Corrí por la acera teniendo cuidado de no empujar a alguno de los ciudadanos que caminaban por allí con su atención puesta en el móvil y tener que soportar su mal humor. Vi el restaurante en el otro lado de la calle. Llegaba tarde como siempre y Jer ya estaba esperando sentado en una de las mesas al lado de la gran cristalera. Mi sitio favorito.
No se percató de mi presencia y me senté frente a él- Siento llegar tarde- dije sin aliento, cogí el vaso que tenía frente a mí y bebí- Me entretuve con el jefe.
-Hola- saludó cogiendo el vaso y mirándolo detenidamente- me debes una cerveza- sonreí avergonzada, me había bebido casi todo el contenido- Londres no te cambió en cuanto a ser una impuntual.
-¿Por qué todo el mundo me dice hoy lo mismo?- me pregunté a mi misma, como me lo volvieran a decir en lo que queda de día, saltaba.
-Será mejor que pidamos de comer, dentro de media hora debemos estar dentro otra vez- asentí y llamó al mesero. Éste apuntó nuestros pedidos y volvió a los pocos minutos con una Coca-cola para mí y otra cerveza para Jer.
-¿Vistes a la Barbie que tengo de compañera?- dije poniendo cara de horror. Jer me miró con el ceño fruncido- ¿Qué? Es una estúpida, engreída y presumida y sólo intercambié con ella dos palabras.
-¿Clare? Es un encanto de mujer- bebió su cerveza y me miró, mi boca se abrió tanto que mi barbilla podría haber dado en la mesa ¿estaba de broma verdad?- no la has conocido seguro que te cae bien.
-¿¡Oh venga ya!? ¿No me digas que tú también?- el mesero llegó con nuestro pedido dejando delante de mí un sándwich vegetal y una de las hamburguesas más grande que nunca antes había visto frente a Jer- Creí que tenías mejor gusto eligiendo a las mujeres- dije pegando un bocado a mi sándwich.
-Y lo tengo, pero en las que me intereso parece que ellas no lo hacen- dijo antes de probar su hamburguesa, miré el sándwich entre mis manos y me golpeé mentalmente por haber dicho eso.
-Tu apetito sigue siendo el mismo ¿eh?- dije para hacer desaparecer el silencio que se estaba formando, pegué otro bocado y saboreé, ya no recordaba lo que me encantaban esos sándwiches.
-Si por mi fuera me comería todo lo que hay en este restaurante- dijo en un tono muy serio pero poco le duró porque empezó a reír y yo me uní a él.
Mientras comíamos reímos y alguna que otra vez discutíamos por cosas tontas como que él prefería estar sentado en casa mirando la televisión y yo prefería salir a dar una vuelta y cosas así sin sentido pero si no fuera así Jer y yo estaríamos en una situación incómoda. Después de salir del restaurante caminamos de vuelta al trabajo, mientras tanto le contaba como había sido mi experiencia en Londres y como no, comentaba todo lo que yo decía.
Jer y yo nos separamos para ir cada uno a su puesto de trabajo aunque él desapareció de un momento a otro. Miré hacia mi mesa y toda la alegría fue desapareciendo al ver a la Barbie al lado. Suspiré y caminé hacia mi sitio “por favor, por favor que no se dirija a mí o la mando a tomar viento fresco” me iba diciendo cada vez que me acercaba más. Me senté y empecé a sacar papeles hasta que noté que noté que alguien me estaba dando golpecitos en el brazo con un bolígrafo.
-¿Qué tienes con él?- preguntó Clare cuando vio que miraba su bolígrafo volviendo a pinchar en mi brazo, dirigí mi mirada hacia donde ella miraba y estaba Jer hablando con el señor Romserty.
-Nada, sólo somos amigos-contesté lo más seca que pude. Miré de nuevo a Clare y sonreía, realmente era guapa pero sus intenciones con Jer no decían que fueran de amistad precisamente.
-Oh bueno, mejor- dijo dándose la vuelta y volviendo a lo que fuera que estuviera haciendo.
-Ya que estamos Clare- dije esta vez amablemente y la pregunta vino a mí de inmediato- ¿sabes quién es el señor Di Giovanni?
