N/A: Agradezco la paciencia y como siempre las bellas imágenes que me envían para este fanfic. Muchas gracias por el apoyo y espero que disfruten de este capítulo que ya casi nos marca la llegada del final de este primer libro. Solo nos quedan seis capítulos así que vendrán muchas sorpresas. Escriban sus teorías, escriban sus opiniones y prometo leerlas. Un beso y disfruten de la lectura.
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**CANCIÓN SUGERIDA: "Breathe Again-Sara Bareilles"
Diario de Amelia Alder
25 de Septiembre de 1715
Por primera vez me he encontrado con ellos cara a cara. Esos rostros que a los ojos de cualquiera son normales pero que llevan muerte y oscuridad a su paso. Tres de ellos me ven como si fuera un bocado que devorar, pero una de ellos es diferente. Sus ojos no son rojos como los de los demás. Son marrones y se ven puros, se ven humanos; llenos de melancolía y tristeza como sé que alguna vez fueron. Su cabello negro y su juventud solo demuestran la triste desolación de un alma joven envuelta en un dolor sin buscarlo o esperarlo.
Ella no me ve como algo que hay que devorar a pesar de que los suyos han matado a mi manada y destrozado los hogares de aquellos que seguimos vivos porque quieren algo de nosotros. Ella me ofrece agua cuando tengo sed, y me lleva comida para mantenerme fuerte como hace con todos los demás que somos prisioneros. Hay algo en ella que se ve diferente y algo en ella que me dice que a pesar de ser lo que es su corazón es puro. Lo sé, y nuestra primera alpha, ahora acompañando a la luna también lo sabía.
Lo veo en sus ojos cada vez que recibe los insultos de los demás que acompañan mi cautiverio y lo único que hace es observarme con melancolía mientras murmura un "lo siento tanto" tan suave que apenas logro escucharlo. Ellos quieren algo de nosotros que no podemos darles.
Han matado y asesinado a nuestra primera manada. Cada lobo puro muerto en sus manos. No han dejado nada de lo que alguna vez conocimos, y sin embargo algo me dice que entre todos, ella es la que aún conserva dentro de sí rastros de su humanidad. A pesar de que gracias a su familia, de nosotros ya no quede nada más que los cinco prisioneros entre los cuales estamos mi esposo y yo.
Los dos jefes de la manada White Wolf.
Lo que ahora ustedes conocen como los alphas del Clan Alder.
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BOSQUE DE ALDERHOOD
RESERVA "YEEYI"
Normani cerró el diario con cuidado mientras respiraba hondo observando la cantidad de libros sobre la mesa los cuales había leído buscando respuestas. Lauren se molestaría mucho si la viera tocando los diarios de su madre donde se escribía parte de la historia de ellos como manada. Normani sabía la historia de la familia Alder. Los que antes habían sido parte del Clan White Wolf, los primeros de su especie, los "Lobos Puros". Amelia y Lucas Alder, eran parte de ese grupo.
Normani suspiró mientras observaba las estanterías de la enorme biblioteca y respiraba con resignación al saber que tendría que poner todo de nuevo perfectamente ordenado para que Lauren, cual meticulosa, no notara que alguien había tocado los diarios de su madre, sus más grandes tesoros. No había encontrado nada a pesar de haberle dado vuelta a la biblioteca toda la mañana.
—Sé lo que eres Dinah Strafford—se dijo Normani recordando los ojos de Dinah y los colmillos que había logrado percibir a lo lejos días atrás—. Pero viste nuestra planta—Normani respiró hondo—. Tu hermana y tú vieron nuestra planta. La planta que se revela únicamente a los puros de corazón.
Normani negó ordenando los libros rápidamente mientras pensaba una y otra vez en la posibilidad de que un vampiro pudiera ver su planta de vida. Incluso para los mismos lobos completos era difícil percibirla. Esa era la única razón por la que no había dicho nada, aunque si era sincera había una razón más importante y era Lauren.
