Hidden |Zuko|

By ClicheJMX

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Mundos divididos por una sombra de traición. Hay caminos que se unen sobre ríos de dolor. La avaricia fue sem... More

Prólogo
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Aviso, avisin
Capítulo VIII
Capitulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Anuncio II

Capítulo I

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By ClicheJMX

Capítulo I

"Primer encuentro"

Ari se levantó de su catre con demasiada pereza, pues bien eso de seguir a dos fugitivos de la nación del fuego no era trabajo fácil.  Después de darse un buen baño y cambiarse con sus ropas de diario; unos pantaloncillos negros y una remera del mismo color, con un listón dorado que ceñía su cintura y su capucha, era algo importante, no queria ser descubierta. Decidió desayunar tranquilamente mientras pensaba en su plan, debía encontrar al avatar y llevar a Zuko ante él para frustrar sus planes y acabarlo de una vez. Amaba la cara de rabia y cólera que este le dedicaba cada vez que se entrometía en sus duelos contra Aang. No era la primera vez que lo hacía, desde el Polo Sur ella había estado presente en esta historia pero de manera incógnita.

Salió de su pequeña casa en un pueblo del Reino Tierra, conseguía algunas monedas a cambio de trabajos de limpieza o de mesera en fondas y tiendas de té ya que contaba con un rostro angelical y una melena tan extravagante que no tardaban mucho en contratarla aunque todos estos eran temporales.

—¡El avatar esta en la ciudad!

Aquél grito del infante hizo que su atención se enfocará, el destino estaba de su lado. Rápido corrió hacia el niño pregúntale dónde se encontraba.

—Esta en la plaza de la ciudad.

Corrió lo más rápido que pudo para llegar a estos antes que Zuko. Al cabo de unos 20 minutos corriendo se encontró al ya conocido grupo; Katara, la maestra agua, Sokka el hermano mayor de esta, Toph, la bandida ciega y el nómada aire Aang.
Una multitud estaba alrededor de ellos, el reino Tierra necesitaba urgentemente al Avatar ya que se amenazaba su caída.
Por un instante los ojos del nómada se toparon con el mar de cristal que nacía en sus ojos.

—Katara

—¿Qué sucede, Aang?

—Creo haber visto a esa chica.— Señaló el joven hacia la pelirroja que estaba por marcharse.

—No lo creo, Aang. No, nos hemos topado con nadie parecido a ella, quizás sea descendiente de alguna persona que en tus vidas pasadas hayas querido.

—No, Katara. En serio, la he visto desde la invasión al Polo Norte.

—¿Y por qué nosotros no, pies ligeros?.—Habló la menor del grupo.

—Toph, literalmente tú no puedes ver.

La maestra tierra levantó el suelo haciendo que Sokka saliera volando a una distancia considerable.

Los jóvenes aventureros siguieron su recorrido hacia su hospedaje ya que una familia les había ofrecido asilo por esa noche. Aang no dejaba de pensar en aquella pelirroja, juraba y perjuraba que la había visto no en un lugar si no en varios.
Sokka había convencido a los demás para explorar el mercado del pueblo para comprar baratijas.

Ari de igual manera necesitaba comprar algunas provisiones para su futuro viaje, no planeaba quedarse cerca de Aang su objetivo era el príncipe pero el destino ya tenía sus planes.
Ambos jóvenes sin querer chocaron frente a frente cayendo al piso.

—Discúlpame, no era mi intención.— Dijo apenado el Avatar juntando las verduras que habían caído de la bolsa.— Un momento... ¡Tu eres la chica de hace rato!

Ari no necesito más palabras para salir corriendo sin imaginar que ambos chicos la seguirían. 

—¡Detente! ¡Solo queremos conversar!.—Gritó Aang en su esfera de aire.

—¡No nos obligues a usar la fuerza!.—Gritó Sokka sacando su boomerang.

"Idiotas"

Pensó sin mirar hacia atrás, no sabía con exactitud hacia donde iba pero no pensaba parar. Aunque de nuevo choco con un duro pecho haciéndola caer. Soltó un gruñido de frustración, hoy estaba más torpe de lo normal. Alzó su mirada para encontrarse con su amado príncipe que la miraba curioso ofreciéndole su mano para ayudarla.

