X-Men: Primera Generación ❤️L...

Autorstwa GiovaPierceMikaelson

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Mutante, es el ser viviente que ha sufrido una transformación que lo ha conllevado a poseer increíbles dones... Więcej

X-Men: Primera Generación ♥ La Mutante De Mis Sueños ♥
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Segunda Temporada!!
Sorpresa!

Capítulo 2

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Autorstwa GiovaPierceMikaelson

Charles desvió su vista azulada, para luego incorporarse mientras se sacudía los pantalones por haber estado sentado en la tierra.

— Ha diso suficiente entrenamiento – dijo el joven Profesor de manera seria, sin atreverse a ver el rostro de Summer, a la vez, que aquella le miraba confundida sin saber a que se refería él, al decir que había sido suficiente.

— ¿Qué quieres decir con que ha sido suficiente? — curioseó con una ceja alzada.

— La misma palabra lo dice… — fijó sus ojos claros en los de Summer — suficiente entrenamiento por hoy… para ti. — aclaró sin apartar su mirada severa de la joven.

— Eso no fue un entrenamiento. Ni siquiera se pareció a un ejercicio. – replicó Summer al mismo tiempo que se levantaba del suelo y se colocaba las manos sobre las caderas, adoptando una posición reprochante – Solo te dije la verdad, y eso fue lo que te incomodó. — declaró — Aceptalo.

Mientras Summer le lanzaba objeciones a Charles, aquel la observaba confundido por el comportamiento de aquella, pues se supone que él era el instructor, mientras ella, de alguna manera era su estudiante. La cólera de Charles comenzaba a reflejarse en su semblante, y ese disguto, ocasionó que sus labios se torcieran, evidenciando una mueca que provenía de su irritación.

— ¡Es porque no dejas de entrar en mi mente! ¡poseer ese don no significa que puedas introducirse en los pensamientos de los demás! — silenció a Summer levantando la voz de lo molesto que estaba. Charles notó que su grito provocó que la joven se sobresaltara de golpe. Fue ahí cuando la expresión ligeramente asustada de Bloom, hizo que el Profesor decidiera relajarse. Ya calmado, Xavier se frotó la frente mientras veía hacía el piso, para luego decir — No es correcto, ¿entiendes? — la joven no respondió con voz, sin embargo, asintió de manera que Charles percibió que aquella entendía lo que él le había dicho.

— Está bien. — dijo Summer con tranquilidad, haciendo que Charles fijara la vista en ella – No volveré a leer tu mente… — miró al Profesor con seriedad — Es una promesa.

Charles la miró firmemente, y segundos después, asintió confiando en sus palabras.

— Ni yo la tuya.

Summer permaneció mirando los ojos azules de Charles, y en seguida, sonrió con suavidad mientras clavaba sus ojos en la tierra. Quizás su sonrisa se debía a que no podía creer lo que estaba prometiendo, pues para ella, leer la mente de los demás era una actividad que le parecía divertida, más aún cuando aquellos pensamientos de los que solía tener conocimiento, se referían generalmente a lo atractiva que era; y esos eran alagos no exteriorizados, de los cuales, le gustaba saber. Pero esta vez, ignoraría las intrigas y cumpliría con aquello con lo que se comprometió. Pues ella realmente, no tenía intenciones de fallarle a Charles; como alumna claro está… por ahora. Al mismo tiempo, el gesto de la joven contagió al Profesor, y lo hizo sonreír. Tal vez porque en sus adentros comprendía, que prometer no leerle la mente a alguien era difícil de cumplir cuando él mismo sabía lo excitante de aquello.

Y mientras ambos se mostraban de alguna manera, contentos, ninguno notó que eran observados alrededor de sus lejanías.

Tras uno de los grandes ventanales de la mansión de Xavier, se encontraba parada una joven de melena rubia, tez clara y ojos verdes; Raven. Quien contemplaba a lo lejos, a Charles y a Summer detrás de la ventana, sin oír siquiera una mísera palabra de lo que aquellos dos decían, al mismo tiempo, que ella se mostraba verdaderamente enfada, notoriamente por la inminencia de la cercanía entre el Profesor y la nueva.