Lauren y su extraña amistad con Camila Strafford. Esa vampira que los había engañado, y en la que Lauren pensaba constantemente. Ian y ella lo sabían. Lauren había sido transparente en sus sentimientos al no poder controlar mucho su fuerza cuando estaba débil por la herida.
Sus pensamientos se habían hecho sentir a Normani y a Ian, los dos con la conexión más cercana y fuerte a su futura alpha. Sus pensamientos eran fuertes, sólidos y profundos. Ian le había dicho a Normani que el sentimiento era tal como cuando él pensaba en Ally, su mate. Normani se erizó ante la posibilidad de algo así. Esa aberración no podía ser posible y por eso tenía que buscar algo. Tenía que tener información que le indicara por qué los Strafford eran los primeros vampiros en asentarse en Alderhood en cientos de años.
Mientras ordenaba escuchó un fuerte ruido y se giró para encontrarse con un libro de color azul cielo en el piso. El ceño de Normani se frunció al saber que era imposible que ese libro hubiera caído de la mesa porque no recordaba haberlo leído. Dejó uno de los diarios de Amelia en la mesa antes de caminar hacia el libro para levantarlo.
— "Lo Que el Corazón Calla" — leyó Normani en la portada—. Escrito por Isabella Forstaf.
Normani vio una página marcada y abrió el libro con curiosidad y se dio cuenta que era de poesía.
"Te extraño"
Mi corazón añora lo que alguna vez tuvo. Sé que entre el tiempo y el espacio alguna vez estuve contigo.
El dolor de tu ausencia se clava en mi alma como una daga, hiriendo mi alma con mortal anhelo, desesperación y ruego.
Te imagino como esa rosa que crece entre espinos, esa adversidad que la rodea, esa belleza que desprende a pesar de estar rodeada de fuertes espinas que hieren a quien intente tocarla.
Tan inalcanzable, pero tan hermosa a la vista, así eres tú mi rosa.
Esos ojos verdes que vienen a mi memoria aunque esta parezca borrada. Esas noches de eterna pasión, prohibidas y llenas de necesidad de sentirte. Como te anhelan mis labios, mis ojos, mis manos. Te anhelo yo, con desespero.
Rosa de los vientos, vuelve a mí.
No me dejes sola en el desierto.
No dejes a mi alma sola muriendo de anhelo.
Vuelve a mí.
Te extraño.
~*~
—Isabella Forstraf—repitió Normani mientras veía el poema que acababa de leer y algo dentro de ella sentía un triste y solitario anhelo. Como si el poema tuviera el poder de transmitir lo que esa autora desconocida, ya que no había foto de ella en el libro, sentía en ese momento al escribirlo.
Normani caminó hacia la computadora que estaba a un lado encendiéndola y rápidamente buscando el nombre de la autora. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver la cantidad de libros que había de su autoría a pesar de la época.
"Esta desconocida autora tiene algo que nos transporta y nos lleva a lo profundo de sus palabras. Es como si pudiéramos vivir sus letras. Es como si pudieras realmente tocar esa rosa inspiradora de su poesía.
Una autora que desde 1790 nos deleita, nos atrapa, nos transporta; y en la actualidad sigue siendo aclamada como una de las mejores escritoras del Siglo XVIII".
Normani volvió al libro buscando entre sus poemas algo que le diera una vista. Hasta que entre las páginas 100 y 101 encontró una hoja de papel doblada. Sus ojos se abrieron de sorpresa al tomarla y abrirla y al ver la letra la recordó perfectamente. Esa caligrafía peculiar. La caligrafía de Amelia Alder.
Sus pulmones se cerraron haciendo que fuera imposible respirar porque en esa hoja con dos nombres, una fecha y una frase que Normani desconocía.
Michelle Lauren Dawson.
Camila Isabella Strafford.
1 de Agosto de 1714
"Conversio Lamia"
Normani rápidamente volvió a la computadora colocando la palabra Lamia en el buscador, y en ese momento se quedó totalmente fría ante lo que leyó.
"Lamia: Una criatura femenina de la mitología, caracterizada por ser una seductora terrible. Una vampiresa moderna".