—¡Espe...— El nómada interrumpió la frase al ver a su perseguidor.— Aléjate de ella, Zuko.

El azabache prestó atención al niño de tatuajes con una sonrisa en sus labios.

—Parece que hoy estoy de suerte.

Ambos se pusieron en guardia con la chica de por medio. Zuko lanzó una extensa llamarada hacia el niño de ojos grises pero Ari logro desviarla lanzando una llamarada impulsada con sus pies poniéndose en guardia.

—Te arrepentirás de ponerte en mi camino.—Gruñó Zuko hacia la chica de misteriosa de la capucha negra.

Una lucha entre ambos maestros comenzó, ella era tan ágil que por un momento le recordó a su hermano Azula al ver su mirada con llena de odio y las grandes llamas que salían de sus manos y pies.

—¡Genial! Una maestra fuego de nuestro lado.—Gritó Sokka cuando una llama pasó a lado de su cuerpo haciendo que soltara un chillido.— O quizás no.

—Debo detenerlos o quemarán todo el lugar.

Ari logro derribar a Zuko con una patada en su abdomen quien se levantó con duras penas.

—¡Traidora!.—Gritó con furia hacia la chica.

—Mira quién habla.—Bufó—. Toda tu familia son traidores, son unos seres viles y despreciables.  Al momento de comenzar su dictadura traicionaron a su pueblo sometiéndolos a guerras interminables.


Aang lanzó una ráfaga de aire tumbandolos a los dos al instante se puso en medio de ellos.

—¡No la quieres a ella! Me quieres a mi.

—Realmente no planeaba tener este encuentro contigo, Zusu pero parece que destino me sonríe. 

Zuko maldijo por lo bajo al escuchar aquel apodo ridículo lanzando grande llamas alimentadas por furia. Pero dentro de su interior había algo que llamaba la atención en esa particular voz.

Aang palideció al sentir en calor cerca de su rostro pero un muro de piedra se levantó cubriéndolo junto con Ari.
Toph y Katara habían llegado. Toph atrapó a Zuko haciéndolo caer en una grieta.

—¡Hay que irnos, chicos! .—Exclamó Katara jalando a Aang.

Ari de igual manera salió corriendo con ellos hasta que llegaron a Appa.

—Ven con nosotros.— Pidió Aang a la pelirroja. 

Ella indecisa tomó la mano de Aang y subió al bisonte volador.

—¿Qué rayos fue eso?.—Gritó Sokka.— Zuko nos sigue el rastro a todos lados.

—No sentí sus vibraciones cuando llegando, debió de estar escondido en un buen lugar.

Katara miraba con desconfianza a Ari que se mantenía callada mirando al suelo ya con la capucha baja liberando su melena pelirroja. Aang se acercó a ella poniendo su mano en el hombro.

—Gracias por salvarnos.

—En realidad la que los salvó fui yo, inútiles.—Murmuró Toph acostándose.

—¿No piensas hablar?.—Dijo Katara.

La ojiazul la miró a la maestra agua con una ceja levantada, no pensaba que ella fuese tan altiva.

—Katara, si fuera tu no le hablaría así .—Comentó Sokka.—Es una maestra fuego.

—No me importa. No sabemos nada de ella además de eso. ¿Cómo podemos confiar en ella?

—Nos defendió de Zuko.

—¿Cómo sabes que no está de su lado y está fingiendo?

La pelirroja soltó un gruñido.

"Primero muerta antes de ayudarlo".

Estas algo paranoíca, hermana.

—No, no lo estoy. ¿Olvidas lo que los maestros fuego le hicieron a nuestra Tribu? Lo que le hicieron a Mamá.

Esas palabras dejaron suspendida a Ari, ellos también perdieron a su madre gracias a la familia de Zuko. No culpaba a su pueblo, no tanto, porque lo que les movía era el miedo, no la lealtad.

—Le estás reclamando a la persona incorrecta, gotitas.

Todos miraron a Ari al ser la primera vez que la escuchaban hablar en toda la discusión.

—¿Gotitas? Soy una maestra agua deberías tenerme más respeto y no, tu y tu gente son unos asesinos.

