Inocente

By baexkiss

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« No huyas de mí, bebé » © 2017 baexkiss. #26 en Humor » 17 de Junio, 2018. #55 en Humor » 05 de Junio, 2018... More

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Sinopsis
Prólogo
01: « Oh, mi amor »
02: « ¡Él es mío, zorra! »
03: « ¡Mi vestido se manchó! »
04: « Parecía un maldito pervertido »
05: « ¿Estas bromeando, no? »
06: « Santa mierda »
07: « ¡Mi galán! »
08: « Eres encantador »
09: « Por favor, Justin »
10: « Me gustan tus ojos »
11: « ¡Joder, joder, joder! »
12: « Hola, Missy »
13: « ¿Qué? ¿Quién? »
14: « Necesitaba más de él »
15: « ¡Joder! »
16: « Sí, se termino »
17: « ¿Esa es Peyton? »
18: « Ah, que genial... »
19: « ¡Es increíble! »
20: « Oh, Jay... »
21: « Me encanta verte »
22: « ¿Y cómo rayos...? »
23: « Dime que está sucediendo »
24: « Prometo »
25: « Tengo miedo »
26: « ¡¿Cómo pudiste?! »
27: « Eres un idiota »
28: « Mierda, Justin »
29: « E-es mi cul-lpa »
30: « No, mamá »
31: ¡Peyton, cariño...!
32: « Amor mío »
33: « Frank... »
34: « ¿Qué haces aquí? »
35: « Esa casa... »
36: « Rayos, rayos, rayos »
37: « ¡Mierda! »
38: « Mi dulce Peyton »
39: « Esto suena a Romeo y Julieta »
40: « ¡¿Creo que escuche mal?! »
41: « Grrr, ese es mi nombre, cariño »
43: « Sentía que iba a desmayarme »
44: « Te amo »
Epílogo
Agradecimientos
Más historias

42: « Claro que podemos »

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By baexkiss

42: « Claro que podemos »

Eran exactamente las dos de la madrugada, y estaba yendo a ver a Justin, ¡lo extrañaba! No lo había visto durante una semana porque Frank se había lastimado la mano, y se había quedado durante todos esos días en casa. Por suerte, no cruzamos palabra alguna, así que estuve algo tranquila.

Y Hank... ¡sí, Hank! Estaba llevándome a casa de Justin, había aceptado colaborar con mi plan. Por un momento pensamos que tal vez Frank se daría cuenta, pero luego nos acordamos que le metimos unas pastillitas de color en su bebida en la cena así que está dormido como un oso.

—Pasare por ti en tres horas.

—¿Y tú que harás?

Hank me dio una mirada de no preguntes, pero sabía que iría a ver a Georgina. Intente no pensar en nada sucio, y solo me despedí de mi hermano.

Toque el timbre de la casa de mi chico, y este abrió de inmediato. Le había avisado del plan y estaba más que contento de recibirme en su casa. Había traído un poco de pastel que mamá había horneado con Penélope.

—Hola, cariño —beso mi mejilla, y cerró la puerta—. ¿Y Hank? Pensé que también estaría con nosotros.

—No, él tiene otros planes con Geo.

Justin asintió tranquilo, y vio el pastel que traía en mis manos. Yo siempre le llevo comida a este hombre, hace tiempo que debió ponerme un anillo en el dedo, pero todavía sigue esperando el momento correcto.

—Es de chocolate —le avise.

Mi chico fue a sacar unos platos y cubiertos para servir el gran trozo de pastel.

—¿Qué tal si vemos una película? —propuso.

Uhm... ¿y si mejor me la metes?

—Me parece perfecto.

Luego de dividir y servirnos el postre, apagamos las luces y fuimos hacia la sala donde nos acomodamos tranquilamente en el sofá. Veríamos el Titanic porque cierta persona —Justin— se había olvidado de pagar Netflix este mes, y solo había esa película en dvd.

Justin presiono el mando y la película comenzó.

—Debo admitir que las películas románticas no son mis favoritas.

No pude evita reírme. Eso debe ser un chiste.

—Pero tú eres muy cursi, ¿cómo es eso posible eso?

—¿Qué? Yo no soy cursi...

—Claro que sí. No cualquiera hace un retrato de madera para su chica.

Aunque no podía verlo muy bien, estaba segura que él se había ruborizado. Tan solo imaginármelo, hacía que muriera de ternura. Y no dude en inclinar mi cabeza hacía su lado para molestarlo.

—Señor cursi —canturree.

—Oh, está bien, si soy cursi.

Asentí satisfecha porque me dio la razón, y lo deje en paz. Le di una última mirada, y mire nuevamente la película. Tengo que admitirlo también: las películas románticas no son mis favoritas, prefería las de comedia y acción. Me concentré en comer mi pastel de chocolate lentamente, para no aburrirme.

