Quizás aquel sábado los cuatro chicos no habían podido terminar el trabajo, ni siquiera cerca de hacerlo, pero se habían divertido, cada uno de ellos, incluso Keith; además habían comido aquellas deliciosas galletas que habían mantenido a todos, incluido a Matt, contentos por el resto del día. Y aquel proyecto tenía como fecha limite el miércoles, así que no parecía un problema muy grave el haberse reunido para la tarea y no haberla hecho.
Para el lunes, Keith aun estaba pensando en el sábado. Él había estado con personas nuevas, personas que no conocía, en las que no confiaba, y aún así lo había disfrutado. Sabía que Shiro estaría feliz y orgulloso de aquello, pero mas que nada, Keith se sentía orgulloso de si mismo. Una auto-palmeadita no estaba mal.
"Oh, el entrenador ya está de regreso, olvidé decirte antes. Así que hoy después de clases tendré entrenamiento, le diré a mamá que venga por ti".
"No hagas eso". Dijo Keith. "Tomaré el autobús o algo así, no hay problema". Shiro pensó en intentar convencer a Keith, pero el pelinegro siguió caminando sin esperar una respuesta, por lo que decidió que sería mas fácil darle la razón a este.
"Bueno, también puedes esperarme, no son muy tardado-".
"El autobús será". Dijo Keith por última vez para después desaparecer en su salón de clases.
Keith caminó a su habitual asiento, saludando en el camino a Pidge con un asentimiento, que ya estaba sentada también en su lugar y traía puestos unos audífonos color verde.
Un rato después, Lance y Hunk entraron riendo, ya que acababan de recordar una anécdota en la que terminaba con uno de los hermanos de Lance lleno de pintura y una rodilla raspada.
"Viejo, lo único que lamento de ese día es no haber tomado una fotografía". Dijo Lance mientras se tocaba el estomago al momento de retorcerse una vez mas para reírse.
"Somos unos desgraciados por reírnos de eso, pero fue verdaderamente gracioso".
Ambos chicos se sentaron en sus asientos con una sonrisa en su rostro, lo que hizo a Pidge preguntarse a que se debía, pero justo acababa de empezar a sonar "New rules" de Dua Lipa en su celular, y ella no pensaba cambiar a Dua por sus dos amigos. Las prioridades existen.
*
Keith había olvidado por completo que en la clase de deportes se debía llevar otro cambio de ropa; bueno, él lo sabía. Podría haber asistido a Garrison hacia dos años, pero recordaba aquello. Lo que el había olvidado era que el profesor volvía ese día, y él olvidó traer ropa consigo. Así que espero sentado en las gradas mientras que el resto de la clase se cambiaba de atuendo y podía sentir la mirada desaprobatoria del profesor sobre él, que no paraba de negar con su cabeza. Keith solo se había librado de una tortura al decirle que era nuevo estudiante. Pero el profesor le advirtió que no se salvaría de los deportes. Lo cual estaba bien, ya que Keith no tenía problema con ellos.
Después de unos cinco minutos, toda la clase comenzó a llegar. Pidge llevaba puesta una blusa de algodón con un estampado de un búho que le llegaba un poco antes de las rodillas y unos shorts holgados, lo que la hacía lucir aún mas pequeña, pero ella decía que era ropa comoda y que nadie haría que se pusiera algo ajustado, como las demás chicas de la clase.
"Solo espero que no juguemos quemados, ¡ni siquiera debería ser un juego! No es divertido ser golpeado con un balón". Dijo Hunk cuando los tres estaban entrando al gimnasio.
"Bueno, el punto del juego es intentar no ser golpeado con el balón, genio". Lance amaba ese juego, quizás porque era una clase de rey en él. Tenía un tiro de envidia y nadie podía negarlo. Siempre decía que lo había heredado de su madre, ya que aunque sus hijos estuviese a metros de distancia, lograba golpearlos con cualquier cosa que estuviera a su alcance y lanzase, especialmente zapatos.
"Yo espero que no nos obligue a saltar hasta tocar aquel estupido letrero". No era un secreto que Pidge era pequeña, y ella odiaba cuando al profesor se le ocurría la idea de que todos saltaran y tocaran un letrero que había estado colgado en la escuela desde tiempos muy antiguos y desconocidos. Aquel ejercicio no tenía sentido en la cabeza de la pequeña, solo se le ocurría que al profesor le encantaba torturarla.
"Bien, chicos, levanten sus traseros flojos de las gradas y acérquense". Keith abandonó su lugar y se acercó junto al resto de los demás al profesor, que parecía listo para torturar a quien se le pusiera en frente. "Para comenzar vamos a hacer una serie de calentamientos".
