The One You Love Most

By Laureen_Aileen

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Kara queda atrapada en una prisión psíquica alienígena cuando se interpone delante de Lena para salvarla. El... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51: Final
Epílogo

Capítulo 42

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By Laureen_Aileen

Mordí mis labios mientras veía a la famosa Supergirl, mi Kara Danvers, en ropa interior frente a mí. Me alejé un momento para observarla en ropa interior y dejó de importarme todo lo que había para limpiar. La tomé de la mano y la llevé a paso lento hasta su cama pero me frenó de la nada, sorprendiéndome. Sentí sus húmedos y tibios labios sobre mi cuello, apoyarse y deslizarse con muchísima cautela, dejándome helada ahí donde estaba. Sonreí contenta de que finalmente estábamos en esta situación. Hacía mucho que estaba aguantándome las ganas de lanzarme encima de ella, por lo que me alegraba haber largado al diablo "la espera". Tuve que tragar saliva cuando sentí su lengua sobre mi piel al mismo tiempo que sus manos recorrieron mi cintura y sentí las palmas de sus manos sobre mis caderas, haciéndose camino hacia mi espalda, directo al cierre de mi pollera. La sentí desprender el botón y bajar el cierre mientras mi respiración se aceleró y me inundó una sensación de calor. Era como si la temperatura hubiera aumentado y cuando sus manos deslizaron la pollera hacia abajo para dejarla caer, sentí que también mi entrepierna dejaba salir el indicio del deseo que tenía por ella. Sus manos recorrieron mi trasero con sus manos, muy lentamente y tomó mi rostro con una mano para tirarlo hacia atrás y así hacer un recorrido debajo de mi barbilla como venía haciendo hasta ahora. Mientras besaba el lado derecho de mi cuello, sus manos fueron a mi camisa y la arrancaron. Aunque lamenté internamente que la rompiera, pues amaba esa camisa, la situación no me dejó decirle nada pues prefería que destrozara toda mi ropa si así lo quería. Deslicé mis brazos hacia abajo para dejar caer la prenda y ella aprovechó para deslizar sus manos por mis muslos hasta acercarse a mi entrepierna, sintiendo bajo sus dedos que estaba más húmeda de lo que creía. Dejé salir un gemido y la alejé para mirarla con pasión. Su mirada estaba completamente llena de lujuria y sus ojos azules brillaban más de lo normal, haciendo que me sintiera entregada a ella y con más ganas de hacerla mía. No pude evitar observar su pecho y no quería ver más ese sostén por lo que me acerqué a su espalda para quitarlo y me dejó hacerlo mientras me miraba a los ojos. No eran pequeños ni grandes, eran perfectos y supe que si los tocaba, encajarían perfectamente en el hueco de mi mano. Mordí mi labio al deslizar mis dedos por sus rosados pezones y la hice recostarse en la cama, con muchísimas ganas de probarlos. Me encargué de sentarme en su cadera con una pierna en cada lado y sin quitarle los ojos de los suyos, me acerqué a sus pechos. Soplé lento sobre uno sus pezones, haciéndola gemir y sus manos tomaron mis caderas con urgencia. Me alejé para acercarme a sus labios y besarla. Sus labios estaban hirviendo y me devoraban con fiereza mientras sus manos fueron a mi espalda para quitarme el sostén. Me alejé para verla quitarlo y lanzarlo lejos. Me tomó en sus brazos, ahí sentada sobre ella y acercó sus labios a mi cuello de nuevo. Solo que esta vez comenzó a bajar hasta mis pechos y curvé mi espalda para permitirle que me tomara a su disposición. Me miró a los ojos tan profundamente que se sintió jodidamente sexy. Sin quitarme la mirada, deslizó su lengua por todo mi pecho hasta acercarse a mi pezón. Hizo que me excitara muchísimo y sabía que a esta altura había arruinado mi ropa interior de tan húmeda que estaba. Sentí como mi pezón quedaba erecto y duro bajo sus labios y gemí sonoramente cuando lo metió en su boca, succionándolo. El sonido de sus labios saboreando mi pezón inundó la habitación, mezclándose con mis gemidos. No me dio tiempo para ayudarla a quitarme la ropa interior, la arrancó. Me alejé de ella para acercarme a sus caderas y arrancar su ropa interior. Cuando vi su entrepierna no pude evitar morder mi labio al ver que estaba empapada. Volví a sentarme en sus caderas y me acerqué a su pecho. Hice lo mismo que hizo conmigo, succioné su pezón, lo saboree, lo impregné del sabor de mi boca y la hice gemir. La sentí tomar mi cabeza y presionar para que no dejara de hacer lo que hacía. Me moví de tal manera que hice que se abriera de piernas y entrelacé nuestros centros. Cuando nuestros centros se tocaron y sentimos la humedad de la otra, las dos gemimos y tuve que soltar su pezón. Me enderecé, sentándome y moví mi cadera lentamente en un movimiento constante. Estaba tan caliente y mojada que me hacía mojarme más, especialmente porque lo único que se escuchaba era nuestra respiración pesada, los gemidos y el sonido de la humedad de ambas chocando. Nos quedamos mirando y no necesitó decirme nada. Estábamos teniendo nuestra primera vez y me estaba haciendo el amor. Estábamos teniendo un momento que nos daría dos hijos en unos meses pero lo único que importaba era que esta era nuestra primera vez. Gemí sonoramente mientras me movía con ganas contra ella, para sentirla más. Todo el momento se volvió sexy y muy erótico. Podía sentir como se controlaba para tomarme y moverse. No quería lastimarme y por eso me encargué de establecer el ritmo. Pero estaba tan emocionada que el movimiento se hizo tan constante que la cama se empezó a mover y golpeaba la pared. Me presioné con fuerza contra ella, degustando su entrepierna y queriendo penetrarla. Nuestros gemidos comenzaron a hacerse cada vez más ruidosos y me asusté cuando sentí que nos comenzábamos a elevar en el aire. Sentí que me llevó hasta el techo y me presionó con fuerza para unir nuestros centros. Luego bajó y me giró para bajar a la cama y quedarse sobre mí. Esta vez fue ella la que estableció el ritmo y sentí que mi piel comenzaba a sudar. Se alejó un momento para acercar su mano a mi entrepierna y sentí sus dedos asomarse en mi entrada. Gemí con fuerza al sentirla entrar y disfruté de que me estuviera penetrando. Gemí con muchas ganas, especialmente porque comenzó a usar su velocidad de Supergirl y eso me enloqueció.

