Forever Troublemaker. [Termin...

PauSmile tarafından

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"El que es, nunca deja de ser..." Es precisamente esa frase la que define a mi esposo, Zayn Malik. Pasamos mu... Daha Fazla

Forever Troublemaker.
*°*°*°*°
Ceguera en el cielo.
Floreciendo en la oscuridad.
Sombras en los espejos.
Lluvia que arruina vidas.
Esquemas y sombras.
El día que lo cambió todo.
El día que lo cambió todo II
Volviendo a casa.
Familia y amor.
Distancias.
Luz y oscuridad.
Fly away from the fire.
Relaciones únicas.
Siempre.
Dos cartas.
Importante.
Dulce humo.
El humo se desvanece.
Luz y Oscuridad.
Inesperado.
Lo siento. Lo lamento.
Equivocaciones.
Nos pertenecemos.
Probando la dicha.
Salvándonos.
Mensaje claro.
Una familia Normal.
Tocando la luz.
Sobre fiestas y riesgos.
Decisiones de vida. Parte I
Decisiones de vida. Parte II
Amada.
Doble filo.
La mancha en el Espejo.
¡Divorcio concedido!
En Pedazos.
Pesadilla.
Votos matrimoniales.
Medicina y Droga.
Última vez.
Deseos y Esperanzas.
Corazón dividido. Parte I
Corazón dividido. Parte II
Terminó. Parte I
Terminó. Parte II
Última madrugada.
Epílogo.
EXTRA
Agradecimientos.
¡IMPORTANTE!

Tonos grises en tardes soleadas.

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PauSmile tarafından

Mi fin de semana empezó oficialmente con la visión de un ramo de rosas blancos en mi mesita de noche. Mi esposo no estaba a mi lado y de inmediato supe que las rosas eran su disculpa, y que sin duda lo que había hecho era bastante malo, pues para que fuera un ramo del tamaño de aquel, debió sentirse muy mal.

Descubrí entre las rosas blancas una tarjeta que decía:

"Cariño, tengo que estar fuera todo el fin de semana.

Trabajo de última hora en un festival de música. Te llamaré luego. Te veo el lunes.

Te amo.

Zayn."

Quise enojarme, pero ya estaba un poco acostumbrada a ello. Suspiré y salí de la cama directo hacia la cocina en busca de Amalia. El olor a tocino me animó a bajar más rápido, estaba hambrienta y las niñas también.

La mujer me saludó preguntándome si quería los huevos revueltos o no. Decidí que serían revueltos. Me senté en la mesa de desayuno junto a la ventana que daba al patio trasero y le pregunté e Amalia si había visto a mi esposo.

-Si señora Marie. Salió temprano esta mañana con algo de equipaje.

Asentí percibiendo el olor del huevo sobre el sartén. De un segundo al siguiente dejó de ser agradable el aroma y se tornó agrio, me quemaba la nariz y hacía que mi cabeza doliera. Me levanté de la mesa y casi caigo, me sostuve en mis pies y casi corrí cuando sentí el amargo de los fluidos gástricos en la lengua.

Al llegar al baño del primer piso, que era el más cercano a la cocina, hundí mí cara en el inodoro y la mantuve allí por un tiempo considerable. Los síntomas del embarazo no me habían dejado del todo en paz, aunque ya llevaba varios meses de gestación. Supuse que el ser mamá primeriza me tenía más alerta y... alterada.

Amalia se encargó de llevarme a mi habitación, lavar mis dientes, bañarme, prepararme una aromática caliente y un poco de fruta para que desayunara. -Gracias Amalia, Por todo -le dije mientras salía de la habitación con los trastes que yo había usado.

Mi celular vibró en la mesita de noche, me estiré un poco y lo atrapé. La fotografía en la pantalla era la de mi sexy esposo haciendo una de sus famosas muecas. De inmediato sonreí y contesté.

-¿Cómo amanece mi preciosa esposa y mis hijas? -estaba de buen humos y me lo contagió de inmediato.

-Hola amor... amanecimos con ganas de vomitar -comenté riéndome. Del otro lado de la línea escuché a muchas personas dándole diferentes indicaciones a Zayn.

-¿Estás bien? ¿Quieres que envíe a alguien? ¿Un doctor? Lo que neces...

-No. Estoy bien -lo interrumpí para detener su retahíla de padre y esposo protector. Se notaba en su tono que estaba preocupado. -Tú concéntrate en cantar como los dioses que de estas jovencitas me hago cargo yo.

Se rió de mi tono maternal y añadió: -Sé que cuidarás de ellas, pero, ¿quién cuidará de ti?

-Por eso no te preocupes que Amalia está aquí, y... cuando llegues tendrás que compensarme.

