Agridulce ◆ Kookmin ; 국민

By theparkjimin

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Hablemos de que Jimin ama el rosa y Jungkook es un idiota tatuado. ➫ no copias ni adaptaciones. ➫... More

Preludio.
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Finale.
Extra ☆ Niñez

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By theparkjimin

El camino se le hace demasiado largo y demasiado absurdo, ni siquiera es capaz de poder llevar la cuenta de cuantas veces desde que había salido del hospital dio aquellos exactos pasos hacia el mismo destino, ni cuantas veces tuvo que aguantar sus propias lagrimas para llegar a tocar la puerta de la forma más respetable posible, aunque no podía hacer mucho para ayudar a su imagen. Aún tenía la cara hinchada más raspones en la piel que daban cuenta del dolor que seguía sintiendo en su cuerpo a pesar de que el alta ya estaba en su poder. Pero sin importar nada de eso allí estaba él, caminando para intentar encontrar algo que había perdido y sin la menor idea de si esta vez podría encontrarlo.

Jimin se sentía perdido en el silencio.

Porque eso había recibido durante esas dos semanas desde que la paliza había tomado lugar en su vida. El silencio sepulcral que le llenaba por completo y le hacía sentir miserable. Un silencio tan profundo que le hacía volver al punto donde no tenía a nadie con quien poder hablar, a quien recurrir, a quien apoyar. Hubo momentos en los que pensó que aquella época por fin había desaparecido para siempre de su existencia, hasta tenía pesadillas en las que volvía a ser el chico solitario y odiado por el mundo en general. Se recordaba a si mismo despertando y sudando frío, tratando de cerrar los ojos para recordarse a si mismo que la soledad había terminado gracias a que ya tenía alguien que lo amaba por se quien era y no quien debía ser, eso le calmaba para conciliar de nuevo el sueño... Ahora se daba cuenta de que el problema era que ya no se trataba de una simple pesadilla.

Cinco pasos más y ya estaba en su destino sin escudos para proteger a su magullado corazón. Soltó un suspiró pesado antes de posar su dedo índice sobre el timbre y cuando escuchó el sonido característico de este en el interior del lugar dio un paso hacia atrás cerrando los ojos. Ya era casi un ritual, en tan solo unos segundo de espera deseaba con todas sus fuerzas de que esta vez las cosas fuesen diferentes, que por fin pudiese despertar de la horrible pesadilla en la que se encontraba atrapado. Jimin necesitaba que las cosas cambiaran, Jimin deseaba que él abriese la puerta esta vez...

Pero eso nunca sucedía.

— Hola, Jimin —le saluda Taehyung con una sonrisa cansada, pero sincera—... Algo me decía que serías tu.

Era ahí cuando la esperanza abandonaba su cuerpo y la tortuosa rutina a la que se había sometido comenzaba a funcionar una vez más. Podía verlo en los ojos de Taehyung, aquella lastima que le tenía le hacía sentir muy miserable, pero parecía que no tenía opción. Necesitaba saber que había pasado, dónde estaba, conocer la explicación a todo eso antes de que colapsara por completo... Y ese final estaba muy cerca.

— De verdad lo siento por insistir tanto —susurra mirando sus propios pies—... Solo me preguntaba si ya habría vuelto a casa... 

Y ahí Taehyung le decía lo que no quería escuchar.

— Lo siento, Jiminnie... Él aún no ha vuelto...

Le ardía el pecho, ¿qué había hecho mal?

— ¿Estas  seguro? ¿No te ha llamado? Quizá pueda verlo en otro lugar, necesito hablar con él...

Pero Taehyung tenía la misma respuesta y la misma mueca triste que el día anterior, hace tres días y hacía una semana. Lo que significaba solo una cosa y Jimin podía entenderlo perfectamente antes de que siquiera escuchase su voz.

— Lo siento mucho, Jimin... No tengo noticias de Jungkook...

