LA CASA DE LOS ÁNGELES (Camre...

Galing kay J_Rogz

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Un grupo de empresarios magnates encabezados por Mike Jauregui sobrepasan los límites de la cordura al crear... Higit pa

INTRODUCCIÓN:
I. LOS ÁNGELES
II. CONOCIENDO A CAMILA
III. FUE UN ACCIDENTE
IV. BUSCANDO RESPUESTAS
V. EL TRATO
VI. DURMIENDO CON UN ÁNGEL
VII. EL SECRETO DE HARRY
VIII. ALIANZAS
IX. UNA VIDA DIFERENTE
X. ACEPTANDO RETOS
XI. LA AUSENCIA
XII. LA CEREMONIA
XIII. Ángeles y Demonios
XIV. VERDADES A MEDIAS
XV. NO CONFÍES EN NADIE
XVI. BESANDO A UN ÁNGEL
XVII. PERDIENDO EL CONTROL
XVIII. QUÉDATE CONMIGO
XIX. NEGOCIOS PELIGROSOS
XX. CUANDO LOS ÁNGELES CAEN
XXI. LO QUE NO TE MATA, TE HACE FUERTE
XXII. LA NIÑA DE PAPÁ
XXIII. EL AMOR DE LAUREN
XXIV. VIVE Y DEJA MORIR
XXV. PERSIGUIENDO FANTASMAS
XXVI. RENACER
XXVII. VOLVER A CASA
XXVIII. ¿DÓNDE ESTÁ LAUREN?
XXIX. DETRÁS DE LA PUERTA
XXX. UNA NOCHE PARA RECORDAR
XXXI. ACTUANDO POR IMPULSO
XXXII. DESENCUENTROS
XXXIII. NUNCA HABLES CON EXTRAÑOS
XXXIV. MATAR O MORIR
XXXV. ALTA TRAICION
XXXVI. EL DOLOR, LA SANACIÓN, EL AMOR
XXXVII. DIVAGACIONES
XXXIX. ESTO ES EL PARAÍSO
XL. PROBLEMAS EN EL PARAÍSO
XLI. NO PUEDO ESTAR LEJOS DE TI
XLII. POLVO DE ÁNGEL
XLIII. REVELACIÓN
XLIV. LA SOMBRA
XLV. MI ALMA GEMELA [FINAL]
EPÍLOGO

XXXVIII. AMOR INCONMENSURABLE

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Galing kay J_Rogz

Las cuatro personas en esa oficina estaban completamente confundidas, Betty miraba angustiada a su jefa.  —Lo siento, señorita Lauren, el señor insistió en querer entrar, no pude detenerlo. No sé cómo es que llegó hasta aquí. 

—Tranquila, Betty. No te preocupes, nosotras nos encargamos de esto. Cierra la puerta y que nadie nos moleste.   

La secretaria salió, y en el lugar volvió a reinar el silencio. Alejandro miraba confundido a su hija; no era esa chica inocente que había dejado tres meses atrás con la incertidumbre de su destino. Camila ahora tenía el aire sofisticado de una joven empresaria; vestía un elegante traje ejecutivo que estaba seguro costaba mucho más que cualquier prenda de vestir que él le haya comprado desde que nació. Su maquillaje la hacía ver mayor y le daba cierta imagen intimidante.  La mujer a su lado no era menos llamativa; era joven y mucho muy atractiva. Sus hermosos ojos verdes lo escudriñaban detenidamente, su vestimenta también era elegante y de prestigiado diseñador.

—¿Papá, qué haces aquí?—Camila se soltó de inmediato del agarre de Lauren.

—Un amigo me ayudó a cruzar el desierto para llegar hasta aquí. Tu madre y yo estábamos preocupados, teníamos varios días sin saber de ti, no respondías mis llamadas, ni mensajes y necesitábamos averiguar que estaba pasando. Solo me llegaban tus depósitos por una cantidad que no comprendía cómo hacías para conseguirla, era excesiva... aunque, veo que tienes un buen empleo o eso parece. ¿Eres algo así como una ejecutiva en esta empresa? ¿Es ella la chica de la que me hablaste?

—Ahm.... papá, creo que tengo algunas cosas que explicarte.

Lauren caminó unos pasos y se acercó al hombre extendiendo su mano derecha.  —Mucho gusto en conocerlo, señor Cabello. Mi nombre es Lauren Jauregui, dueña de Jauregui Automotriz y novia de su hija. 

