Y aquí estoy de nuevo. Tratando de mantener los pies sobre la tierra luego de todo, pero estoy feliz. Y la verdad no sé por qué, es decir, Justin descubrió mi blog y aunque hayan pasado dos días desde lo sucedido y no se lo contó a nadie, ¿quién sabe si sus estúpidos labios no podrán soportar el secreto guardado? En fin, estoy feliz por ese beso, que tal vez no significó nada para él, pero esa sinceridad… que creo yo que nunca dijo eso a nadie. Tal vez comience a reírse de mí por mis sentimientos hacia él. Tal vez le importo una mierda. Tal vez está volviendo a usarme, ¿Pero cómo saberlo? ¿Cómo saber la verdad?
Por otro lado, tengo que decirle a Matt que solo lo quiero como un amigo porque sé lo que siento y estoy enamorada de Bieber. Sé que siempre digo lo mismo y nunca lo hago, pero me odiaría tanto al hacer sufrir a Matt. Verdaderamente lo quiero pero como un amigo, aunque tampoco puedo hacerle esto, no puedo engañarlo. Preferible decirle la verdad, ¿cierto? Ahora, lo más probable es que me decida por decírselo y que cuando lo tenga en frente las palabras no puedan ser pronunciadas y será otro día más de mentiras.
-¡____!- Sammy hace que el corazón se me detenga por un momento.
-¿Qué sucede?- suspiré.
-¿Por qué no estás feliz, saltando, gritando y corriendo con unicornios imaginarios?- Hizo puchero.
<<¿De qué está hablando? ¿Acaso sabe algo que yo no sé?>> Arqueé ambas cejas.
-¿De qué hablas, Sammy? ¿Por qué debería estar imaginando unicornios?-
A Sammy se le llenan los ojos de lágrimas. ¿Ahora qué eh hecho? Me levanto del sillón y trato de acercarla a mí para abrazarla pero ella se aparta. Sigo sin comprender todo esto.
-¡Mañana llega papá! Te olvidaste de él, yo ya te había dado la noticia.- Sollozó fuerte.- ¡Ya no lo quieres!
¡Mañana llega mi padre! Diablos, lo olvidé. Sammy se pone sensible cada vez que papá está por llegar luego de un largo viaje. Seguramente esas lágrimas que recorren sus mejillas son por los recuerdos de antes, cuando siempre que nos daban la noticia de que papá estaba llegando, gritábamos, cantábamos nuestras canciones favoritas, bailábamos y…bueno, imaginábamos que éramos unicornios y que teníamos una familia compuesta de ellos. Por eso correteábamos de un lugar a otro.
Tironeé de su brazo e hice que se siente sobre mi regazo. La abracé fuerte porque odio eternamente que llore.
-Hey.-Susurré.- Yo no me olvidé de esa enorme y fabulosa noticia. ¿Cómo olvidarme?-
-¿Y por qué ya no jugamos y no estas feliz como antes?- Sollozó.
<<Porque te sorprendería cómo cambian las cosas, pequeña.>>
-¿Quieres eso?-Sonreí.
Hice cosquillas en su estómago y pies descalzos y comenzamos a correr por toda la casa. Recordando los momentos vividos juntas. Ya perdió a muchas personas, no permitiré que me pierda a mí. Sammy fingió quebrarse una pata de unicornio y la alcé sobre mi hombro, galopando y relinchando. Dejó sus lágrimas de lado para reemplazarlas por una enorme y preciosa sonrisa, festejando el regreso de papá.
Cuando terminamos de jugar y de hacer desorden, Sammy subió las escaleras para dirigirse a su habitación y tomar una siesta. Yo iba a hacer lo mismo, pues sinceramente no tengo ganas de nada pero cuando estaba sirviéndome un vaso de agua para luego irme a dormir, tocaron el timbre.
Bufando abrí la puerta y me encontré con un guapo Matt. Llevaba una campera marrón de cuero, unos jeans holgados y sus comunes Vans. ¿Es en serio? Todavía no estoy lista para decírselo. Tenía pensado prepararme mentalmente para lograr hacerlo pero ¿Ahora? No es el momento, no.
-¿Puedo pasar?- Sonrió.
<<No, no puedes. Vete.>>
-Sí, sí, claro. Pasa.- Me hice a un lado para dejarlo entrar.
<<Estúpida, estúpida>>
-¿Todo bien?- Preguntó.
<<No, ahora que viniste no porque no estoy preparada. ¿Entiendes eso?>>
-Sí, por supuesto.-Respondí.- ¿Por qué pasaste a verme?-
-No lo sé.- Rió.- Eh estado en la plaza. Me tropecé, ¿crees que puedes curarme?-
Me mostró su rodilla que estaba adornada por una redonda lastimadura que sangraba. Pero sé que esa no es la razón, la plaza está más cerca de la casa de él que de la mía. Reí internamente de ternura, él quería verme e inventó una excusa. Genial, ahora estoy menos preparada para decirle lo que estaba pensando en decirle.
-¿Qué clase de excusa es esa? ¿Eh?- Sonreí. Él rió tiernamente y se sentó en el sillón.
-Quería verte. Estaba pensando en otra cosa mejor que decirte pero abriste la puerta rápido así que no me diste tiempo. Mala.-
Me uní a sus risas. Realmente sabe cómo sacarme una sonrisa, la verdad siempre quise un amigo así. Tengo a Madison, no mal interpreten porque la amo, pero un amigo es diferente. Siempre se me hacía difícil acercarme a los chicos sin tartamudear, sin ponerme en estado absurda, o sin pensar que son completos estúpidos.
Matt palmeó el lugar vació del sillón, indicándome que me siente junto a él. Y eso hice.
