Lo que encontré en ti

By Alewriting29

147K 8.1K 1.1K

Soledad, tristeza, odiar con toda tu alma a las personas que te hacen daño y tener un rencor tan grande al no... More

PROLOGO
01 VALENTINA
03 VALENTINA
04 SEBASTIÁN
05 VALENTINA
06 SEBASTIÁN
07 VALENTINA
08 SEBASTIÁN
09 VALENTINA
10 SEBASTIÁN
11 VALENTINA
12 VALENTINA
13 SEBASTIÁN
14 VALENTINA
15 SEBASTIÁN
16 VALENTINA
17 SEBASTIÁN
18 VALENTINA
19 SEBASTIÁN
20 VALENTINA
21 SEBASTIÁN
22 VALENTINA
23 SEBASTIÁN
24 VALENTINA
25 SEBASTIÁN
26 VALENTINA
27 SEBASTIÁN
28 VALENTINA
29 SEBASTIÁN
30 VALENTINA
31 SEBASTIÁN
32 VALENTINA
33 SEBASTIÁN
34 VALENTINA
35 SEBASTIÁN
36 VALENTINA
37 SEBASTIÁN
38 VALENTINA
EPILOGO SEBASTIÁN
Agradecimientos

02 VALENTINA

7.7K 296 41
By Alewriting29


  Cuando el día acabo me dirigí a paso lento directo a mi casa, quería llegar para hacer los deberes que me habían mandado y descansar del largo día lleno de emociones que había tenido. A lo lejos vi a Sebastián caminar junto a Daniel; sonreí para mis adentros recordando lo de esta mañana, había algo en ese chico que mi atraía y no era su físico, era algo más profundo que me hacía querer saber más de él, sobre todo el por qué usaba esas mangas. Volví a mirar hacia la dirección en donde se encontraban ellos y note que Sebastián volteo, trate de sostenerle la mirada pero hubo algo en ella que me dolió, me miro, pero no como lo hizo en la mañana, lo hizo con lastima, con desagrado, con asco, como siempre lo hacen todos. Volteé hacia adelante y apresure el paso perdiéndome entre la gente para no seguir viéndolo, sentí los ojos húmedos, trate de no llorar hasta llegar a casa, así que empecé a correr, no me importo que la gente me mirara raro, me daba igual, ya lo hacían siempre.

Ya estaba a unas cuantas cuadras de llegar así que deje de correr y camine con la respiración agitada, estaba cansada, no hacia ejercicio así que no estaba acostumbrada a correr ni a nada que se relacionara con el deporte. Cuando faltaba poco note que había una persona sentada frente a mi puerta, al fijarme bien vi que era Isabella; ya estando frente a mi casa la mire con confusión, era raro que apareciera de la nada y sobre todo después de salir del instituto, siempre cuando lo hacíamos nos despedíamos hasta el día siguiente que nos volvíamos a ver o si teníamos algún trabajo juntas nos íbamos a la casa de alguna de las dos de la misma forma. Cuando levantó la mirada pude ver las lágrimas a punto de salir de sus ojos, me aproxime a ella y me senté a su lado, Isabella apoyó su cabeza en mis piernas mientras yo acariciaba su cabello.

- ¿Qué pasa Isa? – pregunte al tiempo que escuche un sollozo.

- Vi a Erick – solo con pronunciar su nombre ya sabía por qué se encontraba así. Ese fue el idiota que la engaño; sabía que aún le dolía cuando lo veía, varias veces se había puesto así con solo verlo con otra, tenía tiempo que no le pasaba esto pero no la culpo, fue su primer amor, y dicen que al primer amor nunca se olvida.

- ¿Qué fue lo que paso? – ella empezó a sollozar un poco más fuerte.

- Estaba de camino a casa y cuando iba pasando por un callejón sentí que me jalaron del brazo y me pegaron contra la pared, me acorralaron. Al levantar la mirada lo vi, está cambiado, más musculoso, más fuerte que antes, pero tenía el mismo cabello rubio y la misma mirada color chocolate que tanto me gustaba. Me miraba de arriba abajo con lujuria, como si quisiera poseerme allí mismo y te juro Valentina que en vez de amor lo que sentí fue miedo. No pudo decir nada porque cuando estaba a punto de hacerlo algo sonó dentro del callejón e hizo que se volteara hacia esa dirección y aprovechando la oportunidad lo empuje y salí corriendo del lugar.

