Suena la campana y todos nos despertamos para salir corriendo a ponernos nuestros trajes.
—Más rápido gente, vamos, vamos —dijo nuestro jefe mientras aplaudía.
Me coloqué el casco con rapidez y nos subimos al camión. No tardamos más de treinta segundos en hacer todo, pero llegar fue un poco más difícil, al parecer era un barrio privado y quedaba algo lejos, pero nuestro hermoso camión, de no me acuerdo cuantos caballos de fuerza, nos hizo llegar en cinco minutos al lugar.
—Es un incendio grande, tengan cuidado el fuego se esparce con rapidez —informó el jefe de batallón.
Nuestros tenientes, Casey y Severide, nos dijeron que hacer y tan rápido como pudimos entramos a la gran mansión en llamas.
—¡Bomberos! ¡¿Hay alguien?! ¡Sí lo hay, grite! —exclamamos al entrar.
Mi teniente, Severide, me indicó ir arriba, subí las escaleras lo más rápido que pude y repetí las palabras antes dichas. Esta vez, alguien respondió, bueno... no una una persona, más bien un perro. Escuché ladridos.
Corrí hacía la puerta donde escuché al animal y tuve que romperla, apenas pude distinguir, entre el humo, al perro y a un chico desmayado.
—Bien hecho amigo, bien hecho —dije al perro, quien volvió a ladrar.
Saqué al chico, el cual se había desmayado, y detrás mío venía el perro. Cuando salí de la casa las paramédicos lo atendieron y se lo llevaron al hospital, vi salir a mis compañeros los cuales informaron que ya no quedaba nadie así que se pudo empezar a apagar el fuego.
A eso de las seis de la mañana volvimos al cuartel, fui a mi casillero y tomé mis cosas para irme, en el camino me crucé a Gabriela y le pregunté sí sabía del chico pero negó saber algo, dijo que lo llevaron al hospital y lo único que se les fue informado es que no tiene quemaduras, solo se rompió la muñeca. Le agradecí la información y salí del cuartel.
—Brook, ¿Vamos por unas cervezas a Molly's en la noche? —preguntó Severide llegando a mi lado.
—Claro, te veo ahí a las siete —sonreí. —Oye, ¿sabes como se originó el fuego? —pregunté ahora algo más seria.
—Empezó en la cocina, había agua que hirvió y se derramó, quedó saliendo el gas así que cuando el chico usó su celular para no sabemos qué, todo explotó —me informó.
—¿Cómo asben lo del celular? —pregunté.
—cuando inspeccionamos todo lo vimos tirado así que lo más común y probable es que haya sido eso.
Asentí con mi cabeza y nos despedimos para volver a encontrarnos esta noche.
Pasaron dos días hasta que tuve que volver a la estación, hoy tenía turno así que debía cumplir con mi deber.
Estaba jugando cartas con los chicos mientras reíamos y tratábamos de desconcentrar al otro cuando se escuchó una voz desde los parlantes.
—Estación 51, tienen visita —informó.
El chico que habíamos ido a su casa estaba allí y con su perro,todos se acercaron al verlo y él les dio las gracias uno por uno, el perro también fue el centro de atención. Me paré algo tarde porque ya todos rodeaban al chico para sacarse fotos con él.
"¿Qué?" pensé y reí en mi mente. "¿Por qué sacarse fotos con él?".
—Oye Brook, ven, el chico quiere conocer a su salvadora —dijo Cruz riendo mientras acariciaba la cabeza del perro.
Todos se hicieron a un lado, él me miró medio sorprendido medio contento.
—Hola, soy Tom Holland... Tu me sacaste de mi casa, ¿Verdad? —sonrió, ofreciendo su mano la cual tomé y sonreí también.
—Sí, soy yo... Brooklyn Bender, un gusto, Tom.
—Oh, ella es Tessa, mi perra, te agradezco mucho por haberla sacado a ella también —dijo volviendo a acariciar la cabeza de su mascota.
"Era una perra, no un perro" pensé.
Me agaché a la altura del can y lo acaricié, ella recibió gustosa mis mimos.
—La estaba bañando e intentaba tomarle una foto, pero cuando prendí mi celular escuché una explosión, me caí y rompí mi muñeca, la puerta estaba cerrada así que Tessa tampoco podía salir, me desmayé por el humo y cuando desperté en el hospital me dijeron lo que pasó así que no dude en venir y agradecer —explicó.
Unos minutos más tarde el famoso actor, cosa que me enteré por parte de mis compañeros porque yo no tenía ni la más remota idea de quien era, se fue del lugar, prometiendo ir a Molly's algún día y llevar a sus amigos.
—Parece que alguien ya tiene un puesto asegurado como conquista del actor —canturreó Herman.
Lo miré mal y el hizo señas con tus manos.
