La vida no es tan mala

Puuuly द्वारा

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Después reencontrarse de la peor forma, Katsuki ayuda a Ochako a ver la vida de otra manera, no todo tiene qu... अधिक

Accidente
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Despertar
Percance
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Conviviendo
¿Qué es esto que siento?
Noche de películas
Reencuentro
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El puto abogado, pt 2
Un mal día para Bakugou
Una noche extraña
Un día extraño
Malas decisiones
Palabras que duelen
¿Donde estas, Uraraka?
¿Donde estas, Uraraka? pt 2
El valor de la amistad
Al fin te encontré
Noche en casa de Iida
La vida no es tan mala.

Volviendo a casa

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Puuuly द्वारा

Esa mañana Iida despertó con un cálido aire, como no, si apenas abrió los ojos se encontró con su pequeña y linda hija y con su mujer. Oh sí, no había nada como despertar con las personas que amas.

Tal vez había sido un poco duro con el rubio que tenía a su mejor amiga enamorada, si llegó a su casa debía ser por algo, tampoco era que ese lugar estuviera tan cerca de la ciudad y dado que desde que salieron de la escuela de héroes, nadie, aparte Uraraka sabía dónde ellos vivían.

Se levantó, dispuesto a hablar y hacer la paz con Katsuki, si ese sería el último día de Ochako en casa de ellos intentaría llevar la fiesta un poco en paz. Así que se puso sus pantuflas y su bata y bajó la escalera, en dirección al sillón.

Su sorpresa fue inmensa cuando no encontró al chico durmiendo, imaginó que quizá habría salido a pasear o estaría en el baño, así que fue a la cocina para preparar el desayuno, pero justo antes de empezar a calentar el agua una idea vino a su mente.

¿Acaso ese inmundo se había atrevido a acercarse a Uraraka en la noche? Levantó sus cejas y usando su quirk llegó en un segundo a la puerta del cuarto de su hija, el cual quedaba en el segundo piso.

Tomió girar el pomo, imaginando que la morena dormía sola en la habitación, sería muy descortés y maleducado entrar y sorprenderla así. Pero debía cerciorarse de que Bakugou no estuviera con ella, jamás lo perdonaría.

Abrió la puerta rápidamente, dejando atrás todo tipo de miedo y entró. -¡Uraraka! -Gritó.

La recién nombrada abrió los ojos perezosamente, ¿Qué le estaba pasando a Tenya que gritaba de esa forma?

-Iida. -Le habló, mientras se acomodaba para sentarse. -¿Qué está pasan...

-¡Ah, Cuatro Ojos, ¿Cómo te atreves a despertarnos así?! -Bakugou, se sentó rápido en la cama, lanzando la sabana encima de la morena, ella ya estaba tapada, pero quería asegurarse de que el azabache no viera ninguna parte de su chica.

Se puso de pie sin ningún tipo de vergüenza y se colocó su bóxer, acercándose a la puerta, más específicamente donde se encontraba parado Tenya.

-¡Ba-Bakugou! ¡Ponte algo de ropa! ¡Como te atreves a...

-¡Oi! ¡Deja que se vista y luego bajaremos! -El rubio apuntó detrás de él, haciendo que Iida se fijara en la cara roja de Ochako.

Uraraka, al darse cuenta de que no traía ropa interior, tomó la sabana y se cubrió aún más con ella, dejando ver solo parte de su cabello, de su cara de tomate y de sus ojos, que miraban al azabache casi rogándole que la disculpara por eso que estaba viendo.

-Yo... Los espero abajo, estaré haciendo el desayuno. -Y así se dio media vuelta y cerró la puerta.

-¡Kacchan! ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Iida jamás me perdonara esto! ¡Menos cuando fue en la cama de su bebé! -La morena gritaba más roja que nunca, sentía mucha vergüenza y una combinación entre pena y rabia por no poder aguantarse y haber pasado a llevar el respeto de esa casa.

-¡Cállate! ¡No grites si no quieres que te escuchen los niños! -Le dijo el rubio. -¿Acaso piensas que él no tiene momentos así con la Rana?

-¡Nooo! No me hagas imaginar eso. -Dijo un poco más calmada, tenía razón, no debía gritar si no quería que alguien más la oyera.

-Aparte... -La miró con una cara pícara, que hizo que a la chica se le erizaran los pelos. -Lo de anoche estuvo genial. -Sonrió aun mirándola.

