La U.A se caracteriza por motivar a sus alumnos para superar sus propias capacidades, enfrentarse a diferentes situaciones que si bien, pueden ser un tanto riesgosas, no significan algo imposible para aquellas jóvenes promesas que el heroísmo está buscando. Una de esas motivantes es el afamado Festival Deportivo, un festival que reúne los mejores Quirks, pero sobretodo, reúne las mejores habilidades y técnicas.
La Clase A siempre ha sido la favorita, el punto de interés de los asistentes y este año no era la excepción. Los alumnos que la conformaban ya habían demostrado ser capaces de proteger sus vidas y la de otros debido a experiencias que, a pesar de ser negativas, forjaron una habilidad impresionante e innegable.
La fecha para el festival deportivo llegó y este dio comienzo exitosamente, cada alumno de cada clase y departamento estaba dispuesto a demostrar de qué estaba hecho, incluso aquellos con Quirks poco habilidosos o impresionantes.
Las gradas se llenaban de gritos estruendosos que llenaron de nerviosismo a los novatos estudiantes, muy a su pesar, ahora eran el punto de atención para miles de personas. Era pues, uno de los Festivales más importantes para la mejor academia de héroes. Cada torneo fluyó acorde a lo planificado, estudiantes inicialmente desconocidos habían logrado calificar en posiciones altas y estaban ganando atención de forma acelerada; uno de ellos era Shinsou.
No era raro que, y debido a las circunstancias, Shinsou lograra estar en boca de unos cuantos. Incluidos los alumnos de la Clase A.
-Vaya, ese chico en serio ha logrado llegar lejos, ¿pero cómo? ¿Alguien notó su Quirk? –comenzó la conversación Kaminari Denki, su aspecto confianzudo combinaba con su poderoso Quirk eléctrico.
-Yo no me fije, todos estamos tan estresados por no ser eliminados, pero él se ve muy tranquilo. ¿Qué clase de personas hay en el Departamento General? –siguió la plática Kirishima Eijiro, quién a lo lejos miraba a Shinsou. Ambos chicos estaban asombrados e intrigados por el tercero que, sin importarle, les devolvió la mirada de forma hosca.
-Sea lo que sea, ¡voy a matarlo si se mete en mi camino! –agregó violentamente Bakugou Katsuki, el chico de las explosiones y actitud horrible, según lo dicho por todos aquellos que habían logrado cruzar palabra con él.
-No es necesario jurar la muerte, ¿no basta con solo esforzarse?, después de todo tu Quirk es muy poderoso. –agregó Denki
-¡¡PARA NADA IMBÉCIL!!, ese bastardo ha llegado hasta la última etapa por algo. No se trata solo de tener el mejor Quirk. Obvio yo tengo el mejor, pero si no tengo ni puta idea de cómo usarlo, sería igual de inútil que una piedra. –muy a pesar de su léxico, el muchacho tenía razón.
-Vaya, Bakugou-kun, después de todo, tu boca también puede decir cosas buenas y no solo maldiciones. –le alagó Mina quien se había unido a la plática un poco tarde pues el siguiente evento estaba a nada de comenzar.
-¡¡CÁLLATE PERRA!! ¿QUIERES MORIR? –le respondió precipitadamente, ya se había vuelto costumbre hablar de ese modo.
Las reglas fueron claras; quien saliera de la arena o declarara su derrota a pesar de poder seguir luchando, perdería la competencia y en definitiva perdería la oportunidad de conseguir el primer lugar.
Todos estaban más que emocionados, algunos otros reflejaban nerviosismo. Entre ellos había una amable rivalidad que les indicaba no rendirse y no titubear al respecto; Mina era competitiva, gustaba de las pruebas cuerpo a cuerpo y amaba usar su Quirk en combate. Estaba dispuesta a lucirse.
-Wooooooow, estoy muy emocionada, ¿con quién me tocará en la primera ronda? –brincoteaba sin parar mientras apretaba fuerte sus puños
-Espero no sea muy rudo el torneo, aunque creo que está bien. –dijo Ochako, en el fondo estaba más que nerviosa, la suerte podría ser cruel y ponerla contra alguno de los mejores de su clase. Estaba segura que dolería, pero no se las dejaría tan fácil.
-Uhm, después de todo cuando los villanos decidan venir a ocasionar problemas, no les importará nuestra edad o si somos chicas. Así que espero me toque contra alguien fuerte como Todoroki-kun. –Mina movía energéticamente sus brazos en movimientos bruscos, la emoción consumía su existencia
-Apuntas a lo grande, Mina-san
-Bueno, si no lo hago entonces me quedaré atrás, y quiero ser la mejor.
-Cierto.
-Ah... -interrumpió su propia conversación precipitadamente. –Por cierto ¿dónde está?
