SHAKEN: Réplicas. (Parte II)

By mizummi

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Finalmente en paz después de su desastroso primer matrimonio, Lauren Jauregui está preparada para volver a ex... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Epílogo

Capítulo 9

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By mizummi

Camila hojeó el expediente y leyó sus notas, las mismas que había garabateado la tarde del sábado después de encontrar la foto de ella con su madre. El trabajo había sido una pobre distracción ante la tristeza abrumadora que la había invadido, pero se había fijado en la cabeza preparar este caso. No fue así.

"Abogada ¿le gustaría hacer una declaración?" preguntó el juez.

"Sí, su Señoría" Camila fue al estrado, sin dejar de revisar del archivo. Su cliente le observaba con nerviosismo, obviamente temerosa por los cargos de negligencia establecidos por el abogado de servicios sociales "Mi clienta desea expresar su pesar por las condiciones que llevaron a la salida de sus hijos de la casa y ella..."

"Disculpe, estoy un poco confundido" le interrumpió juez "¿Hay más niños involucrados en este incidente? Mi informe sólo menciona un niño de cuatro años, René Flores"

"Sí...sí, eso es correcto" Camila tartamudeó "Y tomando en cuenta el reciente trabajo de la señora Flores..." recorrió sus notas para encontrar las acciones correctivas que había recomendado a su cliente, pero la información no estaba allí "...tomando en cuenta sus recientes esfuerzos, estamos pidiendo que el niño sea devuelto a su madre"

"Srta Cabello ¿está segura de que tiene el caso correcto frente a usted?"

Camila se estremeció ante la posibilidad de haber cometido un desliz importante. Miró rápidamente a su cliente, luego otra vez sus notas, confirmando por sí misma que esta era Silvia Flores, cuya hija había sido sacada del hogar porque un trabajador de la guardería había informado que estaba sucia y hambrienta "Sí, su Señoría"

El juez negó con la cabeza y miró al abogado contrario "¿Es René Flores un niño o una niña?"

"René es un niño, su señoría"

Camila sintió que su rostro se ponía rojo "Sí, por supuesto. Pido disculpas. Creo que puede haberse confundido este caso con otro" presentó a su cliente y permitió que le informara a la corte sobre su éxito en una clase para padres. El juez tomó la información en consideración y programó una segunda audiencia la semana siguiente. En definitiva, fue un buen resultado, pensó Camila. Su confusión sobre el caso no había afectado la obvia satisfacción del juez de que Silvia Flores estuviese tomando todos los pasos correctos para lograr que su hijo regresara.

Lauren había hecho malabares con su horario de trabajo durante toda la semana para poder estar en casa con Camila por las noches, aunque eso significaba dejar la casa cada día a las seis y media de la mañana y traer trabajo a casa por la noche. El tiempo con Camila en San José le había retrasado en el trabajo, así que también hizo uso de sus tardes en casa para ponerse al día, aunque ambas habían prometido no dejar que eso se convirtiera en rutina. Lauren extrañaba sus tiempos de descanso juntas y disfrutaba estar lo suficientemente cerca en el salón familiar para hablar e intercambiar caricias ocasionales. Sólo estar juntas nuevamente hacía que Lauren sintiera como si su nave se hubiese enderezado, que el abismo que sus horas de trabajo habían creado, estaba detrás de ellas.

La única cosa que todavía parecía andar mal era su intimidad. No habían hecho el amor desde el día que fueron a la playa, la única vez desde que Sinuhe murió hacía más de un mes. Los besos de Camila eran dulces y cariñosos pero le daba la espalda tan pronto entraban en la cama.

"¿Estás bien, Camz?" preguntó Lauren, acariciando suavemente el hombro desnudo de Camila desde atrás.

"Sí" Camila pareció sorprendida por la pregunta y rodó sobre su espalda "Casi me he puesto al día con el trabajo después de estar fuera tanto tiempo ¿Y tú?"

"Puede que nunca me ponga al día. Pero te prometo que pronto volveré a tener un horario razonable. Creo que voy a contratar a alguien para que administre el concesionario VW. No puedo estar en dos lugares a la vez. Gracias a Dios los concesionarios en Palm Springs están estables"

"¿Cómo va eso?"

Aunque los detalles del acuerdo le habían consumido durante las últimas dos semanas, Lauren no había hablado de ello en casa, porque no quería empeorar una situación que ya estaba mal.

"Tienen nuestra oferta. Deberíamos saber algo la semana que viene"

Camila suspiró y se acurrucó más cerca "Es increíble pensar lo mucho que ha pasado en apenas dos meses ¿no?"

"Lo es" y era increíble cómo Camila había desviado su pregunta sobre cómo se encontraba hacia el inventario del estado de Premier Motors "¿Estamos bien?"

"Por supuesto que lo estamos ¿Por qué no lo estaríamos?"

No habían hablado en absoluto sobre las cosas hirientes que Camila le había dicho cuando Lauren la encontró borracha en la piscina, pero era probable que no recordara mucho sobre esa noche "Solo pienso que tal vez sigues enfadada conmigo por trabajar tanto. No hemos hecho..." luchó por encontrar la frase correcta, tanto que Camila le ahorró la búsqueda.

"No hemos hecho el amor. Es culpa mía" Camila se giró hacia ella, escondiendo su rostro bajo la barbilla de Lauren "No eres tú, Lauren. Simplemente me siento culpable por el mero hecho de disfrutar de algo tan natural como es el sexo en este momento...por divertirme, quiero decir. Todo estará bien. Sólo necesito un poco más de tiempo"

El corazón de Lauren se rompió al escuchar la tristeza en la voz de Camila. Era algo más que la pérdida de su madre. Era la manera repentina cómo había ocurrido y la abrumadora sensación de estar sola. Lauren se levantó sobre un codo, obligando a Camila a ponerse sobre su espalda para poder mirarla a los ojos "Tómate todo el tiempo que necesites. Voy a estar aquí para ti cuando estés lista. No estás sola y mientras piensas si lo mereces o no, haremos un poco de tiempo para salir juntas"

Camila sorbió las lágrimas, urgiendo a Lauren para que le abrazara con fuerza.

