Capítulo XII
¿CUMPLIREMOS LA PROFECÍA?
Me encontraba en la biblioteca en la espera de mi ____, ya que no quería que reprobara una de mis materias favoritas, había elegido una gran variedad de libros que nos serian de mucha utilidad. un no cabía en el gozo de que ____, fuese oficialmente mía, ya sé que ella no es una posesión que siempre he de restregar en la cara de otros, pero por Merlín tenerla a ella sería el sueño de todo hombre y lo mejor de todo es que es mía.
Tardaba mucho, sumándole a esto que yo no era poseedor de mucha paciencia, estaba claro de que _____ recibiría un gran castigo por su falta de puntualidad, me encantaría castigarla, por Merlín, siempre que pienso en ella termino imaginando más de una forma en la cual ella termina en mi cama.
Lo pensé mucho, le di vueltas hasta que mis sentimientos quedaron claros, yo sé que por ella no es una simple atracción sexual, es algo más que, aunque no me gusta la forma de clasificarlo lo llamaría amor, no me gusta clasificarlo así porque ese sentimiento es algo que muchos experimentan y yo por ella experimentó algo único.
Ya era mucho su retraso así que pedí los libros y con un hechizo los mandé a su habitación, tomando camino hacia su habitación me encontré con Pansy junto a Zabini quienes me han contado lo que la estúpida de Ginebra Weasley le hizo a mi niña, ¿Cómo una mujer puede llegar a tal vulgaridad por un hombre?, nunca lo entenderé.
No sabía que podía albergar más odio hacia esa tonta del que ya tenía, pero al parecer si a tal grado que si la tenia de frente no dudaría en mandarle un Avada Kedavra, pero con la poca compostura que guardaba dentro de mí me dirigí al despacho de mi padrino, si podía evitar un problema para ella lo haría.
Justo en cuanto iba llegando a la dirección, me encontré a mi princesa, junto a su hermano, por dios estoy a punto de hacer me en los pantalones del miedo que siento, por dios este es un excelente Hechicero, que con el mínimo encantamiento me exterminaría, pero juntando todo el valor de los Malfoy me acerque y me presente, con una fingida tos me acerque a ellos.
- Buenas tardes, me presento encantado mi nombre es Draco, Draco Malfoy. - extendí mi mano, inmediatamente su hermano la tomó y me saludo de un apretón.
- Encantado, Luke Dumbledore, hermano mayor de ______ - se presentó él.
- Me tengo que presentar como es debido, así que si no es mucho atrevimiento quiero hacerle consiente de que soy el novio de su hermana, quiero contar con su aprobación para así poder cortejar a su hermana con más libertad, hasta el momento cuento con la aprobación de su padre, su tía Ariana y Aleck.
- Y con la mía chico, en tus manos estoy poniendo a mi niña, así que respétala, toma en cuenta de que, si no lo haces, te mataré. Además, mantén al idiota de Potter lejos de mi hermana, nunca me callo bien - lo eh decidido, este será mi cuñado favorito.
Joder este tipo ya me caía excelente, nos podíamos juntar a planear cómo matar a San Potter, además de que le enseñare a usar el mote despectivo con el cual bautice a Potter, no solo amo a mi _______, sino es que a su familia. Una vez que aclaramos las cosas entre nosotros, Luke se despidió y se desaparecía de los pasillos de Hogwarts, por dios es muy difícil eludir el hechizo que el viejo Albus Dumbledore, pero va si es su hijo, era lógico que podía deshacer sus protecciones, ¿____ también podrá hacerlo?
Me voltee hacia mi chica, y la estreche en mis brazos, respirando con delicadeza su olor, por dios amaba como olía, parecía un dulce del cual jamás me casare, ______ era mi nueva droga personal, me separe de ella lo necesario para poder verle el rostro y besar su frente, ella se sonrojo eso hizo que soltara una boba risita.
Le tomo de su mano, mientras la apresuraba a llegar a su habitación, la necesitaba no me importaba que hace poco la hice mi novia, ya la quería hacer la mía, no me importaría en lo mínimo poder cumplir su profecía.
- ¿Draco qué te pasa? - no podía ser más inocente y bella, pero creo que sí, aunque muchas veces creo que se burla de mi cada que tiene la oportunidad.
- Mi niña, si supieras y fueras consciente de lo que sucede, saldrías corriendo - respondí dejando vagar a mi conciencia con el fin de que se pierda en mis instintos.
- Jajaja, Draco solo te recuerdo que soy virgen - esto último me lo susurro en mi oído una vez que nos adentramos en su habitación, ella era todo lo que quería y deseaba para mí, una mujer respetable para todas las personas ajenas a nuestra habitación y alguien tan hambriento de pasión como yo dentro de nuestra habitación.
Sin poder esperar más, la empotré en la puerta que previamente serré con el encantamiento "Barrera Bloqueada".
- ¿cómo es posible que me conozcas demasiado? - pregunte extasiado.
- No es muy difícil saberlo - dijo mientras tocaba descaradamente mi miembro sobre la ropa.
