Decir que las cosas no habían cambiado era una gran mentira, pues desde aquel momento en que Harry lo había aceptado dos semanas atrás, lo había visto más que en todo el tiempo que el rizado llevaba trabajando para la empresa. Iba diariamente, aunque fuese un par de horas y aprovechaba un momento para entrar a su oficina donde no perdían el tiempo, se besaban y hacían unas cuantas bromas que sí era honesto, lo dejaban sonriendo el resto del día.
Matt había notado su cambio de humor, por supuesto, se lo hizo notar esa misma noche cuando llegó de su trabajo, era por eso que a pesar de ser media noche, aún no lograba conciliar el sueño. Su esposo dormía profundamente, al parecer él no tenía nada en que pensar o qué le atormentara la conciencia.
Sin poder resistir más el encontrarse ahí en esa misma cama que Matt, la cual de repente comenzaba a sentirse más pequeña, se puso de pie con cuidado de no despertarlo, tomó su móvil de la mesa de noche y caminó fuera de la habitación. Se adentró a uno de los cuartos que tenían destinados para los huéspedes - aunque nunca tenían personas que les visitaran- y para estar más seguro, se adentró al baño, cerrando la puerta detrás de él sin encender ninguna luz, sabía que sí lo hacía su esposo lo encontraría más rápido en caso de que se levantara de la cama a buscarlo al notar su ausencia. Buscó entre sus contactos y cuando encontró el que buscaba no pudo evitar sonreír mientras se llevaba el teléfono a la oreja.
- ¿Si? - la voz adormilada y más ronca de lo normal de Harry contestó después del tercer tono.
- Hola - dijo, sonriendo mientras se preguntaba cómo se vería Harry en ese momento.
- ¿Louis? - sonaba confundido - ¿Qué haces despierto a esta hora?
Miró a su alrededor y se sentó en la orilla de la tina para ponerse un poco más cómodo.
- No podía dormir - confesó.
- ¿Ya intentaste con un té? Para mí siempre es de mucha ayuda para conciliar el sueño - lo escuchó suspirar y de repente se sintió culpable por interrumpirlo a esas horas.
- Lamento haberte despertado. Intentaré hacerlo - dudó un momento - Te dejaré descansar.
Una pequeña risa llegó a sus oídos y le alegró el saber que Harry no se encontraba molesto por el hecho de haberlo despertado a esa hora.
- Conozco un lugar en el que se puede tomar té tranquilamente a la mitad de la noche - su voz sonaba sugerente.
- ¿Hablas de salir a esta hora? - rió de sólo imaginarlo.
- ¿Será muy arriesgado?
Percibió en el tono del rizado un poco de miedo y arrepentimiento tal vez por el simple hecho de haber propuesto algo como eso. Ambos sabían que para el de ojos azules las cosas no eran tan sencillas como eso, por lo que el poder hacer cosas que las parejas normales harían era un tanto arriesgado para ambos. Tendrían que acostumbrarse y aprender con el paso del tiempo, en caso de que su relación durara lo suficiente como para poder hacerlo.
- Tal vez lo es.
Un corto silencio invadió la conversación. Tal vez era arriesgado, pero era viernes por la noche y ver a Harry era tal vez una de las cosas que más quería en ese momento.
- Bueno... yo creo que es mejor que lo tomes en casa - sonaba inseguro, arrepentido y eso era lo que Louis menos quería.
- ¿Quieres que pase por ti? - se apresuró a interrumpirlo antes de que Harry cortara la llamada.
- ¿Qué? - ese sonido era sorpresa y esperanza, lo notaba.
- Sólo dame tiempo de encontrar mis llaves y tal vez cambiarme de ropa.
- ¿Tu pijama no es lo suficientemente elegante? - rió.
- Tiene pequeños cachorros dibujados por todos lados - mintió, logrando que la risa de Harry se hiciera más fuerte.
- Pequeños cachorros - repitió - No puedo ni imaginarlo.
- Y es rosa - siguió mintiendo.
- Si esto es un intento de tener una sesión de sexo telefónico, estás fallando - sonaba tan divertido que logró que el corazón de Louis se acelerara.
- Desde mi punto de vista, era lo más atractivo cuando la compré.
- Para de mentir y ven por mi.
Sonrió porque no podía una persona común y corriente tener tanta suerte. Él era tan afortunado por tener a Harry.
- Estaré lo más pronto posible. Ten ese té listo.
- Nos vemos.
No podía creer lo que estaba a punto de hacer, así que antes de poder generar sentimientos de culpa, se apresuró puesto que tenía una cita con Harry.
