Lauren POV
Me quedo mirando a Camila dormir y sonrió.
¡Mierda! Estoy enamorada de ti. –pienso mirando a Camila.
Camila era la mujer que todos quisieran tener, atenta, cuidadosa, cariñosa y sentía que amaba a mis hijos.
Solo por cuidar a mis hijos con tanto amor, me enamore de ella, pero sabía que no era recíproco.
Camila era joven, tiene un vida por delante, probablemente no desea estar con alguien mas vieja y con dos hijos pequeños.
Me acuesto en su pecho y acabo quedándome dormida abrazada a Camila.
(...)
Camila POV
Me despierto y veo a Lauren abrazada a mi. Me quedo observándola por unos largos minutos, beso su frente, salgo de la cama sin despertarla, tomo mis ropas intimas y voy para el cuarto de huéspedes, me cambio y entro al cuarto de los gemelos, veo que ellos estaban durmiendo. Les doy un beso en la frente a cada uno, bajo las escaleras y salgo.
Voy a la cafetería que a Lauren le gusta y compro dos cappuccinos, paso por una panadería para comprar pan y otras cosas para hacer el desayuno para Lauren.
Vuelvo para el apartamento de Jauregui, entro y la veo sentada en el sofá con una mirada triste.
- Oh, ya despertaste. –Lauren se asusta y me mira, una sonrisa aparece en sus labios y se levanta.
- Pensé que habías huido otra vez.
- Quería hacerte el desayuno y llevártelo a la cama, pero ya te has levantado. –hablo decepcionada.
- No precisa...
- Ya que despertaste, igual hare el desayuno. –ignoro lo que iba a decir y voy para la cocina.
- Como quieras. –sonríe y veo dos biberones encima del mostrador. –Voy a darles la leche a los gemelos y ya vuelo. –las coge y afirmo con la cabeza.
Lauren me queda mirando con una sonrisa de lado, analizo cada centímetro de su rostro hasta que nuestras miradas se cruzan. Una sonrisa aparece en nuestros labios, ella se da media vuelta y sale de la cocina.
- Manos a la obra. –hablo tomando un delantal.
(...)
- Cocinas tan maravillosamente bien. –Lauren dice. –¿Ya pensaste en abrir un restaurante? ¿solo tuyo?
- Si, pero no tengo el dinero para eso, tengo que ahorrar pero no es suficiente. –suspiro.
- Si quieres puedo darte un préstamo... –dice vagamente. –Podría ser tu socia.
- Entonces no sería solo mío como dijiste. –bromeo.
- Pero es enserio, si quieres puedo ayudarte. Tengo un restaurante que necesita una reforma y si quieres te lo puedo dar.
- Lauren, no quiero donaciones. –digo seria y la sonrisa que tenía en su rostro desaparece.
- No lo pienses como una donación, sino como un regalo. –ella toma mi mano.
- Lo voy a pensar. –miento, de ninguna manera lo aceptaría.
- Bueno piénsalo. –Lauren se levante y me quedo mirando su cuerpo, da media vuelta y se dirige al fregadero, coloca el plato allí dentro y comienza a lavar.
- ¿Quieres salir conmigo?. –pregunta y me mira. –Solo nosotras dos, sin los gemelos, solo nosotras –sonríe.
- ¿Con quién dejaras a los gemelos?. –pregunto vacilante. El miedo de que Lauren los deje con cualquiera pasa por mi mente, aunque sea algo ridículo.
- Con Mani, ella me debe algunos favores. –dice. –¿Eso es un sí?
- Si. –afirmo con la cabeza.
- ¿Viernes a las siete?
- Claro. –su sonrisa se hace mayor y veo la hora. –Necesito ir a casa. Nos vemos el viernes...
- Nos vemos. –paso por su lado sonriendo y salgo.
(...)
Me miro nuevamente en el espejo y arreglo mi flequillo, reviso mi ropa y oigo alguien golpeando la puerta. Tomo mi celular, voy para la sala, abro la puerta y veo a Lauren.
- Creo que llegue veinte minutos antes. –habla con una sonrisa maravillosa. Lauren estaba con el cabello mojado y un vestido de manga larga que llegaba hasta la mitad de sus muslos. El vestido era pegado a su cuerpo y resaltaba sus curvas.
- Hola, estas hermosa. –beso su mejilla y siento el olor de su perfume delicioso.
- Tu también lo estas. –dice y me alejo. –¿Ya quieres irte o necesitas mas tiempo?
- Podemos irnos. –sonrió y salimos, cierro la puerta con llave y vamos para su auto, entro y ella hace lo mismo.
- Planee unas cosas. –Lauren dice divertida y enciende el auto.
- ¿A dónde vamos?
- Bueno, como se que no te gustan esas cosas lujosas y formales, vamos a la plaza. Es linda, además de noche tienen varios puestos con diferentes tipos de comidas. –explica. –Después podemos ir a un local de juegos.
- ¿Enserio? Dios mío esta va hacer la mejor noche de todas. –dejo escapar y mi sonrojo.
- Lo mismo digo, solo por estar contigo. –ella comenta bajo haciéndome sonreír.
Minutos después...