Vampiresa.
Si antes Normani había tenido dudas en ese momento todo estaba muy claro. Las Strafford eran vampiros y también reconoció que Isabella Forsfat era Camila Strafford.
El nombre de Camila y el de Lauren estaban ligados porque Michelle. Ese era el segundo nombre de Lauren, su mejor amiga.
Lauren Michelle Alder.
Su futura alpha.
~*~
PORTLAND, ESTADOS UNIDOS
LLOYD CENTER ICE RINK
Camila sonrió al escuchar la leve maldición de Lauren al tratar de colocarse sus patines mientras John a su lado se reía de ella. Ally, Ian y el molesto Christopher ya estaban en la pista y Camila suspiró sosteniendo dos vasos de refresco y una bolsa de chocolates.
Soltó una risita al escuchar de nuevo a Lauren quejarse y de pronto sintió la mirada de Lauren fija en ella. Camila respiró hondo al sentir que la bandeja de los refrescos se tambaleaba un poco ante la intensidad de esos ojos verdes, fascinantes. A medida que se acercaba vio que Lauren se ponía de pie de inmediato mientras John la sostenía al ver que se tambaleaba con los patines medio amarrados.
—Déjame ayudarte con eso—intentó Lauren pero se sostuvo del barandal al tratar de moverse sin éxito así que John intercedió soltando una risita.
—Yo la ayudo—dijo y rápidamente llegó donde Camila sosteniendo las cosas mientras ella le daba las gracias—. No es fácil mantener el estómago de Lauren.
—Creo que me he dado cuenta de eso—murmuró al ver que Lauren tomaba de inmediato la bolsa de chocolates y se sentó en la banca de madera a comer—. Lo estás haciendo todo mal—le dijo Camila a Lauren poniéndose de rodillas frente a ella y tomando uno de sus patines para atarlo apropiadamente.
A pesar de no verla podía sentir la mirada de Lauren sobre ella y se sintió nerviosa. ¿Era correcto que un vampiro maldito sintiera algo que no le inspiraba pesar? Camila lo único que conocía era el profundo dolor y la desesperación. Pero lo que sentía con la mirada de Lauren sobre ella era diferente.
Camila suspiró terminando de atar los patines y se atrevió a alzar la mirada. Camila abrió sus ojos sorprendida al ver los ojos de Lauren brillando como jamás los había visto antes. Eran unos ojos fascinantes, los ojos más hermosos que Camila hubiera visto en su vida.
—Son hermosos—dijo Camila sin contenerse y aunque pareciera imposible los ojos de Lauren brillaron más. Eran como dos estrellas que desprendían destellos y hermosos colores bailaban en sus orbes. Eran ojos que ningún humano podría tener jamás.
—¿Qué? —preguntó Lauren con la voz ronca sin poder quitar su mirada de Camila.
—Tus ojos—le respondió aun de rodillas frente a ella—. Son los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida. Brillan tanto. Son tan puros.
—Podría decir lo mismo de los tuyos—murmuró Lauren inclinándose un poco para acercarse a Camila—. Eres la mujer más hermosa del mundo. Jamás se ha visto tanta belleza encerrada en una sola alma.
Camila respiró hondo acercándose a Lauren como si fuera una abeja atraída al panal. Lauren también se inclinó hacia ella hasta que John se aclaró la garganta al lado de ambas que se giraron para verlo dándose cuenta de lo cerca que estaban la una de la otra.
—Creo que...—él se aclaró la garganta de nuevo pareciendo nervioso—. Si no vamos a la pista no disfrutaremos del tiempo que pagamos. Estoy seguro que Lauren necesitará horas para ponerse de pie—Lauren la vio con ironía—. Aunque disfrutaré mucho de verla comer hielo. No creo que se queje con lo mucho que le gusta comer—John se terminó de colocar sus patines y Camila se sentó al lado de Lauren colocándose rápidamente los suyos.
Lauren la vio de reojo y suspiró tomando la bolsa de chocolates y empezando a comer mientras tomaba su refresco y John hacia lo mismo con el otro haciendo que Camila negara con una sonrisa.
