Eres mía (Justin Bieber y Tú)

"Una extraña invitación: Parte 2"

Ya eran eso de las 5:00 p.m , era alrededor de la décima vez que miraba la invitación que me había entregado Sophia, sinceramente era extraño que alguien me invitara a una fiesta, pero ella parecía amable y Sammy ya había llamado a Mary, su amiga de la escuela para no pasar la noche sola. Estaba atrapada, contra la espada y la pared, debido a la efusiva personalidad de mi hermana.

Resignada caminé hacia el cuarto de baño, me cepillé los dientes, y me puse maquillaje, nada muy cargado. No me interesaba parecer una muñeca de cera, simplemente me puse rimel, un poco de sombra dorada y labial rosa pálido. Pinté mis uñas de un color no muy llamativo y fui a buscar el vestido que mi dulce hermanita me había elegido para esta ocasión.
La verdad es que amaba ese vestido, pero nunca encontré el momento para usarlo, era ajustado color negro en la parte del busto y caía en una falda algo corta color rosado. Sammy se había pasado toda la tarde buscando en mi habitación el atuendo ideal. Incluso se encargó de conseguir zapatos y accesorios a juego con el vestido. Su elección y su sentido de la moda era simplemente perfecto para su corta edad.

Me coloqué el vestido y mis tacones también negros. Recogí mi cabello rubio en un moño que sujeté con un lazo rosa. Luego de un vistazo final en el espejo, me sentí conforme con el resultado general y me dispuse a bajar las escaleras. Al llegar a la sala Sammy tenia cara de haber visto un fantasma.

- Hermana, ¿esa eres tú?.- dijo asombrada pero a la vez jugándome una broma, yo solté una fuerte carcajada.

- Si enana, ni que hubieras visto al conde Dracula, ¿tan fea estoy?.-

- ¿Es chiste no? Te ves fabulosamente bella.-

- Gracias pequeña, vas a hacerme emocionar, la verdad es que hiciste un excelente trabajo con el vestido.- Sammy se sonrojó por el halago, me abrazó con cuidado de no arrugar el vestido y salió corriendo hacia la puerta.

- Vámonos, no quiero que llegues tarde a la fiesta.

Asentí y fui a buscar el auto mientras mi cerebro no paraba de repetir lo similar que Sammy es a mi madre. Abrí la puerta del Audi negro mientras una lágrima de orgullo y a la vez nostalgia comenzaba a rodar por mi mejilla. Extrañaba a mamá, y mi hermana era su reflejo en vida.

Dejé a mi hermana en la casa de su amiga luego de darle algunas indicaciones sobre el horario para dormir y la advertencia sobre nada de malas palabras y me dirigí hacia la casa de mi compañera de instituto, quedaba fuera de la ciudad por lo que fue un viaje de media hora aproximadamente.