-¿Quién? –cuestiono Ochaco confusa por la actitud de su rosada y eufórica compañera
Buscando sigilosamente entre los demás alumnos, y casi perdiendo la esperanza fue cuando encontró a quien estaba buscando.
-Ah ¡Shinsou-kun! –gritó desde una distancia corta, algo innecesario, pero típico en ella.
El mencionado fue sorprendido por el grito de la chica, volteó casi obligado y reconoció de quien se trataba. Aquella platica, o bueno, si se le podía llamar así, en la cafetería había estado rondando en su cabeza.
-Eres tú... -dijo desganado, estaba evitando conversar con quien fuese, pero Mina era el tipo de persona que Shinsou desconocía
-¿Cómo que "eres tú"?, soy Mina. Ashido Mina. –le regaño jugueteando
-¿Debería recordar tu nombre...? –cuestionó, la postura de sus manos que, estaban ocultas en los bolsillos de su pantalón, dictaban nerviosismo y miedo.
-Pues sí, yo recordé el tuyo ¿cierto? –puso sus manos en la cadera, con una actitud atrevida y con la intención más honesta de iniciar una plática, Hitoshi y Mina comenzaron a "platicar". Y muy a su pesar, la chica no tenía intenciones de irse tan fácil.
-Ni siquiera dijiste mi nombre, solo mi apellido. –le corrigió
-Ah, igual no importa –tajantemente hirió el orgullo del chico ojeroso que reaccionó inquieto a su confesión.
-¿Y bien?, ¿no deberías estar con los de tu clase? Ya va a comenzar el torneo de 1 vs 1. –indicó, su expresión corporal era descarada, con cada movimiento, mueca y acción Hitoshi demostraba lo temeroso que se encontraba.
-Bueno, todos están en sus cosas. Hasta que no se anuncie contra quien deberemos pelear, creo que puedo ir por ahí sin preocuparme. Pero, en realidad, vine aquí con una intención. –miraba su alrededor mientras hablaba, su rostro infantil y mirada engañosa hacían juego. No era por un simple acto reflejo, pero Shinsou contemplaba cada expresión facial y gesto que Mina elaboraba inconscientemente.
-No entiendo... -respondió el muchacho de cabello casi tan alborotado como el de su contraria
-¡¡VENGO A DECLARARTE LA GUERRA!! –interrumpió al chico y con un enorme grito, mientras le señalaba, Ashido Mina declaró la guerra a Shinsou, a pesar de que ella le pidió desistir de ello anteriormente, los papeles parecían haberse invertido.
Los cercanos a esa escena miraban asombrados la curiosa situación, no sabían que ocurría ni porque dos personas de clases diferentes y personalidades tan opuestas tendrían una mera plática ocasional. Los chicos de la Clase A que lograron oírle quedaron estupefactos e incrédulos del atrevimiento de su compañera.
-¿De qué demonios hablas?, primero llegaste a decirme que cancelara mi declaración y ahora tú haces lo mismo. ¿Es esto un tipo de terapia para ti? –confundido e incómodo Shinsou regaño a la chica
-Estoy hablando en serio, no es como si en serio fuera a lanzarte un misil.
-Eso ya lo sé...
-Jeje~, si nos enfrentamos entonces podremos terminar oficialmente con esto. Creí que sería la mejor forma de terminar con este problema. No sentí que estuviera del todo finalizado ese asunto de la guerra, por eso he venido. Quiero que terminemos con esto de forma real y la mejor alternativa es peleando en este torneo. –con una actitud entusiasta, Mina invitada a Shinsou a estrechar manos para, de esa forma, formalizar su acuerdo.
-No lo creo, sabes, eres demasiado imprudente. Primero me pides que termine con mi postura y ahora vienes a hacer lo mismo esperando que simplemente estreche manos contigo. –sin pensárselo, Shinsou comenzó a sermonear a Ashido, las palabras salían ininterrumpida-mente, como si se tratase de un discurso estudiado para esa situación.
Mina contemplaba al chico que parecía no tenía intenciones de callarse y tampoco tenía intenciones de concretar un acuerdo con ella. Harta de su indecisión y con plena seguridad interrumpió el regaño del muchacho:
-Fiuuuu~, vaya, parece que tendré que hacerlo de nuevo. No me gusta obligarte, pero no me dejas otra opción. –entorpeciendo la reacción de Shinsou, Mina tomó uno de sus brazos, sacó agresivamente la mano de su bolsillo y la colocó frente a ella.
Un estruendoso choque de manos hizo eco, con una fuerza increíble y con nulas posibilidades de zafarse, Mina estrecho la mano de Shinsou, aunque de manera obligada, y mirándole a los ojos concretó un pacto unilateral. La fuerza de agarre de la chica mantuvo nervioso a Shinsou, pero lo fue más el hecho de que ahora estrechaban manos por segunda ocasión.