Clare se giró de nuevo para encararme y sonrió, noté como sus mejillas se volvían de un tono más rosado. Claro que sabía a quién me refería. ¿Qué habría pasado entre ellos dos? “No Amelia, no te interesa”
Clare al ver lo que estaba pensando y como la miraba se adelantó a decir aclarándose la garganta- Él trabaja para una de las empresas con las que trabaja 2 Fake Corp- vaya estaba bien informada- Y es bastante caliente ¿no crees?
-Gracias por la información- ignoré lo último que dijo y volví a mi trabajo. Si nuestras conversaciones iban a ser así, mejor eso que nada.
El señor Romserty me encargó de escribir sobre los eventos que se habían llevado recientemente en Londres y luego tendría que informarme sobre el caso de la señora Smith y buscar el modo de cómo hacer que tuviera una entrevista con ella.
Ya era hora de volver a casa. Me despedí de Jer y mientras subía al ascensor tecleaba en mi móvil un mensaje para Christy.
Para: Christy
De: Amelia
¿Qué te parece quedar esta noche en mi casa? Comida china, un sofá y cosas que contar. ¿Te apuntas?
Las puertas del ascensor se cerraron y levanté la mirada del móvil pero antes de hacerlo el móvil vibró y tenía un mensaje de ella.
Para: Amelia
De: Christy
¿¿QUE SI ME APETECEEEEEE?? Me EN-CAN-TA la idea. A las 20.00 en tu casa ;) Uish voy a verte por fin!!
Sonreí a la pantalla del móvil. Christy era la persona más alegre que conocía, las puertas del ascensor se volvieron a abrir y entró más gente. Miré la hora y eran las 18.00, tenía tiempo de volver tranquila a casa y arreglar todo el desorden que había liado esa mañana.
-Señorita ¿va a bajar?- ¿por qué escuchaba esa voz en todas partes? Miré hacia arriba y no, no me estaba volviendo loca.
-Uhm no me di cuenta- dije mirando cómo la gente empezaba a salir del ascensor a empujones.
-¿Está esperando a su novio?
Me giré hacia él incrédula ¿quién se cree para meterse en mis asuntos?- No. Y no le importa quién me espera, buenas tardes- dije saliendo del ascensor lo más rápido que pude. Lo que me faltaba escuchar hoy, un auténtico desconocido metiéndose en mis asuntos.
De vuelta al apartamento tuve que coger otro taxi, tendría que arreglar mi coche tarde o temprano. Mis pensamientos viajaban hacia unos ojos azules cielo pero negaba cada vez que la imagen se me venía a la cabeza. El taxi paró y le di el dinero saliendo lo más rápido que pude.
Cuando entré Steven estaba con una camiseta de mangas cortas a pesar del frío que hacía, agachado bajo el mostrador al parecer no se dio cuenta de que yo estaba allí.
-Hola Stev- dije alegre apoyándome en el mostrador- ¿qué haces ahí abajo?
Se levantó rápidamente dándose un golpe con el mostrador en la cabeza, se frotó la parte trasera y me miró- Amelia no me des esos sustos.
-¿Estás bien?- pregunté preocupada por el golpe que se había dado, asintió y me relajé un poco.
-La maldita estufa no funciona y estaba intentando arreglarla- dijo frotándose todavía la parte trasera de su cabeza, se removió el pelo y reí- ¿Qué es tan gracioso?
-Tu pelo- reí señalando, me incliné un poco y empecé a removerlo hasta que quedo como estaba- Ya está.
Tenía una sonrisa de oreja a oreja y sonreí también, antes de marchar busqué en el bolso y encontré lo que buscaba.- Stev necesito que me hagas un favor.
-Todo lo que tú quieras- dijo mostrando atención, siempre se había comportado bien conmigo y le estaba muy agradecida.
-El depósito de mi coche está a cero y Christy viene dentro de unas horas y tengo que hacer muchas cosas como para encargarme de eso también- expliqué, él iba asintiendo a cada cosa que decía.
-Ya me encargo yo de eso, tú sube que Christy se pondrá histérica si no estás preparada- dijo guiñándome el ojo, le dejé las llaves en el mostrador y él las cogió.