— No es propio el espiar a alguien. — dijo una voz masculina y en un tono irónico detrás de Raven. Aquella volteó con brusquedad percatándose de que se trataba de Erik.

Raven miró con desdén a Erik por un segundo, y luego, volvió a depositar su vista en Charles y Summer.

— No fastidies, Erik. — pidió en tenue tono colérico.

Erik caminó hasta posarse al lado de Raven, a quien miró por un instante, para después, fijar su vista en la dirección en la que la rubia miraba.

— Ahora entiendo el porque no te despegas de la ventana. — comentó un poco en serio, y un poco en broma.

— ¿Puedes creerlo? — dijo Raven visiblemente enfada — A nosotros nos hace entrenar, mientras que a ella la hace reír. Estupida.

Erik se giró para mirar a Raven con serenidad.

— Es su primer día aquí. Charles solamente está siendo comprensivo. — intentó convercerla. Pero su comentario solo hizo que la rubia se girara con brusquedad para verlo, al mismo tiempo que alzaba una ceja, luciendo irritada.

— Limpiate los ojos y huele el cortejo, Erik. — le indicó molesta — No conoces a Charles en lo absoluto. Está siendo amable porque se encuentra deslumbrado por aquel rostro inocente y fascinado con esa silueta perfecta. — decía mientras fijaba sus ojos en Charles y Summer, otra vez.

— Creo que percibo celos. — dijo captando con rapidez la atención de Raven.

— Bueno, Erik... — contestó con sarcasmo, acompañado de seriedad — si es así no creo ser la única que sienta eso. — Dijo, ocasionando que el rostro de Erik se volviera más duro de lo normal, y ese cambio, lo notó la rubia — Sé que sientes lo mismo que yo. No necesito leer tu mente para saber que aquella mutante — señaló a Summer — llamó tu atención el día de hoy. Quizás fue muy poco lo que aquella removió en ti. Pero fue suficiente para que yo pudiera notarlo. Y si yo lo hice, ella también... con seguridad.

Erik no respondió tras haber escuchado todo el argumento de Raven, que hasta cierto punto, era cierto. Pero aquella afirmación no era del todo certera.

El hombre que controlaba el metal, rió luego de haber permanecido en silencio por unos instantes, haciendo que la rubia se mostrara confundida por esa expresión tan despreocupante por parte de Lenhsherr.

— ¿De qué rayos te estas riendo? — cuestionó enojada a la vez que se veía desorientada — ¿no te preocupa que esa tonta se fije en Charles, y no en ti?

Erik calmó su risa poco a poco; hasta que finalmente calló. Miró en dirección hacía donde se encontraban Xavier y Bloom, para después, colocar sus ojos en los luceros verdes de la rubia mientras todavía, se le podía apreciar una ligera sonrisa a aquel.

— Por supuesto que no. — respondió con tanta seguridad que Raven se extrañó de ello — Si aquella chica, a quien no conosco, pero quiero creer que es inteligente, tuviera que escoger entre Charles y yo... me eligiría a mi.

Raven enarcó una ceja e hizo una mueca con sus labios que por unos segundos, pareció que aquella sonreía de manera mofa debido a la firmeza con la que Erik expresó su respuesta. Lenhsherr era atractivo, sí. Y ninguna mujer se atrevería a contradecir eso, más sin embargo, esa cualidad nunca sería del todo suficiente para una fémina.

La rubia no podía ignorar la curiosidad que sentía al querer saber el porqué de la confianza de Erik, así que obviamente se lo preguntó.

— ¿Por qué estas tan seguro de ello?

A lo que él le contestó:

— Simplemente, Charles carece de pantalones. — dijo con sencillez, al mismo tiempo que clavaba sus ojos en Summer — Y mujeres como esa requieren de alguien que sepa sobrellevar problemas... y que sea fuerte. — decía inconscientemente de manera suave, mientras yacía cautivado por aquella silueta lejana que apenas lograba vislumbrar — Al igual que ella.

