Agridulce ◆ Kookmin ; 국민

By theparkjimin

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Hablemos de que Jimin ama el rosa y Jungkook es un idiota tatuado. ➫ no copias ni adaptaciones. ➫... More

Preludio.
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Finale.
Extra ☆ Niñez

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By theparkjimin

Cuando crees que todo esta bien y que lo peor ya ha pasado siempre sucede algo que te trae de vuelta a la realidad, sin miramientos ni un poco de piedad, todo cambia tan rápido que ni siquiera te da el tiempo suficiente como para cuestionarte el por qué las cosas son así y si alguna vez el destino cruel dejaría que fueses feliz.

Jimin se sentía así.

Se encontraba en ese estado donde todo sucede de manera borrosa desde hacía horas. Recuerda estar terminando de cepillar a Baekdu cuando el teléfono suena y el nombre de su madre ilumina su pantalla. De inmediato pensó que la mujer le preguntaría si llevaba algún postre para la cena de los que compra en la pastelería favorita de ambos, pero apenas escucha la voz temblorosa de Youngmin se da cuenta de que las cosas van mal. Muy mal.

—No sé de donde salió, no sé por qué lo hizo —susurraba su madre mientras las lagrimas caían contra el microfono del móvil—... El no dejó que me atropellaran... Jungkook ocupó mi lugar.

Agregó que lo habían ingresado al mismo hospital donde los atendieron el día de la golpiza y Jimin no espero a recibir más información antes de salir corriendo por la puerta sin siquiera preocuparse del frío abrumador que caía lentamente sobre la noche en la ciudad. Su mente se había vaciado y en su lugar solamente estaba el rostro de Jungkook. Tenía miedo, el mismo miedo que le inundó al momento de verlo inconsciente a su lado cuando en la escuela los acorralaron para golpearlos. Era el terror que podía sentir una persona cuando sabía que podía perder a quien amaba en ese mismo instante. Jimin siempre había deseado en su fuero interno jamás volver a sentir algo parecido, porque la opresión que tenía en el pecho le ahogaba a tal punto que si no corría rápido sentía que desmayaría antes de llegar al hospital.

Así que corrió, corrió y corrió.

Su brújula interna fue la que hizo el trabajo de llevarlo hasta el lugar, ni siquiera recordaba que calles tomó para llegar hasta allí y poco le importaba. Cuando vio las enormes puertas del hospital las abrió de par en par y se dirigió a una enfermera para que le diese la información de Jungkook y su madre.

— Los acaban de ingresar —informó la mujer de la manera más suave posible—, debes esperar unos momentos antes de verlos. ¿Quieres un vaso de agua con azúcar mientras tanto?

Negó con la cabeza. Solo quería ver a Jungkook.

Las salas de espera de los hospitales eran un verdadero infierno, sobre todo en el sector de urgencias. Todo el mundo tenía cara de preocupación y algunos de profunda tristeza. Estar en un lugar así era la peor manera para calmar la histeria que Jimin sentía en ese minuto, porque parecía que el sentimiento solo crecía para hacerse colectivo. Le incomodaba y el hecho de que el tiempo pasara lentamente en las manillas del reloj hacía todo, menos ayudarle.

Dos horas después de que llegase vio a su madre salir de la sala donde atendían directamente las urgencias. Un parche blanco le cubre la mejilla y cojea un poco al caminar. Rápidamente le ayuda a sentarse sobre una de las sillas de plástico y se agacha frente a ella para acariciarle una de las manos. Se sentía mejor al verla completa, sin nada grave de por medio, pero la angustia aún no abandonaba su cuerpo.

— ¿Qué ha pasado? —Pregunta porque apenas tiene claro lo del accidente.

— Me ha salvado —contesta su madre—, ni siquiera se detuvo a pensarlo.       