"Te quiero tanto, Camila"

"Ya lo sé y yo también te quiero, Lolo. He estado un poco loca, pero las cosas están mejorando. Volveremos pronto a la normalidad. Lo prometo"

No normal, pensó Lauren. Estarían mejor y más fuertes como pareja por haber pasado por esto juntas, listas para enfrentar cualquier cosa.

Camila apretó el botón del altavoz "Camila Cabello" había remitido sus llamadas a la sala de conferencias, donde había extendido las fichas que delineaban el caso del fiscal contra su cliente.

"Mi pequeño imperio automovilístico se ha duplicado oficialmente" dijo Lauren triunfalmente.

"¿Tuviste noticias de Kimble?"

"Justo ahora. Han aceptado nuestra primera oferta, por lo que no tendremos que pasar por toda esa misma mierda que pasamos con Sweeney"

"Eso es fantástico" sabía que las negociaciones con Sweeney habían hecho mella en Lauren y su personal de alto nivel, así que era bueno escuchar que no tendrían que pasar por eso otra vez "Eso significa que tenemos que celebrarlo. Tendré que llevarte a cenar, Amazona" si presionaba, podría reunir a toda la familia esta noche en Empyre.

"Tengo una idea mejor ¿Te gustaría ir a Palm Springs conmigo esta noche? Quiero estar allí mañana cuando hagan el anuncio a su personal"

Alejarse...aunque sólo fuese por una noche del viernes...sonaba como una gran idea, el antídoto perfecto para todas esas noches en las que habían trabajado en casa "¿Podría verlo?"

"Por supuesto" Camila casi podía escuchar la sonrisa en la voz de Lauren "Me verás en el modo lameculos. Necesito desesperadamente ganarme su apoyo para que se queden. De lo contrario, voy a tener que reemplazarlos y eso significaría invertir mucho tiempo allá, lo que no quiero hacer"

"Yo tampoco quiero eso" gruñó Camila "Creo que permaneceré en el fondo de la sala y pondré caras raras ¿te parece bien?"

"Absolutamente. Y tal vez cuando terminemos, podríamos divertirnos un rato. Joshua Tree no queda lejos ¿Has estado allí alguna vez?"

Camila fue sacudida por sus recuerdos, pero se recuperó rápidamente "Sí, mi madre y yo fuimos allí hace unos años....pero me encantaría verlo contigo. Es precioso"

El tono de Lauren se volvió serio "Tenemos que hacer nuestros propios recuerdos ¿no crees?"

"Por supuesto"

"Te veré en casa, entonces ¿Cuán rápido puedes llegar allí?"

"¿Vamos a fugarnos nuevamente?"

"Por supuesto"

"Dame una hora ¿Qué hay de Chester?"

"Apuesto a que puedo lograr que Lucy lo cuide"

La mente de Camila trabajó por un segundo para ubicar quién era Lucy. Entonces cayó en la cuenta. Era la nueva gerente de ventas, la de San Diego, la que Lauren había contratado el año pasado, la que tenía el problema con los contratos "No le digas lo mimado que está"

"Ya es demasiado tarde. Debes saber que las historias de Chester se han vuelto aún más populares que las de Jonah"

El viaje a través del desierto fueron las dos horas más relajantes que Lauren podía recordar en las últimas semanas. Mientras salían de la ciudad, intercambiaron historias sobre el trato con Kimble y el reciente caso de Camila, pero luego su conversación se alejó del trabajo. Lauren fue gratamente sorprendida por las manos errantes de Camila y sus bromas sexuales.

Se registraron en el Virrey y llevaron sus maletas de una noche a su habitación en el tercer piso.

"Hay muchos restaurantes aquí al lado" dijo Lauren "Lo que quieras está bien para mí"

Camila se quitó los zapatos y se dejó caer sobre la cama "Estaba pensando más en servicio de habitaciones...mucho más tarde" palmeó la cama.

Lauren sonrió y se dejó caer a su lado, sin perder tiempo reclamó la posición en la parte superior "Eres tan sexy. Me estabas volviendo loca en el coche"

Camila trató de responder, pero Lauren cubrió su boca con un beso hambriento. Mientras sus lenguas bailaban juntas, deslizó la mano por el cuello de Camila provocando cosquilleos en la piel cálida y suave de la base de su cuello. Un botón cedió...luego otro y sus dedos liberaron hábilmente el broche frontal del sujetador de Camila. Mientras acariciaba el pecho suave, las manos de Camila vagaron sobre su espalda. Temerosa de perder su posición dominante una vez que Camila se calentara, Lauren continuó más allá de los botones de la camisa hacia la cintura de Camila, donde luchó por desabrochar sus pantalones. Mientras los deslizaba por las caderas de Camila, percibió el olor familiar de su excitación sexual. Incapaz de resistirse, enterró su rostro en su fuente, provocando un fuerte gemido.

"Me encanta cuando haces eso" murmuró Camila. Una de sus manos se entrelazó con el cabello de Lauren, acercándola más. La otra jugueteó con su propio pezón que había quedado al descubierto por su camisa abierta.

Lauren saboreó el sabor salado, arrastrando su lengua despacio por los labios resbaladizos para juguetear con el hinchado clítoris. Mientras reconocía la creciente excitación de Camila por los constantes apretones de su cabello, aceleró sus caricias.

De repente, Camila abrió la boca y empezó a retorcerse debajo de ella "Estás haciendo que me corra"

Lauren se concentró en el nudo endurecido y liberó el orgasmo de Camila hasta que ella se apartó. Luego compartió el sabor en su boca con un beso "Tengo mucha suerte de poder hacer eso" susurró ella.

Muy afortunada por todo, se dio cuenta, envolviendo a Camila en un fuerte abrazo.

