Respiró profundamente llenando sus pulmones con ese aire puro que lo rodeaba, sus ojos estaban cerrados y de ellos caían lágrimas, echó la cabeza hacia atrás; tras de él se cerraba un portal, aquel que él mismo había creado para dejar todo atrás.
Abrió los ojos, estaba rodeado de aquella perfecta naturaleza, bajó la mirada y pasó una mano por la frente de Narfi para deshacer el hechizo que lo hizo dormir, el pequeño abrió los ojos y Loki lo miró, sonrió y lo abrazó; Narfi puso una manita en su mejilla sobre una lagrima que se iba deslizando por su rostro en ese momento.
Con un hechizo se deshizo de la ropa que llevaba sustituyéndola por una camisa manga larga color verde y un pantalón blanco, ambos de manta y quedó descalzo sobre el pasto; hizo lo mismo con Narfi vistiéndolo con un ropón beige claro con detalles de flores doradas en los bordes.
-¿Estas segura que fue lo correcto? - Loki empezó a caminar hacia la mujer que estaba frente a él.
-Se que es doloroso - le dijo Frigga y está se acercó a él para abrazarlo.
-Dime una cosa ¿Tú estás viva o muerta? - Loki se separó de su madre.
-Ya sabes la respuesta - Frigga le miró con nostalgia y con una pequeña sonrisa en sus labios.
-Te arriesgas mucho al venir aquí por este mentiroso - Loki agachó la cabeza - ¿Qué pasa si ya no puedes volver al Valhalla?
-No eres un mentiroso, estoy aquí porque te amo - tomó su mano -. Pero... tampoco podré permanecer a tu lado, tú lo has dicho, tengo que volver - empezó a caminar jalando a Loki.
Se pararon frente a una cabaña de madera, Loki sonrió, soltó a su madre y se giró para abrazarla con un brazo mientras cargaba a Narfi con el otro.
-Te amo - Loki susurró en el oído de su madre -. Gracias - Frigga desapareció como una luz dorada con una sonrisa en su rostro.
Caminó hacia la cabaña e ingresó a ella, todo permanecía como antes; estaba en el lugar donde, de alguna forma, todo comenzó.