Ambos eran igual de glotones.
Los ojos de Camila no podían dejar de mirar a Lauren en particular arrepintiéndose no haberle dicho que era también le parecía la mujer más hermosa sobre la tierra.
~*~
MIENTRAS EN LA PISTA DE HIELO:
—No sé si deba sentirme celoso de John o preocupado porque finalmente te diste cuenta de que Lauren es mucho más hermosa que yo—Ally se giró para ver a Ian con le sonreía mientras patinaba con las manos en sus bolsillos y Ally se detuvo en la orilla sin dejar de ver hacia donde Camila y John estaban ayudando a Lauren a ponerse de pie y bajar a la pista.
—¿De qué hablas cachorrito tonto? —le preguntó Ally con ternura tomando la mano de Ian que se puso frente a ella impidiéndole observar a Lauren.
—De que todo el tiempo que llevamos en la pista lo único que has hecho es patinar cerca de la zona donde está Lauren como si estuvieras vigilando el perímetro. ¿Hay algo que deba saber? Porque yo siendo su beta no siento ninguna amenaza para ella—sonrió—. Al contrario, puedo percibir que está realmente feliz.
—¿Con ella? —preguntó Ally y ambos giraron al ver a Camila sosteniendo las manos de Lauren mientras esta última tenía la mirada perdida sobre ella mientras John era un simple espectador al lado de las dos mientras avanzaban con Lauren poco a poco.
—El amor es algo extraño, mi pequeña princesa—Ian tomó a Ally de la cintura y le sonrió viéndola con amor. Ally suspiró pasando sus manos por el cuello de Ian y viendo sus ojos brillar dando destellos y haciendo que sus orbes celestes cambiaran de tonalidades.
—¡¿Amor?! —exclamó sorprendida Ally—. No digas eso. No puede ser así—él se encogió de hombros—. ¿Cómo es algo así posible? Ella ni siquiera es...—Ally guardó silencio—. Tu diosa jamás permitiría tal unión.
—La diosa luna es misteriosa pero jamás se equivoca en elegir la pareja de uno de los suyos—Ian pegó su frente a la de Ally—. Sabe que los lobos amamos con pasión. Que nuestro amor sobrepasa cualquier otro amor, no entiende razones y es eterno. Así como nuestro corazón fue puro en nuestra conversión, así de puro es el amor que sentimos y surge con la persona que es el complemento de nuestra alma—le besó la punta de la nariz y movió su cabeza mostrándole a Ally la escena de Lauren riendo junto a Camila mientras patinaban tomadas de las manos y John había dejado de seguirlas para dejarlas solas apreciando la escena como lo hacían ellos.
Ally suspiró mientras veía la escena y se dio cuenta de que en todos esos años, Lauren jamás había sido tan feliz.
—Lucas jamás permitirá algo así—dijo Ally—. Su manada jamás permitirá algo así.
—Es probable—dijo Ian con tristeza viendo a su amiga a lo lejos—. Pero no por eso voy a impedir la felicidad de ella cuando es obvio en quien está. Sus ojos no mienten, Ally. Ella lo sabe, ella lo siente—fue sincero—, y estoy seguro que Camila lo debe de sentir también. Los ojos de un lobo solo destellan cuando encontramos a nuestra alma porque el brillo de la diosa luna baña nuestro amor. Esta aquí puedo ver los de Lauren brillando cuando la ve.
—No tiene el permiso de Lucas. Tú me dijiste que sin ese permiso le sería imposible sentir a su mate—Ian sonrió.
—Dije que sería difícil, pero no imposible—Ian le besó la frente—. Ningún permiso hecho por la ciencia que nosotros creamos, y aceptado por los lobos superiores para atar a nuestros líderes a encontrar el amor hasta que se crea conveniente va a impedir los designios de nuestra diosa. ¿No lo notas, Ally? —sonrió observándola—. Lauren no puede dejarla ni un segundo. Vive buscándola, está pendiente de ella. Lo sé porque yo también me he sentido así—Ally lo vio a los ojos—. La atracción, la necesidad. El primer mes sentí que iba a morirme al saber que no me aceptabas. Jamás había experimentado tal dolor.