Camila caminó con Lauren hacia las puertas giratorias de Viceroy, apreciando realmente por primera vez el arte decorativo al estilo art-deco del histórico hotel. Apenas se había dado cuenta de lo que le rodeaba la noche anterior, estaba demasiado concentrada en llegar a su habitación para arrancarle la ropa a Lauren. Su fin de semana no pudo haber tenido un mejor comienzo. El calor del desierto golpeó su rostro al momento de salir. El descapotable de Lauren...con la capota bajada...ya les esperaba.

"¿Crees que necesitarás el aire acondicionado?" preguntó Lauren con ironía mientras rodeaba el coche hasta el asiento del conductor.

Camila guardó su bolso en el pequeño maletero mientras Lauren levantaba la capota. Deseaba ver hoy en acción a Lauren en los concesionarios. Verla trabajar en casa o detrás de su escritorio en Premier era una cosa, pero verla en modo ejecutivo con su personal era otra experiencia totalmente diferente.

Después de unas breves presentaciones con Ted Kimble y su personal de alto nivel, Camila se entretuvo a sí misma revisando el nuevo X3 en la sala de exposición, rechazando cortésmente la asistencia de una vendedora. Había rechazado firmemente la sugerencia de Lauren de cambiar su camioneta por el nuevo modelo cuando saliera al mercado, jurando que la conduciría durante al menos cinco o seis años. Fue entonces cuando Lauren le dijo que iba a maximizar su valor en el comercio.

Un anuncio por el intercomunicador convocó a todo el personal a reunirse en la sala de exposición y Camila vio como Lauren ocupaba su lugar en las escaleras del segundo piso de las oficinas. Era imposible no admirar la confianza y la autoridad que surgía en la concesionaria, pero esta persona de negocios era sólo una faceta del paquete completo.

También estaba la Lauren familiar, la feliz "chica perfecta". Esta Lauren haría cualquier cosa por los miembros de su familia o las familias de sus amigos cercanos y compañeros de trabajo. Ella estaba allí por todos ellos, especialmente por su hermana y presumía de Jonah por los alrededores como si fuese su propio hijo. Camila sonrió al reconocer que era la chica familiar en Lauren la que tanto quería Chester.

Luego estaba la del mono de mecánico grasiento, la que se ponía el mono sucio y se manchaba las manos bajo el capó de un coche clásico. Camila encontraba a esa Lauren totalmente irresistible. No era sólo el contraste de la elegante modelo de pasarela que la mayoría de las personas veían. Era más que el mono grasiento que simbolizaba la fascinación de Lauren por todas las cosas mecánicas. A ella le encantaba saber cómo funcionaban las cosas y no le importaba el desastre que hacía de sí misma. Y lo mejor es que no tenía ni idea que lo sexy que esa visión resultaba para Camila.

Luego, estaba Lauren la amiga, una de las personas más agradables y cáriñosas que jamás hubiese conocido. Era esta Lauren de la que Camila se había enamorado, la amiga que había ido en busca de ayuda cuando quedaron atrapadas bajo tierra y había regresado aún poniéndose en peligro. Como amiga, Lauren había ayudado a Kidz Kamp y le había conseguido un tremendo trato con el X3 cuando sus recursos eran escasos. También era la amiga que había sido una fuente constante de fuerza a través de todo el calvario de decirle adiós a su madre.

Lauren como amante era la experiencia más maravillosa que Camila hubiese conocido jamás. Nunca había imaginado conectar tan profundamente con otra persona.

Y ahora, estaba teniendo su primera visión de Lauren la ejecutiva, una mujer con visión, empuje y capacidad para alcanzar sus metas. Sin duda eran esas cualidades las que habían atraído a Scott Rutherford, el profesor de negocios del Sur de California. Camila también encontraba a la Lauren jefa bastante seductora.

Lauren era perfecta, pensó ella, todo lo que podría desear en una pareja. Sólo que todavía no habían hablado del tipo de relación permanente que Camila quería y parecía que eso ni siquiera estaba en el radar de Lauren...ciertamente no cuando estos tratos comerciales ocupaban casi todo su tiempo. Tal vez este fin de semana traería el cambio que necesitaban, un tiempo para empezar a negociar el camino de su futuro juntas.

"Estoy muy emocionada por esta nueva oportunidad aquí en Palm Springs" dijo Lauren "En las próximas semanas, verán algunos rostros desconocidos, revisando los libros y los procedimientos, reuniéndose con personas, que por lo general serán perturbadores y molestos" la mayoría de los presentes rieron entre dientes, mientras otros parecieron reservar su juicio.

Camila sabía que Lauren se los acabaría ganando eventualmente "Por favor, perdónenles y conózcanlos si pueden. Les prometo que son buenas personas y les he pedido que sincronicen todo con las concesionarias Premier.

Probablemente vamos a hacer algunos cambios, pero dado el éxito que han obtenido, es probable que adoptemos algunas de sus prácticas para los concesionarios en Los Ángeles"

Camila pudo notar como Lauren trataba de hacer contacto visual con la mayoría de las personas, tanto como le era posible mientras se ganaba la multitud. Cuando sus ojos se encontraron y Lauren le sonrió, se sorprendió por la sensación de hormigueo y supo que había comenzado a sonrojarse.

"Por último, quiero que todos sepan que en este momento, no tengo planes para hacer cambios en el personal. Sus posiciones y salarios no se verán afectados y con más empleados actualmente en nuestra fuerza de trabajo, esperamos negociar un mejor paquete de beneficios para todos ustedes. Su arduo trabajo ha dado lugar a esta empresa exitosa y sinceramente, espero que cada uno de ustedes planee permanecer en medio de la transición.

Muchas gracias. Trataré de conocer personalmente a cada uno de ustedes antes de irme. En este momento, me gustaría reunirme con el personal de alto nivel en la sala de conferencias"

Camila le guiñó el ojo y salió por la puerta lateral. Lauren estaría atada aquí por varias horas, tiempo suficiente para que ella pudiese recorrer el Living Desert, una cercana atracción natural. Cuando llegó al coche, se molesto al ver a un hombre apoyado en el capó, fumando "¿Puedo ayudarle en algo?"