Ella se tapó toda la cara, no sabía como mirar a Katsuki después de lo sucedido, pero él se lanzó a la cama nuevamente y la tomó en sus brazos, abrazándola apretadamente y besándola. La miró sonriendo victorioso y le acarició la cabeza sin cuidado alguno.

-Qué malo eres Kacchan, no me hagas pasar vergüenzas. -Dijo cabizbaja.

-¿Huh? Levanta esa cabeza, solo estoy bromeando contigo, Cara de Ángel. -La tomó de la barbilla e hizo que lo mirara. -No pongas esa cara idiota y vístete, vamos a golpear a ese tonto de gafas por interrumpirnos mientras dormimos.

-No golpearemos a Iida, Kacchan, jajaja, pero bien, creo que es hora de levantarse. -La morena lo miró y una sonrisa enorme adornó su cara.

Al cabo de un rato, Bakugou bajó la escalera solo, encontrándose cara a cara con Tenya que lo miró fijamente, el rubio frunció el ceño, estaba harto de ese lugar, quería tomar a Ochako y subirla a su auto para al fin estar en la privacidad y libertad de su departamento.

No soportó más la dura mirada del azabache y las palabras salieron solas de su boca.

-¿Qué quieres, Cuatro Ojos? ¿Detalles? Olvídalo. -Tomó una silla y se echó en ella.

-Wuaa, ¡Bakugou, eres demasiado atrevido! ¡Yo jamás husmearía en la vida privada de Uraraka! ¡Menos en la tuya!

-Entonces deja de mirarme así. -Sus cejas se arquearon, demostrando su molestar.

-No puedo, Bakugou, tú no entiendes. -Iida dejó de hacer lo que hacía y se sentó frente al chico. -Uraraka es mi mejor amiga, ha pasado por cosas muy horribles.

-Sí, lo sé. -Dijo Katsuki.

-No, Bakugou, hablo en serio, cosas horribles. -Tenya se puso aún más serio de lo que ya era. -No soportaría verla sufriendo o llorando de nuevo.

El rubio levantó una ceja y se acomodó un poco más en la silla. -¿Me estás amenazando?

-Tómalo como quieras, estoy consciente de lo mucho que ella te quiere, y es por eso mismo que te quiero pedir que por favor, no le hagas ningún tipo de daño.

Los ojos del azabache penetraban en los de Katsuki, si no fuera por la determinación con la que sonaba cada palabra que salía de la boca de ese idiota, Bakugou lo habría mandado a volar en ese mismo instante.

Si tenía que rescatar algo, es que ese tipo de cabello negro se había vuelto más valiente, osea, nadie con su 100% de seguridad se atrevería a hablarle así, nadie, pero había algo que rescataba. Ese inútil le estaba hablando de esa manera por Ochako, al igual que él, Iida solo quería cuidar de la morena.

Se decidió a no golpearlo ni nada solo por eso, ambos tenían una razón en común para mantener la paz, y eso era el bienestar de la chica gravedad, los dos querían verla feliz.

Katsuki se puso de pie, aun con el ceño fruncido y mirando a Tenya, se quedaron así como por diez segundos antes de que el azabache lo imitara y también se levantara de su silla.

Iida no sabía como reaccionar, había pensado bien las palabras para no quedar mal con ese chico y aun así no le respondía nada.

Cerró los ojos y suspiró, definitivamente no entendía cómo es que Uraraka podía llevarse tan bien con Bakugou, ese rubio era un cazo, y eso que la morena le había comentado que ya no era tan engreído como antes.

Pensaba en eso y más, cuando abrió los ojos y se encontró con una sorpresa que no esperaba, el chico explosivo tenía su mano estirada frente a él, Tenya levantó la mirada con duda, ¿De verdad le estaba ofreciendo la mano?

Notó como Katsuki lo seguía mirando con el ceño fruncido y no entendió que significaba todo eso, pero aun así levantó su mano y la apretó con fuerza.

Tampoco sabía que significaba ese apretón, tal vez era 'una señal de paz', quizá así le daba a entender que no le haría daño a su amiga o algo así, la verdad tampoco le importaba, estaba más que claro cambiaría después de esa conversación.

Se soltaron y dejaron de mirarse cuando sintieron unos pasos bajando la escalera.

Era Ochako.