—Pero lo nuestro es diferente, Ian—él sonrió y negó—. Camila no puede ser su pareja.
—¿Por qué somos un hombre y una mujer? —Ally lo vio a los ojos—. No creo que seas de las personas que rechaza una distinta forma de amor. No sería algo valido porque nuestro amor es distinto a pesar de que para la sociedad es lo que debe ser y es aceptado. Pero solo los dos sabemos lo que realmente somos. Tú eres humana y yo un lobo—Ally desvió la mirada y sus ojos fueron a Lauren que estaba riendo mientras escuchaba atenta algo que le explicaba Camila moviendo sus pies en el hielo—. Lauren es una loba y Camila es humana—Ally vio a Ian con preocupación—. Yo no veo diferencia entre su amor y el nuestro—Ally lo vio con amor y acarició su mejilla con dulzura haciendo que Ian cerrara sus ojos ante su contacto.
—Mi lobito tonto. No me referia al amor entre dos mujeres es simplemente que Lauren jamás podrá llevar a cabo algo así siendo un alpha que necesita tener un heredero para darle seguridad a su manada aunque se escuche machista y prejuicioso—le dijo Ally e Ian asintió con tristeza acercándose a ella para abrazarla—. Pero soy feliz de que pienses así. Lauren tiene suerte de tenerte con ella para siempre.
—Lauren es mi alpha pero yo soy tuyo—fue su respuesta y los ojos de Ally brillaron—. Ningún ser sobre esta tierra jamás podrá amar como un lobo. Por eso nuestro amor es eterno. Porque es un amor puro y sincero. Un amor como pocos. Un amor honesto.
—Como tú—Ian sonrió.
—Y como tú—suspiró—. Mi mate—le besó los labios suavemente haciendo que Ally soltara un suspiro de felicidad y lo abrazara por el cuello—. Mi alma gemela. Un alma pura.
Ally iba a decir algo pero Ian le impidió hablar besándola amorosamente y ambos olvidando su alrededor. Ese era el amor de un lobo. Un amor apasionado, sincero, puro y eterno.
Un amor que estaba escrito por la eternidad.
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EN OTRA PARTE DE LA PISTA:
—Vas muy bien—le dijo Camila sin soltar las manos de Lauren que movía sus pies lentamente por el hielo olvidándose de todo menos de la mujer que sonreía frente a ella.
—Estoy poniéndome en ridículo frente a toda esta gente pero no me importa porque luego me voy a vengar—Lauren fue sincera riéndose—. Me voy a sentir bien cuando te vea pescando truchas porque no podrás aun iremos, ¿verdad? —Camila la vio deteniéndose un momento y ambas se apoyaron en la orilla.
—Tienes que pasar tiempo con tus amigos, Lauren—los ojos de Camila era sinceros—. Han venido desde muy lejos para estar contigo.
—El idiota de Christopher no es mi amigo—el rostro de Lauren fue serio—. El muy tonto pensó que podría agarrarte de juguete. Casi le arranco la cabeza—Camila empezó a reír y vio a Lauren fijamente.
—No es mi tipo—dijo llamando la atención de Lauren que suspiró viendo la mano de Camila y con sumo cuidado tomó su dedo índice entre dos de ella como si esa ya fuera su caricia habitual.
—¿Cuál es tu tipo? —preguntó Lauren con la voz un tanto ronca mientras se movía muy lentamente hacia Camila sin ver nada más que sus ojos y su hermoso rostro.
—No soy mucho de relaciones—Camila suspiró—. Nunca he tenido una que...nada que valga la pena.
—Yo tampoco—ambas se vieron a los ojos—. Nadie especial.
—¿Y John? —Lauren negó de inmediato.
—John solo es mi mejor amigo—fue sincera—. Jamás he sentido un mínimo de atracción por él. No me gusta en ese aspecto. Jamás será así—Camila respiró con alivio, algo que le pareció extraño pero que no quiso analizar.