Raven rodó los ojos, demostrando estar fastidiada por la manera en que Erik se expresaba de Summer, siendo que la rubia pensaba que aquel no estaba taaan encantado por aquella. Pues en ese momento, Raven notó que Lenhsherr se hallaba hechizado por la nueva, aunque fuese solo un poco, además, de que evidentemente también era seducido por el don de la joven Bloom.

Repentinamente, la rubia pensó en lo que había conversado con Hank. Lo de que aquel crearía una cura para volverlo normal a él, y a ella. Pues lo que más deseaba Raven en el mundo, era entrar en lo común, sin piel azul, ni ojos amarillentos. Anhelaba dejar de utilizar su don para fingir algo que no era. Y si se volvía ordinaria, quizá Charles voltearía a mirarla como mujer, y no como a una amiga... o a una hermana. De solo pensar en sacrificar sus poderes para volverse un completo humano, su semblante se entristeció.

— ¿Crees que si fuera normal... — pronunció Raven en un tono amargo, captando la atención de Erik — Charles me miraría diferente? — al finalizar su pregunta, volteó a observar a Lenhsherr y aquel, de inmediato notó la tristeza que dominaba el semblante de la rubia.

Erik, quien no era el tipo de hombre que demostraba con libertad sus sentimientos, intentó hacerle entender a Raven que era bella; así, tal cual era en realidad. Y que no necesitaba cambiar nada de su físico, pues eso era lo que tanto la hacía especial, y única. Aunque para la rubia, escuchar aquellos elogios nunca significarían nada, si no era Charles quien se los decía.

Harta de seguir con el tema, Raven se alejó de la ventana dejando a Erick solo. Mientras él, volvía a clavar su vista en Summer, quien todavía permanecía afuera y bajo un árbol, conversando de manera fluída con Charles. Al mismo tiempo, que aquel se contemplaba con detenimiento, la manera en la que Summer se desenvolvía hablando con el joven Profesor. Examinó sus labios, sus ojos y el modo en el que su larga cabellera negra se movía cada vez que ella lo hacía. Aquellos ademanes, solo ocasionaron que Erik sacudiera su cabeza con violencia al percibir que se estaba perdiendo en Summer.

Estaba bien el hecho de pensar que algún día encontraría a alguien con quien él pudiese congeniar de manera entrañable. Pero jamás se permitiría perder la cabeza de amor por una mujer. Pues el creía que el cariño... el apego... y el afecto, eran sentimientos que le concernian únicamente a los humanos. Y era esa razón, la que volvía imbéc*les a los mortales. Y estaba seguro, de que no quería experimentar aquella mortífera sensación por nadie. Aunque eso no lo decidia él.

El día llegaba a su fin, con el sol colocándose en el horizonte y de esa manera, prometiendole a la luna un lugar en el firmamento más tarde.

Los alumnos X y el Profesor se hallaban teniendo una cena un poco… tensa, en la cocina de la mansión de Xavier.

Erik estaba colocado al lado de Summer, y Banshee al lado de ésta. Mientras en el otro lado de la mesa, se encontraba Havok frente a Lenhsherr, Raven delante de Summer, Hank enfrente de Sean, y Charles en uno de los extremos.

La presión se debía a que nadie hablaba entre sí, y eso era algo muy molesto, pues el único ruido que era audíble para los presentes, era el sonido que los cubiertos hacian cuando chocaban con los platos cada vez que alguien pretendía darle un bocado a la sopa, además de que todos ya se habian percatado de que Raven no estaba para nada contenta con la nueva integrante. Un hecho raro, ya que todos pensaban que Summer era muy linda y amable, tanto que por eso mismo, llegaron a creer que terminaría congeniando con la joven de cabello dorado, pero quienes eran sus verdaderos allegados, se imaginaban que no tardarian mucho en verse metidos en una situación rígida en medio de las dos féminas.