No era como si Shinsou hubiese estado pensando en ello, pero, llevaba la cuenta.
-Entonces, encontrémonos en la arena de batalla, y resolvamos esto como futuros héroes. –decidida atrapó la atención de varios testigos de alrededor. Incluso a los compañeros de Hitoshi.
-Esa chica... -expresó la chica castaña que anteriormente había mostrado desagrado hacia Mina de forma descarada.
-¿Eh? ¿Qué pasa? –intrigado le respondió su compañero
-No es como si ella fuese un poco diferente a los demás de la Clase A, pero, de algún modo, pareciera que a Shinsou no le molesta.
-Quizás no le importa.
-No, no es eso. –mirando fijamente hacia donde ambos se encontraban, la chica dedujo algo que más de uno había podido notar aquel día, incluido Shinsou.
-No entiendo, se más clara. –no era el chico más intuitivo del mundo, pero su compañera entendía que debía expresarse mejor
-Shinsou es el tipo de persona que termina tajantemente algo que le desagrada, incluso si para otros no resulta molesto, si a Shinsou le incomoda o causa molestia usará su Quirk para alejar a ese alguien que le genera ese sentir, o bien, él será quien se aleje. ¿Entiendes?
-Mmmmmh... entiendo. –analizando la escena que suscitaba frente a sus ojos, donde, una atrevida y enérgica chica obligaba a un muchacho serio y reservado a estrechar manos, el chico pudo deducir silenciosamente la idea general de todo ese embrollo.
Ante los ojos de los demás parecía un simple juego de orgullos que pasaría pronto, una chica invitando a un chico a pelear cuerpo a cuerpo; no es algo que se vea todos los días. Hubo comentarios aleatorios al respecto, nada que no pudiera pensar una persona común y corriente.
-Bien, Shinsou-kun. Prepárate por qué voy a patearte el trasero. –orgullosa de su actuar y con más energía que antes Mina reiteró su decisión.
Shinsou miró su mano de nuevo, era la segunda ocasión en que estrechaban manos, no debía ser un gran asunto ni nada que le pudiese causar impresión. Pero de nueva cuenta estaba enfrentando aquello.
Finalmente las peleas habían sido acomodadas y si todo iba acorde al plan, aquella declaración de guerra tendría su desenlace en el estadio de UA. Pero la suerte no estaba siendo atrevida en aquella ocasión, pues desafortunadamente, un posible enfrentamiento entre Shinsou y Ashido implicaría ganar muchas peleas, habían sido acomodados de tal forma que tal oportunidad estaba más alejada de lo esperado.
Ninguno de los dos estaba seguro de lograrlo, definitivamente no era momento para un enfrentamiento de ese tipo. Pero confiados a sus habilidades encararon la realidad y entraron a la arena de batalla con toda la determinación posible.
-Nghhhh... ¡¡¡que suerte tienes Midoriya-kun!!! –dijo entre dientes Mina, quien en un pequeño ataque de envidia, elogiaba la fortuna de Midoriya Izuku, quien había sido concedido con la "buena suerte" de tener por primer contrincante a Shinsou Hitoshi.
-Jajajajaja, bueno Ashido-san –respondió tímido- En realidad no sé si esto es de suerte, pero definitivamente ganaré.
-¡No!, ¡No!, ¡No! –le regañó – Debes perder contra Shin-kun, para así yo poder patearle el trasero.
-¿Shin...?
-¡¡Debes perder~!! ¿ok? –creía que con eso bastaría, aunque la mayor parte del tiempo no se debía tomar muy en serio las palabras de Mina, en ese momento ella hablaba más en serio que nunca.
-Lo siento Ashido-san, no puedo hacerlo. –desistiendo del consejo de su compañera, Midoriya Izuku negó su derrota, dando por hecho que pelearía en serio contra Hitoshi.
Del otro lado, y con la mente nublada, Shinsou meditaba sobre cómo debería enfrentar a su adversario, estaba seguro de entender un poco su Quirk y creía que con eso sería suficiente para escalar al siguiente combate.
Estaba extrañamente motivado, en realidad, planeaba llegar a cierto punto del torneo en el que tendría oportunidad de concretar ese acuerdo fortuito que, sin más, trajo consigo un millón de dudas y un trillón de sensaciones.
-Más te vale ganar~ -escuchó a su costado, volteo un tanto confuso. Mina volvía a estar ahí, siendo imprudente e impulsiva.
-No me des órdenes. –dijo con voz calma
-Jejejejejeje. Buena suerte~... -sonrió y despidió momentáneamente. Volteo a mirarle por última ocasión y con una voz muda Shinsou pudo leer sus labios que decían:
"Voy a patearte el trasero".