-Podemos hablar? -Era él. Volté.
-Qué quieres? Pensé que la última vez habíamos dejado todo más que claro.
-Estas hermosa.
-Chao Kendall. -Y me volteé con el fin de salir de esa situación incomoda.
-Espera. -Me sostuvo el brazo.
-Suéltame Kendall! Voy a gritar! -lo amenacé.
-No hasta que hablemos.
-No hay nada de qué hablar, ya hemos dejado todo hablado y claro. -Y sin más me solté de su agarre.
-No! Tu has dejado las cosas claras! No yo! Me merezco una mínima información de que ha pasado estos meses! De como esta mi hijo, o hija; porque ni eso te has dignado a decirme! Lo único que sé que un dia llame a tu casa, para poder hablar más tranquilos, y me encuentro con que te habías ido a Italia! Seis meses sin saber nada de ti! Sin saber nada de mi hijo! -dijo esto último con tono de derrota. Se sienta en el escalón que tenía enfrente. -Solo quiero hablar, nada más. -dijo cabizbaja.
A continuación me siento a su lado ya más calmada. Recien ahí puedo ver sus ojos con claridad; hay algo mal en ellos, no tienen el mismo brillo que solían tener, están apagados. Le doy una ligera caricia en la espalda. Tomo su mano, y suavemente la apoyé sobre mi vientre.
-Benja. -digo sin más. Me miró confundido. -Benja. Es un niño. Se llamará Benjamin. -Una sonrisa apareció en su rostro.
-Enserio? Sera un niño? -No podia mostrar más felicidad. De pronto su rostro se volvió serio. -Me dejaras verle?
-No se ahora, después veremos ese asunto. -Su pregunta me habia tomado por sorpresa, no estaba segura de lo que pasaría más adelante.
-Por favor, Ash. No me lo puedes quitar. -Sus ojos me pedían piedad, y él lentamente había empezado a acariciar mi mano más cercana.
-Después veremos. -Volví a repetir. No estaba en condiciones como para hacer ninguna decisión definitiva. Kendall seguía con la mano en mi vientre, lo tocaba con un cierto brillo, al no molestarme no lo aparté.
P.O.V. Francis
Al entrar, noté a Ash mas nerviosa de lo normal. Sabía que esto era duro para ella, sabía todo el dolor que había sufrido antes de ir a Italia. Hoy estaba radiante, realmente hermosa y hasta me enorgullecía llamarla mi novia.
Faltaban solo dos semanas para que Benja naciese. No se que pasó en mi pero sentía que él era mi propio hijo, ya quería verle la carita a ese bebe. Tenía miedo que ahora que estábamos en el España devuelta, que Ash volviera con Kendall, o peor, que se oponga a que este cerca de Benjamín.
El no tenía derecho a alejarme. Yo era el que había estado todos estos meses con teniendola a ella mientras este imbecil se la paseaba con su noviecita de revista. Yo la amaba, ella me había vuelto un hombre nuevo; el hombre que yo era antes del accidente.
Savannah me había parecido una buena chica, por lo visto era muy divertida; aunque no me gusto como me miro. Fue una sonrisa seductora, no la que le debes dar al novio de tu mejor amiga. Esperaba no tener problemas con ella.
Sostuve la puerta, para que Ash pasase. Me paré a su lado, y le sostuve la mano para generarle confianza. De pronto, siento que una voz masculina llama a Ash. Al segundo veo como Ashley estaba abrazada a alguien muy cariñosamente. Frunci el seño, mi lado celoso salió.
-Bonita! Ash! -El chico le dijo a Ash, yo seguia serio, no me gustaba nada que le dijese bonita. - Ya era hora que me presentes al hombre que te tiene volando, no?
-Jacob este es Francis, mi novio. -Un alivio recorrió mi cuerpo. Era Jacob, su amigo. Varias veces me habia hablado de él, y no tenia nada que preocuparme. Además, era la primera vez que le oía decir la palabra "novios" enfrente de otras persona; eso me gustó, mucho. Sonreí
-Mucho gusto. -Dije en un tono amable mientras estiraba mi brazo para saludarlo.