Raven volteaba con seriedad a mirar a Summer, alternando su vista entre su platón y la joven a quien veía, sin que la otra, se diese cuenta de que era observada de manera fulminante.

— ¿Alguien sería tan amable de pasarme la sal? — preguntó Summer con gentileza, a nadie en especial.

Con rapidez, Erik apuntó con su dedo hacía el salero, el cual movió muy amablemente hasta que aquel quedó al lado del plato de Bloom.

— Gracias. — volteó a mirar a Lenhsherr, dedicándole una sonrisa, al mismo tiempo que él le correspondió el gesto apenas esbozandolo con suavidad.

Una escena que Raven percibió y que casi la hace vomitar. Y tal fue su aborrecimiento, que no pudo callar más aquel rencor que la obligó a actuar de forma insolente.

— Zorra… — pronunció con un semblante de indiferencia, la rubia, mientras le daba un sorbo a su sopa por medio de la cucharada, al mismo tiempo que su grosería provocó que todos los presentes, incluyendo Summer, detuvieran en seco lo que estaban haciendo, a la vez que sus vistas se fijaban en la joven de cabello dorado; quien continuaba comiendo como si nada.

Y dado que Summer, y ella eran las unicas mujeres allí, era irrebatible que la rubia se referiera a aquella. Charles fijó su mirada severa en su mejor amiga, para luego decirle:

— Raven… — llamó con dureza el Profesor a la rubia. Reprendiendola de algún modo, al haberla nombrado con severidad.

— ¿Sí, Charles? — le dijo sarcásticamente, al mismo tiempo que sus ojos verdes se clavaban en los luceros de Xavier.

— No hagas esto. — indicó disgustado

— ¿Hacer que? — preguntó irónica, mientras se hacía la tonta, pues bien sabía de lo que hablaba, Charles. Luego, miró a Summer de reojo y volvió a fijar su vista en el rostro del Profesor – Oh, creo que entendí… dices, ¿Qué no puedo llamar zorra a la zorra?

— ¡Raven! — nuevamente, la nombró en forma de reprimenda, a la vez que se levantaba de golpe, golpeando la mesa con ambas manos para demostrar disgusto mientras observaba a la rubia con enfado en sus ojos.

— Me retiro… — dijo Summer con calma. Captando la atención de todos los presentes, mientras aquellos miraban como la joven se levantaba de la mesa y caminaba con naturalidad hacía la salida de la cocina, solo para evitar problemas con su compañera.

Los mutantes que permanecían en la cocina, contemplaron como Bloom abandonó la pieza, a excepción de Charles, pues aquel tenía su mirada fija en Raven. La rubia de las mil caras, rotó su rostro al sentir los austeros y penetrantes ojos del Profesor, a quien no quizo ver arrepentida de lo que había dicho, pues notó con evidencia que Summer no era tan vil como para seguirle el juego. A cambio de eso, Raven le sostuvo a Charles, una mirada apática, mostrando que no le había importado aquello que acababa de hacer. Al mismo tiempo, la vista de todos se fijó en Raven.

— Ya estaras contenta. — dijo Charles serio.

— Deberías estar agradecido… — respondió indiferente — Ahora podrás ir a consolarla.

Charles agachó su cabeza mientras se mordía el labio inferior, denotando aún que estaba indignado. Luego de que aquel dejó pasar unos segundos en silencio, alzó la cabeza y clavó sus luceros azules en los de Raven.

— ¿Sabes?.. — contestó separándose de la mesa — Eso haré. — retrocedió, alejándose de todos, para al final, darse media vuelta y salir de la cocina detrás de Summer.

El silencio se apoderó del cuarto. Raven miró como Charles salió en busca de Bloom, y al sentir las miradas clavadas de sus compañeros en ella, volteó con brusquedad para mirarlos al mismo tiempo que su giro de cabeza hizo que los demás depositaran con velocidad sus miradas en los platos de comida, o se pusieran a silvar mirando hacía un punto no fijo, pretendiendo que no habian sido el público de la escena entre Charles y ella.