Cuando ella me llamaba Valentina y no Vale como siempre lo hacía era porque estaba preocupada, decía algo de forma seria o cuando estaba molesta, al igual que cuando yo la llamaba Isa y no Isabella era porque estaba preocupada o triste, eran códigos que solo nosotras conocíamos.

De verdad que esto no me lo esperaba, siempre lo veíamos a lo lejos con chicas diferentes, pero nunca se llegó a acercar a Isabella después de que terminaron. Él tomo su camino y ella el suyo, no se hablaban, si se cruzaban en la calle no se miraban, no se seguían en las redes sociales, es como si nunca se hubieran conocido, esto me parece muy extraño.

- ¿Y qué piensas sobre esa reacción que tuvo contigo?

- A Erick no le pareció bien el hecho que yo le haya terminado y sobretodo que no me haya acostado con él, supongo que después de dos años pensando que yo iba a volver a él arrastrándome, suplicándole que nos diéramos una segunda oportunidad y ver que no consiguió ese resultado el mismo buscara esa oportunidad, pero no para ser novios de nuevo, obvio que no, solo para follarme, cumplir su cometido y después dejarme, y obviamente no lo va a conseguir, ni muerta volveré a estar con él.

- Esa es mi Isabella, la decidida que cuando se propone a algo lo cumple sin que nada la derrumbe – levantó la cabeza de mis piernas y me miro –. Es un idiota, así que pon esa sonrisa que tanto me gusta ver y por favor que sea la verdadera.

Ella rio por mi comentario y me mostro su sonrisa, la más hermosa que ella tenía, la real, la que demostraba cuando estaba feliz. Le limpie las mejilla y la abracé fuerte.

- Así como tú estás para mi yo también lo estoy para ti – me separe y la mire. Pude ver que la tristeza en sus ojos se fue y ahora solo había tranquilidad –. ¿Qué te parece si te quedas a dormir hoy conmigo?

- Me parece excelente – se levantó y me tendió la mano para que hiciera lo mismo.

Entramos a la casa y nos sentamos en el sofá.

- ¿Tus padres no han llegado?

- Nop, creo que no volverán por dos meses cuando mucho.

Sí, mis padres casi siempre estaban de viaje por los negocios del bufe de abogados que manejaban. Eran unos grandes abogados y trabajaban duro para darme lo mejor, estaba orgullosa de ellos, pero lo que yo más quería era que estuvieran conmigo y no solo por una semana o dos, quería que estuvieran allí siempre para apoyarme, hablar con ellos, sentir su calor, su cariño; sabía que me amaban, me lo demostraban siempre, pero su ausencia me dolía, estaba siempre sola y no se sentía lindo no tener a nadie a quien contarle como te fue en tu día.

- ¿Y tu hermano? ¿No has sabido de él?

Mi hermano, hace cuatro años que no sé de él, llama de vez en cuando, pero nunca le hablo. Se llama Gabriel, tiene veintidós años, es muy alto, de piel blanca, cabello castaño oscuro como el mío y ojos azules, mi hermano era lindo, saco la belleza de mis padres... y bueno a mí no me dejaron nada de ello. Se fue ya que tenía que ir a la universidad, él quería estudiar leyes al igual que nuestros padres, siempre dijo que cuando creciera quería ser igual que ellos. Pero cuando se fue nuestra despedida no fue muy agradable, tuvimos una discusión muy fuerte la noche anterior.

