La habitación donde descansa la comandante se encuentra en relativo silencio. La enfermera comprueba los monitores y se asegura de que las vías están bien puestas en el brazo de la paciente. El suero gotea de forma constante, acompañado del monitor cardíaco que suena a cada segundo. Las auxiliares asean a la paciente con cuidado y colocan la habitación.
En el pasillo se encuentra el médico con los padres de la paciente. Les está dando el último informe.
La situación es complicada, pues la comandante ya debería haber despertado. Después del estallido de las bombas el campo se convirtió en un caos. No sabían si había más bombas, pero tenían que encontrar a sus hombres.
Titus no lo dudó ni un instante, ordenó al resto de sus hombres que las buscaran. No tardaron mucho en hacerlo, ellas estaban en la puerta cuando la bomba estalló.
Las tres estaban vivas cuando las encontraron, pero inconscientes. Raven había sido lanzada hacia delante por la onda expansiva, sobre su cuerpo solo había polvo y algún que otro fragmento del edificio.
Octavia había sido lanzada hacia el otro lado golpeando su hombro contra una roja. Su cuerpo no había sido sepultado bajo las piedras gracias a qué el árbol que había al lado de la casa había caído.
La peor parada fue Lexa, se golpeó fuertemente la cabeza contra la pared dejándola sin conocimiento y parte del techo se había derrumbado sobre una de sus piernas.
Cuando sus compañeros la encontraron casi la dan por muerta. Había mucha sangre saliendo de la herida que tenía en la cabeza. La tibia la tenía rota por la mitad y le había rasgado el muslo saliendo un trozo a través de la piel.
El espectáculo era truculento, pero sus compañeros actuaron de prisa y con celeridad realizando los primeros auxilios para mantenerla con vida.
Cuando el helicóptero llegó, fue la primera en ser trasladada al hospital. Allí la tuvieron que operar de urgencia de la pierna para colocarle el hueso en su lugar, asegurarse de que ni el músculo ni el nervio habían sufrido graves daño.
La peor parte por decirlo de alguna forma se la había llevado la cabeza. El golpe había sido fuerte y había perdido bastante sangre. Para empeorar las cosas los nervios ópticos estaban inflamados y creían que había perdido parte de la visión. Temían también que hubiera habido un desprendimiento de retina pues tenía varias heridas en los parpados y en el resto de la cara provocados por los proyectiles que la onda había producido.
- ¿Cuándo despertará? –pregunta la mujer morena apretando con fuerza la mano de su esposo.
-Ya debería haberlo hecho en realidad –el médico revisa su informe cuando la enfermera abre la puerta asustándole.
-Se ha despertado –dice la enfermera volviendo a entrar en la habitación.
El médico la sigue con celeridad, encontrándose a su paciente gritando e intentando quitarse la venda que cubre sus ojos. La comandante en un momento de desesperación provocado por la pérdida de orientación, se ha arrancado las vías de los brazos y la sangre gotea por ellos.
- ¡Sédenla! –ordena el médico a las enfermeras quienes con la ayuda de las auxiliares intentan contener a la paciente.
Los padres se mantienen cogidos de la mano en una esquina de la habitación esperando a que los sanitarios realicen su trabajo. Cuando el cuerpo de su hija cae inerte en la cama, todos respiran tranquilos.
-Ella está bien, sus constantes son estables –dice el medico revisando los monitores de nuevo.
- ¿Trastorno de estrés postraumático? –pregunta la mujer morena.
-Lo más seguro –afirma el doctor- pero no lo sabremos hasta que no despierte de nuevo más tranquila –mira a las enfermeras y auxiliares terminar su trabajo con la paciente- hablen con ella cuando despierte, explíquenle que está a salvo.
- ¿Qué la decimos? –pregunta el padre de la comandante.
-La verdad –afirma- si ha sobrevivido a la explosión, puede sobrevivir a esto. Mucha gente en sus circunstancias hubiera muerto. Y ella no solo está viva, sino que salvo a otros dos compañeras –les sonríe- ¡Deberían estar orgullosos!
-Lo estamos –afirma la mujer con una triste sonrisa- pero estábamos igual de orgullosos antes de que se fuera.
El médico asiente comprensivo y sale de la sala junto al resto de su equipo dejando a la paciente con sus padres.
....-.-...
-Si Indra, ha despertado –susurra la mujer- ella ha tenido un ataque nada más despertar –la morena escucha atentamente- no le digas nada de momento. Que siga pensando que no ha despertado. Está bien adiós.