—¿Y dónde están tus otras películas?

—En el sótano. Las traería, pero perdí la llave.

Rodé los ojos, y me quede callada para no decirle que yo podría abrir su puerta con una tarjeta de crédito, prefería no asustarlo... o que pensara otra cosa.

Mire la película aburrida. Pero sabía como matar ese aburrimiento.

Le di una mirada a Justin, y este estaba mirando la televisión, intentando que le gustara la película. No te preocupes, cariño, tengo una gran idea. Deje mi plato vacío sobre la mesa decorativa, y espere a que él hiciera lo mismo, aunque se tardó más que yo. Cuando dejo su plato a un lado, me incline sobre él para dar unos cuantos besos en su moflete.

Ya saben: primero comiencen suave, y luego ataquen.

Justin se rió feliz, pero permitió que siguiera dejando pequeños besos durante unos segundos, mis labios empezaron a recorrer ahora todo su rostro, sin tocar sus labios para que se desespera un poco. Baje por su mandíbula, y ahora fui por su cuello, haciendo que soltara un gran suspiro. Sonreí a medias, y di una pequeñas mordida.

—Pey, cariño...

Antes que pudiera negarse, volví a subir mi rostro y bese sus labios, haciendo que él me correspondiera. Una de mis manos se colocó sobre su cabello, despeinándolo, y otra la coloque en su hombro. Mientras sentía como sus brazos se enredaban en mi cintura.

—Nena... —gruño, y se alejó un poco.

Volví a su cuello, dando besos y lamidas para que se distrajera. Pero eso no función, igual hablo... pero con la respiración agitada, grrr.

—No podemos, Pey.

Solo me reí, y fui hacia su oído.

—Claro que podemos —susurre, y mordí su lóbulo—. Podemos porque estamos en tu casa, no tenemos que respetar a nadie, Jay, a nadie.

Soltó un gemido caliente, y morí de excitación.

Me aleje un poco y mire esos ojos color miel que estaban encendidos. Sin pudor, quite mi remera, quedando solo con un sujetador negro que hacia resaltar mis senos. Justin relamió sus labios, pero no se movió... era como si estuviera resistiéndose, pero eso no duraría mucho. Tome su rostro entre mis manos, me acerque y vi como cerro sus ojos, esperando a que le diera un beso.

No lo hice esperar, y lo bese, sentí su lengua hundirse en mi boca. ¡Sí! Eso era descontrol. Sus manos recorrieron mi cintura, hasta llegar a mi espalda donde no dudo en desabrochar el sujetador, haciendo que este cayera de inmediato, y sentí... Oh, cielos... sentí como sus dedos acariciaba mis senos.

—Oh, bebé... —gemí sobre sus labios.

Definitivamente esta noche no íbamos a respetar nada.

Justin pasó hacia mi cuello, dejando besos húmedos. Sé que se moría por hacerme unos cuantos chapetones, pero no queríamos delatarnos con nadie. No se quedó quieto, él hizo un recorrido de besos hasta finalizar sobre uno de mis pezones que termino siendo tomado por su caliente boca: sus labios lo jalaron son suavidad, su lengua contorneo y dio perfectas lamidas.

Sus manos bajaron a mis caderas e hizo que me levantara de encima suyo, fruncí el ceño pensando lo peor, pero fue todo lo contrario. Volvió a besarme, con la misma pasión, y me hizo retroceder, estaba segura que estábamos yendo a las escaleras, y así fue. Subimos con cuidado, entre besos y gemidos hasta llegar a su habitación donde me hizo caer en la cama.

Verlo desvestirse, hizo que me mojara más, ¡él es tan caliente!

Hubiera deseado ayudarlo a quitarse la ropa, pero eso no importo cuando se colocó completamente desnudo a mi lado. Sus manos fueron hacia mis pantalones y empezó a quitarlos de a tirones. No dude en ayudarlo, y una vez que los lanzo por algún lugar de la habitación, me subí sobre él, presionando su erección contra mi vulva.

—Peyton —pronuncio mi nombre con su voz ronca.

Mis caderas empezaron a moverse, frotándome sobre él, y haciendo que más gemidos escaparan de nuestros labios. Podía sentir como su glande se deslizaba por mis pliegues. Pero eso no duro mucho: Justin era quien quería mantener el control, como todo un dominante, y yo no iba a discutirle.

Me hizo caer hacia un costado y me retiro la última prenda que me quedaba: las bragas. Ahora estábamos iguales. Mis ojos se cerraron cuando sus dedos se hundieron entre mis piernas, acariciando mis clítoris, haciéndome soltar un pequeño grito cuando dos dedos entraron sin aviso... sí, eso se sentía tan bien. Tome su mano libre e hice que la colocara sobre uno de mis senos, y no dudo en acariciarlo.