- Demonios, mujer eres exquisita - jadié ante su acción - ¿Cómo puedes volverme loco así?
- Porque te amo, simplemente eso - dije.
- Yo te amo, sin importar que, me escuchas ______ eres lo mejor que me ha pasado, eres mi luz en la oscuridad, como si el invierno no existiera, por dios no tengo las palabras indicadas para describir lo que siento por ti mi niña, solo sé que lo que más anhelo es que nuestro amor no sea pasajero, porque yo no sé actuar como yo mismo si no estás a mi lado sosteniendo mi mano,
En cuanto termine de recitar, la bese, como si no hubiera un mañana, no la podía dejar irse de mi lado nunca más, jamás la voy a dejar, sea como sea ella, es mía así me toca esperar porque, cuando se ama de verdad no existe el tiempo.
Solo sé que, la esperaría hasta el final de mis días si eso significaba tenerla, aunque sea unos segundos a mi lado. Mis besos bajaron por su cuello, susurrando cada palabra que salía de mi corazón, todas y cada una de mis promesas de amor.
Sin importarme si dejaba o no una marca, en su cuello, seguí besándola, sintiendo como crecía poco a poco mi miembro en mis pantalones, junto a la compañía de sus gemidos que no se esforzaba por callar y eso me gustaba demasiado. Mis manos iniciaron a delinear sus piernas por fuera de su falda aun esperando la aprobación de ella, para adentrarme en lo profundo de su falda, solo una aprobación para saber que ella también lo desea con la misma intensidad que yo.
- Tú eres quien tiene el control - le dije - No hare nada que tu no desees.
Ella no respondía, solo siguió disfrutando de mis caricias, por lo que tomando un poco más de confianza mis manos siguieron bajando hasta llegar a su piel libre de la falda.
Mis manos comenzaron a subir debajo de la falda de ____, permitiéndome contornear sus muslos, dejamos la pared, para después traerla conmigo hacia la cama, yo me senté en el final de la misma, dejándola a ella parada frente a mí, por la diferencia de alturas ella quedaba justo a mi altura, cara con cara.
- Eres hermosa - le dije mientras ella se sonrojaba.
Tome sus mejillas con mis manos tomándome el tiempo para acarícialas, era muy hermosa y no me creía que ella, la que había tomado mi corazón tiempo a tras sin ser cociente de ellos, ahora está aquí conmigo, frente a mí, lista para llegar hasta el final si es necesario.
Con mis manos la atraje hacia mí, para besarla de forma lenta mis manos descendieron a sus clavículas, bajando más tomándola por los hombros para acercarla mas a mi dejándome saborear los besos que estábamos teniendo. Dentro del éxtasis mis manos se cerraron en su cintura descansando allí, por su parte ____ coloco su mano izquierda en mi hombro usándolo como punto de apoyo y con la mano derecha tomaba mi cuello.
- Ven - le pedí mientras nos separábamos - Siéntate aquí - le señalé mis muslos y ella lo hizo, quien diría que ____ toda una fiera ahora estaba uy dócil, lista para lo que venía.
Con ella sobre mí y mis manos sobre su cadera seguimos besándonos sin prisa alguna, estábamos disfrutando del momento, ____ llevo su mano derecha a mi pecho y con la izquierda tomaba apoyo de mis hombros, mientras que por mi parte descendí las mías ata llegar a sus glúteos, permitiéndome acariciarlos sobre su falda.
- Es momento de que me pares, porque no creo encontrar la suficiente fuerza para un retorno después de este punto - le avise, porque en primera no quería parar y en segunda necesitaba tenerla para mí, saber que ella es mía y que no habrá nadie.
- No quiero que pares - dijo en un susurro.
Mis manos subieron de sus glúteos, llevándolas al frente permitiéndome llevar un camino con mis palmas desde su vientre pasando por sus pechos hasta parar en su cuello, la atraje con fuerza para basarla de nuevo; aprovechándome de que su camisa del uniforme comenzó a salir de su falda, cole mis manos debajo de ella permitiéndome acariciar su piel desnuda.
Comencé a desabrochar los botones uno a uno dándome el tiempo de disfrutar esto, mi mirada nunca abandono la de ella, para así poder ver algún titubeó de su parte, porque ella no estaba obligada a corresponder mis instintos carnales, solo porque yo así lo quería. Al terminar de desabrochar su camisa dejo al descubierto el sostén negro que tenía puesto, ¡Demonios era perfecta!
- Eres perfecta - le dije mientras acariciaba sus pechos aun dentro de su sostén - También me llevare este - señale mientras bajaba mis labios a sus pechos, los bese aun con el sostén puesto.
- Al paso que vas me dejaras sin ropa interior - dijo ella riendo un poco.
- Esto no es ropa interior es lencería - conteste yo, pues había visto ropa interior modesta y la que usaba ella no era para nada modesta.
- Claro que es ropa interior, además es la única que uso - dijo, para después besarme de nuevo.
- ¿Se la enseñaste? - pregunte inseguro y muriendo en la agonía de los celos.
- ¿Qué? - pregunto ella confundida.