-He escuchado vuestros mensajes –la puerta abriéndose les sobresalta- ¿Cómo está?
-Sigue sedada –afirma el hombre levantándose y abrazando a la recién llegada- Gracias por venir Cara.
-Sois como una familia para mi Riky –le sonríe- ¿qué pensáis hacer cuando se recupere?
-Todavía no estamos seguros –suspira la morena tomando asiento en el sofá- ella no se puede valer por sí misma e Indra tiene bastante con Sami.
-Además tiene que hacer rehabilitación por lo que nos ha indicado el doctor y tendrá que ver a un psicólogo –comenta Riky.
- ¿Cómo de permanente en la ceguera Keylan? –pregunta la rubia.
-No lo sabemos con exactitud, puede que solo tenga la visión borrosa por un tiempo o que la haya perdido por completo –cuenta apesadumbrada la morena.
-Entiendo, tengo alguien que puede ayudar –afirma Cara ganándose la atención de sus amigos- ella está titulada en enfermería, y ejerce de vez en cuando. Por lo demás trabaja con perros de asistencia para soldados, perros buscadores de bombas, drogas...ese tipo de cosas –hace un gesto vago con las manos.
- ¿Crees que ella nos ayudaría? –pregunta dudoso el hombre.
-Si se lo pido como un favor hacía mi si, además Clarke es un alma bondadosa que tiene una inclinación natural a ayudar a la gente. No perderá la oportunidad de hacerlo –sonríe.
-Se parece mucho a ti entonces –ríe Riky.
-Para nada –niega Cara- solo nos parecemos en el rubio del pelo –les abraza- iré a hablar con ella. Avisadme si algo cambia.
...-.-....
- ¿Dónde está? –pregunta una mujer rubia abriendo con fuerza la puerta sobresaltando al muchacho que trabaja tranquilamente en el ordenador.
- ¡Hola Cara! –saluda cordial el muchacho poniéndose en pie.
La recién llegada le mira con ojos entrecerrados mientras le evalúa.
El joven se pasa las manos por la camisa intentando disimular las arrugas de la misma y asegurándose de que ninguna macha de café ha estropeado su ropa.
- ¿Samuel? –pregunta la mujer reconociéndolo.
-El mismo –sonríe divertido rascándose la barba.
- ¿Cuándo has regresado y por qué no me he enterado?
-Hace dos meses –se cruza de brazos- estabas de viaje.
-Cierto –la mujer mira hacia la puerta que hay detrás del escritorio del joven- ¿dónde está?
-Entrenando a Jade –sonríe el muchacho- sabes que a su bebé le dedica muchas horas.
-Si dedicara menos horas a esos perros y más a otras cosas, la iría mucho mejor –rebate la mujer molesta- Dila que he venido a buscarla.
-Puedes decírselo tu misma –Samuel se dirige a la puerta que tiene detrás abriéndola y dejando pasar a su compañera.
-Gracias Sam –sonríe la muchacha dejando un beso en su mejilla- Tía Cara –su sonrisa desaparece un poco, pero no del todo- ¿A qué debo el placer de tu visita?
-Necesito que hagas algo por mí –contesta la rubia mayor- ¿Cómo de ocupada estas para los próximos meses?
-No lo sé –contesta de forma rápida mientras observa a Sam teclear en el ordenador.
-Estaremos bastante tranquilos –ambos jóvenes se miran- podemos prescindir de ti –le sonríe- si te necesito sabes que te llamaré.
-Está bien –asiente la rubia- vamos a dar un paseo y hablamos –se acerca a Sam- da de comer a Jade –besa su mejilla- y no te pases con los dulces.
-Ten cuidado peque –se despide el muchacho ganándose un golpe en el hombro por parte de la rubia.
...-.-...
En la habitación los padres de Lexa esperan impacientes a que su hija despierte. Ambos están nerviosos y temen su reacción.
Por fin la paciente reacciona, los padres se colocan a ambos lados de la cama y cogen las manos de su hija.
-Tranquila cariño –pide su madre acariciando su mejilla- estás a salvo.
- ¿Mamá? –grazna Lexa- ¿Dónde estás?
-Estoy aquí Lex –Keylan lleva la mano de su hija a su mejilla, para que note su presencia.
- ¿Por qué está todo tan oscuro? –pregunta intentando llevar ambas manos a su rostro- ¿papá?