—Me dijiste que no puedes sentir a tu pareja—Lauren suspiró y asintió.
—No puedo sentirla completamente pero...—Lauren sonrió con tristeza—. Pero creo que cuando tenga a esa persona enfrente lo sabré. La atracción será tan fuerte que no podré respirar—Camila sintió un nudo en la garganta viendo los ojos intensos de Lauren—. La necesidad y el deseo serán tan intensos que seré incapaz de pensar sin tener a esa persona cerca. No hay nadie en mi vida, pero quiero enamorarme. Quiero ser capaz de darle todo mi amor a mi alma gemela, a mi persona. Sé que puedo sentirla.
—Lauren...—la mano de Lauren se entrelazó completamente con la de Camila el contacto directo del calor y frio volviendo las manos de ambas a la temperatura perfecta.
—Quizás ya no podamos ir al bosque pero después de cenar puedo ir a tu casa. Te llevaré un café y podemos leer. Sé que vives en la antigua hacienda de Jenkins que está casi a las afueras del pueblo. ¿Me equivoco?
—No—Lauren sonrió—. Es exactamente donde vivo.
—Puedo cenar con todos en la reserva, y dejar a John con Ally en su noche de Karaoke—la vio a los ojos—. Puedo llevarte café y brownies. Así hablamos un poco más.
—Siempre pensando en comer—Lauren se sonrojó adorablemente y Camila alzó su mano acariciando su mejilla provocando que Lauren cerrara los ojos ante su caricia—. Me encantaría que fueras esta noche a mi casa—Lauren abrió sus ojos brillantes—, pero podría ir al karaoke. Me sentiría mal de privarte de tus amigos así como en este momento.
—Solo quiero que seamos nosotras dos. Además podrán divertirse sin mí. John conoce a mucha gente de mi manada y Chris encontrará a alguna mujer lo suficiente tonta para acostarse con él—Lauren tomó la mano de Camila que estaba en su mejilla—. Nos robaron nuestra tarde pero la noche será nuestra. Últimamente lo único que quiero es...solo quiero pasar tiempo contigo, Camila. ¿Te incomoda que te lo diga?
—No—Camila sonrió—. Yo también quiero pasar mucho tiempo contigo. Esta noche haremos que funcione. Solo tu diosa de testigo. Yo voy a esperarte.
—De acuerdo—Lauren se inclinó y le dio a Camila un beso en la mejilla.
Camila bajó la mirada y sonrió con timidez haciendo que Lauren suspirara y besara su frente para luego apartarse. Apretó la mano de Camila que alzó su mirada observándola con sus ojos marrones ahora brillando al igual que los de Lauren que eran maravillosos.
—Ahora creo que tienes una misión que cumplir—Lauren trató de apartarse y se deslizó deteniéndose en el barandal haciendo reír a Camila que asintió mientras ambas volvían a empezar para luego unirse a todos los demás.
Incluso a Chris, que como Lauren había dicho, había conseguido a alguien lo suficientemente tonta para soportarlo y acostarse con él.
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LONDRES, INGLATERRA
—Siento que no estamos teniendo ningún avance—dijo el hombre mientras se llevaba un fino puro a la boca y veía fijamente al hombre que tenía frente a él sentado nervioso—. No veo resultados y el tiempo cada vez es menos.
—Estamos haciendo todo lo que podemos, señor—el rostro del hombre estaba un poco asustado ya que la sola presencia de aquel hombre hacia a cualquier lobo temblar—. Estamos con la esperanza de que el prisionero en Alaska hable.
—Michael Ludwolf es un incompetente que no lo ha hecho hablar en un mes. No va a lograrlo—dijo el hombre mientras sacaba el humo por la boca y veía hacia la ventana—. No tenemos tiempo que perder. Sabemos que ese talismán está en Alderhood y es momento de ir a buscarlo personalmente.
—No creo que sea una buena idea señor, y lo digo con todo respeto—agregó con miedo—. Lauren Alder podría reconocerlo...—él lo interrumpió.
