar un paso hacia atrás para irme, Aaron tomó mi mano haciendo que chocara contra su duro pecho al acercarme a él.

Perdí la conciencia por un corto lapsus de tiempo cuando nuestros ojos se encontraron otra vez. Dorado versus plata, ambos interminables.

Volví a mí.

—Aaron —Lo único que se podría entrever en aquel llamado no eran más que amenazas implícitas, sin embargo él no estaba especialmente interesado en ellas.

Con la música resonando alrededor de nosotros advertí como su rostro se acercaba levemente al mio, nuestras narices casi rozándose entre sí.

—No te creo nada—Declaró con esa suavidad que creía olvidada, aprovechándose de mi estupefacción para tomar una de mis manos y dirigirla tras de su espalda para entrelazarlas la una con la otra. Cualquier pretexto que se me pudo haber ocurrido en la marcha se había evaporado, su mirada volviéndose cada vez más infinita que la mía.—Ese idiota no quería nada más que sexo casual y me atrevería a decir que eso no es lo que buscas.

—Pues entonces no me conoces lo suficiente.

Si lo que trataba de hacer con eso era herirlo, no funciono.

—¿Segura?— Preguntó bajando la cabeza a la altura de mi oreja para que solo yo lo escuchara. Rozó con sus labios la zona obteniendo una respuesta casi inmediata de mi cuerpo— ¿No querías que él fuera yo?—Soltó con un suspiro ahuecando con su mano libre la curvatura de mi cintura para apegarme a su cuerpo.

—Tu narcisismo es mucho más grande de lo que pensaba.—Susurré por lo bajo casi sin aliento.

¿Decir las cosas que no creía en voz alta servían de algo? No estaba tan segura y me parece que Aaron ya estaba al tanto.

—Te lo pregunto otra vez entonces ¿Querías que fuera yo?

Tragué saliva dirigiendo la mano que tenía libre a su espalda, tomando su camiseta en un puño. Pensando, pensando, pensando.

¿Qué si quería que fuera él?

—Kayla.

Me sostuvo con más fuerza cuando temblé al sentir todo el esplendor de su grave voz contra mi piel, tomando aire con el único objetivo de embriagarme de su olor e intentar formar esa respuesta que moría por salir de mi boca.

—Sí—Susurré tan bajo que dudé que lo haya escuchado, pero cuando lo sentí tensarse bajo cada uno de mis dedos supe que lo había hecho. Cerré mis ojos y apoyé mi frente en uno de sus hombros llenándome de él lo más que pude mientras sentía como Aaron comenzaba a recorrer la línea de mi columna con la yema de sus dedos, tocando apenas, como si estuviera considerando...

—¿Aaron?—Llamó una voz femenina que en ese momento me pareció la cosa más repulsiva y molesta del maldito mundo.

Elevé mis ojos sobre el hombro de Aaron encontrando a la morena mirándonos fijamente con el rostro fruncido en una mueca molesta.

La cerveza abandono en cosa de segundos mi sistema mientras soltaba a Aaron con dificultad y veía como él me lanzaba una última mirada antes de darse la vuelta para enfrentar a la tipa de la cicatriz. Dejándome ahí plantada como el puto llanero solitario, avergonzada y humillada.

«Ya te hundiste a ti misma, buena para nada»

Sin decir ni una sola palabra vi como Aaron fijaba sus ojos castaños en mí con expresión dudosa. Como si estuviera esperando que le digiera algo. ¿Qué quería que le digiera? No estaba en mí decidir si...

La frustración y la furia volvieron a embargarme como un enemigo eterno. Las siguientes palabras que dije salieron de mi boca guiadas por estos últimos. Ni siquiera tuve tiempo para considerar detenerlas.

—Haz lo que quieras—Le solté con voz filosa— Ve con ella.

Iba a dejar de beber desde ahora.

Me miró con el ceño fruncido.

—Kayla...

—¡Anda!—Le grité girándome para salir de ahí, pero su mano volvió a arruinar todos mis planes.

—¿Es eso lo que quieres?—Me pregunta serio, sus ojos atentos en mí, sin embargo no dudé. Las cosas ya estaban decididas, no iba a echarme para atrás solo por... esto que acababa de pasar. Había que ser sinceros con nosotras mismos, justo ahora no estábamos pensando con mucha claridad, no significaba nada. Pero por alguna razón las palabras dolieron cuando hablé.

—Es lo que más deseo.

Aaron me soltó sin dejar de mirarme.

—Bien.

—Bien.