La mudez en la cocina solo ocasionó que Raven agachara la cabeza, pues en vez de haber hecho que Summer quedara mal ante la vista de los demás, fue ella quien había causado una mala impresión frente a sus compañeros, y de algún modo, su estupido comentario solo hizo que Charles se acercara un poco más a Bloom.

— Bien hecho Raven. — comentó con sarcasmo, Erik. Haciendo que su nota solo hiciera sentir a la rubia peor de lo que ya se sentía.

Summer se encontraba parada frente a uno de los grandes ventanales de la mansión; un cuarto rodeado de libreros y alfombras finas. Miraba el cielo con miles de extrellas brillando a su favor, através del cristal. Mientras tanto, Charles, buscaba a Summer entre tantos cuartos con ligera impacienca, y se esforzó en encontrarla pues había prometido no adentrarse en su mente, para nada en lo absoluto. Minutos después la halló. Se paró fuera de la habitación donde yacía la joven de cabello negro, y solamente se limitó a mirarla. Dudando si debía entrar a hablar con ella respecto al comportamiento de Raven. El Profesor contemplaba interesado, aquella silueta cuya espalda era lo único que le dejaba ver. En ese instante, Charles pensó que quizás ella quería estar sola, pues no la conocía del todo y en realidad no tenía mucho que decirle. Tal vez solamente ofrecerle una disculpa por parte de su amiga.

Sin saber que hacer, Charles dio un paso hacía atrás con el propósito de dejarla a solas, cuando de repente, la fémina le habló con su dulce voz.

— Sé que estas ahí… — dijo Summer deteniendo a Charles en seco. Ladeando la cabeza para verle por el rabillo del ojo — puedes acercarte.

Charles, aún dudando, caminó con tranquilidad hasta pararse al lado de la joven. Al situarse a su costado, Summer miró al Profesor, quien ya le miraba.

— ¿Sabias que era yo?

— Sí.

— ¿Leíste mi mente? – preguntó extrañado.

Summer rió un poco, y después, negó con la cabeza.

— No. Pero algo me dijo que vendrías. – respondió y luego, nuevamente fijó su mirada en el firmamento.

El silencio envolvió la atmósfera que rodeaba a Charles y a Summer, haciendo que el Profesor tuviera tiempo para encontrar una manera de expresarle una disculpa por el comportamiento de Raven, mientras se mordía los labios y miraba hacía el piso.

— Lamento que Raven te hablara de esa manera... — dijo tratando de encontrar las palabras adecuadas, al mismo tiempo que Summer se giraba a verlo — ella, no tenía derecho de decirte eso.

— Está bien... — contestó con una delicada sonrisa — realmente no fue para tanto...

— No... — dijo Charles con rapidez — de hecho lo fue, y me siento mal por ello...

Summer alzó los hombros, expresándo con ese ademán que ciertamente no le interesaba mucho lo que Raven escupía por la boca.

— No puedes culparla... — expuso con tranquilidad — está preocupada porque tiene miedo de que alguien ocupe su lugar.

Ante aquellas palabras, Charles no pudo objetar nada. Pero, si de algo estaba seguro, era que nadie nunca jamás, ocuparía el lugar que Raven llenaba, pues él la quería, y la amaba, no como mujer tal vez, pero sí como a una hermana.

La mudez de ambos provocó que se miraran, esperando que el otro hablara primero. Los claros ojos de Charles se posaron en la mirada de Summer mientras vibraban fascinandos. En tanto Summer, observaba a Xavier de una manera tranquila, pues en realidad no podía decir que le interesaba; por el simple hecho de que no lo conocía en lo absoluto, y no estaba atraída hacía él. Por lo menos por ahora. Pues ella no era fácil de cautivar.

Y en ese momento, cuando Charles creía que se encontraba solo con Summer, y que podría permanecer contemplandola por más tiempo, alguien tocó la puerta de la pieza haciendo que aquella conexión de miradas se perdiera en un santiamén. Charles y Summer rotaron sus cabezas con velocidad, mirando que bajo el marco de la puerta se encontraba situado Erik.

