- Eh... Hola.- Saludé sin poder creerme que había contestado la llamada.
- ¿Qué tal?
- Creo que ahora mismo eso es lo que menos importa.
- A mí me importa.- Susurró.
- ¿Te sigo importando después de todo lo que he hecho?- No pude ocultar el tono de sorpresa y plena felicidad.
- Nunca has dejado de importarme Marel.
- Ya pues creo que razones no te han faltado.
- No digas eso, sé que todo lo que hiciste fue por amor.
- ¿Cómo?- ¿Desde cuándo podía leerme la mente y ser así de perfecto conmigo?
- Cuando ayer salí de fiesta con Liam no pude hacer nada, ni siquiera era capaz de mirar a otras chicas sin pensar en tí y en todo lo que te quiero. Así que ahora sé que no te acostaste con Harry por puro placer, si no que fue por amor, porque le quieres.
- Pero no le quiero como tú crees Zayn, tarde pero me he dado cuenta de eso.
- ¿Así que no vas a irte con él?
- No, pienso quedarme junto a ti, incluso si te repugno y ya no quieras saber nada de mí.- Dije con una pequeña risa a la que él también se unió.- Porque te quiero Zayn, estoy total y perdidamente enamorada de tí por mucho que no te lo demuestre.
- Oír eso me hace el hombre más feliz del mundo.
- Y a mí me hace sentir la puta más asquerosa del mundo. ¿Por qué eres tan bueno conmigo, Zayn? Te he hecho cosas horribles, imperdonables, y tú sigues aquí, diciendo que yo te sigo haciendo feliz. No lo entiendo, deberías de odiarme.
- Y lo he hecho, créeme que llevo todo el día despotricando de ti, pero es duro, es duro intentar odiar a la persona de la que estás enamorado. Al final todo te consume, es demasiado cansado pasarte todo el tiempo convenciéndote de algo que no es real, de un sentimiento que no siente. Marel, soy incapaz de odiarte, de pensar mal de tí porque te conozco. Sé que suena idiota y desesperado, pero sé lo que sientes y lo que piensas antes incluso de que tú misma te des cuenta. Además Liam me ha dicho que te contó lo de la conversación que tuvimos Harry y yo.
- Sí, me lo contó. Pero no creo que eso sirva de excusa, yo le quiero sí, pero ahora sé qué tipo de amor es lo que siento por él y como de enamorada estoy de ti.
- Exacto, tú lo has dicho. Ahora lo sabes, ahora sabes lo que sientes por él y por mí, pero antes de todo esto estabas hecha un lio.
- Si, supongo que tienes razón. Pero aún y todo quería volver a pedirte perdón, no sabes lo mal que me siento, perdóname.
- Ya sé cómo te sientes Marel, me lo has explicado de mil maneras diferentes en los mil mensajes de voz que me has dejado.- Se rió un poco por lo bajo.
- Si, lo siento por eso también. ¿Quieres quedar dentro de unos días para hablar y todo eso?
- Me encantaría, ¿mañana mismo?
- No puedo, me voy a una pequeña cabaña que los de Rip Curl, al suroeste de Inglaterra.- Dije haciendo una rara voz al decir eso último, haciendo que los dos nos riésemos.
- ¿Al suroeste? ¿Es que ahora vas a empezar a hablarme con tecnicismos?- Se rió él por el otro lado de la línea.
- Es lo que Rose me dijo, yo solo la copio. Pero supongo que no pasaría nada si llevo a alguien, ¿te apetece?
- Zayn Malik, la costa, el agua, el surf... No sé cómo combinarlo todo en un plan que no acabe en tragedia.- Los dos soltamos otra carcajada de alivió un poco la tensión.
- Podría estar bien, además estaríamos separados de cualquier persona que pueda reconocerte y podríamos hablar tranquilamente. Sería solo una semana.
- La verdad es que me encantaría, además ahora estamos en proceso de escribir y componer nuevas canciones y supongo que ahí contigo podré inspirarme.- No pude evitar sonreír.
- Perfecto. ¿Paso mañana a recogerte hacia las 8:00?
- ¿DE LA MAÑANA?- Gritó en mi oído.
- ¡No me dejes sorda, hombre!
- Lo siento, lo siento, pero es que me he asustado.- Me reí de lo tonto de la situación, por un momento parecía como si nada hubiese pasado en realidad, como si fuésemos la pareja feliz y alocada que éramos antes.
- Pues lo siento pero hay un viaje de unas cuatro horas hasta ahí y quiero por lo menos aprovechar la tarde.
- Vale, vale... veré lo que puedo hacer... ¿Oye y tú estarás todo el tiempo surfeando?
- Bueno la mayor parte, pero tendré tiempo para descansar y no hacer nada, ¿por?
- Es que veo un poco raro que el novio de una surfista famosa no sepa ni nadar y pensé que aprovechando esta ocasión podrías... esto... ¿enseñarme a nada?- Preguntó vergonzoso, y me lo imaginaba rascándose la nuca con la mirada fija en el suelo y la cara roja.