Tanto Alejandro como Camila se quedaron con la boca abierta. Lauren sonreía estrechando la mano de un confundido hombre.  —Oh... así que ella es tu novia. 

—Así es. Soy su novia. —Lauren movía la cabeza de forma afirmativa con una sonrisa orgullosa. Camila no sabía si morir de ternura o de vergüenza.

 —Ahm, papá. Necesitamos hablar.   

—Estoy un poco confundido. 

—Precisamente por eso quiero que hablemos tranquilamente. Lauren, ¿podrías por favor dejarnos a solas un momento?  

La sonrisa de Lauren se borró de inmediato al escuchar a Camila —¿Estás segura?

—Es mi padre, estaré bien. Espérame en recepción, por favor.

Lauren suspiró no muy convencida y salió de la oficina dando un último vistazo atrás antes de cerrar la puerta. Camila le sonrió ligeramente a su padre y le hizo una indicación con el brazo. 

—¿Te quieres sentar un momento?

Alejandro asintió y se sentó en el sofá, Camila se sentó junto a él. —Antes que nada, quiero que me expliques cómo es que llegaste hasta aquí.

—Tuve que contratar a alguien para que me ayudara a cruzar ilegalmente, pero ahora a través del desierto, llevo unos quince días viajando. Llegué ayer a Los Ángeles, y me estoy quedando con un conocido, amigo del hombre que contraté, me dio un espacio en el sótano de su casa. Te busqué en el departamento, pero recordé que ya no vivías ahí, así que investigué la dirección del remitente de donde envían el dinero, ya que nunca me dijiste exactamente en qué Empresa Automotriz trabajabas. Veo que estás muy bien, ¿realmente eres feliz?

—Es... complicado.

—¿Pero lo eres? Porque parece que te va bien, vives rodeada de lujos al ser la novia de la dueña de esta Empresa.

—Bueno... no estamos viviendo juntas precisamente

—Me habías dicho que si. ¿Estás mintiendo otra vez?

—Papá, tienes que regresar a México. Sabes que no puedes estar en el país o tendrás problemas legales.

—Lo sé hija, pero después de tantas evasivas quería verte personalmente y saber cómo estabas, principalmente porque siento que estás ocultándome algo. Sinu y yo estamos preocupados.

—No quería que me juzgaras por... bueno... tener una relación con una mujer. ¿Mamá está bien?, ¿Le has contado esto?

—Te confieso que me tomó por sorpresa, tu siempre habías salido con hombres y ahora estás enamorada de una mujer y prácticamente sucede al poco tiempo de la muerte de Shawn. Aunque no me sorprendería eso si consideramos que es joven, millonaria y muy atractiva, además de tener buenos modales. He platicado con Sinu sobre esto y aunque le sorprende también, hemos llegado a la conclusión de que te amamos y sólo queremos estar seguros de que realmente seas feliz

—Lauren... ella... ella es... muy especial, papá. Realmente mucho muy especial, me sorprendo incluso a mi misma por la forma en la que Lauren me ha llegado a enamorar. De verdad la amo.

Alejandro la miró. —Dices su nombre y tus ojos se iluminan y  sonríes con ternura.

Camila se sonrojó y se tapó la cara con las manos apenada. —Oh Dios, ¿se me nota tanto lo enamorada que estoy?

—Sí, y en verdad sólo espero que ella sienta lo mismo. No quisiera que tu amor tan grande no fuera correspondido.

*************  

Lauren miraba con atención la puerta de la oficina desde la silla donde se sentó a esperar a que Camila y su padre terminaran de hablar. Comenzó a mover la pierna izquierda denotando algo de ansiedad. La secretaria la miró:

—Cuando yo estoy nerviosa busco un cigarrillo y me pongo a fumar, eso ayuda a calmarme y a... que por supuesto usted me corra de su Empresa si lo hago en su presencia. —Dijo ésto último lentamente y con cierto temor escondiendo su cara detrás del monitor de la computadora en cuanto se dio cuenta de que Lauren la fulminó con la mirada antes de ponerse de pie y caminar rumbo al salón de conferencias. 

—Estaré en el salón de conferencias, por si me buscan. —Su tono fue seco y autoritario.

—Si, señorita. 

****************

  —Lauren está adaptándose a su nueva vida, su padre acaba de morir y se está haciendo cargo de la Empresa y yo estoy trabajando a su lado ayudándola. Es un proceso complicado y tratamos de adaptarnos. 

  —¿Quién lo diría?, hace tan sólo tres meses te dejaba sola con un novio al que decías querer y trabajando como mesera en una cafetería y mírate ahora, eres toda una empresaria enamorada de una mujer. Todo esto es tan extraño. 