Escucha el relato de la mujer con atención y aún así quedan preguntas en su mente. ¿Qué hacía Jungkook cerca del trabajo de su madre? ¿Es que acaso no se dio cuenta que podía perder la vida lanzándose contra el automóvil como si nada? ¿Por qué se sacrificaría después de que le abandonó aquella vez en el hospital solo con una nota de por medio?

Su madre le dijo que preguntó a las enfermeras que le atendieron por Jungkook y solo dijeron que lo ingresaron para someterlo a cirugía porque se había fracturado varios huesos de la espalda producto al golpe directo que se dio contra el asfalto. Jimin se llevó las manos a la cara y restregó sus ojos que estaban a punto de soltar algunas lagrimas. No quería llorar, solo quería creer que todo saldría bien y podría ver a Jungkook una vez más.

— ¿Por qué hizo esto? —La pregunta era más para el universo, pero su madre se la contesto de todas formas.

— Porque te ama, cariño. Sabe que si me pasa algo a mí tu sufrirías. Solo por amor se cometen locuras así.

Se acurrucó sobre las piernas de su madre casi igual como lo hacia cuando era un niño pequeño que le tenía miedo a los monstruos de la oscuridad. Allí, mientras la mujer le acariciaba con cuidado el cabello, cerró los ojos con fuerza. Deseaba que Jungkook estuviera bien, deseaba verlo en frente suyo con aquella sonrisa socarrona que siempre llevaba y deseaba poder tomar su mano una vez más.

Deseaba mucho. Quizá más de lo que alguna vez recibiría.




      • • •    




Horas antes del accidente.


— ¿Puedes dejar de actuar como un maldito idiota suicida, Jungkook? Esto ya es demasiado.

Escuchaba a Namjoon hablando por sobre los gritos de la gente y de inmediato frunció el ceño a su dirección para que dejara de entrometerse en sus asuntos.

  — ¿Quién mierda te dijo donde estaba? —gruñó mientras se vendaba las manos llenas de heridas acumuladas durante las últimas semanas.

— Taehyung esta preocupado y yo también. Además, me han mandado miles de mensajes diciendo que no me pierda esta pelea en el círculo porque Kook va enfrentarse a dos contrincantes a la vez por iniciativa propia. ¿Es que acaso ya te volviste loco?   

"Definitivamente", pensó aunque no le dijo nada a su amigo. 

 — Eh, Kook —llama uno de los chicos nuevos que organiza—. ¿Te falta mucho? Ya vamos a comenzar.

El niega con la cabeza y rápidamente termina con el vendaje y se pone de pie para marcharse, pero de inmediato es detenido por la mano de Namjoon que le toma por el brazo con fuerza.

— No hagas esto, Jungkook. Esta no es la manera correcta de sacar el dolor que llevas por dentro.

Y lo sabe, pero el problema es que no conoce otra manera. Jamás había sido tan infeliz y la única forma en que sentía que todo se esfumaba era cuando entraba en una pelea. Allí solo importaba el dolor físico y ese era mucho más fácil de llevar a diferencia del que se había proporcionado el mismo alejando de su lado al chico que amaba por el bien de este.

Así que se suelta del agarre de Namjoon diciendo:

— Vete a casa. Tu tienes quien te espere. 

Luego se fue a abrir paso en la multitud mientras la mirada de su amigo aún estaba en su espalda. No esperaba que lo entendiese, pero si deseaba que al menos dejase que se autodestruyera en paz, porque era lo único que le quedaba ahora que ya no tenía lo más importante en su vida.

La pelea comienza unos minutos después con la típica entrada y presentación de los peleadores. Jungkook ni siquiera se toma la molestia de analizar a su competidores, aquello era parte del pasado cuando lo importante era ganar y llevar dinero a casa. Ahora solo deseaba ahogar su tristeza con un montón de golpes de por medio y para eso no debía actuar de forma inteligente. Se puso en posición frente a los chicos que debía enfrentar y a la señal del organizador comenzó la masacre.