***

Esa noche estaba en mi habitación llorando por una broma pesada que me habían hecho en el instituto, muy muy pesada, fue como mi recibimiento a la secundaria, paso que al salir del instituto todos mis compañeros de clase me esperaron fuera de este y me arrojaron bombas de agua, pintura, orina, y otras cosas desagradables que no recuerdo, al llegar a casa en ese momento no había nadie ya que estaban recogiendo unas cosas de Gabriel para su viaje de mañana. Estaba recostada llorando y decidí hacer lo que siempre hago en ese tipo de situaciones, buscar mi vía de escape, abrí el cajón de mi mesita de noche y encontré mi escape, mi hojilla, la pase por mi brazo unas cinco veces hasta que sentí que alguien abrió la puerta.

- Valentina necesito que... - sus palabras fueron interrumpidas cuando me vio ahí sentada llena de sangre y con un objeto punzante en mi mano, su mirada no se despegaba de mi brazo ensangrentado –. ¿¡Pero que mierda estás haciendo!? – se llevó las manos a la cabeza y cerró la puerta con el pie.

- Shh cállate que mis papas te van a escuchar – como si fuera la situación más normal del mundo me levante, fui al baño, me quite la sangre y me seque, al salir Gabriel seguía en estado de shock y con una mirada de tristeza –. Ay quita esa cara, no pongas esa expresión triste y a dártela del hermano comprensivo – me senté en la cama y cogí mi celular el cual él me quito de las manos –. Dame mi teléfono.

- No, y me vas a decir porque haces eso, ¿Valentina que no ves que eso es malo?, no puedes cortarte por nada, ¿Qué tal si mis padres lo descubren?, pensaran que eres una loca y que necesitas un psiquiatra – eso me dolió, más de lo que pensaba, me levante de la cama y me puse firme con el semblante serio.

- Primero, no tienes derecho a meterte en mis asuntos; segundo, por nada, ¿¡estás seguro!? Tú no tienes ni puta idea de lo que paso en el instituto y de lo que ha pasado hoy, tú solo estas pendiente de tus fiestas, tus amigos, de follarte a cuanta chica que se te cruce por el frente, nunca me escuchas ni hablas conmigo. ¿¡Crees que tienes derecho a decirme que lo hago por nada!? ¿¡Que esto es malo!? No me jodas Gabriel; tercero, no soy ninguna loca, no te vuelvas a dirigir hacia mí con esa palabra, te lo prohíbo y no me meterán a un psiquiatra porque mis papas no se enteraran de esto.

- Claro que se van a enterar, porque ahora mismo se los voy a decir, no puedes seguir con esto, soy tu hermano y me preocupo por ti – cuando estaba a punto de tomar la perilla de la puerta le grite.

- ¿¡Ahora te preocupas!? Después de que nunca me prestaste atención, después de que te hiciste popular y me hacías a un lado para que no me vieran contigo, DESPUES DE QUE ME VISTE GOLPEADA, ME IGNORASTE Y APARTE TE REIAS JUNTO A TUS AMIGOS, ¿¡DESPUES DE ESO GABRIEL!? ¡NO ME VENGAS CON ESA PUTA MIERDA DEL HERMANO PREOCUPADO POR SU HERMANA, CUANDO NUNCA FUISTE ESO! – estaba molesta, quería arrojarle muchas cosas para que se fuera y me dejara sola, pero estaba propensa a que les dijera a mis papas la verdad y debía evitar eso como fuera. Tenía la mirada hacia abajo, él sabía que todo lo que había era verdad, supongo que se sentía culpable por ello –. Si les llegas a decir a nuestros padres algo sobre esto, te lo juro Gabriel que vas a tener que olvidar que tienes una hermana – alzo la mirada y en sus ojos había una expresión de incredulidad, los tenia de par en par, él no podía creer que yo haya dicho eso, amaba a Gabriel, era mi hermano, el único que tenía, pero no podía permitir que se metiera en mi vida y en algo tan personal como esto.

- ¿No puedes estar hablando en serio?

- Pues si es en serio, esto es mi problema, no es ni el de mis papas y menos el tuyo, te iras mañana y no te veré dentro de un largo tiempo, así que mejor vete, no te necesito, ve a hacer tu vida de sueños en la universidad, rodeado de más fiestas, nuevos amigos y de muchas chicas al cual follarte, yo me quedare aquí resolviendo mis asuntos – le hice un ademan con la mano –. Así que sal de mi habitación y déjame sola por favor.