 —No sé explicarte cómo pasó, sólo puedo decirte que soy feliz a su lado y que quiero estarlo toda la vida. Así que, lamento no haber sido sincera contigo, sé que estabas preocupado y debí decirte toda la verdad y evitar que vinieras aquí a buscarme arriesgando tu vida.

—Sólo quería asegurarme personalmente de que estuvieras bien. No me bastaba con lo que decías, además ignoraste mis mensajes y llamadas. ¿Dónde estás viviendo ahora? Porque tenía entendido que vivías con ella, eso también fue demasiado repentino.

—Lamento no haber respondido tus mensajes, tuve unos días algo difíciles. Estoy quedándome en casa de una amiga, provisionalmente. Están... ahm... remodelando la casa donde vivíamos. 

—¿Tanto la amas que te mudaste con ella de inmediato?

 —Papá, realmente es un poco incómodo esto de explicarte mis sentimientos por Lauren.

 —Oh, si, lo siento. Creo que estoy entrometiéndome demasiado en tu vida.  Pero como comprenderás esto es un poco difícil de asimilar. Tardaré en acostumbrarme.

—Por lo pronto debemos pensar la forma en la que puedas regresar a México de manera segura. Hablaré con Lauren, ella nos puede ayudar. Quédate aquí, no tardo, voy a buscarla. 

Camila salió de la oficina y buscó a Lauren en recepción.  —¿Dónde está Lauren?

—En el salón de conferencias. 

—Gracias, Betty. Ofrécele un café a mi padre. Vuelvo enseguida. 

En cuanto Camila entró al salón de conferencias miró a su novia de pie con las manos en los bolsillos de su pantalón mirando detenidamente una fotografía de tamaño grande colgada en uno de los muros; se trataba de Mike más joven de como lo recordaba, cortando el listón inaugural de la Empresa, a su lado estaba Blake, su socio y una niña que de inmediato reconoció como Lauren con alrededor de doce años de edad. Se acercó cautelosamente y abrazó a su novia por un lado rodeando con sus brazos su cintura y recostando su cabeza en su hombro, ella sacó las manos de sus bolsillos y la abrazó sin dejar de mirar la fotografía que también Camila contemplaba.

—Papá estaba tan feliz ese día. Era la ampliación de la Empresa y una nueva etapa en nuestras vidas. El sistema automotriz que yo había diseñado tenía gran demanda y la fortuna de papá crecía cada día más, no se daban abasto con los pedidos y las ganancias eran muy generosas. Blake, su socio encontró nuevos inversionistas y todo este lugar se llenó de gente caminando de un lado a otro con algo que hacer. Yo pasaba tiempo aquí después de clases, respondiendo toda clase de preguntas absurdas de los ingenieros una y otra vez. No entendía el por qué les costaba tanto entender el sistema de funcionamiento. Me aburría tremendamente, así que mi padre ideó poner un salón de juegos y en más de una ocasión entré a esconderme huyendo de los ingenieros idiotas. Al cabo de un tiempo así, mi padre terminó por pagarle a sus empleados para que jugaran conmigo.

Camila levantó la cabeza y miró a Lauren, se acomodó frente a ella y tomando su rostro entre sus manos la besó lentamente con mucho amor, al terminar suspiró y juntó su frente con la de ella sin abrir los ojos.  —Tienes que aprender a llorar por la ausencia de tu padre, lo necesitas y lo sabes muy bien. 

Lauren se movió y buscó los labios de Camila para besarla nuevamente.  —Estoy bien con eso, Camz. No te preocupes. ¿Qué pasa con tu padre?

—Le expliqué todo... bueno, todo lo que puedo decirle. Que estamos juntas, que trabajo contigo y que vivo con una amiga, aunque antes por teléfono le había dicho que vivimos juntas. Pero que ahora están remodelando nuestra casa.   

—Sé que te hace feliz que tu papá esté aquí, sin embargo, me preocupa que haya hecho todo este peligroso viaje para verte arriesgando su vida.

—Yo tengo en parte la culpa, no fui sincera con él. Pero lo hace porque me ama y se preocupa por mi.

  —Yo también cruzaría el desierto por ti. 

—Eso es bastante cursi ¿desde cuando eres así?

Lauren le dio otro beso. —Lo que pasa es que realmente sería interesante hacerlo, porque nunca he hecho deporte extremo en el desierto.   

Camila le soltó un golpe en el hombro y comenzó a reír. —Que idiota eres.

