—Hiro... Hiro... Es hora de despertar — Tocando la mejilla del menor.
—Hmm.... Cinco minutos más Baymax— Sé jala más las sabanas, para taparse completamente.
—Vamos... Hiro, si no llegaras tarde al viaje hacía México — Dijo Baymax aún tocando la mejilla del menor, aunque este debajo de las sábanas.
Hace un ruido con su boca y dice sarcástico — Huy si, me emociona ir a México a conocer a puro indio—.
—Bien, entonces te alistare yo mismo— Después de decir eso, Baymax quitó las sábanas y tomó a Hiro con sus brazos de malvavisco.
—¡Baynax, ¿qué crees que haces?! —El pelinegro estába haciendo esfuerzo para salir del agarre de su robótico amigo, pero sus intentos eran en vano.
—Un buen baño, hace que el enojo diminusca y te mantenga despierto todo el día —Decía eso mientras abría el garrafo de la regadera.
—¡Espera, Baymax yo lo puedo hacer!— Dijo mientras intentaba aún zafarse del agarre del robot.
—De acuerdo — Lo suelta y se dirige a la puerta, para mirarlo. —Recuerda que debes tallarte y limpiar bien tu cuerpo, además tus partes íntimas, porque es una parte muy sensible y se puede acumular... —.
—Si, si ya sé, ¿puedes darme privacidad?, por favor Baymax— Dijo enojado, él menor mirando con desesperación al robot.
—De acuerdo, perdón— Se aleja de la puerta y se va a la recámara.
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Después de desayunar su madre, ya tenía lista su mochila de viajé, cómo siempre ella se preocupaba que tenga todo, por si algo pasará.
—Mamá, ¿no crees qué son muchas cosas para un mes? — Dijo al cargar la mochila, que estaba apuntó de reventar.
—Para nada, uno nunca sabe que puede pasar— Lo decía con una sonrisa dulce.
Suspira el menor. —Bien, y ¿segura qué puedes cuidar a Baymax? —.
—Hay, claro no te preocupes Hiro, Baymax será como mi ayudante en mi cafetería— Decía aún con su sonrisa.
—De acuerdo, si necesitas algo sobre Baymax, no dudes en llamarme, ¿de acuerdo mamá? —.
—Si, Hiro tú tranquilo, Baymax está en muy buenas manos—.
—Okey, te lo encargo mucho, quisiera llevarmelo, pero ya sabes no quiero que me lo quiten en el aeropuerto— Dijo tocándose la nuca.
—Lose, pero tranquilo ¿okey?, y quiero que te diviertas mucho en México, hay me traes un recuerdo de ahí—.
—Claro mamá — Escuchá, que alguien toca la puerta. —Bueno nos vemos, cuidalo bien porfavor madre—.
—Si, si, tranquilo anda ya ve— Empujandolo hacía la puerta. — Buena suerte, que te valla bien Hiro—.
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En el aeropuerto no pasa nada interesante, bueno no le pareció a Hiro, dentro del avión, los chicos estuvieran planeando a que lugares irían.
—Y si vamos primero a las pirámides donde hacían sacrificios humanos, para sus dioses— Dijo Tomago, haciendo una simulación de un sacrificio.
—No, mejor vamos a todos los restaurantes para probar toda su comida tradicional, debe ser deliciosa— Mencionó Fred, con un brilló en los ojos.
—No, mejor vamos a todas sus bibliotecas, todos sus libros están ordenados por colores, iniciales y tamaños, Aw... Él lugar perfecto— Decía Wasabi relajado.
En contestación, Honey río leve por la expresión del moreno. —Tranquilos chicos, podremos hacer todo lo que quieran, pero primero vamos a ver a mi familia, que están en Santa Cecilia—.
Después de decir éso, los demás asistieron, aún en el vuelo Hiro mandaba mensajes hacía su madre preguntadole, ¿Como se encontraba Baymax?, ¿Si no tenía ningúna falla?, etc. Lo hacía para poder despejar su mente en el resto del vuelo, aún no estaba convencido pisar una tierra "desconocida" Para él.
/.../
Al llegar a México, los chicos respiraron un aire diferente, y éso les agradaba más a Honey que ella creció en México pero debió ir a San Frankyo para poder estudiar.
—Chicos, ¡Bienvenidos a México! — Decía emocionada y elevó sus brazos por el mismo sentimiento que tenía.