- Valentina no pue... – lo interrumpí.

- ¡Joder que te vayas! ¿¡No escuchas!? ¡Lárgate no te quiero ver!

Me miro por última vez y se fue. Apague la luz y me dispuse a dormir, pero fue inútil, lo que hacía era llorar, nunca me había peleado con él, siempre lo ignoraba, de vez en cuando estábamos muy bien, pero siempre estaba rodeado de sus amigos y nunca me tomaba en cuenta, ya me era normal eso, igual lo amaba, pero se metió con algo muy delicado para mí, eso no se lo iba a permitir y menos sin tener derecho a reclamarme.

Al día siguiente me desperté con los ojos muy hinchados, no sé en qué momento me quede dormida. Mi madre me dijo que Gabriel se fue muy temprano ya que su vuelo a Washington salía a las cinco de la madrugada. Por lo visto no les dijo nada ya que mama estaba como todos los días al igual que papa. Me enteré que le iba muy bien en los estudios y estaba orgullosa de eso. Gabriel no venía durante las vacaciones porque estaba trabajando para ahorrar dinero, no preguntaba por mí y yo nunca lo hacía por él, mis padres no sospecharon nada, decían que él y a la vez yo estábamos en nuestros asuntos, así que no le dieron importancia. No sé qué haré cuando lo vuelva a ver, pero lo único que quiero es que trate de comprender las razones del porque lo hago y sé que cuando me vea de nuevo se volverá loco ya que mis cortes ahora son más evidentes que antes.

***

- No, sé que le va bien en la universidad pero nada más, no quiero hablar de él. Cambiando el tema, quiero contarte algo que pasó esta tarde cuando regresaba del instituto.

- ¿Qué paso, te hicieron algo malo?

- No, no te preocupes – tome aire y le relate la forma en la que me miro Sebastián cuando salimos de clase. Isabella puso cara de incredulidad.

- Dame un momento para procesar lo que me acabas de contar, ¿me estás diciendo que te miro con asco?

- Pues sí, se reconocer esa forma de mirar a la gente y en su expresión eso era lo que se reflejaba.

Isabella se levantó de golpe del sofá se dio la vuelta para me miro. Esto no era bueno, tenia mirada de loca, si, de loca y cada vez que la ponía era capaz de hacer cualquier cosa.

- Mañana voy a parar a ese idiota y le voy a decir muchas cosas las cuales no le va a gustar. No tiene derecho de mirarte así después de que en la mañana te trato tan bien y hasta se puede decir que coteo contigo.

Me levante y la tome de los brazos para sacudirla y que entrara en razón, no iba a dejar que le dijera nada y también que se le quitara esa idea tan estúpida de que me estaba coqueteando, esa sí era una idea aún más loca de la que tenía en mente hacer.

- Isabella relájate, no vas a hacer nada de lo que estás diciendo, y borra la idea de tu cabeza de que él me estaba coqueteando, eso es imposible no di... – me interrumpió y ahora fue ella la que me tomo de los brazos a mí.

- Vale mírame, mírame directo a los ojos – me puso muy cerca de su cara, esto me daba mucha risa pero trataba de estar seria, porque si me reía sabía que se molestaría más de lo que estaba – primero, se cuando la gente le coquetea a otra y él lo hizo, no me contradigas sabiendo que soy una experta en esa área; segundo, claro que le voy a decir no tiene derecho a mirarte así, mañana vera las consecuencias de haber hecho eso.

- Pero tú no sabes si estaba viendo a otra persona, tal vez fui yo la que se confundió, o solo... - me volvió a interrumpir.

- ¿Había alguien más cerca de donde tú estabas?

- Mmm no, estaba solo el lugar.

- Entonces si te estaba mirando a ti, voy a hacer lo que tengo pensado y no quiero hablar más del tema y tampoco me vas a hacer cambiar de opinión – me soltó y comenzó a buscar algo en su bolso.

- Isabella no es... - me interrumpió de nuevo, le encantaba hacerlo y me estaba hartando.

- Dije que no quiero hablar más del tema Vale – lo dijo de forma graciosa y me hizo un alto con la mano.