—No lo soy. 

—Si lo eres.

 —No soy idiota, soy la más inteligente chica, tu eres hermosa y yo estoy enamorada de ti. 

Nuevamente comenzaron a besarse, esta vez con más profundidad y pasión, tanta que Camila casi olvida el motivo de su presencia en el salón de conferencias. Decidió dejarse llevar un poco más por las amorosas caricias de Lauren quien en ese momento intensificó el beso y la empujó con suavidad hacia la pared bajando las manos por los costados de su cuerpo hasta llegar a sus muslos, luego subió nuevamente sus manos colocándolas en su trasero mientras sus labios se paseaban a placer por el cuello de Camila dando ligeros mordiscos. 

 —La... Lau...ren. —Camila sentía que no podía hablar.

—Camz, no me distraigas, déjate llevar.

Camila puso los ojos en blanco.  —Lauren, mi padre.

Lauren se separó de golpe y dio un paso atrás asustada dirigiendo su mirada a la puerta de entrada respirando agitadamente. — ¡¿Dónde?!

—Te quería decir que mi padre nos está esperando en la oficina.  —Sonrió tratando de reprimir la risa—. Dios mío, te has puesto pálida; si eso es que se puede más.    

 —Me asustaste. 

 —No. Tu te asustaste sola.  

—¿Cómo querías que reaccionara si me dices "Lauren, mi padre" mientras estaba a punto de hacerte el amor en la salón de conferencias?

 Camila se quedó helada. —Olvídalo, si eso pretendías, no podría mirar este lugar con la misma seriedad de antes. Y mejor vamos con mi padre, quiero que hablemos de cómo regresará a México.

**************

—Betty ¿puedes venir un momento, por favor?

Lauren y Camila entraron a la oficina acompañadas por Betty quien llevaba una pequeña libreta y un lápiz en la mano. En cuanto entraron vieron a Alejandro sentado en el sofá terminando una taza de café. El hombre se puso de pie en cuanto las vio entrar. 

—Señor Cabello, tenemos que hablar sobre su regreso a México. Como comprenderá no puede quedarse mucho tiempo en el país, ya fue deportado una vez y puede meterse en problemas legales si descubren que volvió a entrar. 

—Si, lo entiendo. 

—Es por eso que dispondré del Jet privado de la Empresa para que lo lleve de regreso a México.

 —¿Tienes un Jet? —Camila la miró sorprendida.

 —Si, ¿acaso no revisaste los Activos de la Empresa?  

—No, lo siento. No revisé tus bienes.

  —Entonces tampoco sabes del Santa Clara

  — ¿El Santa Clara?

—Si, el Yate, papá lo bautizó así por mi madre.  Camz, deberías haber revisado los Activos de la Empresa, ya que varios de ellos requerirán de mantenimiento de vez en cuando: El Jet, el Yate, los edificios departamentales, el transporte...

—... lo siento, estaba demasiado ocupada tratando de entender y no perder al cliente japonés con el que te niegas a negociar. 

 —Bien, pero debes revisar los Activos.

 —¿Me estás escuchando? No quieres negociar con el cliente japonés

  —Hablaré con él Camz, te lo prometo. 

 —Disculpen... pero yo sigo aquí.  — Habló Alejandro al sentirse ignorado al presenciar la especie pelea conyugal que sostenía su hija con su novia, mientras Betty se limitaba a tomar notas sobre lo que habitualmente se necesitaba para el viaje del Jet.  

—Si, ahm... lo siento. Así que Betty, ¿podrías decirle al capitán Cooper que tenga listo el Jet para mañana por la tarde? Viajará a la Ciudad de México. Y realiza una reservación en el mejor hotel que quede cerca del aeropuerto. 

—Si, señorita Jauregui. Por cierto, le llegó ese sobre, lo dejé sobre su escritorio. 

Lauren miró un sobre de tamaño mediano color amarillo que estaba sobre su escritorio. —Gracias, Betty. Cuando tengas los datos que te pedí, me avisas. Puedes irte.

—De verdad  no hace falta que se tomen tantas molestias por mi. 

—Papá, debemos sacarte del país de la manera más segura. Si descubren que has entrado de forma ilegal nuevamente podrías ser castigado de por vida. Vamos a ir a esa casa a recoger tus cosas y nos iremos al hotel.

Lauren caminó hacia su escritorio y tomó el sobre, el remitente era Noah Centineo, abrió el sobre mirando a Camila a lo lejos explicándole a su padre lo que iban a hacer y revisó el contenido, eran las fotos que Noah había sacado de Camila, pero había un recado. 