—Deberías cerrar el pico antes de que alguien te lo cierre.

Ambas chicas se levantaron dándose la cara mientras que Sokka miraba asustado el espectáculo.

—Vamos, chicas. No hay necesidad de pelear.—Intervino Aang entre ellas.

—Si quieres pelear adelante, gotitas. No tiene idea con quién te metes.

—Si pelean que no sea arriba del peludo, por favor.— Comentó Toph.

Sokka hizo aterrizar a Appa por seguridad de este. Toph, divertida por la pelea de ambas mujeres levantó un Ring parecido al que ella luchaba.

—La primera en que caiga pierde. ¿Entendido?

—Toph, no creo que sea buena idea.—Susurró Aang.

—Es una grandiosa idea, Aang. Podemos apostar. 20 monedas a la chica en llamas.

—20 a Katara.—Respondió Toph mientras Aang miraba preocupado de que su amiga saliera lastimada.

El duelo entre ambas maestras comenzó con Katara haciendo varios látigos de agua que parecían tentáculos.  Ari solo se dedicó a mirar con una sonrisa burlona.

—Adelante, gotitas.

La morena comenzó a lanzar pedazos de hielo pero Ari los esquivaba sin caer de la plataforma. Ella inició su fuego control lanzó llamas a la morena por enfrente distrayendola, una cortina de vapor se levantó ante el choque de ambos elementos.

El duelo estaba reñido pero Ari había combatido con maestros más sádicos y crueles pronto comenzó a cansarse de la menor. 
De un movimiento bajo al suelo lanzando una ráfaga de fuego que hizo retroceder a Katara para no quemarse los pies, en defensa trato de apagar el fuego con su agua control y recuperar terreno pero Ari apareció en los aires lanzando una llamarada en respuesta la morena lanzó un grito al ver el fuego logró congelarlo quedando en la orilla de la plataforma tambaleándose.
Ari soltó una pequeña risa mientras se acercaba a ella. De un toque Katara calló de la plataforma.

—¡Págame!.—Gritó Sokka festejando.

—¿Katara, estás bien?.—Corrió Aang levantándola.

—No eres rival, gotitas.—Sonrió Ari dejándose caer de la plataforma.

—Solo demuestra lo peligrosa que es, Aang.

—Error, solo demuestra lo incompetente que eres en el campo de batalla. Además si quisiera matarte, ya lo hubiera hecho.

Katara bufó molesta dirigiéndose a Appa. Ari no dijo ni una palabra más después de esto. El equipo acordó acampar en el sitio tan desértico y mañana continuarían su viaje.

Ari logró prender la fogata que Sokka había intentado por varios minutos desesperandola.

—En verdad eres pretenciosa.

En respuesta rodeó los ojos y se alejó del campamento para meditar.

Tengo que encontrar la manera de llegar a Zuko.—Se dijo a si misma.

—¿Por qué quieres llegar a él?

Aang estaba atrás de ella, desde que llegó quería hablar con ella.

—El príncipe y yo tenemos asuntos pendientes.

—No entiendo. ¿Por qué una maestra fuego se revelaría contra su lord?

—Ellos se revelaron ante su pueblo gracias a su avaricia.

La luna era testigo de aquella charla, la pelirroja miraba aquel astro con melancolía, su madre le solía contar cientos de historias de como la Luna transmitía sus conocimientos a los maestros agua del Polo norte y Sur. 

—No me has dicho tu nombre.

—¿Eso importa?

—Sí, ahora eres parte de nuestro grupo.

Sonrió de manera irónica, nunca había pensado ser parte del equipo Avatar.

—Tu novia se enfadará.

El nómada se sonrojo al instante, bien tenía sentimientos por ella pero no eran recíprocos, aún.

—Ven con nosotros. Ambos tenemos planes contra las mismas personas.

La oferta del chico sonaba razonable, ellos pensaban que  su lucha era por apoyar su causa pero en realidad a ella quería venganza, quería hacer sufrir a la familia real tanto como fuera posible. Ellos no debían saber su verdadera intención, no quería que se metieran en sus asuntos, solo los usaría para llegar a ellos.

—Acepto. Con una condición.

—¿Cuál?

El príncipe Zuko es mío.

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