- Pero...

- No.

- Isa...

- Quiero.

- No lo...

- Hablar más del tema – supongo que consiguió lo que buscaba porque después de que saco un cuaderno dio unos pasos hacia mí y puso un dedo en mis labios –. No insistas porque sabes que no va a pasar – puso una sonrisita de diversión, se burlaba de mi porque sabía que debía dejarla tranquila, no iba a cambiar de opinión la muy testaruda. Sonreí como muestra de derrota y aparto su dedo –. Bueno ahora vamos a hacer los deberes que tenemos.

Nos cambiamos el uniforme y nos pusimos ropa mas cómoda, hicimos todas las tareas y terminamos como a las siete de la noche, como teníamos hambre y no queríamos preparar nada preferimos ordenar comida china. Como a la media hora llego el chico con los pedidos. Isabella salto del sofá y abrió la puerta.

- Aquí está su pedido – Isabella corrió de nuevo al sofá a buscar el dinero y regreso a la puerta, fui detrás de ella y me apoye en la pared mirando hacia donde estaban ellos.

- ¿Cuánto es? – preguntó mi amiga y el baboso del repartidor miro a Isabella de arriba abajo y le sonrió de forma picara.

- Son quince dólares – la veía como si fuera una prostituta barata, hasta se podía ver una pequeña erección en su pantalón, que por cierto se notaba que era muy pero muy pequeña, pobre chico debe de ser un acomplejado; su mirada estaba clavada en el escote de Isabella.

- ¿Se te perdió algo en la camisa de mi amiga o qué? – no soportaba que la miraran así, no me enfrentaba a los chicos de esta forma ya que ella no les tomaba importancia, pero igual me molestaba y esta vez no me contuve –. Mejor ve a hacer algo con tu diminuto asunto guardado entre tus piernas, y si quieres un consejo – le quite el dinero a Isabella de las manos y a la vez ella tomo la comida –, hazle una extensión a tu pequeño amigo porque si te soy sincera no vas a lograr que ninguna mujer sienta nada con el – le sonreí y le entregue el dinero en sus manos para así cerrar la puerta sin darle oportunidad a decir nada.

- ¿Qué acaba de pasar Vale? Tú no eres así de grosera – dijo riendo, tenía una expresión de sorpresa, y no la culpo nunca había tenido esa reacción con nadie, menos con un chico.

- Es que me dio coraje que te estuviera comiendo con la mirada, y se notaba que estaba formando una película porno contigo ya que en su pantalón era muy notoria su atracción hacia ti – Isabella comenzó a reír y yo también –. Ya, vamos a comer que tengo hambre.

Nos dirigimos al sofá y empezamos a devorar la comida, tenía mucha hambre, no había comido nada en todo el día, solo la manzana de esta mañana y el jugo que me tome en la tarde, pero después de eso nada más, mi estómago estaba vacío. Al terminar de comer mi amiga y yo hablamos de cosas triviales hasta que se dieron las once de la noche y decidimos irnos a dormir, nos teníamos que levantar temprano al día siguiente. Ya acostadas en la cama Isabella me pregunto algo que me dejo un poco sorprendida ya que ella no se metía ni hablaba de ese asunto a menos que la situación fuera a parar a un peligro mayor.

- ¿Eras capaz de cortarte por Sebastián? – me quede fría, no supe que contestarle –. Sé que no te gusta que se metan con tus cortes y lo respeto, pero necesito saber si eres capaz de hacerlo, porque si es así tendré que tomar medidas de prevención, así que es mejor que me contestes, ¿eres capaz o no?

Era débil y no sabía en qué momento podía pasar una hojilla por mi piel, no estaba segura si lo haría por él, era una pregunta difícil de contestar.

- No lo sé Isabella, sabes que soy frágil cuando se trata de eso, y mucho menos sé cuándo o por quien me voy a cortar, así que mi respuesta es no sé.

- Vale necesito que me digas, no quiero que lo hagas por un imbécil como él y sabes cómo odio y detesto que te cor... – la interrumpí, no quería seguir con esta conversación.