"Estaba admirando su coche" dijo él "Vi uno igual no hace mucho tiempo en Los Ángeles. Solía trabajar allí. He estado aquí por un mes"

Camila leyó su tarjeta de identificación: Tommy Russell. Trabajaba al lado en el concesionario de Volkswagen "No es mío. Pertenece a su nueva jefa. Acaba de comprar estos dos concesionarios"

Su rostro palideció y tiró el cigarrillo a la acera para apagarlo con rabia. Podría haber jurado que había pronunciado una obscenidad cuando regresó al lote de VW.

Lauren entró en el garaje y apagó el motor. En lo que a ella se refería, había sido un fin de semana perfecto y no tenía nada que ver con hacerse cargo de los concesionarios en Palm Springs. Ella y Camila finalmente habían vuelto a conectar, nuevamente hablaron íntimamente sobre sus sentimientos de la una por la otra, por primera vez desde el fin de semana en Yosemite. Más de una vez, Lauren estuvo tentada a hacerle su gran pregunta, pero Camila merecía su propia escapada para eso, no como complemento de un viaje de negocios.

"Eso fue divertido, Amazona. Recuérdame pensar en una buena manera de darte las gracias por invitarme"

"Estoy segura que se te ocurrirá algo" dijo Lauren, colgando el bolso de ambas sobre su hombro.

"En este momento, estoy pensando en algo que involucra la piscina"

"Me parece bien" habían conducido a Barker Dam dentro del parque nacional hacia Joshua Tree y luego habían caminado tres millas más para visitar el oasis. Sin duda era hermoso, pero difícil de disfrutar con el calor agobiante.

Camila abrió la puerta lateral "Es raro entrar y no ser recibidas por Chester. Me acostumbré a él rápidamente"

"¿Cómo vamos a dormir sin él?"

"Tengo la intención de agotarte"

Lauren sonrió y la siguió al piso de arriba, donde se deshicieron de sus ropas y se vistieron con sus batas. Minutos más tarde, las colocaron en la tumbona y se deslizaron desnudas en la piscina climatizada.

"Parece que ha pasado un año desde la última vez que hicimos esto" dijo Camila mientras se deslizaba por el agua sobre su espalda.

Lauren nadó más rápido para alcanzarla y atrapó a Camila por debajo de sus pechos "Tenemos mucho con lo que ponernos al día. Este fin de semana ha sido un buen comienzo"

Camila se giró en los brazos de Lauren y se sumergieron bajo el agua mientras se besaban "Me estoy ahogando en ti, Amazona" balbuceó cuando salieron a tomar aire.

"Vamos al jacuzzi" esa era la forma favorita de Lauren para relajarse. Se acomodó en la bañera de agua caliente y colocó los pies de Camila sobre su regazo "He echado de menos esto"

"¿Lo peor ha terminado?"

"Probablemente no tendré que trabajar tantas horas, pero va a tardar meses antes de darle sentido al desastre que Gordon Sweeney dejó. Y no puedo contratar a alguien para manejarlo hasta que logre arreglarlo"

"¿Y Palm Springs?"

"Puedo caer por allí un par de veces al mes para revisar las cosas. Tal vez busquemos un apartamento allí ¿Te gustaría eso?" se estremeció cuando Camila deslizó una mano entre sus piernas.

"Si todos nuestros fines de semana en Palm Springs van a ser como este, es una oferta que no seré capaz de rechazar"

"Los inviernos podrían ser agradables. Los veranos los pasaríamos dentro...en nuestra habitación con aire acondicionado"

"Ahora estás hablando"

Lauren gimió cuando los dedos de Camila le penetraron. Sin lugar a dudas, ella y Camila estaban en casa nuevamente.

"Encontramos al acusado no culpable, su señoría"

Camila había llevado a cabo su trabajo adecuadamente, siendo su cliente absuelto de los cargos de atentado criminal con un niño. Se sentía como una mierda. Había demostrado al jurado que existía una duda razonable con respecto a que el Sr. Thuy fuese consciente de que los niños tuviesen acceso a su arma. La familia apenas había evitado una tragedia cuando su hijo de cuatro años de edad había disparado el arma contra el colchón mientras se apresuraba a volver a meterla debajo de la cama.

Quería llevar al Sr. Thuy a la morgue, donde podría ser testigo de primera mano del daño que un arma de fuego podía hacer. Entonces, tal vez, podría molestarse en asegurar sus armas con el seguro de bloqueo, o mejor aún, deshacerse de esa maldita cosa.

Habló brevemente con el fiscal, aceptando sus felicitaciones y asegurándole que ya había tomado medidas para educar a su cliente en cuanto a la seguridad de las armas y los niños. Ambos tenían la esperanza que haber visto lo último de este padre descuidado.

Camila caminó de regreso a su despacho y cerró la puerta. Odiaba los juicios penales, pero Tony le había asignado éste cuando él y Lois se habían metido de lleno en sus propios trabajos, después de haberse dividido la carga de trabajo mientras ella estuvo fuera. Con el juicio finalizado, podría volver rápidamente a los divorcios, las presentaciones de adopción y las audiencias de custodia que componían la mayoría de sus casos.

Hubo un toque ligero y la puerta se abrió un poco "Camila ¿tienes un minuto?"

Levantó la vista para ver a Tony en su puerta, algo inusual para ser una tarde del viernes por la tarde "Por supuesto. Los que quieras" señaló una silla frente a su escritorio.

Tony entró en su despacho y cerró la puerta. Parecía nervioso "Entonces ¿cómo estás, amiga mía?"

"Es difícil a veces, Tony" se dio la vuelta y agarró la fotografía de Strawberry Peak que acaba de enmarcar "Todavía la echo de menos. Supongo que siempre lo haré" sabía que tenía los ojos humedecidos, pero contuvo las lágrimas.