—Lauren Alder no recuerda nada de su pasado—explicó—. Es un cachorro de lobo recién nacido. Y para ella no existe más mundo que sus estudios de medicina y la vida que ahora tiene y lo que pasó hace trescientos tres años está borrado de su mente. Mientras el hechizo de Strafford siga vigente no recordará nada.
—Camila Strafford está en Alderhood también—él hombre desvió la mirada—. Tengo una fuente cercana que asegura que ellas dos se frecuentan y parece que son amigas.
—Ya había escuchado eso antes—dijo el nombre con ironía—. Ahora la historia de esas dos no me interesa. Necesito el talismán y al tenerlo podré encargarme personalmente de Camila Strafford y finalmente tener mi venganza.
—La luna llena de acerca, señor. Y estamos a solo cuatro meses del Ciclo de Luna llena—murmuró el hombre poniéndose de pie—. A finales de este mes se hará el ritual para que Lauren Alder y John Ludwolf puedan encontrar a sus respectivas parejas.
—¿Y eso es relevante por? —el hombre tomó un sobre y sacó dos fotos que puso frente a su jefe haciendo que el hombre del puro se inclinara para observarlas fijamente.
—Ella va a poder sentirla—los ojos de ambos hombres se cruzaron—, y volverá a pasar.
—Vamos a evitarlo—dijo seriamente—. Si ella la muerde todo volverá a ocurrir y está vez se convertirá y dadas las circunstancias será la más poderosa de nuestra clase—negó el hombre con rencor—. No lo voy a permitir. Ese talismán es nuestra única manera de conseguir el poder necesario para acabarlos. El poder de la diosa luna está encerrado en ese talismán, y si Lauren Alder sabe de él y el poder que tiene será nuestro fin. Ese talismán fue hecho por la diosa luna y entregado a un lobo puro para mantener la paz entre nuestras especies. Un talismán que podrá gobernarlos a todos usado como justicia. Pero estoy seguro que la diosa luna no contaba con nosotros. No contaba con que nuestra raza iba a nacer esa noche de 1714 con la estupidez de Camila Strafford.
—Ella es nuestra creadora, señor—el hombre del puro golpeó el escritorio y se puso de pie ajustando su traje.
—¡Ella no es nuestra creadora! —le gritó—. Yo soy el que te dio la vida. Gracias a mí eres grandioso así que cuida tus malditas palabras cuando hables de esa estúpida de Camila Strafford frente a mí. Ella arruinó mi vida, se robó todo lo que tenía. Ella me convirtió en esto cuando mi destino era otro. Mi destino era tener en mi poder ese talismán y ser el más poderoso en la tierra como la diosa luna lo es en el cielo para los lobos, y casi lo logro. Ese talismán era mío y me lo arrebataron cuando esa estúpida se volvió loca por la perdida de esa traidora de Michelle Dawson. Ahora pagará el precio. Las dos lo harán.
El hombre del puro tomó una copa donde había una sustancia que se asemejaba a vino pero no lo era. Lo tomó sintiendo su sabor metálico y luego hizo una mueca vaciando la copa y dejándola sobre su escritorio. El otro hombre la recogió rápidamente sin ver a su jefe a los ojos.
—Con ese talismán no habrá poder que nos detenga ni maldición que nos ate a la luna. Seremos libres de cambiar forma cuando lo deseemos. Libres para finalmente tomar el poder y dominarlo todo en lugar de escondernos al no tener el avance de los lobos y servir de atracción para los desertores. Ese talismán es nuestra única salvación y si tengo que ir a Estados Unidos y traerlo yo mismo ¡Lo haré! Lo de hace trescientos tres años no volverá a repetirse. No voy a perder ese talismán de nuevo por culpa de Camila Strafford y su locura de amor. Si es necesario que vuelva a matar a otra loba como lo hice con Michelle Dawson ahora en Lauren Alder, lo haré. Nada va a tenerme.
El hombre se giró hacia la ventana volviendo a llevar su puro a la boca y sonrió. Su venganza estaba a punto de realizarse. Sobre los Alder, sobre los Strafford, sobre todos.