"Ciertamente, Camila es una mujer sumamente hermosa que vale la pena ser fotografiada muchas veces, sin embargo ese no era el motivo principal por el que lo hacía. 

Mira al hombre detrás de ella. 

Tengan cuidado. 

Noah Centineo".

Lauren revisó las fotos de Camila tomadas afuera de la Empresa, así como en la calle mientras caminaba y en efecto, en todas ellas se ve a un misterioso hombre detrás de ella, el cual Lauren no pudo identificar. 

—¿Lauren?....¿Lauren, me estás escuchando?  —La voz de Camila llamó su atención.

 —Perdón, no escuché tu pegunta. —Lauren guardó discretamente las fotos. Camila frunció el ceño mirando el misterioso sobre. 

—¿Qué es eso?

—Nada, es sólo... propaganda.  —Mintió dejando el sobre dentro del cajón de su escritorio, Camila observó la acción y algo le decía que Lauren le estaba mintiendo pero no insistió en preguntas—.   ¿Qué me decías?

—Quiero ir a México con mi padre y aprovechar para visitar a mamá.  

 —No creo que sea buena idea, Camz.

—¿Por qué no?

 —Te necesito en la Empresa, además será mejor que él viaje tranquilo y sólo. En el Jet estará seguro, puedo hacer que alguien de seguridad lo acompañe.

Camila quiso reclamar pero optó por no hacerlo tratando de mantener la calma  —Tal vez podamos hablar de esto después, con más tranquilidad.

—Sí, pero la decisión está tomada. ¿que te parece si vamos aquí cerca a comer algo?

Alejandro sonrió y se acercó a Lauren  — Le agradezco estar al pendiente de mi hija, me gustaría que platicaramos un poco sobre, sus intenciones con ella. 

 —Papá, deja en paz a Lauren. 

—Hablé con Shawn cuando empezaste a salir con él, sé que ahora es distinto y que ella es una mujer, pero me siento en la necesidad de saber sus intenciones contigo. 

 —No puedo creer que me estés avergonzando así.   

Lauren sonrió y miró a Camila —Tengo las mejores intenciones con ella, se lo aseguro. Camila es prácticamente mi mundo y ella es quien ha estado junto a mi, al pendiente de la Empresa desde que mi papá falleció.  

—Oh, lamento escuchar eso. Y agradezco la confianza a mi hija.

—Mejor vamos a comer. 

—Adelántense, en un momento voy.

 —¿Está todo bien?

—Sí, sólo haré una llamada.

—Ok, te esperamos abajo. 

Camila y Alejandro salieron de la oficina y Lauren se quedó sola volviendo nuevamente a sacar las fotos, las observó detenidamente y se dispuso a tomar imágenes de varias con su celular, luego marcó el número telefónico de Ariana. La chica contestó casi de inmediato. 

—Hola, Lauren ¿Cómo estás?

—Bien, con algo de trabajo en la Empresa ¿Cómo va todo?

 —Acoplándome a una nueva rutina, estoy diseñando algunos programas para computadoras de empresas extranjeras. ¿Qué pasa? No llamaste para saludar, ¿verdad?  

—No precisamente, necesito un favor. Voy a enviarte unas fotografías que recién me envió Centineo y que le había pedido desde hace días. En un momento las recibes. 

Lauren envió el archivo de las fotografías y Ariana lo revisó.  — ¿Fotos de Camila?

—¿Ves al hombre rubio que aparece detrás de ella? 

—Si. ¿Qué tiene?

—Al parecer, la estuvo siguiendo. Quiero que investigues quién es. Necesito toda la información que puedas. 

—Lauren, ¿no te has puesto a pensar que puede ser casualidad que él aparezca en las fotos?

—¿En todas y en diferentes días?

—Ok, no. Creí que ya habíamos dejado esto de tener miedo y sospechar de todo. La Sociedad ya no existe, estamos a salvo.

—Él no tiene que ver con la Sociedad, al menos eso creo. Jamás lo había visto. 

—Está bien. Te enviaré la información cuando pueda. 

—Gracias. Por cierto, el padre de Camila está aquí.

—¿No había sido deportado?

—Sí, pero logró cruzar por el desierto y llegar hasta aquí para hablar con Camila. 

—Muy arriesgado. 

—Lo mandaré mañana de regreso a México en mi Jet. 

—¿Y que opinó sobre ustedes?