"Lo siento, Camila. Si podemos ayudar en algo ¿nos lo dirás?"

Camila asintió. Después de unos momentos de silencio le preguntó "¿Hay algo más?"

Él movió los pies de atrás hacia adelante y se inclinó hacia delante en la silla, como si no quisiera continuar "Quería preguntarte acerca de tu carga de trabajo. Me preguntaba si tal vez te hemos presionado para volver demasiado rápido"

"No lo creo ¿Hay algún problema con mi trabajo?" preguntó con irritación.

"He recibido un par de llamadas. Silvia Flores dijo que no parecía que estuvieses preparada para su audiencia de custodia la semana pasada y pidió otro abogado"

"Su hijo le fue devuelto ayer ¿Qué más quiere?"

Él le miró a través del escritorio, pero ella no quiso mirarlo a los ojos "No eres de las que va a la corte sin preparación, Camila"

"Fue el juicio Thuy, Tony, que por cierto, terminó esta tarde con una absolución. Ya sabes cómo odio los casos criminales. Simplemente me tomó más tiempo prepararme con todo esto"

Tony asintió entendiendo aparentemente "Está bien, Mila. Pero si necesitas ayuda, tienes que decírmelo. Colleen todavía no ha recibido noticias de la oficina del PD, por lo que está disponible para echarte una mano"

Camila se mordió la lengua para evitar darle una respuesta sarcástica acerca de la flagrante sugerencia de Tony de que su esposa pudiese hacer su trabajo. En cambio, respondió secamente "Si necesito ayuda, Tony, te aseguró que la pediré"

Tony volvió a su oficina, dejando a Camila molesta. El reloj de la puerta marcaba sólo unos minutos después de cuatro. La hora de salida.

Los dolores de cabeza de Premier Volkswagen continuaban creciendo. En menos de un mes, después de la toma de poder, sólo Ben Dunlap permanecía con ellos. Los gerentes de servicio y finanza fueron despedidos por no seguir las nuevas directrices de Lauren. Aunque Ben era leal y alguien fácil con quien trabajar, no era el cuchillo más afilado del cajón, lo que significaba que Lauren tenía que buscar ayuda en otra parte de su gestión. Había reemplazado a Tommy Russell con Marco González, un tipo de 31 años, fan de Volkswagen. Necesitaba desesperadamente que Hal le ayudara con los libros, pero se mostraba reacia a añadir más a su ya saturada carga de trabajo, sobre todo porque él ya estaba invirtiendo dos días a la semana en Palm Springs.

Así que aquí estaba en una noche del viernes, estudiando detenidamente los listados en la sala de conferencias, tratando de conciliar el inventario con los ingresos.

Al darse cuenta que no iba a llegar a casa para la cena, llamó a Camila con un plan "Hola, cariño ¿Cómo estuvo tu día?"

"Bueno, gané mi caso, pero para mí es igual, preferiría haber visto a mi cliente ir a la cárcel por algún tiempo" dijo Camila cínicamente.

"Así que supongo que es una lástima que seas tan buena en lo que haces" Camila sonaba realmente triste y Lauren esperaba que su idea le gustara "Voy a estar atrapada aquí, en el lote de VW por un tiempo. Me preguntaba si tal vez te... gustaría... recoger una pizza y venirte conmigo" esperó expectante la respuesta de Camila.

"Hmm...en realidad suena mejor que cocinar ¿Tienes algún consejo en mente?"

"Por supuesto"

Una hora más tarde, Lauren vio el X3 entrar en el lote, estacionando en el espacio al lado de su Z8. Estuvo feliz al ver que Chester salía de su transportín en el asiento trasero. Lauren se reunió con ellos en la puerta lateral, sosteniendo la correa y la caja de pizza mientras Camila volvía al coche por sus bebidas. Una vez que todos estuvieron dentro, echó el cerrojo para asegurarlas adentro.

A solas en la oscura sala de exposición, rápidamente le robó un beso. A medida que sus labios se encontraban, fue inmediatamente consciente del irresistible sabor y olor a alcohol y de la menta para el aliento que Camila obviamente había utilizado para intentar enmascararlo. La comprensión de que Camila hubiese estado bebiendo tan temprano un viernes por la noche encendió sus alarmas. Lo primero y más importante fue la preocupación de Lauren de que algo hubiese desencadenado nuevamente su depresión por la pérdida de su madre. Estaba aún más preocupada de que Camila hubiese conducido al concesionario cuando probablemente no debía haberlo hecho. Sacar a relucir eso probablemente desataría una pelea, pero impedir que Camila condujera borracha era demasiado importante como para dejarlo pasar.

Mientras comían y jugaban con el perro, Lauren buscó cualquier signo que revelara que Camila estuviese borracha. Ella parecía estar en completo control, pero el olor a alcohol era pronunciado en su aliento, incluso cuando estaba enmascarado con la pizza y la soda. No había manera de impedir el incómodo intercambio.

"Sabes, no tengo ganas de trabajar más esta noche ¿Por qué no vamos a casa?"

"Bien dicho, Amazona ¡Vamos, Chester!"

"¡Whoa!" Lauren agarró su brazo "¿Por qué no vamos a casa juntas? ¿Te gustaría traerme mañana?"

"Eso es una tontería ¿No quieres seguirme?"

Lauren suspiró "Camila, estoy segura que estás bien para conducir, pero puedo oler desde aquí el alcohol en tu aliento"

Camila se erizó "Sí, tome una copa por la tarde cuando llegué a casa del trabajo. No, no estoy borracha"

"Sé que no lo estás. Es sólo que..."

"Así que si sabes que no estoy borracha, entonces ¿cuál es el problema?" Camila se puso de pie y empezó a caminar alrededor de la sala de conferencias "He trabajado duro esta semana. ¿Cuál es el gran problema de que me tome una copa para relajarme?"

"No es un gran problema. Pero..."