Al encaminarse a su habitación de la manera más sigilosa posible, encendió la lámpara de su móvil y se sintió ridículo al hacerlo. Con cuidado abrió el armario y tomó los primeros jeans y playera que encontró antes de acercarse a su mesa de trabajo donde siempre dejaba sus llaves y dinero. Tan rápido como pudo, salió del lugar verificando antes que Matt aún se encontraba dormido.
En un principio una casa tan grande le había parecido una completa tontería pues sólo eran ellos dos, pero su esposo insistió tanto que por primera vez se sentía agradecido por haberle hecho caso.
Se cambió de ropa rápidamente y salió de la casa, cerrando la puerta principal con cuidado. Sabía que Matt no lo escucharía, pero aún así no quería arriesgarse a que sí lo hiciera. Subió a su auto y condujo con los nervios recorriendo cada rincón de su cuerpo.
~*~
Había entrado a la oficina de Louis. Después de todo seguía siendo su jefe y tenía que mostrarle los avances de su trabajo con las fotografías del siguiente número. En otra ocasión habría enviado un correo, pero le dijeron a Liam una mentira para justificar la gran cantidad de visitas que Harry hacía a la oficina, así que en ese momento tenía que presentar su trabajo de esa manera.
Al entrar se encontró con Louis sentado en uno de los sofás de su oficina, miraba al exterior completamente distraído y se dio cuenta de que ni siquiera había notado su llegada, así que se aclaró la garganta para llamar su atención.
No podía describir la gran cantidad de emociones que tenía en su pecho desde el momento en que había aceptado intentar algo con el de ojos azules, pero en ese instante su corazón casi se paralizó al ver la hermosa y amplia sonrisa que su jefe dirigió a él... sólo a él.
- Qué sorpresa - murmuró.
Sonrió débilmente. Era tan atractivo que le robaba las palabras con sólo encontrarse en la misma habitación que él.
- Traje las fotografías - mostró la computadora portátil que llevaba con él.
- Claro - lo invitó a sentarse a su lado con un ligero movimiento de cabeza.
Se acercó lentamente y a sentarse a su lado lo sintió acercarse un poco más con el propósito de que sus piernas se tocaran mientras Harry abría el computador y buscaba las imágenes. Era demasiado ordenado en ese sentido así que no le costó mucho trabajo encontrarlas y al hacerlo, se las fue mostrando una a una.
- Eres muy bueno - murmuró, Louis, mirándolo.
En sus ojos azules como el cielo claro podía notar la sinceridad. Muchas personas solían hacer ese tipo de comentarios por simple compromiso, pero sabía que Louis lo decía de verdad.
El tenerlo tan cerca en ese momento le hacía estremecer, así que simplemente se acercó y lo besó. Sabía que podía hacerlo desde aquel momento en que se había sumergido en sus besos por primera vez.
Louis le correspondía incuso con más energía, pero luego se detuvo sin separarse, sonriendo sobre sus labios.
- Aunque creo que deberían de parecerse más a las de Nick para llegar a ser perfectas - se burló.
Ambos rieron sin alejarse del otro. Aquella era la pequeña costumbre que habían tomado en el poco tiempo que llevaban viéndose como algo más, besarse y reír como si nada más de lo que se encontrara fuera de esas cuatro paredes importara.
El sonido de su móvil lo había despertado en el preciso momento en que ese recuerdo lo atacaba en forma de sueño. Eso era algo completamente común desde que estaba con Louis. Sueños que eran simples recuerdos de los pequeños momentos que tenían juntos o ideas de lo que podría ser en situaciones distintas a la que vivían en ese momento.
Escuchar su voz a esa hora fue novedoso, debía de admitir. Nunca había esperado que el de ojos azules le hiciera una llamada encontrándose en su casa ya que ahí estaba su esposo, pero fue tan grato que sintió un calor en el pecho que no tenía comparación.
Cuando Louis aceptó salir con él en ese preciso instante, no pudo hacer nada más que arreglarse de prisa. Lo que menos quería era que Zayn despertase porque lo conocía tan bien que estaba seguro de que empezaría con sus preguntas que en ese momento el rizado no tenía ganas de responder.
Preparó té para ambos vertiéndolo en dos vasos térmicos pequeños y desechables que Zayn había insistido en comprar alegando que eran necesarios para sus cafés de las mañanas, así que a Harry no le quedó más remedio y debía de admitir que en algunas ocasiones su mejor amigo tenía grandes ideas.