Una sexy risa sonó del otro lado. Por solo escucharlo sabía qué cara estaba haciendo: ojos entrecerrados con fuego ardiente, mordiendo el lado interior de su mejilla con una sonrisa ladeada.

-Sabes perfectamente que lo único que me ha impedido "compensarte" son las criaturas que llevas en el vientre -su voz pasó a estar ronca y cargada de miles de promesas.

-No falta mucho para que puedas hacer lo que gustes...

-... y compensarte de muchas diferentes maneras -concluyó mi frase hablando tan lento que sería competencia para Harry.

La piel se me puso de gallina y tuve que respirar un poco antes de seguir la charla. Para la suerte de mi sistema nervioso y circulatorio, sus jefes le llamaron con urgencia y tuvo que irse a trabajar. Nos despedimos con la promesa de hablar en la noche.

Hasta el mediodía estuve en cama. Me sacó de mis aposentos una visita. Amalia me avisó que alguien me esperaba en el estudio con unos documentos. Supuse que sería el mensajero con nuevos papeles para firmar. Vivian no me había comentado nada, pero no me preocupé.

Bajé las escaleras después de revisar que no me viera como una loca, caminé hasta el estudio sintiéndome claramente mucho mejor. Al abrir la puerta me encontré con Bradley. Estaba observando uno de los cuadros que Zayn había comprado para decorar el estudio que en esos días poco usaba.

-¿Acaso eres el nuevo mensajero de la academia? Hasta donde tenía entendido un muchacho llamado Dave es el encargado de la mensajería.

De inmediato se giró, se sonrojó y se alejó del cuadro. Lo sobrepasé hasta llegar detrás del escritorio y me senté ofreciéndole la silla frente a mí. -Bueno, con la crisis económica no me ha quedado más remedio que tener dos empleos -dijo volviendo rápidamente a su personalidad segura.

No pude evitar sonreír ante su comentario. Me explicó rápidamente que había olvidado mostrarme algunos de los documentos para firmar, ya que se habían confundido y enrollado en algunos de sus dibujos. -Me he ganado una reprimenda por parte de Vivian, que me ha enviado tan pronto terminara mis clases a "cumplir mi tarea correctamente".

Volví a reír recibiendo los documentos. Los ojeé por encima y firmé. -Dave es mucho más efectivo debo decir -ambos sonreímos.

El ding dong del reloj de péndulo que estaba en el estudio me indicó que era la una de la tarde, casi de inmediato sentí la necesidad de comer. Sobre la mesa, en un pequeño bowl había varios dulces que a Zayn y a mí nos gustaban. Habíamos puesto varios de esos dulces por toda la casa y en ese momento no pudieron ser más oportunos.

Estiré mi mano y atrapé uno. Le ofrecí a Bradley quien se negó a tomarlo ya que no podía comer dulces sin haber comido algo decente antes. -¿No has almorzado? -negó diciéndome que había venido directo de la academia a llevarme los documentos. Me sentí algo culpable y lo invité a comer conmigo.

-El primer almuerzo con la jefa, supongo que algo estaré haciendo bien -volví a sonreír viendo sus ojos azules brillar.

-Pues no es la mensajería, de eso puedes estar seguro -las carcajadas de los dos inundaron el estudio. No paré de reírme mientras le devolvía los documentos y lo dirigía a la cocina.

Amalia había preparado un delicioso gulasch de carne que me hubiera encantado probar con una copa de vino tinto. La copa terminó en manos de Bradley y en la mía un vaso de limonada. Las niñas van primero.

En medio del almuerzo el ojiazul me comentó un poco sobre la academia y cómo estaban mis estudiantes. Me habló de unos cuantos jóvenes nuevos de diferentes partes del continente y del globo. Me agradó saber que la academia estaba posicionándose como reconocida en el marco de la danza.

-He extrañado muchísimo bailar, pero comprenderás que estoy fuera de forma -dije pasando mi mano sobre mi panza.

-Pero si estás lo más de elegante, Marie -su sonrisa era muy bonita y contagiosa. Estaba pasando un muy buen rato con él. -¿Sabes? Los estudiantes hablan mucho de ti. Te aprecian.

-Y yo a ellos. Me gustaría poder ir a verlos, pero con el embarazo no he tenido muchas libertades.

-Deberías salir un poco, le hace bien a los bebés -tomo mi palo vacío y el suyo y los dejó en el fregadero. -Puedo llevarte si quieres. Uno de estos días.

-No lo creo -susurré pensando en el problema que eso acarrearía con Zayn. No quería ni acordarme de las escenas de celos que me había hecho con Ed y con Liam cuando éramos más jóvenes.