¿Y qué importaba cuantas veces se lo dijesen si el siempre volvía a tocar la puerta? ¿Qué importaba si parecía que su pobre corazón ya no podía con ello? ¿Qué importaba si ya había perdido hasta el más mínimo ápice de dignidad al ir a buscarlo día tras día?

Nada... Porque Jimin seguía igual de enamorado...

Y sin saber donde había ido su Jungkook.

— Lamento molestarte tanto, Tae —se disculpa esta vez a modo de despedida—... Si sabes algo avísame, ¿sí? 

Por su parte Taehyung siempre parecía dispuesto a cooperar.

— Serás al primero a quien le diga, Jimin.

Finge una sonrisa a medias agradecido y hace un gesto con la mano para despedirse. Por su parte, Taehyung observa la silueta de un chico destrozado por completo darse la vuelta y comenzar a caminar lejos del lugar que tanto le lastimaba. El hecho de ver a Jimin en esas condiciones, de sentir el dolor en su voz, notar como le lastimaba cada vez que le daba la negativa hizo que cerrase la puerta con fuerza. Se escuchó el golpe sordo en todo el departamento antes de que caminara lejos de la entrada dirigiéndose al pasillo de las habitaciones.

Esto no podía seguir así.

Por eso fue hasta la última puerta y sin avisar la abrió de par en par. Taehyung estaba muy cansado, era él quien había tenido que mentir durante todo este tiempo mirando a Jimin directamente a los ojos. Odiaba hacerlo, trataba de convencerse de que era por lealtad, porque se lo pidieron de manera expresa y tajante, pero ni siquiera eso podía borrar la mirada que el pobre chico le daba cada vez que contestaba sus dudas con excusas baratas. Todo había llegado demasiado lejos y por eso dijo fuerte y claro:

— Esto debe terminar ahora mismo, Jeon Jungkook. Estas siendo un maldito imbécil sin cerebro.

Sentado sobre la cama un chico castaño, con ojeras y con apariencia casi fantasmal se da cuenta de que ya no esta solo en su habitación. Parecía una pintura sobre un personaje miserable, un espejismo triste y solitario que quitaba el aliento, un cobarde que estaba escondiéndose del mundo para que no lo juzgasen. 

En eso se había convertido Jeon Jungkook.

Alza la mirada con los puños cerrados cuando ve a su amigo entrar por la puerta. ¿Cuantas veces le había pedido que se mantuviese lejos del asunto y tan solo le dijese a Jimin que se había ido sin dar explicaciones? Se hacía esa pregunta a si mismo y también se cuestionaba el por qué Taehyung, quien era la única persona a la que fue capaz de pedirle aquello, hacia que el infierno que estaba viviendo mucho más difícil para él. Era en ese momento, y durante muchos más desde hacía dos semanas, en los que deseaba desaparecer de la faz de la tierra.

— No te metas, Taehyung —sentencia con amargura—. Este no es asunto tuyo ni de nadie, así que no hagas amenazas estúpidas y vete de mi habitación porque no te he invitado.

Pero el nombrado ya estaba cansado porque todo lo que estaba sucediendo no tenía ni pies ni cabeza. Siempre había intentado no entrometerse en los asuntos de su amigo al estar bastante seguro de que Jungkook podía solucionar todo por su cuenta, pero esta vez era distinto. Taehyung no entendía en que momento las cosas habían llegado hasta ese punto, cuando fue que el castaño que se encontraba justo en frente suyo se convirtió en el peor de los cobardes. ¿Qué había pasado entre él y Jimin para que llegasen al extremo de el esconderse en su habitación para no verlo? No había lógica en lo que sucedía y lo peor de todo es que era otra persona la que salía lastimada con esa confusión.