"¿Cuántas veces has conducido a casa desde Empyre después de una copa de vino? ¿Una vez? ¿Dos veces? apuesto como unas cincuenta veces"

Lauren odiaba el tono enfadado de Camila, pero no iba a ser empujada a esto. A pesar de que Camila no parecía borracha, olía a licor "Camz, cualquier cosa podría suceder y si ocurre, estarías en problemas, sin importar de quién sea la culpa. Es una tontería arriesgarnos cuando las dos tenemos nuestros coches aquí"

Con sus ojos oscuros y penetrantes clavados en ella, Camila finalmente arrojó las llaves sobre la mesa, que rodaron ruidosamente a través de la madera "Está bien. Solo vámonos" agarró la correa de Chester y se dirigió rápidamente a la sala de exposición, dejando que Lauren pusiera en orden sus papeles.

A pesar de la actitud alegre de Lauren, Camila permaneció irritada por su confrontación en el concesionario, especialmente cuando se dio cuenta que tendría que llevar a Lauren al trabajo al día siguiente. Su primer instinto había sido reclamarle por trabajar un sábado en primer lugar. Ella había dicho que trataría de hacerlo lo menos posible y si se hubiese quedado más tarde la noche anterior en vez de insistir en jugar a ser niñera, podría haber terminado su trabajo. Pero eso no importaba hoy, porque Camila no estaba de humor para compañía...al menos no la compañía de Lauren. No sentía que tuviese que defenderse por algo tan insignificante como una copa después del trabajo y no iba a ser dirigida como si Lauren fuese su jefe.

En cambio, saldría con Kim, que le había llamado antes para invitarla a dar un paseo a través de Topanga Park. No estaba emocionalmente preparada para asumir los senderos escarpados nuevamente, pero extrañaba salir al aire fresco.

Con una energía increíble, Kim empujó el cochecito de tres ruedas por el sendero empinado "Estoy segura que estás cansada de esta pregunta pero... ¿cómo estás, Camila?"

Camila estaba cansada de esa pregunta, pero no había visto a Kim en absoluto desde el funeral, por lo que era justo. Bajó las gafas de sol de su frente para cubrir las lágrimas que podrían brotar y miró hacia el otro lado de las colinas "Lo estoy haciendo bien, la mayor parte del tiempo. Es difícil a veces, sin embargo, como ponerme hoy las botas. La última vez que salí a caminar, fue con mi madre"

"Me alegra que hayas venido conmigo. Sé lo mucho que te gusta el senderismo. Eres bienvenida a unirte a Jonah y a mí cualquier fin de semana. Las otras madres no caminan conmigo en esos momentos, debido a que sus esposos tienen trabajos normales" se burló cuando dijo la palabra "normal", como si supiera que Camila entendería.

"Te entiendo. Sólo tengo la oportunidad de ver a Lauren volver a casa a tiempo para caer en la cama agotada y justo yendo a la puerta para irse nuevamente cuando me levanto"

"Exactamente como Hal y ahora va una noche a la semana a Palm Springs ¿Cómo lo llevas?"

Poniendo mala cara, pensó Camila "No siempre lo llevo. A veces llega a ser frustrante y lo siguiente que sé, es que estamos discutiendo por ello"

Camila no estaba segura de si debería confiarle sus problemas a la hermana de Lauren, pero pensaba que sería bueno escuchar a alguien que al menos entendía por lo que estaba pasando.

"Hal y yo tuvimos un par de peleas al principio. Pero ya sabes, no debería quejarme. Él está muy feliz con este nuevo trabajo y toda la responsabilidad. Y se está presionando a sí mismo para hacer un buen trabajo para Lauren"

"Lauren también se presiona a sí misma" no añadió que Lauren estaba trabajando aún más duro para no pedir más de Hal "Pero le encanta"

"Lo mismo sucede con Hal. No como Lauren...ella es una fanática. Pero él es feliz trabajando allí y no me gustaría quitarle eso. Supongo que esperaba que fuese una especie de súper papá, que estuviese en casa cada noche para encargarse de Jonah y ayudara con los platos. Eso es sólo una fantasía. Pero tengo que admitir que está tomando acción. Y con él trabajando en Premier, ni siquiera echamos de menos mis ingresos"

"Lauren dice que pronto va a calmarse ¿Qué piensas tú?"

"Va a calmarse para Hal cuando termine con los libros en Palm Springs. Pero creo que mi hermana trabajará hasta morir por tomar la carga de todos los demás. Espero que estés haciendo que algunas veces regrese a casa y que se relaje un poco"

Las palabras de Kim le dieron a Camila una perspectiva fresca. Lauren no estaba trabajando porque estuviera obsesionada. Sus largas horas de trabajo significaban que los otros podrían tener una vida más normal y era típico de Lauren poner a sus empleados primero.

"Lo hacemos lo mejor que podemos. Me sorprendo a mí misma haciendo comentarios, de vez en cuando, que le hacen sentirse culpable por haber estado fuera tanto tiempo, pero siempre me disculpo. Sin embargo, no puedo negar que eso sigue ahí"

"Créeme, lo entiendo. Llámame si te sientes sola en esa casa grande y vieja. Jonah no tiene una piscina, ya sabes"

En estos días, parecía que Camila se sentía sola todo el tiempo. La pérdida de su madre le había dejado sintiéndose como una familia de uno. Y su irritación por las horas extras que Lauren estaba invirtiendo en el trabajo era probablemente sólo un síntoma. Necesitaba de Lauren más que sólo su presencia. Necesitaba saber ahora cómo veía Lauren el futuro de ambas. De lo contrario, no habría final para la tristeza que sentía.

Camila sonrió para sí misma cuando Chester salió corriendo para saludar a Lauren en el salón familiar. Después de estudiar sus sentimientos durante toda la tarde, su estado de ánimo cambió ciento ochenta grados de donde habían estado esta mañana.

Recién salida de la ducha, estaba descalza y llevaba una de las enormes camisetas de Lauren de BMW sobre sus pantalones cortos.