— Espero no interrumpir nada... — comentó con seriedad.

Summer y Charles voltearon a verse, al mismo tiempo que bufaron y rieron con ligero nerviosismo, para después fijar sus miradas en Erik — ¡Por supuesto que no!, ¿Cómo crees? — decían al mismo tiempo, mientras que a Erik no le causaba la menor gracia.

— Por cierto, Summer... — dijo inmediatamente — Lamento el comentario de Raven.

Summer sonrió y negó con la cabeza.

— No te preocupes... no me lo tomé personal.

— Apuesto que no. — dijo con sencillez, sin quitar su mirada penetrante de aquella — Por cierto... ¿serías tan amable de acompañarme afuera?

Summer incrédula, volteó a ver a Charles al mismo tiempo que este la miró, y luego, volvió a fijar su vista cristalina en Erik mientras se señalaba a sí misma.

— ¿Te, refieres a mi?

— Por supuesto que me refiero a ti.

Charles miró como Summer comenzaba a caminar mientras esta le dedicaba una mirada apenada, evidentemente por tener de abandonarlo cuando Erik se lo pedía. Pero el joven Profesor disimuló que aquello no le importó con una sonrisa, gesto que por unos segundos fue correspondido por Summer, hasta que segundos después, la joven se posicionó al lado de Erik, para emprender su caminar al lado de Lenhsherr mientras él, le dedicaba una última mirada a su amigo, la cual, se tornó seria una vez que Bloom fue ajena entre la conexión visual que hubo entre ambos hombres.

Y segundos después, Erik y Summer desaparecieron ante los ojos de Charles.

Erik y Summer se encontraban caminando en silencio por los pasillos de la mansión X, deambulando en los extensos corredores hasta que después de varios minutos, llegaron finalmente a la puerta, por la cual se atrevieron a salir. Summer se detuvo bajo el marco del portón de madera, mientras que Erik, dio unos cuantos pasos dejando atrás a la joven, y al notar que aquella ya no le seguía Lenhsherr decidió darse media vuelta para verla.

— Y, ¿a dónde vamos? — preguntó Summer con serenidad, mientras veía a los ojos de Erik.

Lenhsherr se mostraba serio. Sin un ápice de expresión en su rostro. Y al escuchar lo que la bella joven le había preguntado, él solamente se pudo limitar a decir:

— A ningún lugar en especial… — respondió de manera tranquila — solamente quería caminar, y hablar… contigo — confesó al mismo tiempo que observaba fijamente a Bloom.

Summer, tras haber oído aquella declaración por parte de Erik, no supo que decirle al respecto y permaneció callada por unos momentos, mientras le correspondía la mirada. Y luego de varios segundos, Bloom sólo pudo decir:

— Está bien. — dijo sin más, y caminó hasta colocarse al lado de Lenhsherr sin dejar de verle.

Erik, sin decir nada, le hizo un ademán con la mano indicándole seguir con el recorrido. No iban a un sitio singular ni nada parecido. Simplemente iban a caminar en los alrededores verdosos de la mansión.

Summer caminaba al lado de Erik sin que aquel le mirara, ni le dijese nada. Mientras que ella, lo observaba de reojo. Era de noche, pero la luz de la luna los bañaba con sus rayos lunares, y al mismo tiempo, se encargaba de iluminar su camino. Bloom, se mantenía callada, pues no sabía que comentarle a Erik, ya que aquel caminaba con la vista al frente, y con una indiferencia peculiar en su semblante. El silencio era molesto para la joven, tanto, que por un momento le cruzó por la mente; leer los pensamientos de Lenhsherr, únicamente para saber que planeaba este. Pero luego, recordó que Charles le había de alguna manera, reprendido, diciendole que meterse en la mente de los demás no era correcto. Y antes de ella pudiese ignorar la regañina del Profesor, Erik le habló.