-¡Iidaaaa! -Lo llamó, mientras bajaba corriendo. -¡Iidaa, lo siento tanto! -Se lanzó contra su mejor amigo, lloriqueando y abrazándolo. -¡No merezco su hospitalidad! ¡No le he tenido el respeto que se merece a esta casa! ¡La cama de Chiasa! ¡Soy la peor amiga del mundo!

Tenya solo le respondió el abrazo con una sonrisa. -No te preocupes Uraraka.

-¿Eh? -La morena levantó la cabeza para mirar al azabache. -¿No importa?

-No, son cosas que a veces pas...

-Oigan ustedes dos, ¿Por cuánto tiempo más estarán abrazados? -A Katsuki prácticamente le salía humo por las orejas. -Sepárense ya. -Terminó de decir, tomando a la morena de la parte de atrás de su polera y alejándola de Iida para acercarla a él.

-Kacchan. -Le habló más despacio, para que escucharan solo ellos dos. -¿Qué hiciste con Iida?

-¿Ah? No he hecho nada con este estúpido, entiende que lo que hicimos anoche fue algo normal, es común que hasta un idiota como él lo entienda.

No habían pasado ni una hora desde que se había levantado y Bakugou ya estaba haciendo que se sonrojara de nuevo.

-¡Deja de decir esas cosas!

-¿Por qué te avergüenzas? Deberías empezar a acostumbrarte. -Dijo abrazándola fuerte hacia él. -Ahora, dame un beso.

-¡¿Ehh?! -Y nuevamente se sonrojo.

Antes de que ella pudiera responderle, los dos pequeños hijos de los dueños de casa, bajaban la escalera con un escándalo, y detrás de ellos venía Asui, aún con pijama y cara de recién despertada.

Uraraka se separó del rubio antes de besarlo para ir a recibir a los niños, mientras Katsuki la miraba irse de su lado con cara de aburrido, quería volver a su hogar lo antes posible.

Los seis tomaron un desayuno delicioso, cortesía de Tenya y se levantaron, Tsuyu lavaba los platos mientras el azabache se arreglaba para irse al trabajo, era leñador.

Ochako, después de ayudar a su amiga a secar los trastes, fue hacia donde se encontraba su chico explosivo, sentado en un sillón, texteando por su teléfono.

Se paró por detrás y lo abrazó, besando su mejilla y sonriéndole.

-¿Qué crees que haces? -Le dijo, girando su cabeza hacia ella.

-Me pediste que te besara hace un rato, ¿no? -La chica gravedad volvió a sonreírle.

Bakugou siempre había pensado en lo horrible y encantadora que era esa sonrisa, era como si quisiera besarla y nunca soltarla pero al mismo tiempo quería borrarla de su vista con una explosión.

-Ya te dije una vez que los besos en la mejilla son infantiles, besame como se debe, idiota.

-Kacchan, no me digas que hacer. -Le replicó molesta.

-Eres una tonta aburrida. -La tomó del brazo y la acercó a él, sentándola encima de sus piernas y empezando a besarla por toda la cara. -Te voy a besar las veces que quiera y donde yo quiera.

-Ribbit, lamento interrumpirlos. -Dijo Asui. -Pero debo limpiar, ¿Porqué no van a dar una vuelta?

Ambos chicos la miraron un poco ruborizados y asintieron.

Primero, después de insistirle firmemente, fueron al cuarto a arreglar las cosas de Uraraka, Katsuki había decidido que se irían ese día y ese día lo harían. Luego de discutir un rato, ambos salieron en dirección al cementerio, si se irían ese día, la morena quería ver a sus padres, al fin y al cabo viviendo en la ciudad se le haría muy difícil manejar tantas horas para volver a verlos.

Bakugou compró muchas flores para adornar las lapidas, a pesar de ser un malhablado y un malhumorado, tenía muy buen gusto y una bonita forma de ordenar todo para que se viera más lindo.

Sonrió de lado al ver la cara de felicidad que tenía Ochako, se notaba lo contenta que estaba de ver las tumbas de los que alguna vez fueron sus padres.

Pensó en como hubiese sido conocerlos, ¿Su padre sería igual de obsesivo que Iida? ¿La madre sería tan linda y amable como ella misma?

-Kacchan. -Escuchó que Uraraka lo llamaba, tomándole atención. -Muchas gracias por esto, se ve muy lindo.

-No es nada, de alguna manera, es genial que me hayas presentado a tus padres.

