Still into you (My Hero Acade...

By DanyJirou

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Jirou Kyouka es una chica que, a pesar de ser talentosa y mostarse dura con los demás, posee muchas insegurid... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX

Capítulo X

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By DanyJirou

Eran alrededor de las 11 de la noche. Pese a que era viernes, gracias al arduo entrenamiento matutino que habían tenido, todos los chicos estaban sumamente exhaustos y nadie había querido salir o hacer algo en los alrededores. Todos estaban en sus respectivos cuartos, descansando.

Era ahora o nunca. Kyouka se armó de valor y así, en su pijama de short y camiseta holgada, salió de su habitación con suma cautela, cerrando la puerta sin hacer el más mínimo ruido. Se dirigió al lado de las habitaciones de los chicos y subió hasta el piso donde se encontraba la habitación de Kaminari, quedando parada frente a la puerta.

Su pose detonaba nerviosismo y algo de inseguridad, no sabía si él estaría durmiendo o, en caso contrario, si la dejaría pasar. El corazón le latía a gran velocidad y más de una vez estuvo a punto de llamar a la puerta, deteniéndose enseguida.

– Es muy tarde, tal vez debería hacerlo después. – Murmuró.

Cuando finalmente se dispuso a retirarse y volver a su habitación, la puerta se abrió.

– ... –

Kyouka sintió, irónicamente, que le daban una descarga eléctrica por toda la espina dorsal. Ambos se encontraron con la mirada; Kaminari totalmente sorprendido y Kyouka totalmente asustada y nerviosa.

– ¿Q-Qué haces aquí? – Preguntó el chico, murmurando.

– Vine a... hablar contigo, pero creí que dormías. ¿Me escuchaste? – Supuso que era lo más lógico, pues no había razón alguna para que él decidiera abrir la puerta.

– No, de hecho... yo también quería ir a hablar contigo. –

Era sumamente inesperado para ambos, parecía que se habían sincronizado para hacer lo mismo, el mismo día y a la misma hora.

– ¿Ibas a mi habitación? – Preguntó la chica. Kaminari asintió, avergonzado.

– Creo que es raro que susurremos en el pasillo. – Dijo el rubio, como excusa para invitarla a pasar.

Llevaba tiempo sin ver su habitación, era bastante ostentosa y tenía muchísimas cosas, aunque existía cierto orden y armonía. La luz estaba apagada y solamente iluminaba una tenue luz de luna que traspasaba las cortinas.

Kyouka se sentó al borde de la cama y Kaminari, a un lado de la chica. Ambos lucían sumamente nerviosos y un silencio incómodo reinaba el lugar.

– Kaminari, yo... hablé hoy con Kendo. – Comenzó ella a hablar. Sentía que debía hacerlo de una buena vez, ya que no podía dejar de estrujar su corazón como había estado haciendo las últimas semanas.

– Supe que les tocó juntas en el entrenamiento de hoy. – El chico parecía querer aligerar las cosas, pero se notaba algo tenso.

– Me dijo que tú le estuviste hablando mucho de mí, de lo genial que soy para ti y esas cosas. – Entre más hablaba, más se sonrojaba. Literalmente se estaba avergonzando a sí misma.

Denki la miró fijamente, con una expresión de sorpresa en el rostro.

– Realmente lo eres, me pareces una persona increíble y no sabes lo bien que me siento cada vez que hablo contigo. – Comentó el rubio, moviendo lentamente su mano hasta encontrarse con la ajena, tocándola suavemente. Extrañaba sentir las manos de Kyouka, extrañaba estar cerca de ella.

Kyouka no se movió, dejó que él pasara lentamente los dedos por el dorso de su mano, era una sensación agradable.

– Me contó todo lo que pasó y me ayudó a darme cuenta de mi error. No debí alejarme así, soy una tonta. –

– No lo eres. Yo siempre he intentado acercarme a la mayor cantidad de chicas posibles, era obvio que pensarías que estaba jugando contigo o algo así. Soy un gran idiota. –

Ella se sorprendió un poco ante tal declaración, fue entonces que se dio cuenta de que ambos habían estado meditando arduamente las cosas día y noche, notando sus errores y pensando cómo podrían arreglarlos. Inconscientemente tomó la mano del chico, entrelazando sus dedos y dando un suave apretón. Denki se sonrojó ante tal inesperado gesto.

– En ese caso somos un par de idiotas, al menos tu caso no era un secreto. – Comentó Jirou, riéndose suavemente.

– Siempre me ha gustado tu risa, también extrañaba hacerte reír. – En ese momento Kyouka agradeció profundamente que las luces estuviesen apagadas, de lo contrario, podrían notarse los mil colores que pintaban sus mejillas.

Volvieron a permanecer en silencio, esta vez era un silencio agradable. Continuaban tomados de la mano, deseando que aquél agarre no finalizara nunca.

– ¿Entonces? – Preguntó la chica.