- Ya Isabella, no quiero seguir hablado de esto, así que por favor vamos adormir que mañana tenemos que levantarnos temprano, buenas noches descansa – le di la espalda.

- Vale quie...

- Dije buenas noches Isabella, duerme ya y olvida que esta conversación paso así como lo hare yo.

Sentí como me dio la espalda, preferí cortar con el tema, no quería pelear con ella, sabía que ella no quería que me hiciera daño pero era algo que aún no estaba preparada para dejar de un día para el otro, así que mejor dejar esa conversación así y ver como surgen las cosas de ahora en adelante.

Me levante al día siguiente con el molesto sonido del despertado, Isabella no estaba en la cama, suponía que estaba en el baño, tome mi celular para ver la hora, eran la seis y media de la mañana, me senté en la cama y me distraje unos minutos con el celular; diez minutos después Isabella entro a la habitación con una toalla enrollada en su cuerpo.

- El agua debió estar helada – le sonreí y ella me la devolvió.

- Mucho, pero es mejor para terminar de despertarse, porque si me ducho con agua caliente no me voy a levantar de la cama en todo el día – me dijo divertida.

- Si te entiendo – dije y me levante para ir a ducharme.

Al salir ya Isabella estaba vestida, yo me puse solo la ropa interior al darme cuenta que eran las siete, aún faltaba una hora y yo me vestía rápido así que me iba a tomar mi tiempo para preparar el desayuno.

- ¿Qué quieres comer Isabella? – ella dirijo su mirada hacia mí y me examino de pies a cabeza, sabía lo que estaba pensando y era referente a mis cortes, pero no dijo nada, me miro de nuevo a la cara y me sonrió.

- Unos sándwiches estarían bien, pero vístete para que no se nos haga tarde.

- Sabes que me visto rápido, no me tomara mucho tiempo – me miro con reproche y alzo la ceja.

- Valentina vístete yo sé porque te lo digo, iré adelantando la comida – sin más salió de la habitación dejándome sola y con una pequeña risa, me causaba gracia cuando quería estar seria conmigo, con las otras persona era normal pero conmigo era gracioso las expresiones que hacía, no sé porque pero le hice caso y me empecé a vestir.

Ya lista baje y al darme cuenta el desayuno estaba preparado, me sorprendí un poco, casi siempre me esperaba para ayudarla a hacer algo, pero esta vez lo único que faltaba o mejor dicho quien faltaba era yo.

- Wau que rápida, pensé que me esperarías.

- Quise sorprenderte, ahora come son las siete y media, salimos dentro de veinte minutos.

Me senté frente a ella y empecé a comer, todo estaba delicioso los sándwiches, el jugo, los waffles llenos de miel, todo estaba para chuparse los dedos y como no si mi mejor amiga era una buena cocinera, cuando me quedaba en su casa y ella cocinaba no podía evitar pedirle más, me encantaba su comida, creo que no me cansaría de comerla, varias veces le decía que ella sería mi cocinera personal y que la contrataría para hacer los bocadillos para algún evento, todo era mentira claro pero no lo bueno que le quedaban sus comidas.

- Que rápido comiste Vale – no me había dado cuenta que ya no tenía comida en el plato.

- Sabes que cuando se trata de tu comida no puedo evitar comer rápido.

- Si eres boba, bueno voy a buscar las mochilas para irnos – se bajó de la silla y subió por las escaleras, yo lleve los platos al fregador y comencé a lavarlos, cuando Isabella bajo me ayudo a terminar de lavar las cosas. Cuando todo estaba listo me seque las manos y me entrego la mochila – ten, se te quedo esto arriba – me entrego mi chaqueta y ya puesta nos fuimos.

- Sabes que voy a reclamarle a Sebastián ¿verdad?

Joder, pensé que se había olvidado de ese tema, íbamos tan relajadas pero creo que ella solo está planeando los mejores insultos, esto no es bueno.

- No lo hagas Isabella, por favor – trate de que mis palabras sonaran como una súplica, porque en realidad lo eran, y se puede decir que hasta hice la cara del gato con botas para convencerla, ojala esto de resultado, aunque sé que eso no pasara.