-Ven aquí, con lo que Ashley me ha contado, tu ya eres parte de la familia. -Dijo ignorando mi apretón de manos y echándose hacia mí para abrazarme.
-Y? Ya tiene tu confianza Jac? -Pregunto Ash, emocionada.
-Claro que la tiene, parece un buen chico. -Respondió Jacob mientras me palmeteaba la espalda amistosamente.
-Ves! Te dije que... -De repente Ashley calló y fijó su vista en algo, estuvo varios minutos así, trate de identificar que la tenía perdida pero no logré encontrarlo.
-Tierra llamando a Ash...-Dije riendo moviendo mi mano frente a su cara. -Estas bien?
-Si, si. Solo me distraje.
-Okey. - Le respondí, abrazándola y dándole un beso el la mejilla.
La notaba intranquila, como si estuviese buscando a alguien, y escondiéndose de las personas. Había empezado a rascarse la muñeca derecha, hace ya un tiempo había empezado a notar que lo hacia cuando estaba nerviosa o preocupada.
-Los dejare para que puedan charlar, y conocerse más, vale? -Dijo sonriente, y yo asentí con la cabeza y le sonreí.
-No tardes mucho, y ten cuidado! -le dije antes de que se fuera, seguido de un corto beso.
-Nos vemos, linda! -La saludo Jac, estaba muy sonriente. A pesar de que era su mejor amigo me incomodaba bastante que le dijese todos esos apodos. Antes había sido bonita y ahora linda, pareciera que lo estaba haciendo para molestarme.
Cuando Ashley salio de la vista, la cara de Jacob se tornó oscura y seria, muy intimidante. Frunció el ceño y disimuladamente me tomó por la camisa. Me asusté, pense que iba a pegarme.
-Escúchame chico nuevo,-dijo con desprecio.- no quise decir nada frente a Ashley para no preocuparla, pero yo a ella la quiero y mucho; en el momento que me entero que le haces algo que la lastima o le haces derramar tan siquiera una sola lagrima, te romperé todos y cada uno de tus huesos. No estoy bromeando. Te mataré. -Luego de eso me soltó y se alejó. Mierda me había asustado. Nunca tuve planeado hacerle ningún daño a Ash, pero esto me hizo temerle a la vida.
Esto me hizo pensar si había hecho bien en volver a España. Todo estaba yendo muy bien como para que fuera real. Ayer a la tarde al llegar me encontré con mi madre. Estaba muy feliz de verme, yo tambien. Por mas de que se había empecinado con mandarme a ese internado a la fuerza, estaba muy agradecido que lo haya hecho.
En primer lugar por haber conocido a Ashley, la mujer mas hermosa del planeta, y segundo porque realmente me había hecho bien estar allí un año. Mi vida no era linda luego del accidente, estaba llena de oscuridad y sufrimiento.
Varias veces había planeado escenas para suicidarme; saltando de altos edificios, desangrándome en la bañera o simplemente bebiendo cianuro. Mi vida estaba hundida, mi psiquiatra me llenaba de píldoras, pero lo que nadie entendía era que simplemente quería a alguien que ocupe pero no reemplaze el lugar que Mateo tuvo en mi vida.
De tan solo recordarlo se me puso la piel de gallina. Nuestras anecdotas de cuando saltabamos clase o molestamos al profesor, cuando nos reíamos hasta que nos dolía la panza o cuando nos peleabamos por problemas estúpidos. Se me formó un nudo en la garganta con tan solo pensar en él, y en el día del accidente.
...
Veníamos en su moto. El estaba manejando, ibamos hacia la casa de su novia. Estábamos cruzando la avenida, estábamos en las perfectas condiciones: Ambos con casco de seguridad, luz verde, velocidad razonable, a una hora razonable. Era sábado, veníamos de ganar el campeonato de rugby de a siete.
