Poemas Sinfónicos

By jsapjsap

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Una serie de poemas que hubiera querido que fueran canciones,pero la falta de plata no me permitió hacerlo.Es... More

La mujer del mar
Oda a un acordeón diatónico
Constancia de vida
Transeúnte
Para que tú me quieras
Confieso que te amo
Tú corazón es un diamante
Bella luna
El hombre que soy
La virgen de los naranjos
Azulejos
Bonitas esperanzas
Canción ausente
Canción desilusionada
Espinas doradas
Estrella hermana
La sierra nevada
Luna,Luna,Luna
No seré matemático
Ojos verdes
Río de azucenas
Sabor a mandarina
Tatiana de orquídeas verdes
Un mundo de colores
Veladas mágicas
El eclipse del alma
Piedras negras
Canción del marino
La desilusión
Canción ilusionada
La mata de odio
José Anís
El apátrida
Dime tú, mujer
Gema desconocida
Hace falta tiempo
El collar de María
Aires cromáticos
Italia para violin campestre
Tiempo para el caos
Voces del subsuelo
Agonía del difunto
El retrato de un estudiante triste
Algunas mentiras, algunas verdades
Los romances
Romance de un enamorado de quince años
Perlas falsas
Pentagrama para una obra de arte mayor
Llama de amor en la lejanía

Romance del estudiante

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By jsapjsap

Romance del estudiante

Alrededor sólo una cama,
En las pared un retrato de tu cara
(Una muchacha que es mi amada),
Que hoy, hace parte de mi alma.

En el verano, era mi amiga.
La vida, me la presentó muy bonita.
Cuando fuimos, de paseo a las marismas,
Se convirtió en mi novia, ya la quería.

Antes pensaba, que sólo debía,
Llegar a estudiar, en el Mississippi,
Tierra de Faulkner. Pero tú me truncaste
El camino, mi bagaje.

Ese beso, con respiración callada,
Del universo, hacer me olvidaba.
Lo mejor, el cielo iluminaba,
Esa risa, que engendrabas en mi ánima.

¿Y mi amada cómo se llamaba?
Tatiana, Laura, María Paula.

¿Y mi amada cómo se llamaba?
Johana, Ana Sofía, Mariana.

Ese momento, que ya palidecía,
En sus ojos azules, se hizo eterno.
Era mi corazón sudando de sentimiento,
Era mi boca, derramada sobre sus pechos.

En ese encuentro, alejado de maestros,
Olvidando mi rutina y mi filosofía,
El pensamiento se convirtió en caricia,
Y mi risa, en toda su vida.

Tan real fue aquel suceso,
Que al marcharme, confundía las estrellas
Con sus dos luceros; y sus besos,
Se me hacían, carne muy humana,
Cuando dejé mi casa, la sabana.

Encontré un camión, que me llevaba,
A la universidad, muy lejos de Luisiana.
La abandonaba, yo la cambiaba,
Por una cabeza intelectual y sacra.

No te olvidaba, mujer, o Tatiana,
O Laura, mi compañía en noches vagas.
Sofía, o Mariana, olor de rosa ámbar,
Toda tú, mi única amada.

José Anís

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