El profesor comenzó estirando los brazos, luego moviendo la cadera y después estirando las piernas, cosas ligeras que tenían a media clase agradecida de aquello. Pero eso era solo el inicio del plan macabro del maestro. Una pequeña probadita de su plan diabólico.
"Bien, ahora los chicos, quiero que le den 25 vueltas a la cancha y las chicas 20, y quiero que sean rapidos, tienen 7 minutos". Después de aquello se escucharon una serie de murmureos por parte de todos, excepto por Lance, ya que él amaba correr. Era su parte favorita de la clase de hecho.
"Okay, de verdad detesto cuando el profesor nos pone como a las chicas como el sexo débil, pero no voy a mentir lo feliz que estoy de tener que dar 5 vueltas menos". Dijo Pidge antes de que todos comenzaran a correr.
A Lance no le tomó nada tomar la delantera de el resto de la clase y él estaba encantado con ello. El profesor siempre le decía que sus piernas largas eran una gran ventaja. Lance estaba tan metido en su propia velocidad que no se dio cuenta cuando una persona pasó a su lado. Y esa persona no se trataba de nadie menos que Keith. Quizás Lance no habría alardeado si se tratase de cualquier otra persona, pero él enloqueció cuando su ex rival volvía a vencerlo. ¡Lance podía recordar que de hecho en lo único que solía ser mejor que Keith era en los deportes! ¿Pero ahora volvía mejorado?
Keith, en cambio, no intentaba crear nada en nadie, ni siquiera esperaba que alguien le prestara atención. Mucho menos Lance. Él había comenzado a correr lentamente, pero al aumentar la velocidad se dio cuenta que eso lo relajaba. Él ya no estaba pensando en nada que lo preocupara. Lo mantenía ocupado. Así que comenzó a correr mas rápido, presionándose. Él iba a dar esas malditas 25 vueltas y si se sentía con ganas, 5 más.
Lance aumentó también la velocidad, él de ninguna manera sería vencido. Los demás chicos detrás de ellos no parecían darse cuenta de lo que estaba por suceder, excepto Hunk, que estaba temiendo por lo peor desde el momento en que Keith paso a su lado dejandole detrás. Lance se posicionó al lado de Keith, manteniendo el ritmo de su rival con cierto grado de dificultad. Keith estaba perdido en su propia cabeza, pero después de un rato se dio cuenta de la figura enseguida de él. La respiración agitada de Lance estaba siendo una molestia para Keith, así que él decidió aumentar la velocidad solo para perderlo, pero Lance creyó que fue por algo distinto, como un desafío por ejemplo. Y a él odiaba perder.
Así que Lance comenzó a correr mas rapido, a pesar de que comenzaba a cansarse y a marearse. Keith no entendía porque Lance no dejaba de seguirlo, pero comenzaba a molestarse. Así que ambos seguían intentando ir mas rapido que el otro, creando directa e indirectamente una competencia. Y así siguieron unas largas vueltas, el resto de ellas de hecho. Keith había estado contando las suyas, mientras que Lance solo había estado corriendo intentando ganarle a su rival, así que cuando Keith se detuvo para poder al final respirar, Lance no se dio cuenta hasta que se estampó en contra de él.
Eso fue lo que hizo que Keith explotara un poco. No solo estaba cansado y sudado, sino también molesto e irritado, y agregandole el hecho de que él no tenía mucho control sobre sus emociones, fue normal la manera en que reaccionó.
"¿Cuál es tu jodido problema?" Le dijo Keith a Lance, medio gritando, empujándolo de vuelta. Aquello no solo llamó la atención de Hunk y Pidge, sino también de el profesor y otros alumnos.
Lance se sorprendió ante aquello, ya que no había querido chocar con Keith apropósito.
"¡Tú eres mi jodido problema!" Gritó Lance en respuesta y caminó pesadamente hacia Keith decidido para empujarle una vez más, justo al mismo tiempo que el brazo del maestros los separó.
"Ambos, calmados. Esto no es un circo o lo que sea. Vayan y descansen, o ambos estarán en la oficina del director en menos de lo que piensan".
Keith obedeció, porque preferiría alejarse que tener que reunirse con Iverson de nuevo. No quería meterse en problemas, no. Él había intentado alejarse de ellos, sabía que le costaba controlarse, y no lo echaría perder por esta ridiculez.
Se alejó de el moreno dando largos pasos hasta las gradas y se sentó ahí para poder recuperar el aliento, intentando controlar su respiración. Keith estaba molesto, sí, pero mas que nada, estaba molesto consigo mismo. ¿Porque no podía pensar antes de actuar? Él de verdad, de verdad, no quería comenzar ninguna clase de problemas. No quería estar involucrado con Iverson una vez mas, y no quería que Shiro se preocupara, o sus padres. Él quería tranquilizarse por ellos.