— Sebastián, mató a mi madre cuando era solo un niño. — dijo en un tono serio e indiferente, al mismo tiempo que atrajo completamente hacía sí la atención de Summer — Se podría decir, que fue gracias a él que liberé mis poderes.

Aquella información hizo que Summer se parara en seco, a la vez que el freno de su caminar provocó que Erik también se detuviera, y se girara hacía ella para poder apreciarla de frente. Mientras que la joven, ya lo miraba con el rostro sumido en la pena y la tristeza por haberle oído decir esas duras palabras, que aunque no se atrevió a adentrarse en su mente, sabía que aquella experiencia de perder a su madre le dolió. Pues todo el mundo sufre cuando pierde a alguien que ama. Más si fue quien le dio la vida.

— ¿Por qué me estas contando esto? — preguntó con el ceño fruncido del quebranto.

— Creí que las personas se contaban cosas personales para conocerse más a fondo.

Summer suspiró de la pesadumbre, sin dejar de ver los ojos insensibles de Erik.

— Así que… ¿qué me puedes decir de ti? — curioseó el caballero.

— No sé que te podría interesar saber de mí.

— Todo, supongo. — respondió tan rápido como aquella había terminado de hablar.

La joven calló por unos instantes, percibiendose ligeramente desorientada. No entendía la razón del porqué Erik, estaba tan intrigado en conocerla tan bien.

— Pero, ¿por qué?

Erik, agachó la cabeza al igual que su vista fue mandada al piso mientras esbozaba una suave sonrisa. Y después, levantó la cabeza clavando sus ojos en los de Summer, al mismo tiempo que aún mantenía radiante aquel gesto de notoría alegría. Pues algo en la pequeña interrogante de la joven le había causado gracia.

— Porque eres increíble… — soltó, empezando a caminar alrededor de Summer, mientras esta, se evidenció levemente sorprendida por el comentario tan inesperado de Erik — porque eres bonita… porque, posees cualidades iguales a las mias… — dijo deteniendo su caminar, colocándose frente a la bella joven.

Los ojos de Summer se clavaron como cuchillos en los luceros oscuros de Lenhsherr. A la vez que este, la miraba con tranquilidad mientras todavía le sostenía la tenue sonrisa. Erik pasó sus manos atrás de él para sacarse algo de los bolsillos. Cuando sus manos volvieron al frente, Summer observó con detenimiento dos tenedores, y una cuchara hechas de metal; las cuales observó con una ceja alzada y una mirada desconcertada, pues no tenía ni idea de lo que Erik haría con ellas.

— ¿Qué haras con esos cubiertos?

— Esperaba que lo preguntaras. — dijo con calidez.

Erik, hizo levitar los tres cubiertos sobre su palma, y los deformó con su don. Los desfiguró y los unió haciendolos uno, para que al final, tomara la forma de una flor peculiar. Y cuando Summer contempló el fin de aquella escena, sus cejas se alzaron y sus ojos se abrieron; cautivados por la culminación de dicho detalle. Erik, con el poder de su habilidad, mandó el presente hacía Summer mientras esta observaba como el obsequio volaba con delicadeza hacía ella. La joven tomó el regalo con sus manos para luego depositar su vista en el rostro de Erik; quien ya la miraba con serenidad.

— Es… rara, pero muy bella.

— Igual que tú… — le dijo sutilmente, a la vez que los ojos de Summer brillaron por instante, al oírle decir aquello a Erik.

Después, la joven reaccionó al casi perderse en las palabras de Lenhsherr, que para ser honesta consigo misma, le habian sonado encantadoras, pero no iba a deslumbrarse por el hablar bonito de un hombre, ni por un regalo que aparentemente, estaba destinado a conquistarla. Así que desvió su vista, mirando hacía un punto no fijo.

— Gracias. — le respondió intentando escucharse indiferente.