Lauren entró en la cocina con obvia aprensión

"¿Qué tal el paseo con Kim?"

"Fue agradable. Me alegra que llamara" Camila apartó la ensalada que había estado preparando "Ven aquí, Amazona" ella extendió sus brazos abriéndolos.

Lauren sonrió ampliamente y se metió en el abrazo, devolviéndolo con ferocidad "Te quiero, Camila"

"Yo también te quiero. Siento haber sido una idiota"

"Yo también"

Caminando hoy con Kim, Camila había llegado al entendimiento del por qué se había sentido tanta rabiosa últimamente...y por qué lo expresaba bebiendo más de lo que Lauren pensaba que debería. Ahora más que nunca, necesitaba una constante en su vida. El amor que compartía con Lauren era fuerte y seguía creciendo, pero Camila quería una promesa. Quería soñar, mirar hacia adelante a medida que se hacía mayor y saber que Lauren estaría siempre a su lado.

Sinuhe Cabello era la única persona en la tierra que alguna vez le había hecho una promesa y ese voto de amor y compromiso siempre había sido su ancla. Si Lauren no podía hacer eso, Camila tendría que plantar su propia estaca en el suelo. Su corazón sabía que Lauren sería su última oportunidad.

Pero hoy no era el día para insistir sobre el tema. Ciertamente no quería que Lauren tuviese dudas simplemente porque ella se había comportado como una cría últimamente. Necesitaban algún tiempo lejos de todas las cosas que tiraban de ellas, tiempo sólo para ellas.

"Lo ¿qué pasó con lo de Maui? ¿Lo perdimos o podemos reprogramarlo?"

"Todavía tengo los billetes" dijo Lauren "Creo que todo lo que tenemos que hacer es llamar a la agencia de viajes y escoger otro momento en el que podamos ir" se extendió más allá de Camila y agarró un tomate de la ensalada "¿Y si lo intentamos para el Día del Trabajo?"

Eso sería dentro de seis semanas. Camila temía que sería un caso perdido para entonces "¿Alguna probabilidad de que pudiese ser antes de eso? Me vendría bien una escapada" preguntó esperanzada.

"No lo sé. El lote VW es un desastre. Todo lo demás está funcionando muy bien, gracias a Dios, pero cada vez que apago un incendio, estalla otro. Si no detenemos la fuga de dinero en los próximos dos meses, vamos a perder hasta la camisa"

Lauren se había deslizado a la perfección en su papel como directora.

"Bueno, hagámoslo para el Día del Trabajo"

Camila giró el X3 hacia el estrecho camino de la casa de los Hispanos del Este en Los Ángeles. El antiguo vecindario de María Esperanza, recordó ella, pensando en la noche que había salido precipitadamente para proteger a su clienta de su violento ex-marido, ahora su amado esposo. A su lado en el asiento delantero estaba Marga Álvarez de trece años, una niña de los hogares de crianza que había tocado profundamente el corazón de Camila. Dentro de la casa, la joven madre de Marga agonizaba en la última etapa del cáncer de hígado.

Demasiado pronto, Marga Álvarez estaría sola. Dinah le había llamado la semana pasada pidiéndole a Camila que representara a la familia Álvarez y ella había accedido a ser como el albacea de la herencia de la señora Álvarez y como tutor ad litem (una persona designada por un juez en una causa para ayudar al litigante) de Marga.

Como tutor ad litem, Camila había tomado la decisión sobre la ubicación de Marga. Era una tarea difícil, sobre todo después de perder a su propia madre, pero no podía decirle que no a Dinah. Camila había consolado a la chica por su terrible experiencia, incluso contándole su propia pérdida, así como Lauren había hecho cuando se acercó a Lateisha, la niña de Kidz Kamp cuya madre había muerto.

La adolescente saltó del coche casi antes de que se hubiese detenido, corriendo con entusiasmo a la casa para ver su madre. Marga había estado en un hogar de crianza desde la semana pasada, cuando Camila había considerado, de mala gana, que la situación en su casa era insegura. Ahora el único adulto presente estaba casi incapacitado y la casa estaba llena de trabajadores de la salud, cuyas funciones no incluían el cuidado de una niña de trece años. Afortunadamente, la Sra. Álvarez tenía parientes en Chicago y Marga era bienvenida en su casa. Pero por estos últimos días, Camila apoyó la decisión de la chica de estar cerca de su madre.

Camila llevó su maletín a la casa, pensando que podría trabajar un poco en la cocina mientras Marga visitaba a su madre en el cuarto de atrás. Justo cuando se sentó con sus archivos, la puerta frontal de tela metálica chirrió, anunciando una nueva llegada.

"¿Sra Álvarez?"

Esa voz.

"¿Sra Álvarez? Soy Bev Adams, de la HHC (administradores de los hospitales públicos, centros, clínicas y facilidades de cuidado a largo plazo de la Ciudad de Nueva York)"

Beverly. Camila sintió su almuerzo en la parte posterior de su garganta. No había visto a su ex en más de seis años, desde el día que había empaquetado sus pocas pertenencias y había abandonado su casa, herida y desconcertada sobre cómo las cosas habían terminado tan terriblemente mal. Y no quería verla hoy.

Camila escuchó la voz de Beverly en el dormitorio y supo que Marga pronto la echaría. Rápidamente se metió en el pequeño cuarto de baño de la sala y cerró la puerta. Estaba perfectamente contenta de aguantar la visita de Beverly sentaba en el inodoro del pequeño cuarto octagonal.

No iba a ocurrir "¿Estás bien allí?" preguntó Beverly.

De todos los profesionales de atención de salud en el hogar en Los Ángeles, Beverly Adams tenía que ser la que se encargara de la señora Álvarez.

"Bien" contestó Camila, levantando su voz una octava para disfrazarla "Algo que comí, supongo" rodó sus ojos por lo repugnante que sonaba.