- Sería un placer enseñarte a nadar.- Dije divertida.
- De acuerdo. Bueno tengo que preparar la maleta he intentar dormir un poco que mañana me toca pegarme el madrugón del siglo.
- ¡No seas exagerado anda!- Reí.- Hasta mañana Zayn.
- Buenas noches preciosa.
Últimamente todas las llamadas telefónicas nocturnas acababan con una atontada Marel tirada en la cama y con una boba sonrisa pegada en la cara. Enserio, a veces me daban ganas de darme golpes en la cabeza hasta que se me olvidase hasta mi nombre.
Pero no podía contener mi felicidad, sentía cómo mi corazón volvía a latir a mil por hora.
(...)
Después de haber dormido un par de horas por la emoción, me levanté a regañadientes y me metí en la ducha sin ni siquiera abrir los ojos. Después de limpiarme mecánicamente, salí de la ducha y me puse lo que por la noche había sacado, que consistía en unos pantalones vaqueros ajustados y de tallo alto, una camiseta también pegada y corta con el dibujo de Mickey Mouse enseñando el dedo corazón, un cárdigan negro con detalles étnicos en blanco y unos botines cortos negros. Cogí una chamarra verde militar por el frío, dejé el pelo suelto tapándolo con un gorro negro de lana, me maquille lo justo cogí la bolsa y salí de casa metiendo todo en el coche y yendo en dirección a la casa de Zayn no sin antes pasarme por un Starbucks.
Paré el coche delante de la casa de Zayn, justo delante de donde se encontraba él junto a una maleta mediana. Estaba con los ojos cerrados y con la cabeza caída ¿era posible que ese hombre se quedase dormido de pié? Di un fuerte bocinazo, haciendo que el medio muerto diese un salto enorme para acabar medio agachado, con una mano en su rodilla derecha, la otra en el corazón y respirando con dificultad. Yo no pude hacer otra cosa que reírme del espectáculo que dio, menos mal que era bastante temprano y nadie podía verlo. Metió su maleta en el maletero y se metió en el coche, sentándose en el asiento del copiloto con cara de ofendido mientras que yo seguía sin poder parar de reír y con lágrimas a punto de salir de mis ojos.
- No tiene gracia, podrías haberme matado.- Dijo intentando disimular una sonrisa sin mucho éxito, ya que en la comisura de los labios se veía la sombra de una de sus preciosas sonrisas.
- ¡Sí que la ha tenido! Tendrías que haberte visto, ¡estabas totalmente dormido!- Dije sin aún poder contener la risa. Cogí un poco del café que había comprado en el Starbucks antes de ir a su casa.
- ¡Y bien a gusto que estaba!- Dijo ya sin poder contener la risa. Escupí todo el café y empecé a reírme como una posesa.- ¿¡MAREL, PERO QUE HACES!?- Gritó Zayn mientras que seguía riéndose a más no poder.
Después de unos 5 minutos de risas que acabaron en dolor de cabeza y limpiar todo el café del coche, nos pusimos en marcha. A la media hora, cuando conseguimos salir del tráfico de Londres, Zayn se durmió, toda una novedad.
Llevábamos más de dos horas de viaje y además de tener los músculos un tanto agarrotados, mi coche se quedaba sin gasolina, por lo que paré en una gasolinera en un descanso de la autopista. Zayn se veía increíblemente mono a la vez que sexy, siempre que podía lo observaba dormir, era como un pequeño bebe, un ángel. Después de llenar el depósito del coche, me dirigí a la tienda para poder pagar y comprar más café para mí y algo de comida para Zayn, que esperaba que pronto se despertase. De pronto se escuchó un grito desde fuera y todos nos volvimos para ver de dónde provenía el sonido. Desde el ventanal pude ver a un par de chicas de unos 12 y 14 años mirando dentro de mi coche y sacando fotos a algo. Claro, Zayn seguía en modo hibernación ahí dentro.
- ¿Qué es lo que pasa?- Preguntó el dependiente curioso.
- Tranquilo, lo tengo bajo control.- Dije con una pequeña sonrisa mientras que cogía nuestro desayuno y mi tarjeta de crédito como pude y saliendo corriendo de la tienda.
Vi que mis sospechas eran ciertas al acercarme, y no me refería a que las chicas estaban ahí por Zayn, sino que éste no se había despertado ni siquiera con el grito.
- Hola chicas.- Dije con una sonrisa mientras que me acercaba.
- Hay dios, Marel ¿eres tú verdad?- Dijo la más joven de las dos.
- Sí, la misma.
- ¿Podemos sacarnos una foto contigo?- Preguntó la otra.
- Eh... si claro.- Dije un tanto avergonzada, no me acostumbraba a esto.- Esperad, necesito dejar esto en el coche.- Dije señalando el desayuno.
- Si claro.- Respondieron a la vez. Lo dejé todo y volví hacia ellas para hacerme una foto con cada una y luego una con las dos juntas.
