Cáp. 30: "competencia"

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Y aquí estoy de nuevo. Tratando de mantener los pies sobre la tierra luego de todo, pero estoy feliz. Y la verdad no sé por qué, es decir, Justin descubrió mi blog y aunque hayan pasado dos días desde lo sucedido y no se lo contó a nadie, ¿quién sabe si sus estúpidos labios no podrán soportar el secreto guardado? En fin, estoy feliz por ese beso, que tal vez no significó nada para él, pero esa sinceridad… que creo yo que nunca dijo eso a nadie. Tal vez comience a reírse de mí por mis sentimientos hacia él. Tal vez le importo una mierda. Tal vez está volviendo a usarme, ¿Pero cómo saberlo? ¿Cómo saber la verdad?

Por otro lado, tengo que decirle a Matt que solo lo quiero como un amigo porque sé lo que siento y estoy enamorada de Bieber. Sé que siempre digo lo mismo y nunca lo hago, pero me odiaría tanto al hacer sufrir a Matt. Verdaderamente lo quiero pero como un amigo, aunque tampoco puedo hacerle esto, no puedo engañarlo. Preferible decirle la verdad, ¿cierto? Ahora, lo más probable es que me decida por decírselo y que cuando lo tenga en frente las palabras no puedan ser pronunciadas y será otro día más de mentiras. 

-¡____!-  Sammy hace que el corazón se me detenga por un momento.

-¿Qué sucede?- suspiré.

-¿Por qué no estás feliz, saltando, gritando y corriendo con unicornios imaginarios?- Hizo puchero.

<<¿De qué está hablando? ¿Acaso sabe algo que yo no sé?>> Arqueé ambas cejas.

-¿De qué hablas, Sammy? ¿Por qué debería estar imaginando unicornios?-

A Sammy se le llenan los ojos de lágrimas. ¿Ahora qué eh hecho? Me levanto del sillón y trato de acercarla a mí para abrazarla pero ella se aparta. Sigo sin comprender todo esto.

-¡Mañana llega papá! Te olvidaste de él, yo ya te había dado la noticia.- Sollozó fuerte.- ¡Ya no lo quieres!

¡Mañana llega mi padre! Diablos, lo olvidé. Sammy se pone sensible cada vez que papá está por llegar luego de un largo viaje. Seguramente esas lágrimas que recorren sus mejillas son por los recuerdos de antes, cuando siempre que nos daban la noticia de que papá estaba llegando, gritábamos, cantábamos nuestras canciones favoritas, bailábamos y…bueno, imaginábamos que éramos unicornios y que teníamos una familia compuesta de ellos. Por eso correteábamos de un lugar a otro.

Tironeé de su brazo e hice que se siente sobre mi regazo. La abracé fuerte porque odio eternamente que llore.

-Hey.-Susurré.- Yo no me olvidé de esa enorme y fabulosa noticia. ¿Cómo olvidarme?-

-¿Y por qué ya no jugamos y no estas feliz como antes?- Sollozó.

<<Porque te sorprendería cómo cambian las cosas, pequeña.>>

-¿Quieres eso?-Sonreí.

Hice cosquillas en su estómago y pies descalzos y comenzamos a correr por toda la casa. Recordando los momentos vividos juntas. Ya perdió a muchas personas, no permitiré que me pierda a mí. Sammy fingió quebrarse una pata de unicornio y la alcé sobre mi hombro, galopando y relinchando. Dejó sus lágrimas de lado para reemplazarlas por una enorme y preciosa sonrisa, festejando el regreso de papá.

Cuando terminamos de jugar y de hacer desorden, Sammy subió las escaleras para dirigirse a su habitación y tomar una siesta. Yo iba a hacer lo mismo, pues sinceramente no tengo ganas de nada pero cuando estaba sirviéndome un vaso de agua para luego irme a dormir, tocaron el timbre.

Bufando abrí la puerta y me encontré con un guapo Matt. Llevaba una campera marrón de cuero, unos jeans holgados y sus comunes Vans.  ¿Es en serio? Todavía no estoy lista para decírselo. Tenía pensado prepararme mentalmente para lograr hacerlo pero ¿Ahora? No es el momento, no.

Eres mía (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora