Capítulo X
MIS AMIGOS SON TUS AMIGOS
Aun con las miradas sobre nosotros caminamos tomados de las manos hasta encontraros cara a cara con los amigos de Draco, los cuales eran Pansy Parkinson y Blaise Zabini, ambos lo veían con una mirada inquisitoria, bueno realmente era una bastante juzgadora.
- Buenos días - saludo Pansy con educación en mi dirección en cuanto llegamos, aun cuando creí que me mataría por su mirada.
- Buenos días - respondí la cortesía.
- Muy buenos - dijo Blaise viendo a todos los que nos miraban.
- Cállate - se quejó Draco - Ella viene con nosotros.
- Lo supimos desde la distancia cuando la traías de la mano - contesto Blaise a su amigo - Que descortés soy, mi nombre es Blaise Zabini y ella es Pansy Parkinson, considéranos tus amigos a partir de ahora.
- Mucho gusto, y en mi también encuentren a una segura amiga - dije sonriendo.
- Te tomaremos la palabra - hablo de nuevo Pansy.
- No sean abusivos - dijo Draco - Vallamos a comer, tengo hambre.
- Me lo imagino - se burló Blaise insinuando cosas yo solo me sonroje riendo por lo dicho.
- No te preocupes así son siempre - me dijo Pansy - Me agrada que haya una mujer más en el grupo ya me estaba ahogando entre tanta testosterona.
- Me lo imagino, soy la única mujer en una familia de hombres - le dije.
- Lamento lo de tu padre - dijo ella dándome el pésame.
- No te preocupes - le dije restándole importancia, pues sabía que mi padre aun cuando era odiado un poco también era querido por los alumnos del colegio y ellos no eran la excepción.
Seguimos platicado mientras caminábamos a la mesa de Slytherin bajo la atenta mirada de todos, pero la que más me caló fue la del profesor Snape, sé muy bien que esta como viejilla chismosa, esperando que le cuente lo que paso, pero primero tendrá que esperar, pues sentí un pequeño pinchazo en mi cabeza lo que indica que está utilizando Legermancia, pero no obtendrá nada gracias a mi perfecta Oclumancia.
- _____ - dijo una voz causando que me parara en mi lugar junto a los chicos.
- Déjala en paz, Potter - dijo Draco tomando mi mano, confirmando así el nombre de la persona a la cual pertenecía la voz.
- No te inmiscuyas Malfoy - dijo desesperado él - No te importa, mejor metete en tus asuntos - para este punto toda la atención estaba sobre nosotros, incluso la de los profesores que no hacían nada, solo volta a mi vista a la se Snape hasta que nuestras miradas chocaron, pero el solo me dio una sonrisa de burla y volteo su vista, ¡Maldito!, ya vendrá mi venganza.
- Claro que me meto, le estás hablando a mi chica, eso me basta para meterme - tal cual película muggle se pudo escuchar el jadeo de todo el gran comedor.
- ¡Ella no es tu novia! - grito Harry, causando que lo vea con una ceja levantada, pues me recuerda a todos eso hombres que siempre dicen, "Te amo y no sé porque lo hice", después de que los encuentras engañando, pero eso conmigo no va.
- Claro que lo es - dio Draco clamado - ¿Verdad cariño? - me preguntó.
- Si - solo respondí eso, causando que todo el gran comedor volviera a jadear.
- ¡Tú! - comenzó Harry hasta que Draco lo calló.
- Cuida muy bien tus palabras, porque no voy a permitir que la insultes, encubriendo tu falta de principios - dijo Draco tan calmado que hasta daba miedo.
- Harry, vámonos - le dijo Hermione tratando de llevárselo.
- No Hermione, esto se aclara aquí - dijo enojado él.
- No hay nada que aclarar - intervine por fin.
- Tenemos que hablar - dijo Harry intentando avanzar, pero Blaise se lo impide.
- No te metas tú Zabini - gruño Ron interponiéndose.
- Dejen de hacer esta escena y cada quien valla a su mesa - dije mientras jalaba a Draco, el cual ni siquiera se movió seguía firme como piedra, provocando más a Harry.
- Eres de lo peor - me dijo Harry - Jamás pensé que fueras este tipo de mujer, si es que así se te puede llamar.
- Te dije que cuidaras tus palabras - le dijo Draco quien soltó el primer golpe, todos estábamos consumidos por el asombro que no nos metimos, el único que intervino fue Ron que se subió sobre Draco para quitárselo a Harry.
- No me gusta rebajarme a tanto, pero esto debe ser justo - dijo Blaise para después tomar de los hombros a Ron y comenzar a golpearse.
Después de un par de golpes más los chicos fueron separados por los maestros, aunque si se tardaron, en ocasiones pienso que ellos nos dejan pelear para darle emoción a sus vidas en el colegio.
- ¿Qué está pasando aquí? - inquirió Snape, como si no hubiese visto desde un inicio, creo que en ocasiones le gusta hacerse el interesante, pobre y triste amargado profesor Snape, después de graduarme me dedicare a conseguirle una novia.
- Los Slytherin nos atacaron profesor - intervino Hermione.
- Potter comenzó todo - gruño Pansy.
- ¿Acaso les pedí sus opiniones señoritas? - pregunto él - ¿A caso los inculpados no pueden hablar por si solos?
- Draco me golpeo primero profesor - dijo Potter.
- Potter insulto a ____, solo la defendí - dijo como si esa fuera la excusa más válida para ir por la vida golpeando a todos.
- ¿El motivo? - volvió a preguntar.
- Es que esta señorita era mi novia, pero como lo ve es más fácil que cambie de pareja que cualquiera de las que están aquí - dijo Harry, para después sorpresivamente mi hermano se le dejará ir de nuevo a los golpes, pero este fue separado por Snape.
- Todos tiene detención, porque en este colegio no permitimos la violencia física - cuando dijo eso, yo solo pude verlo con una ceja alzada, pues él era el primero en pegarle a los alumnos cuando hacían tonterías, sobre todo a Ron y Harry - Ni mucho menos que se insulten a las mujeres - debo admitir que con ese comentario me convenció, el murciélago este era un buen hombre, que se enamoró de la persona incorrecta en el momento menos indicado, pero ya me encargaría yo de conseguirle una buena mujer - Así que todos ustedes - señalo a los 5 a detención después de clases, ahora coman y váyanse a clases y en cuanto a ti señorita Dumbledore a mi oficina después de la comida.
- Si profesor - ya sabía que quería el chisme completo de la pelea.
Después de eso nos fuimos a comer en la mesa de Slytherin algunos festejaron a Draco por como dejo a Harry y haberme defendido, otros solo nos ignoraban, así que comimos en paz, cuando terminamos nos fuimos a clases y allí fue donde nos separamos pues yo tenía otras materias diferentes a ellos, por lo que m dirigí a la biblioteca a estudiar un poco.
- ¿Puedo sentarme? - preguntó Hermione.
- Si quieres - le reste importancia.
- Gracias - dijo y se sentó.
- Como sea - la verdad no quería ser así, pero estaba enojada.
- Yo sé que no debería meterme - inicio ella.
- Entonces no te metas - respondí, pero al parecer no le importo porque siguió hablando.
- Deberías darle una oportunidad a Harry para que hable contigo, además de que Malfoy no es para ti - y eh allí la verdadera razón, el amorío de Hermione sobre Draco, algo que ella había mantenido oculto en lo más profundo de ella, pero a mí nadie me podía ocultar nada.
- No le gustas a Draco - fue lo único que le dije y la vi directo a la cara, ella solo estaba balbuceando sin poder completar palabra alguna y roja casi como su cabello de los Weasley - Si no amas a Ron, deberías dejarlo antes de hacerle daño.
- Tú no sabes nada - fue lo último que dijo, pues me puse de pie y salí de allí llevándome el libro ya después lo regresaría.
Al salir de la biblioteca y como todos los dioses habidos y por haber me aman, me encontré con Ginevra Weasley, solo espero que no me arme un drama, porque si no ahora seríamos nosotras las que terminarían en detención.
- Aléjate de Harry - me amenazo.
- Yo no peleo por hombres, por mi quédatelo, pero si lo tienes que estar cuidando eso quiere decir que no es cien por ciento tuyo y la verdad nunca serás feliz - le dije para después irme, porque la verdad no tenía ganas de pelear ahora, mañana será otro día.
- El me ama a mí, yo soy pelirroja y tú no - ese fue su gran argumento.
- Espero y te aprovecha, porque si tu felicidad depende de una maldición o vicio familiar, no creo que duré mucho - le dije.
- Estas celosa - comenzó a discutir ella.
- No lo creo - le dije - Yo en cambio me llevo al mejor de los hombres y tu ¿Con qué te quedas? - pregunte - la respuesta es muy fácil con un hombre que te va a hacer lo mismo que a mí, porque recuerda que nadie construye un castillo sobre las ruinas de otro.
- ¡Tú lo unió que ye llevas es a un asesino! - me grito.
- No me importa, ¿Sabes por qué? - le pregunté, pero me respondí yo sola - ¿No?, yo soy igual a él, pero la única diferencia entre él y yo es, que yo no fallo con los hechizos y uso los más letales - le dije cuando en mi mano conjuraba fuego.