-Estoy aquí cariño –al igual que hizo su mujer Riky lleva la mano de su hija a su rosto- Tienes los ojos vendados, por eso está tan oscuro.
- ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? –pregunta sin entender.
- ¿Qué es lo último que recuerdas? –pregunta su madre con cautela.
-Nos avisaron de que habían colocado una bomba mientras Octavia y yo sacábamos a Raven del edificio. Una bomba estalló, pero había otra que se detonó cuando salíamos de casa –se queda callada durante unos segundos- no recuerdo nada más, ¿ellas están bien?
-Tus compañeras están bien –la tranquiliza su madre- la morena tiene la clavícula rota y la latina fracturada la pierna. Lo demás son contusiones.
-Soy la que menos suerte ha tenido ¿verdad? –pregunta a nadie en especial- ¿qué es lo que me ocurre?
-Tienes la pierna derecha rota. Tuviste una fractura abierta de tibia ¿Sabes lo qué es?
-Sí, cuando el hueso atraviesa la piel y el músculo –responde Lexa- tengo clavos en la pierna y he pasado por cirugía, ¿verdad?
-Si -afirma su madre- además de todo esto, recibiste un fuerte golpe en la cabeza que produjo una inflamación en el nervio óptico, perdiste mucha sangre y se te clavaron varios trozos de la metralla de la bomba y del edificio en los ojos y en la cara por lo que los médicos piensan que puedes tener desprendimiento de retina.
La comandante se mantiene en silencio asimilando esta nueva información.
- ¿Lo sabe? –pregunta al fin.
-No –susurra su madre- Sami piensa que todavía estás inconsciente.
- ¿Algo más que deba saber?
-Amira se ha ido –suelta su padre.
- ¡Ricardo! –le reclama su mujer- no es el momento.
-Debe saberlo –afirma el hombre- sé que no es el mejor momento Lexa, pero necesitas saber esto para seguir adelante.
-Dime –pide.
-Amira dejó una nota a tu nombre. Se marchó nada más saber que habías sido herida en una misión. Cogió sus cosas y se fue. Por suerte Sami no estaba en casa cuando sucedió y no ha preguntado por ella.
-Samantha es una niña muy lista –sonríe ligeramente- ¿Qué dice la carta?
- ¿Por qué piensas que la hemos leído? –pregunta su madre.
-Porque era un cabo suelto que no podíais dejar así. La información es valor y la necesitabais para mantenerme tranquila –afirma.
-Te pide el divorcio, no quiere la custodia de Samantha y gracias a la cláusula prematrimonial que hicisteis ella no se lleva ni un duro –se calla- ella te puso los cuernos. Indra lo encontró yaciendo en vuestra cama con su amante el día que fue a darle la noticia.
-Está bien –se encoge de hombros haciendo una mueca por la rigidez de los mismos- decidle a Sami que he despertado y que pronto iré a casa. Ahora marcharos necesito estar sola y pensar.
- ¿Estas segura de esto Lex? –pregunta Keylan preocupada- no nos importa quedarnos contigo.
-Me apuesto lo que quieras a que lleváis demasiadas horas sin dormir en condiciones –les sonríe con tristeza- id a casa, aquí estoy bien atendida. Nos vemos mañana.
-Como quieras cariño.
Sus padres abandonan la habitación dejando a la joven comandante sola mirando por la venta sin ver nada en realidad, pues la venda que lleva sobre los ojos es tan tupida que solo puede ver oscuridad.
..-.-...
-Haber si lo he entendido bien, quieres que me ocupe de una mujer que puede sufrir un posible estrés postraumático, que de momento ha perdido el sentido de la vista y que necesita fisioterapia, ¿no? –pregunta Clarke alzando una ceja.
-Exacto –contesta su tía- es la hija de unos viejos amigos.
- ¿Cómo se llama? –pregunta la rubia más joven con curiosidad.
-Se llama Lexa Woods, es comandante y se encontraba bajo el mando del General Titus cuando ocurrió la explosión –le cuenta.
-Ese general no trae más que desgracias a nuestros soldados –murmura su sobrina.
-Lo sé –suspira- los anteriores acabaron muertes en sus estúpidas misiones.
Clarke hace una mueca de disgusto.
-Intentaré ayudarla tía Cara, pero no prometo nada –sonríe.