"¡Oh, por el amor del cielo!"

"¿Te gusta? ¿Quieres más rápido?"

Le asentí y no duré mucho en llegar al orgasmo, exploté en su mano pero no se detuvo. Continuó el movimiento, solo que esta vez bajó la velocidad y tocando mi centro con su dedo para excitarme. Volví a enloquecer y casi la insulté cuando quitó los dedos de mi interior. Se alejó y la vi acercar su boca a mi entrepierna. La sentí envolverme con sus labios y usar su lengua para jugar en los alrededores de mi centro. Fue tan placentero que gemí de nuevo. Estuvo largo rato saboreando y me hizo llegar a otro orgasmo cuando me penetró con su lengua. La sentí tragar todo mi líquido al mismo tiempo que su lengua se movía a una velocidad increíble, entrando y saliendo, saboreando y no dejando caer ni una sola gota de mi líquido. Fue tanto el placer que comencé a gritar de placer y no soporté, necesitaba sentirla. La hice alejarse y recostarse en la cama, me recosté sobre ella de tal forma que pudiéramos hacer la clásica posición 69. Comenzó a penetrarme con su lengua al instante y yo me dediqué a ver su entrepierna. Rosada, voluptuosa y con un centro hermoso. Llevé mis labios al lugar y comencé a besarlo pero cuando la sentí otra vez usar la lengua en esa velocidad supe que no podía dejar las cosas así por lo que comencé a succionar su centro y la escuché gritar.

"¡Oh, por Rao!"

Ingresé mi lengua en su entrada y la sentí detenerme.

"No, espera. No sigas Lena."

Me detuve y me salí de mi posición para mirarla de mala manera.

"¿Por qué? Quiero entrar dentro de ti."

"Porque es peligroso que lo hagas con tu lengua o tus dedos, podría lastimarte. Prefiero que uses esto."

Se alejó de mí y se acercó a su mesa de luz. Sacó una caja y cuando la abrió me sorprendí al ver un consolador de metal.

"¡Oh, por Dios! ¿Desde cuándo tienes eso?"

Se avergonzó y me miró.