-No sé cómo no tienes una mujer a tu lado- dije antes de empezar a caminar hacia el ascensor.
Se encogió de hombros y la sonrisa que apareció no llegó a sus ojos- Sigo esperando a la indicada.
El apartamento estaba hecho un desastre, ropa encima del sofá, por el suelo y por cualquier lado. Cerré la puerta y dejé el bolso en el sofá, me remangué las mangas de la blusa y miré alrededor- A limpiar se ha dicho.
Después de recoger todo lo esparcido por el suelo, poner la lavadora y ordenar un poco mi desastre de habitación que me llevó casi más de una hora. Abrí el cajón donde tenía mi ropa interior y sorpresa que me lleve- ¿Qué se supone que hace esto aquí?- me pregunté mirando extrañada las medias de liga que tenía en mis manos.
Casi toda mi ropa interior había sido reemplazada por otra mucho más sexy y provocadora de la que tenía. Lo cerré y me giré hacia mi armario. Seguro que la culpable de todo esto había sido Christy. Abrí el armario y lo que pensaba, ahora estaba lleno de ropa que nunca antes había visto. Vestidos que nunca me hubiera puesto estaban colgados en mi armario, al igual que esas faldas y blusas que mostraban más de lo que yo recordaba. Negué cerrando el armario y me dirigí a la ducha, esta amiga mía se iba a enterar.
La ducha fue relajante y estaba sentada en el sofá con unos shorts deportivos y una camiseta vieja. El reloj marcaba las 19.59, empecé a contar hacia atrás 3, 2,1... Los golpes en la puerta sonaron y me levanté con una gran sonrisa. Tan puntual como siempre. Abrí la puerta y me quedé mirando a mi amiga, hacía casi un año que no la veía y tenía tanta alegría en mi interior que todo el que estuviera a mí alrededor se habría percatado de ella.
Los brazos de Christy me agarraron y aplastaron en un abrazo de bienvenida. La abracé también.
-¿Cómo está mi rubia preferida?- pregunté deshaciéndome del abrazo, si no me retiraba esto podría alargarse. La sonrisa que tenía me hizo sonreír más de lo que ya hacía. Le dejé pasar y cerré la puerta tras de mí.
-¡Dios amor como estas!- dijo dándome una vuelta- tu pelo está más largo y… ¡Cuánto te he echado de menos enana! – dijo volviendo a rodearme con sus brazos, dejándome sin aliento.
-Yo también te eché de menos Chris- dije riendo, se separó un poco dejándome respirar.
-Tienes que contarme todo lo que pasó en Londres, todo- dijo sentándose en el sofá, la seguí y me senté a su lado con una pierna arriba y mirando hacia ella.
-Sí pero lo primero de todo, ¿qué liaste con mi ropa?
Empezó a reírse pero yo no le veía la gracia a lo que dije- Necesitabas un cambio de vestuario, siempre con esos jeans y blusas, por no hablar de tus zapatillas.
-¿Qué pasa con mi zapatillas? Son cómodas- dije a la defensiva, ella sonrió y me señaló con el dedo.
-Demasiado guapa para llevar eso- dijo encogiéndose de hombros. Ella y su forma de hacerte sentir mejor.
-Pero no tenías que comprar toda esa ropa- y era la verdad, tenía ropa que utilizaba para salir con los amigos y bueno la otra más usual para trabajar ¿a quién querría impresionar yo en el trabajo? A nadie.
Hizo un gesto con la mano quitándole importancia y volvió a su tema favorito, lo podía leer en esos ojos verdes- No hubo ninguna noche loca en Londres- aclaré antes de que preguntara.
Su sonrisa cayó y yo reí- Pero… ¿cómo que no hubo nada? Algo tuviste que hacer por dios Amelia todo un año sin tener sexo, ni tú te lo crees.
-Pues así fue, hubo algún que otro coqueteo pero nada más, ahí se quedó. No tiene nada de malo, no compares mi vida sexual con la tuya- dije volviéndome seria.