- Ven. –Lauren dice extendiendo su mano para que la tomara, lo hago y comenzamos a caminar.
Había mucha gente, pero con un ambiente tranquilo.
- ¿Quieres comer algo? Yo pago todo esta noche.
- Si y no necesitas pagar Lauren...
- Yo te invite, yo pago. –me interrumpe sonriendo.
- ¿Siempre que discutiremos yo voy a perder?
- Exacto. –Lauren aprieta mi mano y me mira. –¿Qué es lo quieres? Hot dog, bocadillos... tacos...
- Un hot dog esta bien. –sonrió al ver su entusiasmo, estoy feliz al saber que ella estaba feliz por estar conmigo.
Lauren mira alrededor y vamos a un carrito de hot dog, ella pide dos y después me entrega uno.
- Ese es el mejor hot dog de la cuidad. –ella habla antes de darle una mordida. Me quedo mirándola y ella me mira también. Sonríe y le doy una mordida mas al hot dog.
Vamos caminado por la plaza y la miro.
- Lauren, ¿Qué somos?. –pregunto y ella me mira confusa.
- Amigas, ¿tal vez?
- ¿Después de todo lo que paso?. –hablo con miedo a su respuesta.
- Amigas con beneficio. –me empuja con su hombro riendo.
- Si tu lo dices.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro que sí. –miro a sus ojos.
- ¿Te gustan mis hijos?
- Amo a esas pequeñas criaturas. –hablo haciéndola reír. –Me hicieron cambiar de idea sobre tener hijos algún día.
- Ah sí. –Lauren suspira y mira el suelo, entrelaza nuestras manos y las mira. Luego continuamos andando.
Lauren POV
Dos días atrás...
- ¡Hola Lauren!. –Dinah dice animada al lado de Camila. –Camila me debe cien dólares.
-¿Por qué?
- Tu estas con mi cargador.
- Cuesta diez dólares. –Camila abre la boca indignada.
- Son los intereses. –Camila frunce el ceño y hace un puchero. Por un momento veo a Renan en ella.
- ¡No te voy a pagar!
- Karla Camila Cabello Estrabao. –miro a Dinah rápidamente asustada.
- ¿Cómo?
- ¿Cómo qué?. –las dos me miran confusas.
- ¿Cuál es tu nombre completo?. –miro a Camila.
- Karla Camila Cabello Estrabao, ¿Por qué?
Karla Estrabao – Donadora
Me acuerdo del documento y me levanto rápidamente.
Camila es la otra madre de mis hijos. –pienso y cierro los ojos fuertemente.
- ¿Estas bien? Te has puesto mas pálida. –Dinah pregunta tocando mi brazo.
- S-si lo estoy, tengo que irme ahora. –tomo mi bolso y salgo de la cafetería, camino rápido y entro en un callejón. Me apoyo en la pared y miro la que esta en frente a unos metros de distancia.
Camila era la madre de los gemelos.
Cierro los ojos intentando procesar la información y me apoyo en la pared. Paso mi mano por mi cabello y respiro profundo.
- No entres en pánico. –hablo para mi misma.
Paso mis manos por mi rostro y mi respiración comienza acelerarse, salgo del callejón y comienzo a caminar.
No estaba consiguiendo razonar con calma, parecía que estaba comenzando una crisis de ansiedad.
Intento tirarme aire con mi mano pero no lo consigo, comienzo a caminar mas rápido y choco con algunas personas.
- Mira por donde caminas. –un hombre dice irritado y continuo caminando sin aire. Me apoyo en una pared mirando al suelo intentando respirar, mis pulsaciones estaban aceleradas y respirar por la nariz cada vez era mas difícil y por la boca empeoraba.
- ¿Señora esta bien?. –una mujer para a mi lado y afirmo con la cabeza. –Tengo la certeza, que se encuentra mal.
- Ee.. estoy bien. –hablo con un poco de dificultad y continuo caminando.
Veo un banco y me siento, apoyo mis codos en mis rodillas y mi cabeza en mis manos.
Por un lado estoy aliviada con saber que Camila era la otra madre, pero tengo mucho miedo de que si le cuento ella se aleje de mi.
Hago lo que Camila me enseño. Intentar distraerme y no enfocarme en calmar mi respiración, algunos minutos después la crisis pasa.
- ¡Lauren! ¿Estás bien?. –veo a Camila corriendo en mi dirección. –Dios mío oí a una señora diciendo que había visto a una mujer saliendo de la cafetería mal. ¿Te encuentras bien?
- Fue una crisis de ansiedad. –digo sin conseguir mirarla a su rostro. –Puedes irte.
- Mírame y dime que estas bien o seguiré siguiéndote. –respiro hondo y miro sus ojos castaños que me miraban fijamente.
Ahora todo tiene sentido. El porque Renan me hacía acordar tanto a Camila y Camila me hacía acordar tanto a Renan, la mirada, el puchero e incluso el amor por los plátanos.
- Estoy bien. –digo.
- ¿Segura?
- Si. –las manos de Camila toman mi rostro y ella me da un beso en la frente.
- Te cuidas, ¿bueno? Cualquier cosa me llamas inmediatamente. –habla mirándome a los ojos y yo afirmo con la cabeza.