De pronto una luz nos encandiló, a los pocos segundos un golpe violento por la derecha nos arrastró treinta metros. Rápidamente, pero con dolor me paré. Sentí una molestia en mi pierna, al tocarla me di cuenta que tenía sangre. Reaccione, nos habían chocado. Analizé el ambiente, estábamos en una esquina. Busqué al culpable pero no lo encontré. Hijo de puta, se habia ido.
Y ahí lo vi, estaba Mateo tirado en el suelo con la moto encima. Corrí rápido para ayudarlo, le cheque el pulso, no lo sentía. Me asuste.
-MATEO! ESCUCHAME! NO ME PUEDES DEJAR! MIRAME! -Las lágrimas ya habían empezado a deslizarse por mis ojos - LLAMEN A UNA AMBULANCIA POR FAVOR! -grité desgarrando mi voz, -NO ME PUEDES DEJAR! MATEO! NO ME DEJES! NO! NO! NO! -Lo siguiente que me acuerdo es quedarse aferrado a él llorando, y que escuché a la ambulancia de eso. Los paramédicos se bajaron, y me pidieron que me aparte.
-CODIGO ROJO, CODIGO ROJO, INFORMAR A LA CENTRAL! -escuche a un paramédico gritar. Yo estaba arriba de una segunda ambulancia, con un comisario que era el que me tomaba los datos cuando vi lo peor. El enfermero había parado de mandar la señal, y pude observar como cubrian a el cuerpo de Mateo con una bolsa. Como pude esquivé a los oficiales y traspasé la cinta de "no pasar". pero dos oficiales me tomaron por los brazos para que no pase.
-SOLTARME! SOLTARME! POR FAVOR SOLTARME! -Mis lagrimas caían y no paraban. -SOLTAME! SE LOS RUEGO! SOLTAME! -Finalmente me soltaron. Corrí hasta él y me abalancé contra su cuerpo, baje la bolsa para ver su rostro. Lo mire fijo unos minutos.
-ERES MI AMIGO! NO ME PODES DEJAR! NO ASI! -Mis llantos eran violentos. -No, no así, no, que haré sin ti. Que hará Luna sin ti. No. -Lloraba como un bebe, sin consuelo. Los oficiales me quitaron de encima del cuerpo, y me llevaron afuera de la sección que tenían rodeada con cinta.
Creo que eso había sido lo mas fuerte que había vivido en toda mi vida. Me sentía vacío, no podía generar felicidad, ni tristeza. No vivía, solo sobrevivía, viendo y recordando ese día tan catastro...
-Que haces por aquí tan solitario? -Una voz a mis espaldas me distrajo de mis pensamientos. Fuck! Era Savannah. No quería estar con ella a solas.
-Em, buscaba a...-Necesitaba una excusa rápida. - Buscaba a Ash. La has visto?
-No, pero probablemente esté siendo embarazada por otro. -dijo con una sonrisa cínica. La fulmine con la mirada. -Jajaja! Mira que serio te has puesto! Que es broma bobo!
-Jajaja. -reí forzadamente. -Chao, la voy a buscar. -Trate de sonar educado, porque tenía que salir de esa situación que me estaba poniendo nervioso. La busqué por todos lados. Salí afuera al estacionamiento, afuera del salón, dentro de él, hasta fui al tocador de damas para esperarla en la puerta, pero aun así no la encontraba.
Rendido volví a entrar al salon. Me senté solo en una silla. Dónde se habrá metido? Pensaba. Me percaté que una mujer me miraba fijo; no sabía quien era pero ella parecía que sí. Llevaba un pantalón negro ajustado, una remera negra suelta escotada y un blazer negro. Le sonreí pero ella no me respondió la sonrisa. Aparte la vista hacia la derecha, y fue ahí cuando noté que habia un jardín en la parte trasera del salón. Tal vez Ash se encontraba allí. Salí pero la situación que vi no me gusto nada.
Era Ashley, de espaldas sentada muy cerca de otro hombre que también estaba de espalda. Estaba seguro que ese no era Jacob, este era rubio, castaño claro en realidad, mientras que Jacob era morocho. Él estaba acariciando el vientre de mi novia, me tensé al verlo. Y al conectar ideas, supe quien era. Ese era Kendall.