"Mire, soy enfermera. Tengo algo que puede mejorar su estómago"

"No, gracias. Estoy segura que voy a estar bien. Sólo tengo que sentarme aquí un rato" la situación no podía ser más humillante.

"Está bien, pero infórmeme cuando salga. Tengo que sacar algo del gabinete del baño"

¡Joder!

Camila entreabrió la puerta y esperó hasta que estuvo segura que Beverly estaba hablando con la enferma. Entonces salió del baño y se dirigió directamente hacia la cocina para recoger sus cosas. Estaba guardándolos en su maletín cuando Beverly apareció repentinamente por la puerta.

"¿Camila?"

"Oh, Dios mío. Mira quién es" Beverly se había descuidado a sí misma, ganando por lo menos treinta libras en los últimos seis años.

"Pensé que había algo familiar en esa voz"

"¿Cómo estás, Bev? ¿Y cómo está Josh? ¿Cuántos tiene ahora, once años?" Josh era el hijo de Beverly, a quien Camila había adorado.

"Estoy bien. Los dos estamos bien ¿Y tú?"

"En su mayoría bien, supongo. Perdí a mi madre hace un par de meses. Fue duro" Sinuhe siempre había tratado a Beverly con cariño, aunque después le había confesado a Camila que en realidad no le había parecido un buen partido.

"Lamento mucho escuchar eso. Siempre me gustó Sinu"

"Gracias"

Beverly levantó su mano, luciendo un anillo de oro "Me volví a casar. Josh necesitaba un padre"

"Felicitaciones" Camila casi se atragantó con la palabra.

"No es ideal...obviamente. Pero es bueno saber que alguien va a estar ahí para nosotros, ¿sabes?"

Camila sintió ganas de vomitar "Estoy feliz por ti, Beverly" especialmente feliz de saber que estaba atrapada en un relación que no era "ideal"

"¿Y tú? ¿Estás con alguien?"

No tenía ningún interés de intercambiar información personal con Beverly "No"

"Aw, lamento escuchar eso. Sé que siempre ha sido importante para ti. Pero la correcta aparecerá algún día, Camila"

Camila se giró para evitar la mano de Beverly en su hombro "Marga, voy a estar en el coche" dijo en voz alta "Saluda a Josh de mi parte" con eso, paso junto a Beverly y fue a esperar en el X3 hasta que Marga terminara su visita.

Una sensación de pánico se apoderó de Lauren cuando entró en el camino de entrada. El coche de Camila no estaba y la casa estaba a oscuras, excepto por la luz exterior de la puerta lateral, la que se encendió cuando detectó su presencia en la entrada. Había estado llamando a la casa toda la tarde, pero había asumido que Camila también había estado trabajando hasta tarde. Fue, cuando no pudo comunicarse con Camila por su teléfono celular, que empezó a preocuparse.

Una desagradable sorpresa le esperaba en la cocina, Chester estaba acurrucado contra la puerta de atrás, preocupado por su reacción a lo que había hecho. El charco en el suelo confirmaba que Camila no había estado en casa en absoluto.

"Está bien, muchacho. No es culpa tuya" lo sacó por la puerta lateral del patio, no queriendo alejarse del teléfono en caso de que Camila llamara. Por su teléfono móvil, llamó a Dinah, que no tenía ni idea de dónde estaba Camila. Entonces, recuperó todos los correos de voz de todas las fuentes posibles. Luego revisó la casa en busca de una nota.

Finalmente, el teléfono sonó.

"Lauren, necesito que vengas a buscarme"

"¿Dónde estás? ¿Estás bien?"

"Estoy bien. Estoy en la cárcel del centro"

No era raro que Camila estuviese en la cárcel. A veces, sus clientes se metían en problemas y tenía que sacarlos de apuro. Pero el tono sombrío de Camila le dijo que esta vez era diferente "¿Dónde está tu coche? ¿Debo enviar a alguien a recogerlo?"

Camila suspiró audiblemente "Ha sido confiscado, Lauren. Me pillaron conduciendo borracha"

Al principio, se sorprendió por la noticia. Luego, a medida que caía en cuenta, se encontró temblando de furia "No puedo creer..."

"Ahórratelo. Solo ven a buscarme. Por favor"

Cuarenta minutos más tarde, Lauren se acercó a la acera donde Camila estaba esperando.

"Gracias por venir. Lo...lo siento"

Lauren no respondió, sus ojos se mantuvieron al frente mientras el exceso de adrenalina por su enojo sin control, le hacía impulsar el velocímetro más alto de lo habitual. El auto deportivo respondía con poder, tambaleándose cuando ella cambiaba las velocidades.

"Ahora, tómatelo con calma. No sería bueno que las dos fuésemos arrestadas la misma noche"

"Por favor, no hables, Camila"

Durante el resto del viaje, Lauren se mordió la lengua, porque no quería atacarla y empeorar las cosas. Si Camila todavía estaba borracha, probablemente no recordaría la conversación en la mañana. Camila facilitó el resto de noche yéndose a la cama tan pronto como llegaron a casa.

Aunque aliviada de que Camila estuviese bien, Lauren todavía estaba furiosa. Esto era exactamente lo que le había advertido la noche que comieron pizza en el concesionario de VW ¿Cómo podía haber sido Camila tan descuidada? ¿Y por qué había salido a beber de todos modos? Era mitad de semana.

Entrando en su dormitorio, Lauren no se sorprendió al encontrar a Camila dormida. Por un momento fugaz consideró pasar la noche en la habitación de invitados. Pero ese solo acto había sido el principio del fin de su matrimonio con Scott. No iba a hacerlo nuevamente, no con Camila. Renunciando a su acostumbrada intimidad, Lauren siguió el ejemplo de Camila y se puso una camisa de dormir. Tomando su lugar en la cama, poco a poco dejó que su mano se arrastrara a través de la cama deteniéndose en la cadera de Camila.

Camila tenía que dejar la bebida. Y Lauren sabía que sus largas noches en el trabajo tenían que terminar. 

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