—Quiero que vayas a casa, descanses y tomes tus medicamentos —El enfermero me miraba frunciendo sus labios —No es una sugerencia, es una orden.
—Gracias Jacob.
—No es nada, Emma te acompañara ¿de acuerdo?
—Está bien.
Jacob abrió la puerta y le hizo señas a Emma para que pasara, ella tenía su labio inferior roto y su ropa junto con su cabello eran un desastre, aun así me dedico una cálida sonrisa al verme.
— ¡Audrey!
Solté un quejido cuando sus brazos me rodearon efusivamente.
—Lo siento, ¿estás bien?
— ¡Jesús no! Creo que me has roto todas las costillas.
Emma me ayudo a incorporarme de la camilla y me ayudo a sostenerme hasta llegar a la salida. Mis manos empezaron a temblar cuando vi el auto de Carly.
—¿Estarás bien? —Emma se notaba intranquila —Puedo acompañarte, ya sabes entre dos personas podemos domar a la bestia. Bien eso sonó doble sentido y no es que tu madre sea fea pero es un tanto vieja para mí, además está el asunto de que es tu madre y seria jodidamente extraño.
—Emma cierra la boca me estas poniendo nerviosa —Hizo mímicas con su mano como si estuviera cosiéndose su boca —Estaré bien.
Con pasos cortos me acerque al auto, sentía la mirada de Emma clavada en mi espalda. Subí en la parte trasera y cerré la puerta con mucho cuidado, no quería que Carly me notase. Era un plan estúpido.
— ¿Ahora qué ha pasado? —Sostenía el volante con fuerza mientras miraba por el retrovisor — ¿Te has vuelto muda?
Cerré los ojos, aun podía recordar las caricias de Michael y Ryan. Michael sabía lo que sentía por él, pero decidió ocultarlo todo, si él podía hacerlo ¿por qué yo no?
—Ryan dice que soy heterosexual, me golpeo por ello.
— ¿Y no te defendiste?
—¿Por qué crees que estoy así? —Mentí —Él es el doble de fuerte mamá, Emma me ha ayudado.
El rostro de Carly se relajó, masajeo su cuello y volvió a mirarme por el retrovisor.
—Hablare con sus padres cariño —Encendió el auto y salió del aparcamiento — ¿Sushi?
—Por favor.