Miró al rededor del apartamento antes de salir con los dos vasos y bajó las escaleras lo más rápido que pudo, intentando no derramar el líquido. Prefería esperar fuera por el de ojos azules antes que hacerlo dentro ya que eso implicaba mucho más riesgo por su mejor amigo.
Antes de salir se despidió del guardia con un movimiento de cabeza y le sonrió levemente. La madrugada era un poco fría, pero todo eso desapareció de su mente cuando vio el auto de Louis estacionarse justo frente su edificio.
A paso veloz se acercó y entró sin dudarlo un instante.
Su jefe era demasiado atractivo y ese día a pesar de la hora lucía completamente radiante cuando estuvieron por fin juntos dentro del auto.
- Hola - lo saludó con una sonrisa ligera pero sincera.
- No puedo creer que estemos haciendo esto - confesó.
- Sólo estamos yendo a tomar un té - se encogió de hombros - No es como que vayamos a hacer algo ilegal.
- En realidad... - rió levemente - haremos algo similar a quebrantar la ley.
- Indícame el camino - pidió, sin dudar ni un segundo.
Condujeron por unos minutos mientras mantenían una conversación relajada. Para ambos sus trabajos era prioritario y siempre tenían cosas que decir al respecto, así que el camino se les hizo corto.
Al llegar a un edificio alto y abandonado, el rizado le pidió que se detuviera.
- ¿Aquí? - preguntó, Louis, no muy seguro de lo que hacía.
- Sí - sonrió - Es un edificio abandonado, creo que no hubieron suficientes fondos para terminar la construcción, me imagino que iba a servir para apartamentos. Pero siempre vengo aquí a tomar fotografías y en ocasiones simplemente a observar ya que tiene una increíble vista de la ciudad.
- ¿No es refugio de gente sin hogar? - Louis no lucía tan dispuesto a bajar de su auto ya que aún no se había quitado ni siquiera el cinturón de seguridad.
- ¿Tienes miedo? - tenía ganas de reírse, pero tuvo que contenerse, no creía que fuera la mejor idea.
- Sólo quiero saber si es un lugar seguro para ti.
- Tranquilo, ya he estado aquí.
Lo miró dudar antes de bajarse del auto y después de segundos ambos se encontraban camino al interior con vasos térmicos llenos de té en sus manos.
Quiso reír de emoción cuando el de ojos azules le tomó la mano que tenía libre al andar pues era una acción que no se esperaba de su parte, pero debía aceptar que era demasiado linda y aceptable.
Dentro del edificio estaba lleno de dibujos sin sentido hechos con pintura en aerosol, además de que algunos vidrios se encontraban esparcidos en el suelo debido a que algunas ventanas habían sido atacadas por piedras y ni hablar de las botellas de cerveza vacías que indicaban fiestas clandestinas que adolescentes llevaban acabo ahí dentro de vez en cuando.
- Luce folclórico - dijo, Louis, pateando una botella antes de subir las escaleras detrás de él.
- ¿Folclórico? - rió fuerte, haciendo eco en el lugar - ¿Quién se expresa de esa manera?
- Es una palabra común - se quejó.
- En tu mundo, tal vez - se encogió de hombros sin poder borrar la diversión de su tono - La gente de etiqueta tiene ese tipo de expresiones, ¿eh?
- No hables como si te hundieras en la pobreza - se defendió - Sé exactamente cuanto ganas.
- A veces olvido que eres mi jefe.
Con la conversación el camino hacia el techo del edificio fue más tranquilo, a decir verdad, estaban en un punto en el que ni siquiera lucían afectados por subir tantas escaleras. Al llegar, tuvo que soltar la mano del de ojos azules muy a su pesar para poder abrir la puerta que daba a la azotea del lugar. A simple vista no se veía gran cosa, más sin embargo al irse acercando al borde, el panorama mejoraba enormemente.
- Vaya - murmuró, Louis.
Simplemente sonrió, sabía la sensación que su jefe estaba experimentando, porque era exactamente la misma que él sintió la primera vez que pisó ese sitio durante la noche. Las luces de la ciudad la hacían lucir como un mar imponente e infinito que se alimentaba de la fuerza de las personas que lo habitaban.
- Cuando estuve por primera vez aquí me sorprendí - se encogió de hombros - No sé que tan grande realmente luzca la ciudad con sus luces encendidas de una altura más grande porque no recuerdo haber viajado en avión durante la noche.
- Seguramente has viajado dormido - rió.
- Touche.