-Te lo agradezco –la abraza- Sus padres son importantes para mí. Tienes que saber otra cosa –Clarke la escucha atenta- tiene una hija Sami de seis años, ella es...especial.
- ¿A qué te refieres? –pregunta su sobrina sin entender.
-Ella no es como el resto de las niñas –la mira pensativa- cuando la conozcas lo entenderás.
-Me pasaré entonces por la casa, para conocerla y hablar con sus abuelos. ¿Dónde viven? –la mirada de Cara se desvía a los extensos campos que los rodean- ¿En la Base verdad?
-Clarke sé que no te gusta ir allí, pero ella no va a poder moverse hasta estas instalaciones para que hagas terapia con ella –Cara intenta suavizar la noticia.
-Lo entiendo –la mira seria- pero que lo entienda no significa que me guste.
-Lo sé y te lo agradezco. Sé que no te gusta ir allí –su tía la abraza.
-Demasiados años viviendo entre militares –finge un estremecimiento.
-No somos tan malos –se ríe su tía- ¿Cuándo fue la última vez que les viste?
-El domingo pasado, en la comida familiar –se miran- ¿Piensas ir esta semana?
- ¿Tengo que hacerlo?
-Este y los que restan hasta que dure el favor que me has pedido –dice Clarke.
Los ojos de Cara se abren con sorpresa.
- ¿No te atreverás? –la mira horrorizada.
- ¿Lo tomas o lo dejas Caridad Griffin? –pregunta Clarke extendiendo su mano.
-Lo tomo Clarke Griffin –dice estrechando su mano- pero esta me la pagarás.
...-.-...
- ¿Quieres que te lleve? –pregunta Sam dándole un refresco.
-Solo es una hora de viaje y te recuerdo que se conducir –ríe Clarke acariciando la cabeza de Jade.
-Lo sé –se sienta a su lado en el sofá- pero tu casa me cae de camino.
Clarke le mira con el ceño fruncido.
-Vivo en el lado opuesto al tuyo. Tendrías que salir de la ciudad para ir a la base y luego volver al Centro de Adiestramiento –niega- eso es más de hora y media.
-No me importa de verdad Clarkie –apoya la mano en su muslo- es un placer ser tu chofer.
-Sé que no te importa –le sonríe y juega con sus dedos- pero esto es cosa mía. Bastante tienes con ocuparte de las cosas aquí.
-Lo sé –ríe- los chicos ya saben que te vas a ausentar durante un tiempo –la mira- ¿Sabes que perros te vas a llevar?
-A Jade y a OJ –sonríe- creo que el pastor suizo es la mejor opción con Lexa y el labrador me vendrá bien con la niña.
-Lo tienes todo controlado por lo que veo –besa su mejilla.
-Lo hago Samito, no te preocupes –se pone en pie- no te quiero ver cerca de los perros demasiado tiempo.
-No lo haré lo prometo –ríe- llámame si necesitas algo peque –se despide.
-Lo haré –Clarke se inclina y deja un beso en su mejilla antes de marcharse.
...-.-...
¡Hola a todxs! ¿Qué tal?
Aquí les traigo un nuevo capítulo.
Antes que nada voy a empezar con una breve presentación de los personajes para que sepais quienes son cada uno.
(Esta es Keylan Woods la madre de Lexa.
(Ricardo o Riky Woods el padre de Lexa)
(Cara Griffin la tía de Clarke)
(Samuel Foster el amigo de Clarke)
...-.-....
¿Os gustan los nuevos personajes? Espero que si :D
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? :D
Muchas gracias a todxs por la gran acogida que le disteis al prólogo de esta pequeña historia. Me ha llenado de alegría que os haya gustado tanto y me anima a escribir en cada rato libre que puedo.
Como siempre y a riesgo de volverme pesada jajaj gracias por leer, votar y comentar. Vuestro apoyo es muy importante para mi, sin vosotrxs esta historia no sería nada.
Una última cosa, hay un concurso para votar la "categoría más votada en 2017 en los Premios Gemas perdidas". El fic con el que me presente fue ¿A dónde me he mudado? y esta participando en el concurso. Si votáis por la historias lxs que la hayáis leído os estaría eternamente agradecida. Y los que no os invito a leerla y a votar por ella o a votar por ella y a leerla, eso ya os lo dejo a vosotrxs.
Os dejo el Link en los comentarios, en mi perfil de Wattap y en twitter.
Nos leemos el sábado :)
Un saludo.
Twitter: natalia_gutier