-Estoy segura que a ellos les habrías agradado, eran los mejores padres del mundo. -Sonrió, pero era una sonrisa algo forzada, cosa que el rubio notó.

No era realmente bueno consolando, pero el ver a su chica así hacia que algo se le revolviera en el estómago, no quería decirle cosas inútiles para calmar su pena, tampoco se le daba, así que solo se acercó por detrás y abrazándola le habló despacio.

-Vámonos a casa.

Ella levantó la cabeza y se giró, quedando frente a la cara de él, pasó sus brazos por la parte de atrás del cuello del rubio y apoyo su cara en sus hombros, aprovecho bien ese abrazo. No quería llorar, tampoco estaba tan triste, solo quería tenerlo ahí, cerca de ella, sintiendo su calor y ese cariño que pocas veces se podía ver viniendo de Bakugou.

-Vámonos a casa, Katsuki.

No pudo evitar sonreír cuando dijo su nombre, esta chica no tenía remedio, lo volvía loco, tenía que ser de él, ya había pasado todos los límites.

Volvieron al auto y se dirigieron a la casa donde se estaban quedando, ya se había hecho tarde, así que era momento de irse.

Cuando llegaron ahí, recogieron las no demasiadas cosas de Ochako y las subieron al vehículo, ella jugó un poco más con los hijos de Tsuyu e Iida mientras esperaban que el azabache volviera de su trabajo.

Cuando apareció por la puerta tenía claro lo que le esperaba, la morena se despidió de su mejor amigo con mucha pena pero con todo el cariño que le tenía, también de su amiga Asui y de los pequeños, Katsuki no tuvo otra opción y tuvo que hacer lo mismo.

Se despidió de Chiasa y de la azabache, también del adorable Akemi, ese niño le caía bien, aprendía groserías muy rápido y era gracioso escucharlo. Cuando llegó el momento de despedirse de Tenya, se quedó mirándolo, levantando una ceja, él le respondió de la misma forma, pero le dedicó una leve sonrisa mientras se daban la mano, cosa que el rubio ignoró.

Fueron al auto y se subieron luego de guardar las cosas de Uraraka en la maleta, Bakugou manejaría y Ochako iría en el asiento de copiloto, era un largo viaje, así que, después de insistir todo el camino desde el cementerio hasta que llegara Iida a casa, la morena tomaría el control del manubrio durante la otra mitad del viaje. A Katsuki la idea no le agradaba para nada, jamás le había pasado el volante de su vehículo a otra persona que no fuera él, haría lo imposible para que esa idiota no lo molestara pasada la mitad del camino.

Habían pasado unas 8 horas después de que se fueron del verde campo donde se encontraba la casa de sus amigos, Uraraka dormía como si en la noche no hubiese pestañeado, ¿Debería preocuparse? A pesar de que esa chica dormía demasiado, no le molestaba, era bueno tener un momento de paz después de tanto ajetreo en su vida los últimos 3 meses, definitivamente la tonta Cara Redonda había llegado a su vida para revolver todo.

Pero era genial, se sentía genial, al fin la tenía con él, al fin se iba a su hogar, al fin podría descansar como se debe, su cuerpo estaba cansado, la preocupación de encontrarla no lo dejaba dormir bien, oh sí, al fin también podría dormir en su cama con esa idiota a su lado.

Siguió manejando hasta que pasaron unas 5 horas más, se detuvo para comprar algún bocadillo y despertó a Ochako para saber si quería algo.

-¡Oi, Cara Redonda! -La movió.

-Uhm, ah, ¿Qué pasa Kacchan? -Dijo con los ojos cerrados, sin moverse de su cómoda postura.

-Voy por algo de comer, ¿Quieres algo? -Le respondió con otra pregunta.

-¿Uh? -Abrió los ojos rápidamente. -Sí, mochi.

-Oi, despierta, no te escucho, habla bien.

Ella se acomodó en el asiento, pestañeando algo lento, intentando despertar bien. -¿Puedes traerme mochi, Kacchan? Son mis favoritos.

-Hm, bien, primero deberás darme un beso, Ochako.

-¡¿Eehh?! -Uraraka se estremeció cuando él dijo su nombre, eso la hacía recordar lo sucedido la noche pasada, sus mejillas se volvieron aún más rosadas de lo que ya eran y escondió su cara en un acto de vergüenza.

-¿Ah? ¿Qué aun no te acostumbras, Ochako? -Le preguntó con algo de maldad.

