" ¿Debajo de que piedra te escondiste? Se supone que debes darme mi teléfono de vuelta. >:( "
Teclee veloz, antes de que Emily notará que escribía un mensaje.
Mire hacía todos lados. Jos no me respondía desde hace rato y eso realmente me estresaba.
Sentí la vibración de mi teléfono en mis manos.
De inmediato vi el nuevo mensaje.
" Hubo unas complicaciones.
Lo siento, Val. "
--- Hijo de perra ---solté al instante. Emily me miro sorprendida por mis palabras.
--- ¿Todo bien?
--- Claro. ---alce la mirada con una sonrisa falsa, aunque realmente estaba muy enfurecida por dentro.
Más vale que ese maldito me devolviera mi teléfono hoy mismo, no puedo seguir soportando su estúpido sarcasmo, bromitas estúpidas y enorme narcisismo.
Le escribí mil mensajes más a Jos, todos pedían a gritos que me respondiera. Aunque bueno, él nisiquiera los leyó. Esto iba de mal en peor.
--- Llegamos temprano, aún hay lugares hasta el frente. ---chilló Emily corriendo hasta esa dirección, arrastrandome con ella.
Nunca había estado tan cerca del escenario, como aquella vez. Podía ver cada detalle de éste. Todo era más grande desde aquí. Por un momento imaginé a Jos parado justo en ese escenario, frente a mi, cantando cada melodía con un gran sentimiento. Si, eso sería bueno.
Era realmente difícil de imaginar que Jos, el egoísta Jos, pagará los mejores lugares de su propio concierto, únicamente para nosotras dos. Siendo honesta, creí que compraría los de la última fila. Vaya sorpresa.
--- ¡Por dios, que emoción! ---estalló Emily dando enormes saltos y corriendo de un lado hacia otro, llamando la atención de algunas personas ahí.--- ¡Esto es perfecto! ---reí al ver la mueca que hacía.
--- Creo que será el mejor concierto al que hemos ido.
--- El mejor de todos. ---aclaró.
Después de eso, esperamos ansiosas por que la hora estimada del comienzo del concierto llegará. Emily no paraba de hablar sobre lo curvos que eran los chinos de Freddy.
Y yo, yo sólo esperaba una respuesta por parte de Jos. La cuál nunca llegó.
El concierto había empezado, había un chico cantando a acapella, sentado en una silla. Él estaba abriendo el concierto. Y quizás después de 3 canciones, finalmente podría ver a CD9.
Miré hacía mi derecha, y Emily parecía estar gozando -demasiado- la música de aquél chico.
Rápidamente escribí un último mensaje.
" Más vale que contestes, imbécil de mierda, o juro que no volveré a hablarte. Nunca. "
No respondió. Y yo enfureci.
Alce mi vista rápidamente, ¿En qué momento había desaparecido aquél chico? Ahora ya no había nadie. Las luces apuntaban hacía todos lados, estaban locas. En la pantalla comenzaba a aparecer, en grande y con tinta roja " CD9 ".
Entonces aparecieron. Con la misma energía que todos los demás conciertos a los que había ido.
Nunca los había visto cantar así de cerca. Era glorioso, en verdad.
Freddy se había posicionado justo frente a nosotras y Emily no dudó en gritar mil y un sucias palabras. Que creo que logró escuchar.
Alan llegó con el ruloso, pasando uno de sus brazos por los hombros de Freddy, abrazandolo y cantando a la vez.
Su cabello estaba impecable como siempre, ni un sólo cabello fuera de lugar, haciendo que su rostro se mirara más angulosa de lo que era.
Miré a Alonso, bailando en medio del escenario, con su tierna sonrisa en el rostro. Todas las coders gritaban. Él dejó de bailar para poder soltar una gran carcajada. Era tan lindo.
Y luego vi a Bryan saludando a unas cuantas fans, sonrió y les guiño un ojo. Para después seguir cantando, moviéndose de un lado a otro en el escenario.
Entonces, rápidamente busque con la mirada al integrante faltante de banda. Mire de izquierda a derecha, de arriba a abajo. Pero... ¿Dónde está Jos?
Con el ceño fruncido por la confusión, agache mi cabeza para poder enviar un mensaje.
" ¿Dónde carajos estás? "
Está vez, respondió.
" Ahora sabes a que me refería con complicaciones, será otra noche, ojos lindos "
Realmente quería explotar después de leer aquello. No había venido a Puebla sólo para que me dejará así. Ahora estaba tan molesta que quería gritar y gritar. Pero lo último, ojos lindos, eso hizo que pudiera tranquilizarme un poco más.