Sus ojos conectaron con los míos cuando me tendió la mano para ayudarme a levantarme. -Puedo... de hecho. Tengo los videos de algunas clases de tus estudiantes. ¿Quieres verlas? ¡Han avanzado mucho desde que los conozco! -la mezcla entre su guapo rostro, su cabello castaño y sus ojos azul-grisáceo hubieran sido una locura hormonal de la Marie de la secundaria, pero de la mujer casada con Zayn, no.

Asentí animada. Se excusó diciendo que las tenía en su maleta que había dejado sobre la motocicleta. Le dije que lo vería en la -recién descubierta- sala de cinema, que le dijera a Amalia que lo guiara.

-¿Esa es Ivy? -pregunté sorprendida por el asombroso nivel que estaba mostrando Ivy en sus pasos de ballet. Ella usualmente era más dada a los bailes con ritmo y golpes contundentes, nunca algo como el clásico ballet.

-Así es. Asombrosa, ¿no? -asentí sin quitarle los ojos a la pantalla gigante donde estábamos viendo los videos de las clases de Bradley.

Me llevé una sorpresa al saber que Vivian no sólo le había encargado las clases suyas y las de Henry, sino también un par de las mías. "Está abusando de mí" comentó con una sonrisa arrebatadora. Le dije que hablaría con ella sobre ello, pero me detuvo exclamando que amaba su trabajo y que estar en la academia era lo que más ocupaba parte de su día haciéndolo sentirse como en casa.

Las clases que observamos eran de ballet, hip-hop, salsa y ritmos africanos. Escuchar la música me hizo querer ser uno de mis estudiantes para bailar sobre los pisos de madera, viéndome reflejada en los espejos. Moviéndome por toda la sala, dejándome llevar.

Una imagen de Bradley acompañando los movimientos de una pelirroja -creo que su nombre era Irina- llamó mi atención. Sólo estaban los dos y las luces sugerían que era de noche. Los tambores africanos inundaban la sala. Bradley estaba tras ella saltando y realizando movimientos rápidos de contracciones, saltos, asentimientos y juegos de brazos. No llevaba zapatos, sólo una sudadera de chándal azul oscura. Irina llevaba unos pantalones cortos y una camisilla suelta que le caía por el hombro de color crema.

Los dos cuerpos danzaban con rapidez, el brillo del sudor estaban por todo el torso esbelto del maestro y la frente y los brazos de la alumna. Quise ser Irina por un segundo, pero me sorprendí al darme cuenta que no era sólo por el poder bailar, sino por la compañía.

-Estábamos ensayando. El compañero de Irina, Joseph, ha estado un poco enfermo y yo le estoy colaborando con la rutina.

Cada semestre los alumnos de la academia de último año preparaban un show para reafirmar su graduación. La academia estaba posicionándose como una de las mejores de Nueva York, y nuestra exigencia a los estudiantes nos había permitido estar en los mejores lugares.

-Es una rutina muy buena, pero...

-¿Pero? -lo vi a los ojos que en la oscuridad cedían al gris y noté su rostro algo preocupado en medio de las sombras que la luz de la pantalla proyectaba contra su rostro.

Sonreí. -¿Por qué practicar de noche? ¿Te habló Vivian sobre nuestras reglas de relaciones entre maestros y estudiantes? -pregunté haciendo énfasis en las reglas.

La verdad era que la dichosa regla no existía. Después de mi experiencia en Julliard con el enamoramiento de mi profesor de canto, decidí que en la academia no tendría por qué ser así. Tras mi experiencia con Zayn me di cuenta que el amor llega cuando se le da la gana, rompiendo todas las barreras, estatutos sociales y reglas.

La expresión de Bradley se transformó, frunció el ceño y ya no pude evitar reírme. -Tranquilo. No pasa nada, sólo quería molestarte.

Dejó salir el aire que estaba reteniendo y sonrió con picardía. -Que susto me has dado. La verdad es que Irina no tiene más tiempo libre que en las noches y yo sólo quise ayudarla...

-No me tienes que dar explicaciones -estiré mi mano posándola en su antebrazo. Él sonrió y tuve que alejarme de su toque porque la imagen de un Zayn enojado se posó en mi mente.

Terminamos de ver los videos haciendo comentarios sobre los avances y las debilidades de nuestros estudiantes. Anhelaba volver y poder ser parte de sus mejoramientos en el baile, enseñarles y guiarlos.

Salí con Bradley hacia el patio trasero para ofrecerle una copa de helado mientras continuábamos nuestra charla. Amalia puso las copas frente a nosotros y me informó que Zayn había llamado al teléfono. -Dice que no le contesta al celular.