— Es fácil, demasiado fácil decirlo cuando no eres tu quien tiene que abrir la maldita puerta y ver a Jimin destrozado —suelta desesperado y en busca de hacer entrar en razón a su amigo—. Ha venido más de quince veces a tocar el timbre durante la última semana y por si no lo sabes las semanas solo tienen siete días, Jeon Imbécil Jungkook. ¡Date cuenta de lo que estas creando!

Una punzada de dolor recorre de golpe el corazón del castaño que se encontraba tendiendo en un hilo fino, casi corriendo peligro de que este cayera directo al piso y se hiciese añicos sin poder arreglarse una vez más. Claro que sabía que Jimin a tocado a su puerta quince veces y también sabía que el chico estaba sufriendo, todo por su culpa, todo por sus acciones... Pero Jungkook sabía lo que estaba haciendo, Jungkook solo seguía adelante con aquella locura por la felicidad de Jimin...

Y eso era lo único que importaba.

— Sal de mi habitación, Taehyung —sentencia de manera definitiva Jungkook—. No vuelvas a hablar del tema.

Ve a su mejor amigo atónito ante su comportamiento, pero Jungkook esta decidido a no dar marcha atrás. Se recuesta sobre la cama y empieza a ojear un libro que hacía poco había conseguido mientras que desde el marco de la puerta Taehyung le fulminaba con la mirada, totalmente decepcionado y dolido. En todos los años de amistad que llevaban y a pesar de que siempre lo trato mal nunca llegó a ver aquel semblante en su amigo.

— Te lo advertí, idiota —dice riendiendose antes de salir del cuarto como se le había pedido—. Con esto lo vas a perder para siempre, ¿y sabes? El te amaba por completo, por quien tu eras... Pero cuando tu lastimas tanto a una persona esta queda con heridas de por vida que terminan esfumando cualquier especie de cariño que hubiese podido existir... ¡No quiero que eso suceda, yo los he visto, están enamorados el uno del otro! Sea lo que que este sucediendo podrán superarlo si lo hacen juntos... Por favor, Jungkook... Búscalo...

La piel de Jungkook arde de rabia y quiere gritar todo lo que tiene atorado dentro de su ser. Como si el no supiese lo que se venía, como si no supiese que estaba rompiendo el corazón de la única persona que amaba, como si no supiese que después de esto perdería a Jimin para siempre...

Como si ese no fuese el plan.

— No lo dejes ir, Jungkook... Yo se que tu lo amas tanto como él a ti...

Eso es lo último que Taehyung dice antes de cerrar la puerta tras de sí. Jungkook mira las hojas del libro frente a él, pero su mente esta en otro lado al igual que su alma. Todo dolía y era un dolor que conocía muy bien. Lo había sentido cuando le dijeron que nunca volvería ver a su madre y nunca creyó que volvería a sentir algo tan destructivo como aquello alguna vez en su vida. ¿De qué te servía haber construido un escudo a tu alrededor para nadie te lastimase si apenas alguien lo atraviesa terminas completamente roto?

Y lloró. Gritó y lloro justo como cuando se entero de la muerte de su madre. Lloró porque lo tuvo todo y lo estaba dejando ir. 

Jungkook estaba solo, había vuelto a estar solo con sus pensamientos para que así la única persona que dio todo de si por él pudiese tener un futuro brillante. Porque solo podía soportar aquella tortura si sabía que podía asegurar el bienestar del amor de su vida para siempre. El trato que había hecho fue mirando solamente hacia la felicidad del único chico que se merecía el universo entero como recompensa y es que al verlo lastimado sobre la camilla de hospital se dio cuenta que solo existía una forma de protegerlo y si debía hacerlo para nunca más verlo en esas condiciones pues no había nada que discutir. Jungkook lo dejaría ir solo porque no podía permitir que volviesen a hacerle daño a su lindo peli-rosa...

Y esperaba, rogándole al cielo, al universo y las estrellas, que algún día Park Jimin lo perdonase.





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Nota:  Capítulo 1/2.



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