P.O.V. Ashley
-Ash, -escuché una voz, detrás mio. Una voz que reconocía perfectamente. Rápidamente alejé la mano de Kendall y me volteé. Me paré. Kendall no parecía entender lo que estaba pasando. Era Fran el que me llamaba. Estaba asustada, no sabia como iban a reaccionar cuando se conociesen.
-Fran, hey. Has hablado con Jacob?
-Sí. -respondió cortante, se lo notaba tenso, enojado. Se estaba acercando a nosotros a un paso tranquilo pero firme.
-Em.. él es...
-Francis, su novio. -Fran me interrumpió, presentándose por sí solo a Kendall.
-Ay! -me agaché, sentí una punzada en la parte baja de mi abdomen.
-Estas bien?! -Dijo Fran preocupado sosteniéndome del brazo. A todo esto Kendall estaba mudo.
-Sisi, solo fue una mal posición. -Dije recuperandome. -Fran, este es...
-Kendall. -me interrumpió Ken, estirandole el brazo a Fran para saludarlo. Fran le clavó la mirada. Ya sé porque estaba tensó. Luego del saludo, Kendall agregó: -Yo soy el padre de la criatura que lleva, por si no te habías enterado... -dijo esto último con un tono de superioridad, como para causarle daño.
-Si dejarla embarazada y despues no hacerte cargo ni preocuparte por ella ni por el niño, es a lo que le llamas padre, deberías conseguir un diccionario. -Respondió Fran con rabia. Sujete su mano para calmarlo como generalmente hacíamos cuando alguno de los dos se tensaba.
Por minutos ninguno se dijo nada, se miraban fijo como una pelea de gallos para ver quien tenia mas coraje para agregar algo. Kendall se voltió hacia la puerta como para ir adentro. Y fue ahí cuando el vaso se llenó.
-Poco hombre! -Fran le gritó, nunca lo habia visto asi de enojado. Kendall rapidamente fue hacia él y lo empujo.
-Que dijiste marica?!
-P O C O H O M B R E !! -Fran repitió pronunciando lentamente cada letra. Kendall se abalanzo contra él. Le pegó fuerte, golpe tras golpe. No sabía que hacer, se iban a matar.
-Para! Kendall! Para! Por favor! Lo vas a matar. -A pesar de que Fran se defendía, Kendall tenía la delantera. -AYUDA! -grité tan fuerte como pude. Gracias a dios Jacob me escuchó y salió corriendo. Los separó con dificultad, pero por lo menos los separó.
-Que cojones te pasa cabrón?! -Gritó Jacob a Kendall una vez que paró la pelea. -Un día que volvió y ya le estas complicando la vida! Dejadla en paz! -Jacob se acercó a mí y me abrazó, después de agradecerle rompí el abrazo y sobre la atenta mirada de Kendall, fui con Fran para limpiarle el labio con sangre, con una kleenex que tenía en mi cartera. La agarré por las mejillas y lo besé. Lentamente. Con mucho cuidado. Al terminar, me di vuelta, mire a Kendall directo a los ojos y escupí con odio:
-Ni creas que te vas a acercar a mi hijo! Eres un violento! -Le había dolido, lo note en su mirada porque la bajó. Al darme vuelta, me percaté de que la bruja del oeste ya se había dado cuenta de la situación, y había estado escuchando todo lo que había dicho hace unos segundos.
-La que se tiene que alejar eres tu, puta, me parece que eso había quedado claro la última vez que no habíamos visto. -Dijo Summer con mucho odio en sus palabras. Iba a contestar pero justo sentí otra punzada en el estomago al igual que el de hace unos minutos.
-Ay! -me agaché, agarrando mi vientre. Miré hacia abajo ya que el dolor era más fuerte que el anterior, mi vestido estaba empapado con una sustancia rara. -Fran! Llevame a la clínica! HE ROTO BOLSA!
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Jacob en multimedia
Ahí va el capitulo segundo!
Gracias x los votos!
Os quiero!