Narra Venom
Estaba cómodo en aquel cuerpo, pero aún así notaba que me faltaba algo. O quizás era a él al que le faltaba. Compartir los pensamientos hacía que no supiese con seguridad quien sentía qué.
Tras leer detenidamente la carta, opté por unos huevos, bacon, patatas fritas, alitas de pollo y una cerveza.
-*Te agradecería que no me arruinases... No trabajo para tí*
-*Bien... Huevos y patatas fritas...*
Poco después, olí como se acercaba nuestra comida. Un chico, bastante joven, traía una bandeja con nuestro pedido. Era un rubio bajito, de ojos grandes y azules como el cielo.
Sin embargo, Eddie no le prestó atención, a pesar de que aquel chiquillo trataba de que lo notase, moviéndose exageradamente mientras nos servía. Incluso le guiñó un ojo antes de irse. Y ni así se dió cuenta.
-*Cegato*
-¿Eh?
Estaba riéndome internamente, pero por algún motivo, algo me molestaba.
Di un vistazo alrededor. Me dí cuenta que Eddie despertaba el interés de algunos de los que estaban allí. Un pequeño grupito de chicas cuchicheaban mientras lo miraban.
-*¡Es mío, maldita sea!*
-*¡Deja de chillar en mi cabeza! ¡Idiota!*
-*¿Sabes que como compartimos cuerpo, en realidad estamos besándonos todo el tiempo?*
-*... Por favor, vuelve a tu planeta*.
-*Oh, vamos... Te encanta que te tire los trastos*
-*Totalmente... Maldito bipolar*
Tras acabar, pagó y nos fuimos. Sentía la necesidad de abrazarlo y rodearlo, para que nadie pudiese verlo.
-*¿Y si te dijera que me gustas?*
-*Bromeas, ¿no?*
-*Sé que suena raro... Ni siquiera yo lo entiendo muy bien... Pero noto un hormigueo en el estómago*
-*Eso es hambre. ¿Quieres comer algo más? Hay una tienda de conveniencia en la esquina ¿Tienes ganas de helado?*
-*De lado, de frente,... Como quieras*
-*No sé ni para qué hablo contigo*
Una chica rubia se cruzó en nuestro camino. Ambos a la vez nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidado de algo.
-*Ally*
-Mierda... ¿Y ahora qué hacemos?
-*Comer. No sabemos donde está. No perdamos tiempo en cosas inútiles*
-*... ¿Sabes lo que es un comportamiento psicopático? Creo que tienes algo de eso...*
Choqué con una chica menuda, que vestía un vaporoso vestido rosa.
-¡Eddie! Llevo días intentando contactarte... ¡Pensé que habías muerto!
-Se me murió el móvil... Y... Ve a un psicólogo.
Era Anny. Se veía algo exaltada. Pude ver que tenía un aspecto algo desaliñado, muy poco propio de ella.
-Encontramos a Ally.
-¿¡Qué!?
Estaba al borde de la euforia.
-*Tampoco es para tanto... Siempre puedes sustituirla por otra rubia*
Ignorando el comentario insensible del alienígena, abracé con fuerza aquel pequeño cuerpo. Pero me apartó con rapidez.
-No todo son noticias buenas...
No quería escuchar lo que fuera a decir. Tenía miedo de lo que pudiese contarme. Quizás la habían encontrado malherida, o incluso... No, no podía ser posible.
-Se encuentra en estado de coma.
Respiré tranquilo.
-Podría haber sido peor...
-El médico ha dicho que es inducido. No tiene ninguna lesión. Es como si ella misma lo hubiese decidido... No entiendo nada...
Notaba como su mirada se entristecía más y más. Sentía la necesidad de abrazarla, pero sabía que me rechazaría.
-Quieres... ¿Ir a comer?
Narra Spiderman
Regresé a mi casa, no sin ser acompañado por Wade. Había sido bastante pesado, y terminé por ceder.
Sin embargo, parecía no querer hablar durante el camino, y eso me estaba poniendo nervioso.
Desviaba la mirada hacia él, y podía ver como sonreía, sobre todo cuando se daba cuenta de que yo lo observaba.
Me detuve en medio de la acera.
-¿Puede saberse por qué no hablas?
-No tengo nada interesante que decir, y no quiero que te aburras de mí.
-*Que adorable...* Pues... Cuéntame cosas de tí. Qué te gusta, qué haces en tu tiempo libre,... Ese tipo de cosas...
-Bueno... Me gustas tú, y en mi tiempo libre *te acoso vestido de ninja rojo* paseo o voy a tomar algo... La verdad es que mi vida es poco interesante. ¿Por qué no me hablas un poco de tí?
-Soy un universitario... No tengo vida fuera de los estudios. Siento decepcionarte.
Nos fijamos en un cartel enorme que anunciaba lo que parecía ser una colonia... Aunque no podía distinguirse bien si lo que trataban de vender era el perfume o al hombre que ocupaba tres cuartas partes del cartel.
-Puede que te parezca que luce mejor que yo... Pero solo es eso, una ilusión. Yo soy mil veces mejor. Puede que no sea muy guapo, pero tengo... Un gran pene, que destrozaría hasta a una retroexcavadora.
-... A veces no sé como tomarme las cosas que dices. Eres bastante raro.
-Bueno... Todo pasa por una razón. A veces, es por razones estúpidas y malas decisiones.
-¿?
-Espero ser tu mala decisión. Son las que dejan una marca más profunda.
-Yo... No sé que decir...
Narra Deadpool
-No digas nada.
Coloqué mi mano en su nuca, y lo atraje hacia mí. Me iba acercando poco a poco a sus labios.
Sentí un puñetazo en mi cara.
-Era demasiado bonito para ser verdad.
-¿!Estás loco!? ¡Estamos en medio de la calle!
Miré alrededor. Había bastante gente allí. Algunos incluso se habían quedado mirándonos.
-Eso puedo arreglarlo.
Sujeté la muñeca de Peter, y lo llevé hasta un callejón desierto.
-¿Cuál es la excusa ahora?
-Falta... Magia.
-De acuerdo... Wingardium leviosa, entrega la babosa.
-... Debes dejar internet.
-Y tú debes dejar de darme largas.
-Te lo expliqué hace poco...
-No sé que tiene que ver casarse con un beso.
-¿Me estás obligando a besarte?
-No... Es solo que... Ahora mismo, mi entrepierna es como la vida.
-¿Qué?
-Está bastante dura.
-Bueno, la vida también es corta.
-...
-...
Nos echamos a reír.
Maldita sea... Aquel chiquillo era perfecto para mí.
Seguimos el camino sin más incidentes. Se paró frente a su puerta, y se giró para despedirse.
-En el fondo... Lo he pasado bastante bien.
-Me alegro de escuchar eso.
Me di la vuelta para irme, cuando sentí que alguien tiraba de mí.
Peter plantó sus labios sobre los míos, y aunque fueron tan solo décimas de segundo, fueron las mejores décimas de mi vida.
Me sonrío antes de internarse en su casa.
"Felicidad" era una palabra que se quedaba corta en aquel momento. Sentí como que todo lo que pasase después, sería únicamente bueno.
-¡Joder, una cartera! Mi día de suerte.
Me agaché para recogerla. La abrí para ver si tenía el carnet del dueño, para tener que devolverla por obligación o para quedármela.
-¡Guau! Este tipo es horrib...
Me guardé la cartera que había comprado hacía solo unas semanas.