—Parece que lo acepta, iremos juntos a comer y quiere hablar conmigo.

—Seguramente te preguntará cuando se casan. 

—Que chistosita. Mándame esa información cuando lo tengas. Nos vemos.  

Lauren colgó la llamada y salió de su oficina deteniéndose junto al escritorio de Betty. —Voy  a comer con Camila y su padre. ¿Tienes la reservación del hotel lista?

—Sí, ya tengo los datos.  — Le respondió entregándole un papel con información.  

—Gracias. Puedes irte temprano, pero antes habla con el de recursos humanos y dile que despida a los dos guardias de seguridad. Si un hombre se metió con total facilidad y llegó hasta mi oficina, cualquiera puede entrar. Así que dile que no los quiero ver más. 

—Sí, señorita Lauren. 

***************   

Lauren encontró en la entrada a Camila junto a su padre. —Vamos en mi automóvil. Ya tengo la reservación del hotel. 

Camila seguía observando a Lauren bastante extraña. —¿Estás segura que todo está bien?

 —Sí, cariño. No te preocupes. 

Alejandro sonrió al ver la interacción de Lauren con Camila quien era totalmente considerada con ella, subieron al automóvil y el hombre estaba sorprendido por el extraño sistema moderno que utilizaba. El viaje fue tranquilo, Camila le explicaba a su padre cómo funcionaba ese sistema automotriz y que también tenía un automóvil igual. Cuando llegaron al restaurante Lauren miró a su alrededor antes de entrar revisando el lugar. Comieron tranquilamente hasta que Alejandro decidió comenzar nuevamente con sus preguntas. 

 —Y... ¿Cómo se conocieron?

Lauren partía un trozo de su carne mientras respondía.   —En The Cross. Yo suelo ir ahí con mis amigos. Ahí nos encontramos constantemente y comenzamos a platicar. Así que, nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas en común y realmente no fue difícil que una cosa llevara a la otra. La invité a salir un día y ella aceptó Y bueno... así comenzamos a enamorarnos.

Camila casi se atraganta con la comida al darse cuenta de la manera tan hábil en la que Lauren inventó una historia y desde luego ocultando su pequeño problema emocional dando a entender que había caído enamorada sin ninguna clase de conflicto.  

—Me gustaría que conociera a mi esposa, Sinu es una gran mujer y ella seguramente tiene algunas cosas que preguntarle.

—Deberías venir con nosotros a México, Lauren. —Intervino Camila y Lauren la miró mientras mordía un trozo de carne que masticó lentamente antes de deglutirlo. 

 —No podemos, Camz. Ya te lo dije. 

—Tal vez tu no, pero yo si. 

Lauren dejó de mala gana los cubiertos en la mesa y se limpió la boca. Tomó su vaso y bebió un poco de la bebida.  —Hablaremos de eso después. Llevaremos a tu padre al hotel, se hace tarde.

************  

Una vez que fueron a la casa del conocido donde se estaba escondiendo Alejandro, recogieron las escasas pertenencias y lo llevaron al hotel. En ambas ocasiones, Lauren se quedó en su automóvil a esperar. Cuando Camila finalmente dejó a su padre en el hotel y se despidió, se reunió con ella, comenzaron los reclamos.

—¿Por qué no quieres que vaya a México con mi padre?

—Porque aún es peligroso que andes por ahí, no es seguro. 

—¿Podrías dejar la paranoia? Todo terminó ya. Se acabó, ya podemos estar tranquilas. ¿A qué le tienes miedo?

—Ya lo sabes.

—¿Y crees que yo no tengo miedo de que algo te pase a ti. Pero no vivo con miedo, Lauren. Sé que estarás bien.  ¿A dónde vamos?—Preguntó al notar que Lauren se dirigía a la carretera.

—A la casa de los ángeles. Quiero que veas algunas cosas, tal vez ya te puedas mudar.

—Lauren, hace menos de una semana que comenzaste las remodelaciones. ¿Quieres que me mude ya? ¿Estás siendo un poco controladora, no lo crees?

 —Hay mucha gente trabajando en la casa, estará totalmente lista en poco tiempo. Pero ya está habitable, al menos. Ya lo verás. Y no soy controladora, sólo extraño compartir mi tiempo contigo. Por cierto, despedí a los guardias de seguridad de la Empresa. 

—Déjame adivinar; ¿fue por Incompetentes?

—No lo tomes a mal, pero tu padre burló la seguridad y no puedo permitir que una cosa así pase otra vez.   

—¿Por qué no le preguntaste cómo lo hizo?  