- Bueno mi querida Vale eso no será posible porque ellos están allá – dijo señalando con su dedo índice hacia donde nos estábamos dirigiéndonos y para mi desgracia si, eran ellos, solo estaban a unos cuantos kilómetros de nosotras al igual que de la entrada del instituto –, así que prepárate para escuchar todas las cosas que tengo que decirle a ese idiota por meterse con mi mejor amiga – empezó a caminar rápido y a arrastrarme con ella, ojala la tierra me pudiera tragar en este momento –. ¡Hey tú! – quiero desaparecer.

Ellos se detuvieron y se nos quedaron viendo, Sebastián tenía cara neutra, pero Daniel tenía una sonrisa de oreja a oreja cuando nos vio o para ser específica cuando vio a Isabella. Ya estando frente a ellos Isabella solo veía a Sebastián con odio, y yo ahí poniendo cabello en mi cara para aparentar que no estaba, que vergüenza.

- Contigo que... - fue interrumpida.

- Hola preciosa – dijo Daniel con una sonrisa, la veía de una forma muy linda y eso que ni se conocían.

- Ho-hola – esto no era posible, mi mejor amiga tartamudeo, ¡frente a un chico!, hoy se acaba el mundo.

- ¿Soy yo o hoy estas más hermosa que ayer? – puso una sonrisa pícara y le acarició la cara. Isabella se puso roja ¡roja! Esto no estaba pasando realmente. Mire a Sebastián que estaba admirando la escena al igual que yo, pero en eso volteo, nuestras miradas se cruzaron y si, tenía la misma mirada que ayer en la tarde, ya no me cabía duda, era a mi quien miraba con asco.

- Va-vámonos Vale – Isabella me tomo del brazo nuevamente arrastrándome pero esta vez hacia el instituto. A pesar de confirmar mi duda con lo de Sebastián me hacía mucha gracia que Isabella se pusiera nerviosa por un chico y sobre todo delante de él. Ya cuando estábamos dentro fuimos directo a nuestros casilleros.

- Y entonces ¿Por qué te pusiste roja Isabella? – levante una ceja y le sonreí divertida.

- No estaba roja, estaba así porque no pude insultar a Sebastián – yo saque los libros que tocaban hoy y los guarde en mi mochila, Isabella hacia lo mismo y aun se le notaba que estaba sonrojada.

- Pudiste callar a Daniel e insultar a Sebastián como tanto querías – agradecí que no lo hubiera hecho pero aun así quería molestarla; cerré el casillero y me recosté de el –. Acepta que te atrae siquiera, no pasa nada y no lo niegues porque se te nota.

- No me gusta, no me atrae, no nada Valentina, es un idiota.

- Pero ayer estabas muy contenta cuando lo viste, cuando se sentó detrás de ti y sobre todo cuando se presentó que te tomo de la mano, niégamelo.

- No lo niego, pero me di cuenta que no me debo hacer ilusiones con él y si quieres una razón ahí esta – me señalo la entrada del instituto y ahí se encontraba Daniel besando a una chica, ¡que idiota! –, y eso que solo llevamos dos días de clases y ya tiene muchas pretendientes, imagínate como será cuando lleguen la vacaciones de navidad, va a tener un harem de mujeres – me pareció gracioso ese ejemplo.

- Bueno ya está bien, vamos a clase que van a tocar la timbre en unos minutos.

Caminamos al salón, pero en eso Isabella se tuvo que desviar ya que un profesor la estaba llamando para preguntarle algo; seguí mi camino y cuando llegue ahí se encontraba Sebastián sentado en su puesto, trate de no parecer nerviosa así que solo fui directo a mi asiento, me quite la mochila y la puse en mis pies, saque mi celular junto a mis audífonos para escuchar música, justamente en ese momento sonó Black Veil Bride – Saviour. Un salvador, seria lindo tener uno que te entienda, sé que tenía a Isabella para apoyarme y de cierta forma me retenía de hacerme más cortes, pero había ocasiones que estallaba y simplemente lo hacía, ella no entendía mi dolor, ella no sabía que se sentía que todos te despreciaran, te miraran como si fueras un monstruo, que pasaras por un lado y dijeran cosas horribles de ti, ella en ese sentido no me entendía. Sé que en algún momento conseguiré mi salvador y espero que ese sea el indicado para por fin dejar todo esto atrás, pero mientras eso pasa seguiré con mis cortes.