- Siento mucho que Zayn esté dormido pero no creo que se vaya a despertar por mucho que lo intente, esta mañana se ha despertado a las 7:30 y se ha hecho el víctima por lo poco que ha dormido por un buen rato...- Dije mientras que las chicas se reían.
- No pasa nada, sabemos lo que le gusta dormir.
- Si bueno, supongo que algún defecto tendría que tener ¿no? Sino sería demasiado perfecto para ser real.- Dije con una pequeña risa.
- Si tienes razón.
- Bueno chicas tengo que irme que me queda un rato más de conducción, un placer conoceros.
- Igualmente y dile a Zayn que le queremos mucho, bueno, cuando se despierte.
- Claro, se lo diré.- Dije con una sonrisa entrando en el coche y volviendo a la autopista.
- Así que si no tenemos en cuenta el pequeño detalle de que me gusta dormir ¿soy perfecto?- Pregunto la ronca, adormilada y sexy voz mañanera de Zayn.
- ¡Dios Zayn no me des esos sustos, pensaba que estabas dormido!
- ¡Ves! ¿A qué jode? Pues esta mañana me has hecho lo mismo, pero a sido mucho peor, todavía estoy que no puedo quitarme el miedo del cuerpo.- Dijo poniendo una mano en su pecho mientras que negaba con la cabeza.
- Venga no me seas tan mimoso. ¿Cuánto tiempo has estado despierto y pretendiendo que dormías?
- Desde que has abierto la puerta y he olido el café y el bollo.- Puse los ojos en blanco ante su respuesta mientras que veía como observaba la comida, cualquiera diría que Niall le había contagiado en eso de comer a todas horas.
- Coge lo que quieras, lo mío es esto.- Dije señalando el café.
- ¿Has desayunado en casa?- Pregunto poniéndose un poco serio.
- Si bueno, he tomado el café con el que estaba cuando te he recogido.
- ¿El que has escupido por todo el salpicadero?- Preguntó en mitad de un ataque de risa.
- No me seas idiota Zayn.- Dije entre risas.
- ¿Qué cenaste ayer?- Preguntó volviendo a su cara seria.
- Eh...- Vale, ya sabía por dónde iba esto.- No me acuerdo muy bien Zayn... estaba con todo eso de preparar la maleta...
- Mierda Marel a mí no me mientas. ¿Hace cuánto que no comes?- Preguntó elevando la voz.
- ¿El café cuenta como comida?
- ¡No, claro que no!- Bramó él.
- Pues un par de días...
- ¿¡Es qué no recuerdas lo que te pasó en Hawai!? ¡Para en el siguiente descanso!
- ¿Qué? ¿Por qué?
- ¡Porque voy a conducir yo, me voy a tomar tu café y tú te vas a comer todo esto!- Gritó, por lo que no me atreví a contradecir.
(...)
Con el estómago lleno y la tensión un poco más ligera por la sesión de karaoke que tuvimos, llegamos a lo que los millonarios de Rip Curl llamaban cabaña. Era enorme, como un chalet toda de madera de roble y con grandes cristaleras. En la parte de delante solo había una carretera de tierra rodeada de pinos y en la parte trasera desde un gran ventanal de cristal salías al porche, por el que se accedía a la playa de arena gris. Era impresionante y lo mejor era que estaba en la mitad de un bosque, por lo que estaríamos los dos solos, sin fans, ni paparazzis, ni prensa.
Metimos todas nuestras cosas dentro de la casa y nos dirigimos al porche trasero para poder admirar las magníficas vistas de la preciosa playa y las grandes olas.
- Esto es precioso Zayn.- Dije sin poder creérmelo aún.
- Sí que lo es.- Dijo este mientras que me abrazaba por la espalda.- Pero no tanto como tú.- Susurró en mi oído haciéndome estremecer.
Puso sus manos en mi cintura para darme la vuelta. Una de sus manos bajó hasta mi cadera y la otra subió para acariciar mi cuello y luego acunar mi cara.
- Te quiero.- Le susurré mientras que con una sonrisa se acercó poco a poco hasta que nuestros alientos se juntaron.
Pasé uno de mis brazos por su espalda mientras que la otra la mantenía en su pecho, notando como su corazón se aceleraba. Bajó la mano que mantenía en mi cadera hasta mi trasero, mirándome a los ojos y haciendo que nuestros labios se rozasen.
- Te amo, Marel.- Susurró antes de juntar nuestros labios en un beso en el que sin palabras le di mi corazón, mi alma y toda yo, sabiendo las consecuencias de aquello, pero estando totalmente segura de que los labios que me besaban pertenecían al hombre de mi vida, que las manos que me acariciaban eran las del hombre que con tan solo una mirada hacía que me sonrojase, que el hombre que amaba era el que me poseía.
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Hola a tod@s!!
Solo quería aclarar que la última frase "que el hombre que amaba era el que me poseía" no tiene ningún significado sexual o del estilo de 50 sombras de Grey, sino que es más bien que Zayn tiene todo el control sobre ella. En un modo no enfermizo claro está!
Bueno, espero que estéis todo bien!!
Os quieroo
M