Miraron hacia el frente, disfrutando de la vista que la noche les ofrecía mientras daban pequeños sorbos a sus bebidas que para ese instante ya se encontraban tibias en los vasos térmicos. Tal vez tenían mucho que decir, pero al mismo tiempo las palabras sobraran. Su situación no era la ideal, los dos eran conscientes de aquello, era una verdad que los perseguí y que siempre persistía en lo más profundo de sus mentes.
Harry se imaginaba qué hubiese sucedido si hubiese conocido a Louis antes, en ese pasado en el que no era realmente libre, pero cuando no estaba casado. Se preguntaba de qué manera sus vidas se pudieron cruzar en aquellos tiempos y qué hubiese sucedido. Dudaba que el de ojos azules se fijara en él, desde su punto de vista en esa época carecía de gracia y encanto, no era el prospecto por el que alguien cancelaría su boda con un chico con el que llevaba saliendo años.
Si se imaginaba un mejor panorama, tal vez sí lo hubiese amado desde el principio y si la suerte, el universo y todo lo que hay en el cielo estuviese a su favor, incluso él sería esa persona con la que Louis se acostaba cada noche, disfrutando del calor de su cuerpo para poder conciliar el sueño de la manera más profunda y agradable, sin preocupaciones por el mañana.
- Mi fortuna por tus pensamientos - lo interrumpió Louis mientras la imagen de un anillo rodeando su dedo como muestra de su unión pasaba por su mente.
- Pensaba en diferentes panoramas - divagó - El habernos conocido antes, en diferentes escenarios y cómo hubiesen sido las cosas.
Cuando volteó a mirar a Louis se encontró con sus ojos azules clavados en él, no había sorpresa en ellos porque tal vez incluso él se preguntaba de vez en cuando cómo sería si se hubiesen conocido antes, en situaciones distintas, ¿Cómo no hacerlo después de todo? Esa clase de ideas eran las que lo mantenían con una sonrisa a pesar de todo.
- Creo que hubiese sido en una galería de fotografías - opinó, Louis, queriendo ser partícipe de sus divagaciones.
- Dudo que hubieses entrado a una - rió levemente intentando ubicar a Louis en una de esas galerías que montaban cuando apenas eran estudiantes. Eran tan ridículas que la idea simplemente la descartó
- Lo hubiese hecho, sin duda.
- Nuestros trabajos eran tan pobres en la universidad que sólo nuestros familiares asistían con tal de darnos esperanza.
- Las familias unidas son las que impulsan el mundo.
- Estoy seguro de que tus padres hubiesen hecho lo mismo por ti.
- Oh, por supuesto - concordó - Mis padres siempre apoyaron mis sueños hasta la fecha lo siguen haciendo, sólo que no me ven con los mismos ojos.
Lo miró confuso sin entender muy bien de qué era de lo que Louis hablaba en ese momento.
- ¿Ahora cómo piensas que te ven? - preguntó, curioso.
- Como ese hijo que se casó con la persona equivocada.
- ¿Esperaban una mujer? - no pudo contener la pregunta que se había formado en su mente.
- Esperaban que no fuera Matt.
Quiso decir muchas cosas, pero no sabía si contaba con las palabras adecuadas, y al final de cuentas, no sabía si quiera si Louis necesitaba consuelo al respecto. Lucía completamente tranquilo, conocía las razones del alejamiento de su familia y aún así no dejaba notar ningún atisbo de tristeza.
- Estoy seguro de que a pesar de eso se sienten muy orgullosos de la persona en la que te has convertido.
Louis soltó una pequeña pero dulce risa, incluso se podía arriesgar a asegurar que se había escapado sin querer de sus labios, pero en ese momento, mientras lo miraba con los ojos brillando gracias a las luces de la noche que se reflejaban en ellos, sintió que no pudo existir mejor accidente que ese, pues quería conocer la sonrisa del de ojos azules en todas y cada una de sus presentaciones, más si todas eran provocadas por él, aunque fuese por pequeños comentarios sin sentido.
Cuando sus ojos se encontraron quiso decírselo, expresarle lo que su corazón estaba sintiendo en ese momento, pero la vergüenza se hizo presente, por lo que simplemente se acercó a él y lo besó con delicadeza.
Quería que esa madrugada durara para siempre, que las horas se extendieran hasta volverse infinitas para poder quedarse atrapado en ese mismo momento por lo que le quedaba de vida, pero eso no era posible. El mundo seguía girando y era consciente de ello gracias a esos dulces labios que siempre lo llevaban de vuelta a la realidad por desalentadora que ésta fuera.