Me le quedo viendo incrédula y la palabra gilipollas ya le queda corta.
Se que uno no debe de huir de los problemas, pero hay problemas que pueden mas que tu y eso lamentablemente no te lo va a entender nadie.
El señor Miller es un gran problema no solo por su actitud, si no todas las sensaciones que él causa en mi, no las puedo controlar, no puedo decirles que se vallan. Me doy risa cuando leía una novela erótica y la protagonista decía que no podía tener control de si misma cuando estaba cerca del aquel hombre que la ponía a mil; y ahora la entiendo, siempre nos burlaremos de los demás hasta que nos pasa a notros y entendemos. Pero en verdad no es nada agradable... saber que quieres hacer algo pero no puedes, porque no sabes lo que la otra persona este pensando de ti, en mi caso el puede estar pensando que soy una cualquiera, una necesitada; y ese es el problema de muchos, pensamos en lo que opinan los demás en vez de mandarlos a la mierda y hacer lo que queramos con nuestra vida, porque eso es nuestra vida y de nadie mas. aunque no esta demás escuchar la opinión y ver si para ti es correcta o no.
Me encanta cuando me pongo de instructora de la vida, predico pero no aplico.
Cojo mis cosas de mi escritorio apago la computadora y me dirijo al ascensor. que el mismo recoja las carpetas el tiene manos y yo no soy su sirvienta.
Mientra bajo hasta el primer piso, pienso que hacer cuando llegue a mi apartamento. Mi ceño se frunce cuando recuerdo que el señor Miller no me a dado la llave que el tiene de donde vivo. Llamo rápido a London para ver si esta en su apartamento para que me deje quedar en el suyo.
-Vean la que se acuerda de que tiene mejor amiga.
Se que ya no hablamos mucho desde que comencé a trabajar entre mi jefe y el cansancio se me ha echo muy difícil tener un tiempo para contarle las cosas o así sea llamarla. Esta mal, lo se.
-Lo se, perdón enserio, se que me merezco lo peor del mundo y tu gran sermón y eso lo podrás hacer en persona.
-¿Te dignas a verme la cara?- tan dramática como siempre, pongo los ojos en blanco.
-Si ¿estas en tu departamento?-ruego que si este hay, no tendría donde mas ir.
-Estas de suerte, hoy es mi día libre, te espero aquí malcriada.
-Bueno, adiós miss dramática-sin mas la llamada se corta.
El pitido del ascensor me avisa de que e llegado a mi destino, salgo del ascensor y camino rápidamente hasta la salida, tal vez Miller ya se dio cuenta de que no estoy en mi puesto y se le de por bajar mirar si estoy por hay.
Al salir del lujoso edificio me dirijo a tomar un taxi, unos cuantos pasan pero están ocupado o no se les da la gana de parar y siguen derecho, no entiendo para que salen a trabajar si no van a hacer su deber.
Uno por fin para, le doy la dirección de mi edifico en donde también vive London. El conductor me va haciendo conversación, la cual sigo por decencia.
Llego a mi destino y le pago al taxista y antes de cerrar la puerta escucho un: adiós linda, de parte de este, el cual hago que no e escuchado y entro al edificio el cual su fachada es antigua. Subo al apartamento de London y toco el timbre. Espero a que la hermosa pelirroja de mi amiga abra la jodida puerta.
-¿Desde cuando timbras?-dice abriendo la puerta para dejarme pasar.
Siempre que vengo a visitarla golpeo la puerta muy duro y digo mi típico: podes abrirme o estas follando. Muchas veces ni me abre ya que le da pena salir del apartamento y que sus vecinos sepan que le digo eso, pero la mayores veces es porque si esta follando. Le digo esto ya que un día entre con la copia de la llave que tengo de su apartamento y me encontré con una escena nada agradable.
Digamos que London es una chica muy activa y aprovecha su belleza para conseguir lo que quiere. Su cabello rojizo y ondulado, su piel pálida ayudaban a resaltar sus labios carnosos y rosados, sus ojos color negro, su cuerpo tenia una hermosa figura, grandes pechos y un trasero levantado y firme, ella era la perfección ¿qué mas podría pedir un hombre?. Ademas no era para hueca, era una chica muy brillante, es doctora en el hospital Candler.