– ¿Qué cosa? –

– ¿Me perdonas? –

Kaminari sonrió con ternura, sabía que todo eso realmente le había afectado a Kyouka y no estaría tranquila hasta recibir una respuesta concreta. Dudó por un segundo, pero dejó rápidamente la inseguridad a un lado y se acercó más a la chica, para poder depositar un suave beso en su mejilla. Al igual que sus manos, la piel de su rostro era sumamente suave y cálida.

– Obviamente ¿y tú me perdonas? – Murmuró cerca de su oreja.

Kyouka puso un poco más de fuerza en el agarre de manos y tensó los músculos de todo su cuerpo.

Volteó a ver a Kaminari con suma timidez, evidentemente ella no se atrevería a hacer algo parecido a modo de respuesta. Simplemente recargó su cabeza sobre el hombro del chico, suspirando profundamente.

– También es obvio. –

Permanecieron así por unos minutos, ambos sentían una enorme tranquilidad al poder arreglar las cosas, sin embargo, aún quedaba algo pendiente para el chico de particularidad eléctrica.

– Oye, Kyouka... – Escucharlo decir su nombre le provocaba mariposas en el estómago.

– ¿Si? –

– ¿Qué hay de "lo otro"? –

– ¿Lo otro? ¿Qué es lo otro? – Volvió a erguirse, mirándolo confusa.

– Pues ya te dije que me gustas y mucho, no solo eso... yo... bueno, sabes que siento algo por ti, pero ¿y tú? –

Sabía a qué quería llegar. De los nervios, se puso de pie abruptamente y comenzó a dar vueltas por la habitación. Por un lado, a Denki le causaba gracia tal reacción, por otro, temía que ella le rechazara otra vez.

Kyouka caminó hacia la puerta para poder recargarse sobre esta, colocando sus manos detrás; era una forma de expresar que necesitaba apoyo para lo que iba a decir a continuación.

– Creo que me di cuenta mucho antes que tú... es decir, supe que tú me... que tú me gustas... –

Un enorme golpe de felicidad le llegó a Kaminari. Sinceramente no esperaba que confesara algo así, la conocía bastante bien como para saber lo cerrada que era cuando de sentimientos se trataba.

Se puso de pie inmediatamente y caminó hasta donde ella se encontraba parada, Kyouka solamente desvió la mirada totalmente avergonzada al verlo tan de cerca.

– ¿Qué haces? Estás muy... cerca, Kaminari. –

Efectivamente, ya parado frente a ella, el chico continuaba acercándose más y más, hasta dejar su rostro a escasos centímetros del ajeno. La tenía totalmente acorralada y eso, increíblemente, no le incomodaba a ninguno de los dos. Llevó una de sus manos al rostro de la joven, para poder acariciar su mejilla; debido al sonrojo, ésta se sentía bastante caliente, como si tuviese una temperatura alta. Los ojos de Kyouka se encontraron con los de él, nunca había visto esa mirada, era diferente. Lucía sereno, en paz total y desbordaba seguridad en todas y cada una de sus acciones.

– Llámame por mi nombre. –

Dicho esto, el rubio rompió la distancia entre ambos, juntando sus labios con los ajenos. Primero fue un beso torpe, Kyouka no sabía cómo reaccionar, pero ¿qué más daba? Lo mejor que podía hacer era dejarse llevar por el momento y lo hizo.

Colocó sus brazos alrededor del cuello del chico, atrayéndolo más hacia ella y se puso de puntitas para lograr alcanzarlo y que éste no tuviese que estar agachado todo el tiempo. Comenzaba a tomar la iniciativa en el beso y eso a Denki le encantaba.

Tuvieron que detenerse para tomar aire, sin alejarse mucho el uno del otro. Ella continuaba abrazada a su cuello mientras que él la tomaba de la cintura. Parecía que los corazones de ambos explotarían en cualquier momento.

Sin pensarlo, Kyouka volvió a fundir sus labios en otro beso, esta vez uno más suave y tranquilo.

– No quiero irme... – Dijo ella, jugueteando un poco con los cabellos del rubio, entrelazándolos en sus dedos y sin soltar el abrazo que mantenía.

– No tienes que hacerlo. –

– ¿Me estás invitando a quedarme a dormir? – Le gustaba la idea, pero no iba a admitirlo tan fácilmente.

– ¿Y por qué no? Ya es tarde y no quieres irte, es la única opción. – Comentó Denki, pasando sus dedos por la espalda de la chica y provocándole un poco de cosquillas.

Kyouka rió bajo, intentando no hacer mucho ruido y finalmente accedió.

– Eres un pervertido. – Dijo la chica a modo de broma.

Denki se acostó en la cama y Kyouka prefirió recostarse en el pecho del chico. Aquella cercanía le parecía sumamente reconfortante. Nunca se había percatado de lo bien que olía Denki o tal vez solo era la ocasión, no estaba segura.

Ambos cayeron en los brazos de Morfeo, quedando totalmente dormidos uno al lado del otro.

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