 —No lo quería incomodar. 

 —Ahora resulta que no lo querías incomodar.   

 Cuando llegaron a la casa, Camila notó que estaba un muro de lámina gruesa cubriendo el entorno del lugar, seguramente alejando a los curiosos. El vehículo entró por un hueco donde entró minutos antes, un camión con material de construcción. A pesar de los escasos días transcurridos se veían avances, había mucha gente trabajando rápido en arreglar la casa y efectivamente, ya casi estaba terminada. 

—Alexa me ayudó a conseguir a toda esta gente con los contactos de la Constructora que tenía su familia, la cual, por cierto aún trata de recuperar. Al parecer Paul vendió la compañía en partes y las ganancias la repartió entre varios Socios.  

 —Pobre Alexa, ¿has hablado con ella sobre cómo fue lo de Paul?

 — Sólo le dije que sospechaba de ella desde el principio, pero no la juzgo, yo habría hecho lo mismo. No dijo más, creo que realmente siente que hizo lo correcto, al menos está haciendo algo por los huérfanos Frangipane; aunque seguirán estando en el Internado, se hará cargo de ellos como tutora en eventos familiares y vacaciones hasta la mayoría de edad, cuando ellos decidan que hacer.

—Si eso la hace sentir mejor. Está bien. 

Al bajar del automóvil Camila miró el jardín y se dio cuenta que las estatuas de mármol ya no estaban.  —¿Qué pasó con la inspiración para el nombre de esta casa?

—Tendrá otra clase de ángeles... nosotras. —Dijo guiñándole un ojo.

 Camila se rió —¿Qué original? ¿Y ya no les pertenece a los demás?

 —Les compré su parte a Harry y a Ariana y el resto lo arreglé con mi abogado para reclamar las partes de la casa legalmente como mías. Roger fue muy eficiente en hacer esos trámites. La casa de los ángeles me pertenece en su totalidad. 

Lauren le mostró los cambios a Camila y luego habló con los arquitectos encargados de la remodelación quienes ya estaban dando por terminada la Jornada laboral de ese día. Minutos más tarde, los trabajadores iban dejando sus actividades del día para regresar al siguiente. En cuestión de una hora, ya se habían quedado solas en la casa.  

 —Me encantan los cambios. 

—Puedes aportar ideas, si quieres. 

—Por mi están bien, realmente no sabría que ponerle a esta casa, es tan... ahmm ¡clásica!

—Si, no quería que perdiera su estilo. ¿Quieres ver nuestra habitación?

—Ah, ¿tenemos una habitación especial para nosotras?

—Es mi habitación remodelada. 

Camila sonrió y caminó hasta el lugar que conocía muy bien, abrió la puerta y se dio cuenta que estaba diferente a cómo la recordaba, tenía muebles nuevos y las estanterías tenían sus libros favoritos de la biblioteca, También tenía una pantalla enorme y un sistema de sonido moderno, al fondo de la habitación, justo en una esquina había una cama king size. 

—Pensaste en todo.   

—¿Te gusta? 

  —Mmhh no lo sé. Tal vez elija otra habitación, finalmente creo que hay varias de donde escoger.

 —¡Camz!

Camila se rió y se acercó a Lauren pasando sus brazos por su cuello. —Sólo bromeo, me encanta y creo que éste es un mejor lugar para hacer el amor que el salón de conferencias. 

—Entonces deberíamos estar en eso. Camz, quiero que sepas que aunque no estoy siendo la novia perfecta, trato de hacer mi mejor esfuerzo. 

—Lo sé, sólo no seas tan controladora y lo demás está bien.

—Sólo quiero protegerte. 

—Lauren, el amor también es darle libertad a la otra persona, sabes que soy tuya, pero no te pertenezco, déjame tomar mis propias decisiones. 

—¿Lo dices por el viaje?

 —Voy a ir aunque no quieras.

Lauren respiró con frustración   —Está bien, pero deja que al menos te acompañe un guardaespaldas.

—Estás exagerando, no hace falta, estaremos bien. 

 —Me quedaré más tranquila si es así. 

 —Bien, como quieras. 

Camila se soltó de Lauren algo molesta, pero ella la volvió a tomar entre sus brazos y de inmediato buscó sus labios para besarlos. La sintió sonreír y forcejear un poco para zafarse pero sólo a modo de juego, ella no la soltó.  —Vamos a terminar lo que empezamos en el salón de conferencias. 

 —Debería estar molesta contigo. 

  —Pero no lo estás y me deseas tanto como yo a ti. 