-Pues la decencia antes que todo-digo entrando a la estancia.
-¿Te a picado un bicho o que?- dice con sarcasmo, le muestro el dedo del medio, e tenido un mal día y ella no tiene la culpa, no debo desahogarme con ella-¿dónde quedo la decencia?- suelta una sonora carcajada la cual hace que una sonrisa se pose en mis labios- oye hermosa mujer ¿qué haces por estos lares tan temprano?
Me quedo echa piedra, no había pensado en eso, mi mente trabaja a mil por segundo, para sacar una muy buena mentira.
-Ayer me quede en la oficina haciendo unos trabajos, me quede dormida y aun estaba muy cansada, así que por primera vez mi jefe fue buena persona y me dijo que me fuera a casa. Como hace rato no te veía decidí visitarte.
Su cara es seria, se que no me a creído ni media, ella me conoce mejor que nadie, ademas soy mala mintiendo.
-Si quieres puedes dormir en mi cuarto o en la de invitados.
-Lo haré después, primero quiero hablar contigo, como dicen por hay adelantar chisme.
Las dos soltamos en risa, extrañaba esto, extrañaba estar libre de estrés, de presión y del hermoso bipolar que tengo de jefe ¿sera que ya se dio cuenta de que me fui? ¿me estará buscando? ¿ya abra venido a mi apartamento? ¿estará hay?
-Oye, Tierra llamando a Luisa- menea una mano al frente de mi cara, haciéndome reaccionar-¿qué pasa? te noto distraída.
-Nada solo que extrañaba estar contigo, sin nada más en que pensar- me acerco a ella y la abrazo.
-Yo también te extrañaba, creí que te habían comido los zombies- como siempre London tiene que arruinar nuestros momentos cursis.
Me quito mis tacones y los dejo al lado de la puerta, cuelgo mi bolso y mi abrigo en el perchero, nos sentamos en el sofá.
London se para y trae unos sandwiches de atún, los cuales devoro con ansias.
Hablamos hasta las 5 pm, el celular de London suena y una sonrisa del gato sonriente aparece en su cara después de ver de que se trata.
-Luisa ¿me das permiso de salir con un chico y dejarte aquí botada y abandonada?
La miro incrédula, para soltar después una carcajada.
-¿Es con ese tal Benjamín?- hago una mueca ya que no me agrado para nada ese sujeto. Ese sexto sentido de las mujeres me lo dijo.
-No, ya con él nada, se paso al decirte que eramos novios, si apenas nos conocíamos.
-Miren la que habla, la que conoce a un hombre hace tres minutos y ya están teniendo sexo.
-Eso es diferente-dice haciendo una pausa y frunciendo sus labios-bueno yo me voy lo siento, pero esto es importante y diferente-dice picaramente- puedes tomar lo que quieras y hacer lo que quieras, bueno me esperan bye.
Se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, coge sus cosas, antes de que salga por completo del apartamento le grito:
-!Suerte¡
-Gracias- sin mas cierra la puerta y se va.
Son las 5:30 de la tarde y el cansancio puede conmigo, me dirijo a la habitación de invitados, acomodo las almohadas y cojo una cobija ya que hace mucho frío.
No me demoro en caer en un profundo sueño.
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Cuando me despierto estiro mi mano para alcanzar mi celular prendo la pantalla y el brillo esta tan alto que me lastima los ojos, logro adaptarme a la luz y miro la pantalla para ver que son las 8 de la noche, mi cuerpo se siente mas liviano,dormir me a sentado muy bien. Me estiro y me paro de a poco de la cama.
Salgo de la habitación y me dirijo a la puerta para coger mis zapatos, después de ponérmelos cojo el bolso y mi abrigo del perchero. salgo con estos en la mano, cierro la puerta y me dirijo a mi apartamento.
Llego a este, busco las llaves en mi bolso, inserto la lleve en el seguro, abro la puerta, todo esta en oscuridad, entra no mas un rayito de luz entre las cortinas, me quito los zapatos y los lanzo lo mas lejos posible, cierro la puerta. Con mis manos intento encontrar el interruptor para encender la luz y cuando lo encuentro oprimo en este y se hace la luz.
-¿Dónde demonios estabas?