"Bueno, cuando me mudé a este apartamento lo conseguí al darme cuenta que no podría tener relaciones como todo el mundo. Tenía que buscar algo con qué ayudarme."

Para mi sorpresa, la caja tenía algo más.

"Venía con esto pero jamás lo use porque no tenía con quién."

Era un cinturón con una parte colocar el consolador. Me lo dio y me tomé un momento para colocármelo. Una vez que lo hice la vi recostarse y abrirse de piernas para mí. Me mordí el labio mientras me acomodaba sobre ella y primero que nada me dediqué a besarla. Fue entre esos besos que me acomodé en su entrada y lentamente ingresé. La vi echar su cabeza hacia atrás y encorvar su espalda del placer. Para mi sorpresa, el consolador se movía muy libremente como si fuera de goma y entendí lo que quiso decir de lastimarme. De todas formas no me detuve y comencé a moverme. Mis caderas hacían un movimiento constante contra ella y, sabiendo que no la lastimaría, la embestí con fuerza.

"¡Oh, sí! ¡Por favor, Lena! ¡Mi amor! ¡¡Más rápido!!"

Era Supergirl y ella podía moverse a una velocidad increíble, tenía que darle con todo lo que tuviera en mí. Me acomodé de tal forma que nuestros senos se rozaban y me moví rápido. Tanto que comencé a transpirar y lentamente me cansé.
Pareció darse cuenta porque se encargó de elevarnos en el aire y dejarme abajo. La vi sentarse sobre mí y moverse lento, dejando que entrara y saliera mientras su mirada era lujuriosa. Puse mis manos en su cintura y la acompañé en el ritmo.

"Quiero hacértelo, Lena. ¿Me dejas?"

Le asentí y la vi salirse. Me sacó el cinturón y lo dejó a un lado. Me abrió de piernas y unió su centro en el mío. Estaba empapada y me excitó muchísimo.

"Quiero llegar contigo, Lena. Trataré de embestirte sin lastimarte. Si soy demasiado bruta por favor, házmelo saber."

Se apoyó contra mí, uniendo nuestros centros y sin quitarme la mirada comenzó a moverse. Hizo fricción de tal forma que parecía estar penetrándome. Fue maravilloso y especialmente porque no lo hizo rápido, sino lento... muy lento. Tanto que se notó su intención, me estaba haciendo el amor. Apoyé mi rostro contra el de ella y dejé que se moviera, haciéndome suya y lo principal... dejándome embarazada. Quería a mis hijos.

"No importa cuántas veces tengamos que hacer el amor. Quiero que me dejes embarazada, mi amor. Kara... tengamos a nuestros hijos."

Me sonrió con ternura y devoción, tanta que sentí todo diferente. Esta vez no estábamos teniendo relaciones, nos hacíamos una sola persona. Fue como si me sintiera complementada por primera vez en mi vida. Y no me refiero a ese mito de que una persona es la mitad de la otra, sino que Kara me complementaba. Todo lo que no tenía, ella me lo daba. A partir de este momento, Kara se había convertido en mi familia y la persona más importante de mi vida. Cada vez que me sentía insegura o no creía en mí misma, ella estaba ahí. Y cuando creía que jamás encontraría amor de verdad, porque las cosas con James estaban horribles, fue cuando Kara decidió amarme. Recuerdo cuando me animé a decirle como me sentía y ella me sorprendió besándome. Fue tan hermoso tener ese recuerdo en mi mente mientras veía a mi mujer moverse contra mí, llenarme de placer. Ambas comenzamos a gemir con intensidad mientras la cama hacía ruido al mismo tiempo que Kara se embestía contra mí. Mis uñas estaban prácticamente enterradas en su piel, arrimándola a mí. Kara tenía sus manos abrazándome pero apoyadas contra el colchón para no aplastarme. La sentí liberar una de sus manos para tomar mi muslo y elevarlo, llevándolo a tal punto que quedara alineado con su cadera y fue peor. Porque las dos sentimos muchísimo más y sentía la mano de Kara presionando en mi muslo. Realmente se estaba conteniendo y me hizo amarla más. No quería lastimarme, me cuidaba. ¿Podía ser más hermosa?

"¡Oh, Rao! ¡Lena, no sé cómo soportarlo! Voy a explotar."

"Ven, mi amor. Llega conmigo, Kara. Juntas..."

Me asintió y gemimos con ganas.