Lo cierto es que habían pasado demasiados días de peligro e incertidumbre por la Sociedad, también estaban ocupadas con las actividades de la Empresa, al grado tal que no habían buscado un momento para estar juntas, para sentirse y  amarse. Lauren no desaprovechó el momento y acercó a Camila a la cama donde ella se recostó apoyándose ligeramente sobre sus codos y mirando a Lauren con deseo, ella sonrió y se quitó la blusa recostándose sobre la chica para seguir besándola, Camila recorría con sus manos los costados de Lauren buscando el broche de su sujetador el cual le quitó con habilidad colocando sus manos sobre sus senos acariciándolos. Lauren se levantó un poco y tomó a Camila de las manos haciendo que se sentara y le quitó la blusa y el sujetador. Estaba llena de deseo y ansiosa por sentirla y rápidamente se despojó del resto de su ropa quedando desnuda frente a ella, Camila recorrió su cuerpo descaradamente con la mirada y se mordió el labio coquetamente. 

 —¿Quieres que te la quite yo?   —Le preguntó mirando la falda que aún tenía puesta Camila. Ella sonrió y levantó las cejas coquetamente recostándose en la cama y extendiendo los brazos hacia arriba quedándose a merced de ella.   

 —Adelante.    

 Lauren no perdió tiempo y se la quitó con un poco de dificultad y entre risas, después le quitó la ropa interior muy lentamente y comenzó a besar sus piernas. Sus manos acariciaban con suavidad sus muslos y se volvió a recostar sobre ella para besarla esta vez con más pasión, poco a poco comenzó a sentirse más excitada, pero quería prolongar más el momento, sin embargo para su sorpresa, Camila tomó el control y la empujó haciéndola a un lado y sentándose sobre ella, tomó sus brazos y los pasó por encima de su cabeza y comenzó a besar su cuello con besos húmedos que hicieron gemir a Lauren con desesperación, ella disfrutaba de eso y sin permitir que Lauren se soltara siguió torturándola con besos sobre sus senos y su abdomen. Finalmente soltó sus manos y bajó hasta su vientre llegando hasta el lugar del cuerpo de Lauren que pedía desesperadamente sentirla. Camila fue hábil y provocó sensaciones increíbles que nunca creyó que podía sentir, finalmente ambas estaban aprendiendo a sentirse y a descubrirse más íntimamente y entre palabras dulces y varios "te amo" pasaron varias horas amándose con pasión y ternura hasta que ser presas del agotamiento quedándose dormidas abrazadas, Camila se acomodó para dormir sobre el pecho de Lauren mientras ella la abrazó.  

 No fueron conscientes del tiempo que había pasado, hasta que Lauren escuchó su teléfono sonando. El sol entraba por la ventana, parecían las primeras horas del día. Gruñó un poco al ser despertada, sobre todo porque no quería mover a Camila que seguía abrazada a ella como un koala, el calor de su cuerpo junto al de ella era agradable. Cerró los ojos para seguir durmiendo, pero el teléfono seguía sonando de forma insistente. Finalmente se rindió y se levantó con cuidado de no despertar a Camila, buscó el teléfono entre sus ropas en el suelo y lo respondió. 

—Hola Ari

—¿Te desperté? Pensé que ibas camino a la oficina.

—Ah... no, no te preocupes. Todavía estoy en mi casa. ¿Qué sucede?

 —Creí importante decirte que perdimos mucho el tiempo investigando al hombre de las fotos, ya que hubiera sido más fácil que le preguntaras a Camila quién era. 

Lajuren se talló los ojos para desperezarse pues no estaba entendiendo nada. —¿Cómo está eso de preguntarle a Camila?

—Investigué la foto y terminé en una página de Facebook y mira lo que encontré. 

En cuestión de segundos Lauren recibió una fotografía de lo que parecía una reunión de amigos, en ella se veía a Camila abrazada de Shawn y a un lado de ellos el hombre de las fotografías. Todos estaban sonriendo 

—¿Qué demonios es esto?

 —Su nombre es Evan Peters tiene 31 años y al parecer era o es un buen amigo de Camila.

Lauren frunció el ceño y miró a Camila quien seguía dormida boca abajo y la espalda al descubierto ya que la sábana a penas cubría su bien formado trasero. Volvió a mirar la fotografía y mil dudas llegaron a su mente.

 —¿Qué es lo quieres con mi chica?  —Su mente se puso en marcha ya que en el fondo, Lauren sabía que sus problemas no habían terminado aún....

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