-Bueno dejemos esto a un lado. ¿Qué tal el viaje de vuelta? Espera ¿Qué dijo Jer al verte?- dijo iluminándose los ojos. Christy conocía a Jer igual que yo y siempre que veía la oportunidad decía que nunca debería de haber roto esa relación.
-Jer- suspiré y le miré, no podía mentirle- Se ilusionó al igual que yo de verlo después de un año, fuimos a comer juntos y estuvimos hablando. Pero ya sabes que es imposible.
Asintió y rápidamente cambió de tema- Amelia tienes que conocer a mi bombón- dijo iluminándose la cara con tan sólo hablar de él. Christy había estado con muchos hombres a lo largo de su vida, todos se fijaban en ella. Claro su cuerpo y lo hermosa que era, y después su personalidad. No como las demás modelos que había llegado a conocer.
-¿Qué te parece si me lo presentas este fin de semana?
-Perfecto, pero tráete a alguien ¿por qué no le preguntas a Jer si quiere ir contigo?
Negué- No puedo. Va a interpretarlo de otra manera, así que no.
-¿Y qué tal Stev?- comentó, lo pensé por un momento y me encogí de hombros- Venga ya, estará encantado de ir a cualquier lado contigo- dijo sonriendo. Una vez Chris me dijo que Steven estaba coladito por mí pero no le veía sentido a eso, sólo éramos dos personas que nos llevábamos bien.
-Quizás, le debo muchos favores- me levanté al escuchar el timbre de la puerta. La comida había llegado. Abrí la puerta y allí estaba el repartidor con las bolsas, le di el dinero y algo de propina y se despidió con una sonrisa- Aquí está nuestra comida.
Christy ya estaba en la cocina cogiendo un par de latas de Coca-Cola Zero. Era lo único que se permitía tomar en casa. Ambas volvimos al sofá y dejé la comida sobre la mesa de cristal frente al sofá, Chris me dio una lata y las dos a la vez bebimos.
-Bueno cuéntame de tu nuevo amorío, ¿cómo lo conociste?- pregunté cogiendo el plato con pollo con nueces.
Christy cogió los fideos y sacó los palillos- Pues, lo conocí en una de esas fiestas que realiza la empresa en la que trabajo. Ya sabes cómo son esas cosas, sólo llevamos unas semanas pero es el hombre que toda mujer desearía tener te lo aseguro y…- se estaba emocionando mientras me contaba- no sabes lo increíble que es en la cama.
Casi me atraganto con el pollo- Está bien, eso no hace falta que lo expliques o comentes- cogió los fideos y los miró- Hay algo que seguro que me gustaría saber más que eso- Me miró confusa y llevó los fideos a su boca- Chris, su nombre, no como es en la cama por favor.
-¡Ah! Casi se me olvida. Se llama Dominic- contestó mientras masticaba.
-¿Dominic? No me resulta un nombre muy común de por aquí- dije volviendo a mi plato, cogí unos trozos de pollo y algunas nueces y lo comí.
Negó- No, es italiano. Eso lo hace más adorable- dijo sonriendo, dejó los fideos a un lado y bebió de su lata.
Toda una noche hablando sobre trabajo, las locuras de Christy y hombres. El tema favorito de ella, se notaba que estaba loca con el tal Dominic y me alegré por ella. Aunque conociéndola acabaría con él como con todos, y esperaba equivocarme porque después era yo la que tenía que consolarla y tenerla en casa todos los días a todas horas.
-Nos vemos el sábado- dije antes de despedirme de ella, asintió.
-Mañana tengo sesión así que no podré venir- asentí- buenas noches cielo, y mañana quiero que te pongas algo de lo que te compre.
-Buenas noches- me despedí empezando a cerrar la puerta- y eso ya veremos- reí, escuché como se quejaba pero ya había cerrado la puerta.
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Holaaa a todos!! Aquí os dejo el segundo capítulo de Amor Mentiroso. Espero que les guste y que se diviertan con la lectura. El próximo capítulo lo subiré mañana sin falta !! Les dejo a Jeremy en multimedia.
Muchas gracias!! Nos vemos pronto!!
XOXO
Pdt: Os invito a pasar por mi otra historia "Por ese primer beso" <3 Gracias!!
Pdt 2: No olviden dejar sus votos y comentarios :3