Graciela
—¿Oye, estas lista?
—Claro, estoy terminando de arreglarme.
—Perfecto, en unos minutos te recojo en tu casa.
—Esta bien.
—Adiós.
—Adiós.
Colgué el teléfono, tenia los minutos encima, mi prima estaba a punto de llegar y yo no estaba lista, aun me faltaba maquillarme y terminar de peinarme. Si llega y no he terminado, estoy segura de que me matara.
—¿Se puede pasar?
—Claro mamá.
—¿Ya estas lista?
—Si, ya casi.
—¿Y piensas conquistar a alguien hoy?— dijo mi mama haciendo gestos de burla.
—¡No mamá, eso es en lo ultimo que pienso!— bufe.
—Yo pienso que seria lo mejor que puedes hacer, después de lo que sucedió con Milton...
—¡No mamá, no! Por favor no lo menciones, no esta noche. Solo quiero divertirme con mis amigos, no voy a conquistar a nadie y mucho menos a pensar en Milton. ¿Esta bien?
—Pero no entiendo que fue lo que paso si hace una semana en la fiesta de sus padres tu y él se veían como si nada hubiese pasado, cenaron juntos e incluso bailaron.
—Si mamá, pero no sabes todo lo que me dijo después de que regresó a México.
—¿Y por que no me has contado?
—Porque no tiene caso mamá, es mejor dejarlo así.
—Si pero...— la voz de mi mama fue interrumpida por el claxon de un auto que se encontraba fuera de la casa —Debe de ser tu prima Lucía, pediré que la reciban.
Mamá salio de la habitación en busca de mi prima, yo me quede tratando de terminar mi maquillaje antes de que ella subiera.
—¡Prima!— se escuchaba a Lucía por las escaleras.
—¡Estoy en mi habitación!
—Te dije que estuvieras lista— estaba Lucía a medio cuerpo por la puerta viéndome con el ceño fruncido.
—Perdóname creí que terminaría antes de que llegaras— me encogí en hombros.
—¡Ya vamonos!
—Solo termino mi ceja y estoy lista.
—¿Ya?
—¡Si!
Tome mi bolso que ya estaba listo con mi celular y mi cartera en la cama y me puse algo de perfume. Salí de la habitación con Lucía y bajamos al vestíbulo.
—¿Ya están listas?— era mi padre quien tomaba una copa de vino junto con mi mamá.
—Se ven hermosas. Les tomo una foto.
Lucía y yo nos paramos frente a las escaleras posando para que mi madre pudiera sacar una polaroid.
—¡Listo!
—Ya tenemos que irnos. Dormiremos en casa de Claudia. Esta frente a la casa de Fabricio.
—Esta bien hija— papá nos dio un beso en la frente y salimos de la casa.
Estando fuera de la casa, el auto de Lucía estaba estacionado frente a nosotras. Nunca la había visto con ese carro.
—¡¿Y ese auto?!
—Es mio, papá me lo regalo hoy en la mañana. Así que sube con cuidado.
Caminamos y nos montamos en el auto y si, olía a auto nuevo.
—¿Estas lista?— dijo Lucía encendiendolo.
—¡Claro!— sonreí.
Lucía arranco el auto y comenzó a conducir en dirección a la casa de Fabricio. Puso algo de música y me sentía cómoda, me sentía libre.
—Espera— Lucía detuvo el auto y se bajo.
—¿Que pasa?
—Nada, solo necesito un respiro.
Hace algunos meses, mi tía Lucía, la madre de Lucía, murió a causas del cáncer así que mi prima trataba de recuperarse de eso pero algunas veces aun se ponía mal.
Quite mi cinturón de seguridad y baje del auto para sentarme en el cofre junto con ella. La abracé y ella seco con delicadeza un lágrima que recién brotaba para no arruinar su maquillaje.
—Ahora si, ¿Que sucedió con Milton?. A mi no me vas a mentir— dijo mientras intentaba encender un cigarro.
—Esta bien— agache la cabeza.
Subimos de nuevo al auto y Lucía siguió el caminó a casa de Fabricio.
*INICIO DE FLASHBACK*
El lunes en la mañana recién había llegado del gimnasio, tenia que prepararme para irme a la escuela, estaba a punto de llegar a la puerta de mi casa y vi que Milton se estaba acercando a mi con prisa, de lejos lo vi normal, pero en cuanto mas se acercaba lo veía diferente, estaba con los ojos rojos y llenos de lágrimas, se veía enojado. Muy molesto. Llego hacia mi y comenzó a gritar que todo había sido mi culpa, yo realmente no entendía del porque lo decía, hasta que dijo que Monse se había arrepentido de ser su novia porque se había enterado de lo que sucedió entre nosotros el día de la fiesta de sus padres, me culpó de ser yo quien se lo había dicho, aunque realmente de mi no había salido ni una sola palabra de aquel tema.
Yo no sabia que decirle, no pude negarlo y no se porque. Solo veía como el entre lágrimas me culpaba a gritos. Y comenzó a decir que había sido un error el haber aceptado a hablar conmigo ese día, y que el peor error fue haber sido mi novio, y que si el desde antes se hubiera dado cuenta de que seria novio de Monse, desde el día que la conoció hubiera terminado conmigo, dijo que estando con ella se sentía diferente, que era mucho mejor.
Dijo que no quería volver a verme, que desde que me había conocido muchos problemas se le habían enfrentado a el y que el primero había sido Rafael, que por mi culpa tuvo que lidiar con todo eso y que esperaba no volver a tener nada relacionado conmigo. Se dio la vuelta y comenzó a caminar pero segundos después se detuvo, yo creí que tenia mas que decir pero no, se quito el collar que se supone nunca debíamos de quitarnos no importara si fuéramos novios o no, y frente a mi lo tiro a la basura y continuo caminando de regreso, supongo a su casa.
*FIN DE FLASHBACK*
—Oye... ¡Graciela!— chasqueo Lucía sus dedos sacándome de mis pensamientos.
—Perdón. ¿Que?
—Ya llegamos.
—Ah claro.
Mire hacia la casa y quite mi cinturón de seguridad, bajamos del auto. Enseguida que comenzamos a caminar Fabricio salio a recibirnos.
—¡Hola! ¿Quienes son, las mujeres mas hermosas de la fiesta?
—Hola Fabricio— dijimos ambas y lo saludamos con un beso y abrazo.
—¿Pero por que tardaron tanto?
—Fue culpa de Graciela, tardo bastante en arreglarse.
—¡Lo siento, no es mi culpa que hoy si decidieras llegar puntual.
—Jajajaja, no importa, recién comenzamos.
—Mas te vale que Ray este ahí dentro.
—No te preocupes, ya lo prepare para ti.
—¿En serio, solo viniste para ver a Ray?
—¿Que tiene de malo?
—Ni te enojes Graciela, te presentare a mi primo Guido que recién llego de Italia.
—¡No, claro que no!
—¡Oh claro que si!
—Oh por favor calla y entra que nos esperan.
Entre a la casa a empujones por parte de Fabricio para que me presentará a su primo que estaba mas que claro que no quería conocer a nadie.