Le pedí que trajera mi móvil, que estaba en mi habitación. Así lo hizo y tuve que excusarme un momento para hablar con mi esposo. Su voz estaba algo alterada, apenas y podía escucharlo y supuse que estaba por salir a la tarima. Me reclamó por no contestarle antes, me defendí comentándole que estaba con "una asunto de la academia" ya que no iba a tentar sus celos mencionando a Bradley.

-Ah, bien. Sólo quería saber cómo seguías. ¿Te sientes mejor? -miré hacía la mesa donde el nuevo maestro de la academia comía su helado mirando hacía mi jardín de flores.

-Mejor, cariño. Las niñas están bien y yo igual -estaba pasando un buen rato, un buen sábado a pesar de que mi esposo no era parte de él. Sin embargo, él no necesitaba saber eso.

-Perfecto. Te amo, Marie.

-Y yo a ti, tonto -nunca había parado de decirle "tonto", era algo muy nuestro y que me gustaba. Colgué después de asegurarle que tendría mi celular cerca para cuando llamara. Aun no sabía en qué lugar del país se encontraba pero no era muy importante. Estaba realizando su sueño y con eso me bastaba.

-¿Tu esposo? -preguntó Bradley llevándose una cucharada de helado a la boca. Sus labios estaban rojos por el frío y una sensación extraña invadió mi pecho. Asentí y me senté para comer mi helado y continuar con temas de la academia.

La tarde se pasó volando en medio de una charla sobre música, movimientos que se nos hacían complicadas y estructuras del baile. No había tenido nunca una charla exclusiva sobre danza con un hombre. Con mi esposo era sencillo bailar y provocar, pero los temas referentes a mi profesión no eran algo que Zayn entendiera.

Era muy sencillo hablar con Bradley. Entendía lo que decía, sonreía y me hacía reír con comentarios sobre todo lo que tuvo que pasar para ser bailarín sin el apoyo de su familia. Me comentó que en Suiza -su país de origen. A eso se debía su acento-, no encontró el apoyo que buscaba y se trasladó por todo el mundo en busca de un lugar. Estudió, aprendió y finalmente llegó a la academia en cuanto vio la vacante en la vitrina que daba a la calle del lugar que fundé.

Me sorprendió mucho que llamara a Nueva York y a la academia "su lugar"; fue algo... significativo. Le comenté un poco de mi historia como bailarina, evitando algunos dramas de lo que fue mi vida al conocer a Zayn Malik.

-El baile es liberación -concluyó al notar que la noche había llegado y que una mujer embarazada debía refugiarse en casa a esa hora.

Me acompañó adentro, le agradecí por enseñarme los videos y pasar la tarde conmigo. -Seguro tenías mucho más que hacer y te retuve aquí -me disculpé sonriendo al llegar a la puerta.

-Si me he quedado ha sido porque quise, no me he sentido obligado ni un solo segundo, Marie -media sonrisa arrebatadora me convenció. -De hecho... -peinó su cabello hacía atrás, algo que me hizo visualizar a un Zayn enfurecido en busca de control, pero que en Bradley parecía más un gesto de nerviosismo-, tengo muchos más videos de los chicos -sus ojos estaban en todas partes menos en mí-, ¿quieres verlos? Puedo traértelos.

-¿Te parece mañana? -sonreí ante el leve rubor que se había formado en sus mejillas. Aun siendo un hombre el aspecto fuerte y seguro la ternura le quedaba perfecta. -Podríamos verlas en la sala de nuevo.

No tenía nada mejor que hacer; Zayn volvería hasta el lunes y quedarme en casa sola haciendo nada no parecía muy divertido en comparación con pasar un buen rato con Bradley; lo que me daba la oportunidad de conocer mejor al más nuevo de los profesores de la academia.

Él asintió y salió de casa. -Nos vemos mañana entonces -se despidió con la mano, caminó hasta su motocicleta, se puso el casco y cruzó sobre su cuerpo el tubo que supuse que guardaba dibujos. El rugir de motor se fue haciendo débil mientras él se alejaba de la propiedad.

Esa noche, después de cenar y de la llamada de buenas noches de Zayn, me quedé dormida pensando en mis estudiantes y en todo lo que su nuevo maestro estaba logrando con ellos. No quise ver que el maestro también estaba logrando algo en mí: Admiración.

Es curioso como nombramos lo que sentimos de maneras incorrectas para protegernos y proteger a los que queremos.

°°°

¡Hola mis Troublemakers!

Nuevo capítulo. Espero que les gustara :) ¿Qué creen que pasará? :o Mil gracias por los votos y los comnetarios, de verdad que los aprecio MONTONES.

No olviden que estoy en Inbox, Ask e Instagram para cuando me necesiten :)

Próximo capítulo: 26 de Septiembre :D

Lots of Love!

Pau.

Okumaya devam et

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