Se podría decir que acertó en algunos golpes, pero en la mayoría solo fue un sacó de boxeo para sus oponentes. Quizá la cosa hubiese sido distinta si se hubiese aprovechado de todos los puntos débiles que había descubierto en ambos mientras se movían frente a él, pero así estaba bien. El dolor alejaba la tristeza, los golpes que recibía alejaban la imagen de Jimin de su cabeza. Era una técnica peligrosa, pero la única que le quedaba para enfrentar todo lo que estaba pasando más el hecho de que su corazón estaba echo añicos y jamás volvería a ser el mismo. No sin su peli-rosa.

Siempre supo lo destructivo que podía llegar a ser y ahora lo estaba demostrando. No era capaz de enfrentar su situación y por eso se estaba desasiendo de él mismo. Era esa una de las razones por las que siempre pensó que era un cobarde, definitivamente el único chico valiente que alguna vez conoció fue Park Jimin y no pudo aprender nada de él a pesar de lo mucho que le amaba.

La pelea termina con el en el suelo escupiendo sangre y con su cuerpo hecho polvo. Se queda ahí unos minutos hasta que escucha como la gente se aleja y solo ahí comienza a intentar levantarse para irse. Cuando esta de pie mira el lugar de punta a punta dándose cuenta que Namjoon ya no estaba por ningún lado. Era mejor que su amigo se alejase de su lado como le había pedido anteriormente, en ese minuto se sentía justo igual que un tornado que destruía todo a su paso y no quería que ninguno de los chicos se convirtiese en un efecto colateral de su destructivo ser.

Se puso la mochila que había llevado al hombro para comenzar un largo camino a casa perdido en la luz de los faroles que iluminaban la noche de la ciudad. Sí, su técnica de reemplazar el dolor interior con el físico daba resultado al menos los primeros 15 minutos después de que terminaba la pelea, pero luego todo volvía a ser igual y se sentía miserable una vez más. Paso tras paso su cuerpo se sentía más pesado y de a poco la mente en blanco que había obtenido durante su sangriento ritual era llenada con muchos recuerdos que dolían más que caminar sobre brasas ardientes.

Jimin sonriendo. Jimin sonrojado. Jimin dando sus pequeños pasos tras él. Jimin con su cabello rosa al viento. Jimin dándole un tierno beso en la mejilla y luego en los labios. 

Jimin. Jimin. Jimin.

Estaba jodido, tristemente jodido. Antes no creía en el amor de pareja, para él eso jamás funcionaba por más que las personas lo intentasen una y otra vez. Era una perdida de tiempo, así lo definió durante años y luego se dio cuenta de lo equivocado que estaba. El amor de pareja existía, sí. Pero solo encontraras una vez en la vida a la persona correcta con la que compartirás una conexión tan especial como esa. El lo había hecho, pero lo dejo ir porque el estar juntos significaría que Jimin jamás podría avanzar en su vida donde era tan discriminado por su forma de ser. No iba a amarrarlo, no podía hacerlo. Jimin iría a la universidad y viviría con su padre para construir una nueva vida lejos de la gente que le hizo daño. Así sería feliz y por la felicidad de ese pequeño peli-rosa haría hasta lo imposible. 

Sigue caminando y a perdido el rumbo. Sabe que no esta ni cerca de llegar a casa pero poco le importa. Prefiere seguir dando paso tras paso hasta que sus pies no den para más, al menos así llegara lo bastante demacrado al departamento como para dormir profundamente y no soñar con Jimin.

Se detiene frente a un semáforo en rojo. Las calles aún se encuentran transitadas a pesar de que la noche ya cayó y sin importar que hay varias voces mezcladas en el ambiente pronto puede distinguir una a lo lejos que conoce muy bien. Piensa que es una ilusión, pero allí esta. La única persona que le recordaba tanto a Jimin con el mismo chico.

—No, Jiminnie. Tu vieja madre puede comer sola. Tu descansa, ¿sí?.. Nos vemos, pequeño. No olvides que te amo.