—¡¿Acaso no viste como te miraba?! No me sorprendería sí un día des estos sales en la tele o sí te pide matrimonio —rió.
Rodé los ojos ante tal estupidez.
Los días pasaron y adivinen qué... Herman había tenido un poco de razón ,solo un poquito. Tom me había esperado afuera uno de los días que salí del cuartel y se me acercó para decirme de ir a comer algo juntos, acepté puesto que él era lindo y además me parecía un buen chico. no se me había dado por buscarlo en Internet y tampoco lo hice cuando me invitó a cenar, no me importaba quien fuera, sí a él no le importo que fuera bombero ¿Por qué habría de importarme sí él es actor?
Llegué a su departamento, se notaba que era famoso sí podía tener ambas cosas, o bueno, tenía una buena posición económica.
Toqué el timbre y él me recibió con una sonrisa, me hizo pasar y Tessa al verme ladró y corrió a mi, me caí al suelo mientras la perra me lamía la cara y yo reía con mis ojos cerrados.
—¡Tesa! No, Tessa —decía Holland mientras la apartaba de mí.
cuando por fin la sacó se la llevó hasta una habitación y la dejó ahí, me levanté del piso, pregunté por el baño para lavar mi cara y un muy apenado actor de Hollywood me indicó donde era.
Cuando salí lo vi sirviendo el pollo al horno en nuestros platos, me acerqué a él.
—Lamento lo de Tessa... Creo que le agradas —rió.
Me reí también pero le aclaré que no importaba, me gustaban las mascotas.
Comíamos mientras él me contaba que era actor, sobre sus películas y que trabajaba para Marvel, me dijo que interpretaba al Hombre Araña. Yo le conté sobre mi trabajo como bombero, él escuchaba atento a mis palabras, hasta que sorprendía.
—¿Y nunca te quemaste o algo así? —preguntó con expresión curiosa.
—Claro que sí, varias veces, pero por suerte nunca fue algo grabe, claro que tengo un par de cicatricez y ortas son de cortaduras por caer desde algún lado o romper un vidrio... O caer desde algún lado y en eso romper un vidrio —reí.
—Suena doloroso... ¿Cuantos años tienes? —preguntó.
—Sí, es doloroso y tengo veinte, ¿Vos cuantos años tenés?
—Veintidós.
Nos sonreímos y seguimos hablando y comiendo.
A eso de las dos de la mañana nuestras risas debían escucharse por todo el edificio, estábamos jugando twister, yo estaba en un vestido algo corto, pero no tanto ya que me llegaba unos dos centímetros más de la rodilla y era abierto, no sé como explicarlo bien, por lo que moverme no era algo conveniente.
Caí sobre Tom muerta de risa al igual que él.
—Me gustaría volver a verte, Brooklyn —confesó serio.
—También me gustaría eso, Thomas —susurré tímida.
ambos sonreímos pero él fue mucho más rápido que yo y se abalanzó sobre mi para besarme.
"wow, nunca imaginé esto de este chico" pensé.
—Ya tengo que irme —murmuré mientras mordía mi labio, nerviosa y con mis mejillas rojas.
Esa fue una noche de muchas, también estuvimos juntos de día, en las tardes y hasta en las mañanas, me imagino saben por qué de esas mañanas.
Pasaron varios meses pero la prenas no decía nada, al menos por ahora, él y yo nos pusimos de novios, Herman se rió en mi cara mientras bailaba victorioso, los demás solo me felicitaron y se pusieron contentos.
............
Todo iba perfecto para la feliz pareja, nadie los molestaba, no había paparazzi ni ningún medio hablando de ellos y eso era raro porque sí salían juntos.
Él veía la tele en tranquilidad cuando empezaron a hablar de un voraz incendio en una fabrica de pintura, él se asustó y llamó de inmediato a Brook... Pero ella no contestaba, veinte fueron las llamadas hasta decidió calmarse y ser positivo mientras veía como todo explotaba, se quemaba y caía.
Temía escuchar la puerta o ver una camioneta roja desde su balcón, no podía perderla, no en su mejor momento.
Lloró desconsolado cuando dijeron que había heridos pero no decían los nombres, gritaba que los dijeran por más que fuera en vano, quería a su chica con él, la necesitaba con él pero también entendía que para ella esa vocación era todo y no podía negarle su felicidad.
Por horas se quedó viendo la tele pero no mostraban información... Hasta que escuchó la puerta y msu corazón separó, se levantó apurado para abrir y ahí vio a dos hombres.
—¿Tom Holland? —preguntó uno de ellos.
Estaban uniformados de azul por lo que supuse que eran parte del cuartel. Asentió a su pregunta con la cabeza.
—Su novia, Brooklyn Bender está en el hospital por favor siganos —habló el otro.
Los siguió temiendo lo peor.
—¿Está muy grave? —preguntó desesperado.