—¡Bien!

Se giró casi haciéndose borroso mientras tomaba a la chica de la mano y la guiaba en dirección a las escaleras.

Los observé hasta que desaparecieron, esperando que el enojo desapareciera en cualquier momento, pero nunca paso. Estaba más enojada que nunca. Estaba tan enojada que cuando salí de la pista de baile me dediqué a taclear a cualquiera que se encontrara en mi maldito camino para apaciguar de alguna forma la ridícula presión en mi pecho.

—Eh, Kayla. ¡Espera un puto segundo!—Escuché a alguien seguirme mientras tomaba una botella de lo que creo era vodka y la destapaba con mis dientes echando licor hasta que el vaso estuvo tres dedos bajo el límite de su capacidad— Esto no está bien, espera.

Ignoré a Naomi llevando todo el contenido a mi boca para bebérmelo sin pausas en los siguientes sesenta segundos. Sentí el líquido quemar mi garganta mientras tragaba con desesperación.

Escuché gritos y aplausos de admiración a mi alrededor cuando me puse derecha para limpiar las pocas gotas de alcohol que corrían por mi barbilla.

—Joder, Kayla—Naomi lanzo el vaso y buscó con ojos frenéticos algún lugar para lanzarlo a cualquier  parte, cuando no lo encontró le pareció mejor idea tirármelo en la cara. Me quejé—Me voy al maldito retrete y te encuentro violando nuestro plan por completo —Grita moviendo sus manos a todas partes—Debo decir que ese era mi plan desde el principio, y estaba a punto de mearme de la felicidad cuando de la nada, apartas al pobre de Aaron y le gritas cosas sin sentido ¿¡EN QUE ESTABAS PENSANDO, IDIOTA!?

Vi su rostro borroso al tiempo que me reía en su cara y la tomaba de un hombro para no caerme.

—¿¡QUE!?

Vi los ojos asesinos de Naomi encenderse de furia, pero dejé de escucharla para mirar las luces y el humo sobre mí, quería volver a esa pista de baile. Quería olvidar.

Se lo hice saber a Naomi.

—CREO QUE QUIERO OLVIDARRMEEEEEE—Grité dando un paso en dirección al centro de todo el revoleteo.

Me tambalee y Naomi me tomó por un brazo, evitándome mi encuentro violento con el piso ¿Qué se creía el imbécil? ¿Es que acaso quería pelear?

—Kayla, voy a decirte esto lo más claro que pueda—Dijo tomando mi cara con ambas manos para que pudiera apartar mi atención del suelo—¡¡LA HAS CAGADO!!

Iba a responderle cuando de un momento a otro la música se detuvo para cambiar a otra pista. Solo fueron unos cortos segundos, pero eso fue lo que basto para que mis oídos pudieran captar el sonido de la puerta abriéndose. Alguien nuevo entraba por esta, buscando algo en específico con la mirada, repasando con meticulosidad a cada individuo que se le cruzaba al frente, sin entrar todavía, manteniéndose junto al marco de la puerta hasta que encontrara lo que estaba buscando con esos ojos... Esos ojos profundos.

Esos ojos profundos en ese rostro perfecto, ese rostro perfecto que tenía esa boca perfecta, esa boca perfecta que había sido la encargada de romperme el corazón en mil pedazos.

Esos ojos...que habían encontrado lo que buscaban.

Esos ojos que me miraban fijamente.

De verdad tenía que dejar de beber y esta vez lo digo malditamente en serio. Estaba comenzando a tener visiones.

—Ehhhh, Naomi.

—¿Qué?—Me preguntó esta cruzada de brazos en un gesto molesto mientras miraba a su alrededor con el ceño fruncido.

Me preparé mentalmente para que mi lengua no se trabara cuando dije las siguientes palabras:

—¿Podrías confirmarme si el que viene hacia acá es Wess?

________________________________________________________________________________

Qué manera de amar este capítulo.

Bueno, se supone que iba a subir esto antes pero no terminé de escribir la cantidad de caracteres que me había fijado para ese día, así que...preferí que fuera así *lunita de whazzap*

Este capítulo tiene bastante drama ¿No creen? JAJAJAJA AMO EL DRAMA AHHH Me parece que a partir de aquí comenzarán a armarse los tan nombrados teams ¿Alguno en especifico que apoyen? 

Seré objetiva con esto y claramente no diré por cual me inclino más...

Tengan un día, semana, mes y año maravillosos y cuídense un montón.

Chaolinbombitoschoclitos.

-Sofi.

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