La señora Park estaba caminando justo hacia su encuentro detrás suyo. Las piernas le temblaron y la pegó la mirada al piso de inmediato. No quería que la mujer le viese, no sabía como iba enfrentarla después de lo que había hecho. Ella siempre fue amable con él y le había abierto las puertas de su casa sin siquiera mirarle mal por estar cubierto de tatuajes y piercings. Esa mujer había pasado a ser una de las pocas personas a las que apreciaba y en el fondo sabía que la había decepcionado. No, definitivamente no estaba listo para mirarle a los ojos.

— Dios, no ahora.

La escucha de nuevo y mira hacia atrás de reojo. La mujer esta tratando de arreglar algo con su bolso mientras la luz sigue en un rojo. Jungkook se da cuenta de que pronto va a cambiar y decide que apenas esto suceda va a correr para alejarse lo más pronto del lugar sin ser visto. Esa es su oportunidad.

Pero nada ocurre como lo imagina.

Alza su mirada para ver hacia los lados y pronto divisa un automóvil rojo acercándose a toda velocidad. La madre de Jimin ahora esta su lado. La luz da verde. El automóvil sigue acercándose a gran velocidad. La mujer comienza a caminar si darse cuenta de ello. El automóvil toca la bocina, pero ya es muy tarde, la va alcanzar. Solo quedan unos segundos antes de que se produzca el impacto y por su mente solo pasa una cosa.

—Siempre me doy cuenta cuando sales de la cama —admite casi en un susurro para si mismo—... No puedo seguir durmiendo cuando no te siento a mi lado, supongo que me he acostumbrado demasiado a ti.

A Jimin se le dibuja una pequeña sonrisa en el rostro, muy corta, pero realmente genuina. 

— ¿Acaso Jeon Jungkook se ha enamorado de mí? Eso sí que no podría creérmelo.

— ¿Algún problema con eso? Ha sido inevitable para mi.

— ¿Es enserio? —Le pregunta sin poder creerlo por completo, quizá lo comprendió mal— ¿Es enserio, Kook?

Y Jungkook por fin se digna a mirarlo aunque se siente débil. Bajo la luz de la luna ambos chicos comparten un silencio de al menos unos segundos y tan solo se puede escuchar sus respiraciones. Ni siquiera sabían por qué estaban tan nerviosos después de haber avanzado tanto.

— Ayer te dije que te amaba... Supongo que hablo enserio.

— Es que enamorarse es mucho más... Prácticamente me estas dando tu corazón y debes estar seguro... Quizá yo no sea...

— Tu te mereces más que eso —susurra cuando el beso termina y posa su mano en una de las mejillas de Jimin—, y yo te lo daré todo... Absolutamente todo de mí.

Y lo dio todo. Todo lo que tenía. Su propia vida.

Empuja a la señora Park y recibe el impacto. El dolor es mucho más profundo que los golpes recibidos durante la pelea y apenas puede soportarlo. Sale disparado por la fuerza de choque y cae sobre el asfalto. Su espalda es la más afectada, parece que todos los órganos se le saldrán disparados por la boca. Duele, duele mucho, pero a pesar de ello no se arrepiente. Mira hacia al lado y ve que la madre de Jimin esta lejos del lugar gracias al empujón que le propino. Estaba a salvo. Lo logró. Siente alegría y dolor combinados. Su cuerpo entumecido comienza a perder fuerzas. No quiere cerrar los ojos porque no tiene idea si despertará otra vez. La gente le rodea y trata de decirle que todo estará bien. No les cree. Después de unos minutos puede sentir como alguien se arrodilla a su lado. Es la señora Park preguntando por qué lo había hecho. Ojalá la respuesta fuera sencilla, pero no podía perder tiempo tratando de explicarle. Tenía algo importante que decir. 

— Dígale que lo siento.

Cierra los ojos. Ahora lo único que ve es la sonrisa de Park Jimin.




  ( ✧ )

Nota: Recta final capítulo 1/3.

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