-Kacchan, basta ya y ve por mis mochis. -Ordenó la chica.

-Ya te lo dije, primero debes pagar.

Infló los cachetes de su cara y beso tímidamente la cara del rubio. Éste, rodando los ojos, la tomó y la beso un poco brusco.

-¡Kacchan! -Se separó de la boca de Bakugou, mientras reía. -¡No me tomes por sorpresa.

-Solo te traeré uno, espérame aquí. -Se bajó del auto y al mismo tiempo la morena también. -Oye, entra ahí y sigue durmiendo.

-Ni lo pienses. -Fue hacia él y lo tomó del cuello. -Es mi turno de manejar, no creas que no vi la hora. -Y lo besó. -Es muy peligroso que estés despierto por tantas horas. -Volvió a besarlo. -Así que esta vez, es tu turno de dormir. -Y con eso le dio otro beso, a la vez que le quitaba las llaves de la mano.

-¡Oi, eso es hacer trampa! -Le gritó mientras ella caminaba al asiento del piloto.

-¡Son 4 mochis! -Respondió, subiéndose y metiendo la llave.

-¡Solo te traeré un maldito dulce de menta! ¡Ese es mi asiento, no te atrevas!

Katsuki fue a la tienda y volvió al vehículo con algunos bocadillos, casi hace explotar su propio auto si no fuera por la persistencia de Uraraka, al final ya no supo que hacer para sacarla de ahí, así que se resignó y se fue de copiloto.

Pasaban las horas con la morena manejando, eran las 5 de la mañana y aún quedaban 8 horas más de viaje. A Bakugou a veces se le caía la cabeza y los parpados por el sueño que tenía, pero no dormiría mientras otra que no fuera él mismo manejara su vehículo.

-Puedes dormir, Kacchan, he descansado lo suficiente y me da miedo que te rompas el cuello. -Le dijo Ochako, cuando lo notó.

-No tengo sueño. -Respondió, y tres segundos después sus ojos ya se estaban volviendo a cerrar.

-Kacchan, eres tan lindo. -Le dijo riendo, le había causado ternura ver como peleaba por no dormirse. -Puedes estar tranquilo, ¿Acaso no confías en mi?

-¿Después de que te fueras sin siquiera darme una pista de dónde buscarte?

-¿Eh? Eso no vale, te lo merecías.

-Uhm, ¿Puedo confiar en tu estupidez?

-Qué malvado.

-Jaja, está bien, pero aseguraré nuestros cinturones antes. -Bromeó.

Se acomodó para intentar dormir, y aunque el sueño lo dominaba no pudo descansar, mantenía los ojos cerrados, pero estaba despierto, se le hacía difícil el no estar manejando.

Se fue todo el camino así, habían unas cuantas veces en las que su cerebro se apaga por un rato, pero luego volvía a despertar en el asiento de copiloto, pasaron las horas que tenían que pasar y al fin llegaron a su destino.

-Kacchan. -Lo llamó Uraraka. -Kacchan, despierta, hemos llegado.

Él abrió sus ojos cansados y con ojeras, por fin habían llegado a casa, esa noche sería increíble, después de tanto tiempo, al fin estaban ahí y podrían descansar, juntos, como debió ser desde hace mucho tiempo.

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Perdonen cualquier falta de ortografía o idea vaga, quería subir capítulo porque así mi mente se distrae, la muerte de Jonghyun me dejó muy mal y he llorado todo el día, sé que es algo exagerado pero aprovecho que soy anónima para descargarme por aquí:(

Otra cosa, este es el penúltimo capítulo, en la próxima actualización esta historia llega a su fin, y me acabo de dar cuenta que llegó a los 1.29K votos, OMGGGG muchas gracias, muchas muchas muchas gracias por haberla seguido, por añadirla a sus listas de lectura, por todos los comentarios, se merecen todo el amor del mundo, me llenan el corazón de alegría con sus palabras ❤️

Hace poco crearon el grupo Shouchako en fb y esa shipp me está dando vida, pero si a ello le agregamos a Bakugou ¡¡¡ME DA EL TRIPLE DE VIDAAAAA!!! Así que empecé un fic hace poco, llamado 'Tres son multitud'; trata de que Uraraka busca un compañero para vivir y por desgracia consigue dos, intentaré hacer algo cómico, vayan a echarle una ojeada, espero que la shipp les agrade tanto como a mi.

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