"¡Oh, por Rao! ¡Estás deliciosa Lena! Mi amor, se siente delicioso..."

"Tu centro contra el mío se siente muy rico... Mmm... Ahhh..."

"Ahhh... Lena..."

Sentía Kara explotar e inundarme con todo su líquido. Empapándome y no pude evitar hacer lo mismo. Nuestros fluidos se mezclaron y Kara se recostó contra mi cuerpo, agotada. Nuestras respiraciones estaban agitadas y se recostó contra mi pecho, pero antes levantó la mirada para ver la hora.

"¡Por Rao! ¿Son las dos de la madrugada? ¿A qué hora se fueron todos?"

"Cerca de las once y estuvimos un rato limpiando."

Me miró levantando las cejas y sonriendo en grandes proporciones.

"¡Wow! Estuvimos haciéndolo por dos horas. ¡Es un récord!"

"Y eso que no he buscado una solución para que no te tengas que contener."

Se acercó a mi rostro y sonrió con picardía.

"¿Vas a buscar una solución?"

"En realidad tengo una en mente. ¿Te enojarías si desarrollo una mínima cantidad de Kryptonita para un dispositivo que te ayude a no contenerte?"

Se acercó y me besó. Algo en su beso me hizo temblar, no sabía si era porque tenía su cuerpo desnudo sobre el mío o porque la forma en que me besó me hizo sentir enamorada. Estaba enamoradísima de Kara Danvers y no tenía duda.

"Siempre y cuando no me impida dejarte embarazada de Kaylee e Ethan, de lo contrario seguiré conteniéndome."

"Realmente eres mi familia, Kara."

Se salió de encima de mí para recostarse a mi lado y abrazarme. La vi apoyar su cabeza en la almohada y mirarme con una sonrisa.

"Sabes, cuando era niña solía decirle a mi madre que me casaría con mi mejor amigo."

"¿Ah, sí?"

Me asintió y dejó salir una risita.

"Tenía la seguridad que tendría una gran familia. El día que entré en tu oficina con Clark para investigarte jamás imaginé que serías la persona con quien me casaría y tendría tres hijos. Porque tanto Kaylee, Ethan y Nia son hermosos. Los tres se parecen a ti y eso es lo que más me deja feliz. Porque lo que más quiero es llegar a casa y tener pequeñas versiones de ti para recibirme."

Acaricié su mejilla y le sonreí.

"Será un placer esperarte con ellos y darte la familia que tanto quieres."

Tomó las sábanas de la cama y nos cubrió al notar que mi piel se ponía de gallina a causa del frío. Me arrimó a ella con cariño y la vi sonreír mientras fruncía el ceño. Cada vez que Kara hacía ese gesto era porque una idea se le estaba cruzando por la cabeza.

"Conozco esa mirada. ¿Qué se te ocurrió ahora?"

Se rio y negó con la cabeza.

"Me conoces demasiado, Lena. Estaba recordando lo que dijo Kaylee. Que en sus recuerdos vivimos en la vieja mansión de Lex."

"¡Es verdad! Me había olvidado de eso. ¿Quieres vivir ahí?"

"Cuando nos casemos y ya tengamos a Kaylee e Ethan, sí. Me dijiste que es un lugar grande y sería perfecto, aislado de la ciudad y tranquilo. Ahí podríamos ser nosotras mismas sin preocuparnos de que puedan verme llegar por una ventana o algo parecido."

"Y sería un buen uso de la casa. Me parece genial... pero eso no es todo. ¿Verdad?"

La miré elevando mi ceja y me sonrió.

"Bueno es que me preguntaba si mientras esperamos a que nazcan nuestros hijos y todo lo demás... si te gustaría mudarte aquí conmigo."

"¿Quieres que me mude contigo? ¿En serio?"

Me asintió y le sonreí, feliz. Me acerqué para darle un beso y le sonreí.

"¿Cuándo quieres que me venga?"

"Ahora mismo."

Me reí ante lo que me había dicho.

"Mañana me acompañas a entregar el apartamento y traer mis cosas. ¿Te parece?"

Me asintió y meabrazó feliz, acomodándose en mi pecho. La envolví en mis brazos y sentí que sequedaba dormida. Me quedé acariciando su pelo con ternura, este se habíaconvertido en el día más feliz de toda mi vida. No solo estábamoscomprometidas, ahora vivíamos juntas.    

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