Erik, satisfecho por el solo hecho de que Summer le halla aceptado el detalle, la observó detenidamente mientras aquella ni le miraba. Él no esperaba sexo a cambio, ni siquiera un beso de su parte. Por raro que lo fuera, haberle escuchado decir gracias, fue más que suficiente para él, y eso, comenzaba a hacerle sentir algo que jamás había sentido. Quizás un sentimiento parecido al que sentía por su madre. Y eso que sólo llevaban un día de haberse conocido, y no muy bien evidentemente.

Un silencio que resultó incómodo para Erik, se creó en medio de él y Summer luego de que aquel expresara de algún modo lo que pensaba de ella. Y esa mudez, hizo que Lenhsherr bajara la mirada pensando que había sido muy apresurado, además de estúpido, haberle dicho que era bonita, y toda esa cursilería que salió de su boca sin antes meditarlo bien. Y mientras él comenzaba a sentirse deprimido por haber actuado sin pensarlo dos veces, Summer, se atrevió a hablarle.

— Mis padres fallecieron cuando yo tenía 10 años... en, un accidente... — confesó Bloom, mirando fijamente a Erik con sus ojos cristalinos, mientras su voz se escuchaba serena. Al mismo tiempo, Erik levantó la mirada y la depositó en Summer, intrigado por saber que más le diría — yo no estaba con ellos porque me encontraba en casa de una tía... y no se si llamarle a eso buena suerte.

— Estas aquí. Viva... y estoy seguro de que puedes llamarlo a eso buena suerte.

— Después de la muerte de mis padres fuí enviada a un orfanato, porque hasta mi familia creía que mis poderes eran una aberración... — decía en un tono de voz que se llegó a escuchar casi rota para los oídos de Erik, al mismo tiempo que sus ojos comenzaban a cristalizarse del sentimiento de tristeza que le causaba recordar aquellos días en los que se quedó completamente sola. La joven miró hacía el cielo y parpadeó un par de veces para evitar que el agua de emociones se desbordara de por sus ojos, al mismo tiempo que suspiraba para no soltar ni un sollozo siquiera. Luego, cuando volvió a mostrarse normal, fijó su vista en el rostro Erik.

Lenhsherr no era bueno tratando con sentimientos, mucho menos si aquellos sentimientos no le pertenecian a él. Pero se tomó unos segundos para articular en su mente lo que le diría a Summer, con el único fin de hacerla sentir mejor tras haberle revelado a él algo tan importante que había sido para ella.

— Nosotros no te abandonaremos... — dijo con toda la calidez que le pudo demostrar a Summer, mientras aquella, apreciaba a Erik con un semblante tenuemente dolido — jamás tendras que volver a estar sola... nunca.

La chica de cabellera oscura, relajó su rostro y se comenzó a mostrar ligeramente feliz por escuchar lo que Erik le había dicho. Pues Summer no pudo ignorar la intriga de saber si aquel hablaba con la verdad, o solamente decía mentiras, y tuvo la osadía de introducirse en la mente de Lenhsherr para confirmar que sus palabras no venían exactamente de su mente, si no de su corazón. Y mientras Summer le dedicaba una sincera sonrisa a Erik, alguien más los observaba desde la penumbra de la mansión de Xavier.

Un joven yacía parado tras uno de los grandes ventanales rectangulares de la residencia. Un zagal de ojos azules como el cielo y un cabello ondulado de tonalidad castaña; se mantenía observando a Erik y a Summer tras el cristal, mientras sus manos se hallaban dentro de sus bolsillos y sus ojos se encontraban fijos en la pareja situada en las afueras del hogar. En su rostro se reflejaba ligera irritación, pero no estaba enojado del todo, si no serio. Ese alguien, era Charles.  Quien no podía alejarse de la ventana, pues en el fondo, tenía miedo de que fuera a pasar algo entre aquellos dos. Algo que creía, lo deprimiría bastante y le haría sentir terriblemente mal. Un sentimiento de ligera angustía que no podía describir, pero que comenzaba a sospechar que aquella emoción se debía a la probabilidad de ver a Summer al lado de otra persona...

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