Sentía que el cualquier moriría de placer.

Pero entonces se retiró, fruncí el ceño y lo vi sacar algo de la pequeña cómoda: un condón. Quería preguntarle porque tenía uno guardado, pero entonces recordé que ese fue el obsequio de cumpleaños que mis hermanos le dieron este año... uhm, le habían regalado una caja en realidad así que teníamos para hacerlo varias veces...

Justin se lo colocó, y no dude en abrirle mis piernas.

—Espera, hay algo que quiero hacer...

No entendía que era, pero cuando vi su rostro acercarse a mi entrada, no pude evitar emocionarme. Su lengua toco mis pliegues vaginales, y mi mano se colocó sobre su cabello para acariciarlo, dándole a entender que eso se sentía tan bien, que no parara porque se sentía como estar en el mismísimo paraíso. Mis ojos se cerraron, sintiendo como Justin demoraba mi vulva, como su lengua no dudaba en hundirse para hacerme gritar de placer.

Joder, el sexo oral era lo mejor.

Disfrute de ello durante varios minutos, y cuando se retiró, quise detenerlo, pero me quede callada cuando se colocó entre mis piernas. No espero ni un segundo más, y se hundió en mí, mientras sus labios se ahogaban contra los míos.

Mis manos se deslizaron por su espalda, sujetándome de él. Sentí como comenzaba a moverse suavemente. Pero fue aumentando el ritmo de penetraciones, causando que mis gemidos se escucharan con más fuerza por la habitación. Su mano tomo una de mis piernas y las coloco alrededor de su cadera, haciendo que pudiera sentirlo con mayor intensidad.

Pierde el control, Jay, piérdelo. 

Entre abrí los ojos, y pude verlo, ¡él era tan jodidamente caliente! Quería verlo encima mío todos los días de mi vida, haciendo esos gestos por hacer el amor locamente. Acaricie su rostro, y lo atraje nuevamente hacía mí, mientras seguíamos sacudiendo la cama.

Su mano estaba aferrada a las sabanas, mientras bombeaba dentro mío, sus gruñidos de placer solo hacían que lo deseara cada vez más. Necesitaba más, y él lo sabía perfectamente o tal vez pensamos lo mismo del uno al otro. Empezó a moverse con más fuerza, apoyando su mano sobre la cabecera para apoyarse, y mis piernas se enredaron por si solas alrededor de sus caderas.

La cama chocaba un poco con la pared, haciéndome saber que ambos habíamos perdido el control. Mis caderas se movían contra las suyas, mis labios no dejaban de besarlo y mis uñas se clavaban en la piel de su espalda.

Cada vez más, las embestidas se hicieron más fuertes, tan fuertes que estaba segura que mañana tendría cardenales en mis mulos, pero eso no me importaba, solo quería que no se detuviera porque estaba llegando al mismísimo paraíso. Sentí como el orgasmo estaba por golpearme, ¡sí...! Y lo hizo, exploto en mi interior, y me corrí, mientras lanzaba un último grito de placer.

Pero fue más maravilloso ver a Justin llegar, juro que me moje el doble al ver su expresión. Mi chico se terminó corriendo, y lanzo un gruñido alto. Se quedó ahí durante unos segundos, sobre mí, mientras ambos intentábamos controlar nuestras respiraciones.

—Te amo tanto —murmuro en mi cuello.

—Yo también te amo, mi Jay.

Se quedó unos segundos más ahí, hasta que se retiró de mí, robándome un pequeño gemido. Se fue al baño, y regreso luego de unos segundos para abrazarme contra él, mientras nos cubría con las sabanas. Sus manos acariciaron mi cuerpo con lentitud, y dejo un beso en mi hombro.

—¿Por qué eres tan hermosa? Me vuelves loco.

—Y tú a mí —suspire enamorada—. Quiero estar siempre contigo de esta manera, todos los días... deberíamos fugarnos.

Beso mi nariz, y ladeo su cabeza pensativo.

—Uhm... vamos a pensarlo, ¿sí?

Asentí, y apoye mi rostro en su hombro, descansando, pero eso solo le duro unos segundos porque sus labios comenzaron a besarme otra vez. Creo que ambos queríamos recuperar todo el tiempo perdido, y una de las mejores formas era haciendo el amor. No iba a negarme, ¡me encantaba la idea! Quería Jay conmigo siempre de esa manera.

Nunca pierdas el tiempo con Jay en la cama. 🔥

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Espero se hayan limpiado sus manos antes de comentar, he. Muchas gracias por seguir leyendo, ¡son las mejores! 🌹

IG: baexkiss | Envía un DM: heybae.

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