Y esto solo estaba empezando.
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ALDERHOOD, PORTLAND
WALLHER HILL COUNTY SHERIFF'S OFFICE
—¡Alcalde! —dijo Alex recibiendo al hombre de traje que llegó a su oficina con semblante serio—Es un placer verlo—. Alex respiró hondo sabiendo que estaba más tranquilo porque horas atrás había hablado con su padre asegurándole que estaba en Alaska sin contratamientos y que volvería al día siguiente. Pero al ver el rostro de Michael Lewis su sonrisa se borró.
—Me gustaría decir lo mismo, Alder—dijo el hombre cerrando la puerta y quedándose de pie frente al escritorio de Alex.
—Siéntese, por favor—le pidió pero el hombre lo ignoró—. ¿Quiere una taza de café?
—Lo que quiero es que me digas exactamente qué fue lo que pasó en casa de los Wilcox—dijo seriamente—. Esa absurda historia que salió en los periódicos de un ataque de animales salvajes debe ser un chiste. Los dos sabemos que los únicos animales salvajes que habitan en el bosque son los de la reserva y esos fueron los que entraron a esa casa y destrozaron todo—Alex se puso de pie y respiró hondo.
—¿Qué quiere decir con eso Alcalde? —el hombre lo vio fijamente.
—Lo que quiero decir es que hace unos días entraron unos lobos a esa casa y no eran ningún lobo salvaje y mataron a un bebé y a toda la familia Wilcox. Los dos sabemos que no fue cualquier tipo de lobo. Así que quiero que hagas tu trabajo y procedas.
—¿Proceder? —Michael asintió sin dudarlo—. Perdóname, Alcalde. Pero no entiendo a qué se refiere.
—Quiero que investigues a los lobos de esa reserva. Es momento que sus líderes den la cara porque no están protegiendo a la gente de este pueblo y sus mismos lobos asesinan a las personas. La gente está hablando de los asesinatos, Alder. La gente quiere respuestas y no has podido darlas. Los lobos tienen un acuerdo, pero ese acuerdo termina en el momento en que no pueden proteger al pueblo—fue firme—. No lo han hecho en estas semanas, y quiero respuestas claras y que paren todo estos asesinatos. No voy a tolerar uno más, Alex. Si un asesinato más ocurre yo mismo recurriré al Consulado para que borren el acuerdo entre los lobos no solo de Alderhood, sino de todos los lugares. Son seres nefastos, salvajes y subnormales—Alex apretó la mandíbula—. Están matando gente, y sienten que el acuerdo los protege. si siguen de esa forma empezaran a cazarlos como años atrás. Quiero que investigues lo que pasa y me des respuestas, o de lo contrario atente a las consecuencias.
—¿Me está amenazando? —Alex habló con seriedad tratando de controlar su carácter mientras apretaba sus manos.
—Es una advertencia, Alder—lo vio a los ojos—. Quiero una reunión con el jefe de ese clan y más les vale que no envíen a otra persona. Si no se presenta en dos días a mi oficina y me asegura que sus lobos no fueron los que atacaron a dos fieles y nobles ciudadanos de Alderhood el trato se acabó y abandonaran esa tierra.
—Pero...—el alcalde lo interrumpió.
—No hay peros que valgan, Alder—se dio la vuelta caminando hacia la puerta—. Dos días, eso es todo lo que tienes para traerme a su líder, o puedes irte despidiendo de tu puesto.
El alcalde cerró la puerta de la oficina fuertemente y Alex respiró hondo dejando su ira salir mientras sus ojos brillaban sus manos golpearon fuertemente el escritorio y respiró hondo.
Sabiendo que al día siguiente tendría que tener una reunión urgente con su padre y los líderes de los clanes vecinos.
Sin saber que esa reunión marcaría de una forma que jamás en sus años en la tierra imaginaron.
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¡LISTO!
Muchas gracias por la paciencia. Espero sus comentarios y sus teorías.
Nos leemos pronto.