—Valla, es bastante colorido y muy decorativo— Dijo Fred.
—Valla, que linda artesanía tiene aquí— Lo decía Wasabi asombrado al ver las talaveras, muñecas de trapo, los camiones de madera, entre otras artesanías.
Miraba también Hiro todo lo que estaba a su alrededor y curiosamente observo a unos mariachis tocando, que al parecer era una plaza. —Oye, Honey ¿Qué clase de músicos son? —.
—Oh, esos se llaman mariachis, cantan música de amor, de desamor, alegres, entre otras, son muy amables y divertidos, más con sus bailes que hacen—.
—oh valla... Gracias— Sin interés lo decía y seguía el camino con los demás, pero se detuvo un momento porque un mariachi le llamó la atención, él más joven de los mariachis que estaban ahí, se ponía en medio a cantar y a Hiro le hacia tener piel de gallina. —Brr... Que rara sensación sentí— Ignoró la sensación y siguió el camino.
Al seguir caminando, los chicos llegaron a una casa que a la vez era una zapatería que se llamaba "Zapatería Rivera", cuándo entraron Honey gritaba que estaba aquí y con sus amigos, para que su familia saliera y los recibiera. Por lo tanto los recibió Mamá Martha, con una alegría al ver a su querida nieta.
*Mamá Martha; La verdad no sé cómo se llama la abuela de Miguel, la que le lanzó la chancla al mariachi, si saben como se llama les agradecería que me lo pusieran en los comentarios, gracias.
—¡Mamá Martha! — Corría con los brazos abiertos.
—¡M'jita! — Corrió hacia la Rubia y la abrazó. —Tanto tiempo sin verte, mi niña, me alegró que estés aquí— le daba beso en toda su cara.
—Jeje, ya mamá Martha, me haces cosquillas— Reía por el tacto de los labios de la contraria.
—Bueno, y ¿Quienes son ellos? — Preguntaba, mientras observaba cada uno de ellos.
—Ellos son mis amigos, de los que te conté por correo Mamá Martha— Se pone a señalar a cada uno de sus amigos. —Ella es Hamago, él es Wasabi, él es Fred y el Hiro—.
—Bienvenidos, jóvenes esperó que México les agrade— Lo decía con una sonrisa la mayor de edad.
—Muchas gracias Señora Rivera, es un gustó que nos recibiera en su humilde casa— Con una sonría, contestó el moreno.
—El placer es todo mío, vengan les presentaré a toda la família Rivera—.
/.../
Después de presentar a casí toda la familia Rivera, decidieron cenar unos ricos tamales, hechos por Mamá Martha y eso provocó que Fred estuviera babeando al ver los tamales.
—¡Wow!, ¿Como se llama esta comida? Señora Rivera— Preguntó emocionado Fred, al ver dicho plató.
—Se llaman tamales mijo, yo misma los preparé— Contestó con orgullo mamá Martha.
—¡Tamales!, ¡Wow! Nunca lo eh escuchado pero se ven deliciosos—.
—Pues anda, ¿qué esperas? —
Empezó abrir aquel alimento y le dio la primera mordida. — Hmm... Dios mío sabe cómo ah salsa, ¡Me encanta! —.
—Me alegró que te hallan gustado— Dijo con una sonrisa.
Mientras en el otro extremo de la mesa estaba preocupada la rubia al no ver a alguien.—Em... ¿Mamá Martha dónde está...? —
Interrumpe a Honey, al llegar hacia el comedor. —¡Perdón por llegar tarde ya llegué! —.
Al llegar dicho chico, Hiro se lo quedó mirando unos segundos y pudo reconocerlo que él era el Mariachi de aquella plaza.
—Llegas, tarde como siempre andá ve a saludar y presentaté tenemos visitas mijo— Le ordenó Mamá Martha.
—C-Claro, mamá Martha—
Él chico se presentaba a cada uno de los amigos de Honey, hasta que le tocó presentarse a Hiro.
—Hola, Me llamó Miguel, Miguel Rivera soy músico y tocó en plaza como mariachi— Le extiende la mano hacia el pelinegro pero el contrario se queda quieto.
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Hola, hola ¿Qué tal les pareció esta segunda parte?, espero que les haya gustado mucho y les vengo a agradecer las 4 leídas de este libro, muchas gracias se que son pocas pero se que poco a poco se harán más, así que nada nos vemos en el próximo capítulo, nos vemos bye~
🌙💫