—No lo sabemos, lo sentimos pero nos mandaron a llamarte y no nos dijeron nada —se disculpó uno.
..........
Al llegar al hospital vi que todo era un caos, camillas por todos lados, gente corriendo y otros llorando, divicé a los compañeros de Brook y corrí a ellos.
—¿Dónde está? ¿Cómo está? —interrogué a punto del paro cardiaco.
—Tranquilo amigo, ella está bien, pasa —dijo Otis calmándome.
Pasé la cortina y la vi... Ella estaba bien, tenía un yeso en su pierna y estaba conectada al respirador. Un médico entró, al verme ahí parado me dio la mano en forma de saludo.
—bueno, ella estará bien, se rompió tibia y peroné debido a que una biga cayó en su pie, respiró humo por lo que le va a costar respirar por al menos un mes o mes y medio, tiene quemaduras menores en su cuello pero le daremos una crema para que no deje marca... Tuvo mucha suerte, tal vez ella despierte mañana y podamos sacarle el respirador cuando lo haga —informó antes de irse.
Fueron días duros para mí, verla acostada, con sus ojos cerrados y sin poder respirar por su cuenta me estaba matando. No fue un día como se suponía sino que fueron dos semanas en la cuales ella no despertó, al ver tercer día que no despertaba los médicos le hicieron una tomografía y se dieron cuenta de que había golpeado su cabeza fuertemente contra el piso, el casco había ayudado pero no mucho.
Cuando ella despertó llamé a los médicos, al día siguiente le dieron el alta, fuimos ala estación y todos se pusieron felices al verla bien.
Ya en su departamento, era otra cosa.
—¡Tuve miedo! No creí que algo como esto pasaría, Brooklyn tengo derecho a estar enojado ¿Por qué entraste? Está bien, te lo ordenaron pero te preguntaron primero, Brook.
—Stanley esto es mi vida, y poco me importa mi estado ahora o lo que me pasó, no me importa haber estados dos semanas en un estado de coma, voy a voler Holland y no quiero tu opinión.
—No, no y no, Brooklyn yo te amo ¿Sí? Sé que nunca te lo dije pero te lo digo ahora y es verdad, te entiendo cuando dices que esto es todo para ti peor, Brook... No te das una idea lo que fue para mi verte en ese hospital, ver como no te despertabas después de la fecha acordada.
Yo lloraba, ella estaba cerca de hacerlo, su labio tembló y ella lloró. Me acerqué para abrazarla y besar su frente.
—No te quiero perder, Brooklyn —susurré.
—Ni yo a ti.
Terminamos la discusión como dos adultos, ella prometió ser más cuidadosa con su trabajo pero me recalcó fuertemente que si no me gustaba o no podía aceptar que ella hiciera lo que amara me podía ir tranquilamente de su vida, también dijo que ante una situación de riesgo, ya fuera alto o bajo, si ell sabía que había victimas no le iba a importar nada e iba a entrar.
Me costó aceptar todo eso, era muy difícil para mí verla irse en las mañanas y que cuando volviera tal vez tuviera un raspón nuevo o una mínima quemadura en su brazo, pero lo entendía... Eso era su vida y estaba dispuesta a todo por ese trabajo.
—¿Amor? —susurré adormilado, eran las cuatro de la mañana.
—Duerme, tengo que irme —dijo apurada.
Besó mis labios una última vez y salió corriendo, me costó volver a dormir tranquilo pero lo logré.
Escuché la puerta, miré la hora, seis de la mañana. Me puse un pantalón y abrí. Palidecí.
—Lo sentimos señor Holland, ella entró sin las ordenes de el teniente Severide porque escuchó que había un niño adentro, logró salvarlo pero le dio su mascarilla para que pudiera respirar y ella... Bueno, cuando la encontraron estaba tirada y el niño había salido por la puerta trasera, las paramédicos la llevaron al hospital pero ya era tarde.
Empecé a llorar como nunca antes en mi vida había llorado. No podía ser verdad, no podía haberla perdido.
—Tom, despierta, Thomas —escuché.
Abrí los ojos, ahí estaba ella, estaba bien, nada malo le había ocurrido.
—Te amo, te amo. Brooklyn Bender, te amo mucho —dije mientras la abrazaba fuertemente y volvía a llorar.
—¿Tom qué? Amor... ¿Tuviste una pesadilla? —preguntó ella.
—Era sobre cuando te fuiste en la noche, era sobre que te perdía... Brooklyn, te amo no puedo perderte —sollocé.
Besó mi mejilla tiernamente.
—No vas a perderme, vamos a dormir de nuevo, estoy cansada y son las siete de la mañana —rió.
Asentí y nos acomodamos para dormir, la abracé fuertemente, era increíble que ella fuera más enana que yo, pero lo era y eso me encantaba, besé su frente para después quedarme dormido junto a ella.