-¿También te lastimaste la rodilla apropósito?- Reí.
-No. Es que no vi pasar un gato.-
Solté una inmensa carcajada imaginándolo a él volar por los aires por un gato. Me encanta su sentido del humor, es muy único.
-Pobre gato.- Negué con la cabeza, todavía con una sonrisa en mi rostro.
-Pobre gato.- Imitó mi tono de voz.- ¡¿En serio?!-
Volví a soltar otra carcajada. Supongo que mis pulmones van a salir por mi garganta y voy a vomitar las oreos que comí junto con la leche. Mmmmh oreos. Dejo de reír al darme cuenta que despertaré a Sammy en cualquier instante si sigo riendo.
-Eres muy bonita cuando sonríes.-
Soltó esas palabras de la nada y en este mismo momento puedo sentir cómo la sangre sube a mis mejillas. Escondo mi cabeza en su cuello y siento su cuerpo sacudirse seguido por una tierna risa.
-También cuando te sonrojas.- De alguna manera hizo que aleje mi cabeza de su cuello para poder verme mejor.- No te escondas.- susurró.
¿Acaso podía ser esto más tierno? Y mientras más tierno, más difícil.
Matt se acercó a mí y me besó. Aunque lo disfrute, el sentimiento de culpa todavía sigue ahí. Y no sé qué hacer, si alejarlo, si acercarme más a él, si decirle la verdad. Simplemente estoy confundida. Pero por suerte, el timbre nos interrumpe. ¿Día de visitas? Bufé y me alejé de Matt para abrir la puerta.
Justin. ¿Qué hace él aquí? Me quedé estática pero pude escucharlo.
-¿Qué hace él aquí?-
Y a Matt gruñir.
En este preciso momento quisiera que la tierra me tragara. Que una ola gigante me lleve lejos de aquí. Que el viento me teletransporte a otro lugar que no sea este. Incluso que la almohada del sillón se abra y me invite a meterme allí dentro. Sabía que un día esto pasaría, pero nunca pensé que me estaría pasando justo ahora. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Actuar normal?
Bueno, mi acto no fue normal. Le cerré la puerta en la cara a Justin y pude escuchar su grito desgarrador. ¿Le habré roto la nariz? Esto se pone cada vez peor. Corrí hasta la cocina pero me asomé para ver a Matt abrirle la puerta a Justin. Él tenía toda la nariz ensangrentada. Pregunta respondida.
<< ¿Por qué tan idiota, ____? >>
Ahora me siento fracasada, mentirosa, asquerosa, avergonzada y maleducada. Dios, ¿Cuántos sentimientos se pueden sentir en menos de una hora?
Justin cierra los ojos por el dolor de su nariz y Matt lo hace pasar, todavía con el ceño fruncido y se nota furioso. Y esto es mi culpa.
Salgo de mi ‘escondite’ y voy en busca de algodón y alcohol para curarlo por mi estúpido e inmaduro error. ¿En serio creí que con cerrarle la puerta en la cara iba a arreglar todo esto? Seguramente no pero debe de haber sido la tensión del ambiente que me llevó a eso. Camino hasta Justin que ahora está sentado en una silla con la cabeza inclinada hacia atrás.
-No, no. Los médicos dicen que la cabeza para atrás no es sano.- Me apresuré a decir.
Agarré su cabeza y la llevé para adelante. ¡Diablos! Estoy tan nerviosa que no medí mis fuerzas. Llevé su cabeza tan para adelante bruscamente que hice que su nariz chocara con pierna, y fue justo cuando pensé que ya nada podía salir peor.
#Consejo, nunca piensen eso.
-¡Auch! ¿Qué mierda te pasa,___?- Dijo Justin a los gritos con muecas de dolor.
<<¡Pues, no lo sé Justin, no lo sé! Ni siquiera yo sé que me pasa, porque supongo que no me pasa nada. Solo es el nerviosismo de tener a los dos chicos que me traen loca en el mismo lugar y que la eh cagado bien cagada.>>
-Lo siento.- susurré casi inaudible.
Matt miraba la escena sin comprender, y lo entiendo. Comencé a curar la nariz lastimada de Justin con la cabeza gacha. Había veces que no me daba cuenta y apretaba demasiado el algodón contra su piel y le hacía doler. Cada vez el sentimiento de culpa se estaba haciendo más presente. No llegaba a tener la nariz rota, pero sé lo que es que te cierren la puerta en el rostro. Ya lo eh pasado unas cuantas veces, aun no entiendo cómo es que no tengo el labio roto, o la nariz rota, o la ceja rota o incluso un ojo rodando por el suelo.
Esos ojos mieles me miraron, yo miré a Matt, él miraba a Justin. Un círculo que no sé cómo romper. ¿Qué hago? Como no existe ninguna chica mas complicada que yo, no se me ocurrió mejor idea que dejar a Justin y a Matt solos e ir a buscar a Sammy para "romper el hielo". No se en que estaba pensando.
Ahora, además de su común rivalidad, los chicos discutían por el cariño de Sammy. Y yo, aquí, admirando la escena con un deje de aburrimiento y culpa.
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no se emocionen...PERO VOLVIMOS.
(tranquilas, si pueden emocionarse)
BUENO, DESPUÉS DE VER SUS COMENTARIOS, NO PUDE RESISTIRME A INTENTAR HABLAR CON MACU PARA CONTINUARLA. SEGURAMENTE LOS CAPÍTULOS NO SEAN TAN SEGUIDOS, PERO ACÁ ESTÁ.
GRACIAS POR EL APOYO, LAS QUEREMOS.
'voten y comenten'
:)