En eso sentí que me miraban así que voltee, Sebastián estaba con su mirada puesta en mí, baje mi cabeza rápidamente para que no me viera, ¿porque lo hacía?, si tanto le desagradaba no entiendo su interés en mirarme. En ese momento todos entraron al salón junto al profesor Jones, divise a Isabella entre mis compañeros, ella solo me sonrió y se sentó. Ya cuando todos estuvieron en sus respectivos asientos el profesor comenzó a hablar.

- Bueno muchachos para comenzar nuestra primera clase quiero que me hagan un informe de un tema en particular que sea de su preferencia, va a ser en pareja, por lo tanto las asignare yo.

Literatura, amaba con todo mí ser esta asignatura, como me gustaba mucho leer y se me hacía muy fácil interpretar las cosas no me era difícil pasar con veinte siempre, no quiero ser presumida, pero era la mejor en la clase.

- Isabella usted estará con Daniel – mire a mi amiga el cual volteo a ver a Daniel y este solo le giño el ojo, ella le lanzo una mirada de odio y luego me vio a mí con cara de perrito llorón, quería estar con ella en este trabajo, siempre los hacíamos juntas, pero bueno ya que, el profesor seguramente me pondrá sola, cuando no es con ella no es con nadie.

- Valentina... - salí de mis pensamientos al escuchar mi nombre – estarás con Sebastián – él se levantó de su asiento haciendo que todos lo miráramos, incluyendo al profesor.

- Perdón profesor pero no quiero estar con ella – no quería estar conmigo, bueno, no sería la primera ni la última vez que esto pasa, me daba igual, ya estaba acostumbrada.

- ¿Y porque no si se puede saber? – «sólo asígnele otro estudiante como a echo con muchos de mis compañeros cuando los pone a hacer pareja conmigo»

- No puedo estar con una persona tan desagradable como ella, solo mírela, da asco – quede en shock, eso me dolió demasiado. Todos comenzaron a reír al igual que él, estaba a punto de llorar pero me contuve, no les daría el gusto de verme así, no como otras veces. Me levante de mi asiento y mire al profesor, sentí como todos se callaron.

- Yo puedo hacer el trabajo sola profesor usted sabe muy bien que esta es mi mejor materia y no necesito a un estorbo de pareja – dije esto con un nudo en la garganta, ese chico no me conocía para decir eso y más que dolor lo que sentía era rabia, aun no puedo creer que haya dicho eso; siempre me quedaba callada pero esto de verdad que esto no lo iba a dejar pasar por alto. Todos me miraron atónitos, creo que no se esperaban eso de mí.

- Está bien señorita Leister puede ponerse sola, pero solo por esta vez, a partir de este año todos comenzaran a hacer pareja con su compañera y con respecto a usted señor Miller le asignare a otra persona pero solo esta vez, ahora cuando asigne parejas no serán cambiadas, sin excepción alguna, este año cambiaran muchas cosas; se pueden sentar.

- Gracias – dijimos Sebastián y yo al unisón.

Mire a Isabella y ella lo veía con cara de asesina, si se pudiera matar con la mirada ya Sebastián estaría muerto. Me senté de nuevo y sentí que me observaban, decidí seguir mirando al frente y por el rabillo del ojo note que él, se estaba riendo, era un idiota, pero lo peor de todo es que me había dado cuenta de que ese idiota, ese imbécil me había comenzado a gustar.

Continue Reading

You'll Also Like

38.7K 2.3K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
105K 3K 23
Una autocaravana era la solución para sobrevivir durante una semana, ¿pero y luego..? ¿Cuál era el plan? ¿Volver a Londres y vivir del cuento? ¿O sim...
67.4K 2.8K 74
¿Que pasará cuando se enteré?