Me quedé hasta el final del concierto, había sido genial, pero no era suficiente para desaparecer esa furia dentro de mi.
Aún faltaba el M&G, pero a decir verdad, estaba muy cansada.
Tarde un poco en convencer a Emily de dejarme ir, planeaba pasar el resto de la noche en el hotel, Emily insistió en venir conmigo, aunque vi que se la pasaba bien con unas cuantas coders que había conocido en el concierto, así que pensé que quizás sería bueno que ella se quedara.
Había mucha gente afuera del Auditorio, la mayoría eran chicas jóvenes.
Cuando estaba cruzando la calle para llegar a mi hotel, mi teléfono comenzó a vibrar. Era mi número, ósea, Jos.
Enfurecida rechace la llamada y guardé el móvil en mi bolsillo.
Las puertas cristalinas del hotel se deslizaron hacia ambos lados, al notar mi presencia a unos cuantos centímetros.
El olor de la recepción inundó mis fosas nasales, y una oleada de frío recorrió mi cuerpo. Hacía frío aquí.
Oprimi el botón del ascensor, se abrieron las puertas y entre inmediatamente. Volví a oprimir un botón, está vez el que decía "8".
Unos minutos más tarde, ya estaba cerrando la puerta de mi habitación, 860.
Apenas di unos cuantos pasos, y escuché como le daban tres golpecitos a la puerta de mi habitación.
--- Por dios, larguense... ---murmure con una voz baja.
Deje mi bolso en el suelo y mi chaqueta en la cama.
Abrí la puerta.
--- ¿Qué? ---pregunté enfadada al mismo tiempo que abría la puerta. Mi mandíbula casi tocaba el suelo de tan abierta que la tenía.
Cejas pobladas; cabello negro despeinado; piel blanca y adornada con unos pocos lunares; lindos ojos avellana, que ahora parecían ser más bien un avellana verdoso. Saben quien era.
De inmediato me dispuse a cerrarle la puerta en la cara, pero puso el pie y me fue imposible completar esa misión.
Bufe y volví a abrir la puerta.
--- Ni se te ocurra volver a hacer eso, otra vez, ojos lindos. ---dijo con ambas cejas alzadas, y me guiño uno de sus ojos.--- ¿Puede pasar? ---pregunto.--- Claro que puedo, soy Jos Canela. ---se respondió a sí mismo y me hizo a un lado para poder entrar.
Yo estaba en shock, ¿Quién se creía que era? Ah claro, el idiota de Jos Canela. Como si eso cambiará todo.
Cerré la puerta instintivamente y lo seguí con el ceño fruncido.
--- Ni se te ocurra dar un paso más. Estás invadiendo mi espacio personal. ---dije deteniendolo, poniendo un par de dedos en su pecho.
--- No, tú estas invadiendo mi espacio personal. ---corrigió, mirando mi mano en su pecho.--- Aunque si a eso quieres jugar. ---ronroneo con una media sonrisa. Tomó mi cintura con sus manos y me apego a su cuerpo, me quedé paralizada y no pude hacer nada más que mirarlo.--- ¿Qué tal eso?
Tragué saliva y mi cerebro volvió a ser funcional.
--- Hueles a cebolla. ---mentí refiriéndome a su aliento. Y me aleje de él.
--- ¿Qué? No es posible, nisiquiera he comido cebolla. ---habló preocupado.
--- Es tu olor natural... ---dije molesta y le di la espalda.
Escuché como corría al baño de la habitación, y enseguida se encerraba ahí dentro.
Corrí tras él, cuando me di cuenta de eso.
--- ¡Ni se te ocurra usar mi cepillo de dientes, o te voy a matar!
No escuchaba nada del otro lado de la puerta, y después de unos minutos, Jos salió del baño, con una gran sonrisa y un aliento a menta.
--- Ya no hay cebolla en mi boca. ---celebró regresando a la habitación.
Sin preguntar, se sentó en la orilla de mi cama y encendió la televisión. Se acostó, acomodando ambos brazos debajo de su cabeza.
Debo decir que se veía realmente guapo así. Hace tiempo que no lo veía en persona.
--- ¿Qué estás haciendo?
--- Veo " Sam y Cat " ---dijo sin mirarme.
--- No me refiero a eso, idiota. ---dije arrebatandole el control de las manos para poder apagar la televisión.--- Me refiero a que haces aquí, en mi habitación. ---dije algo alterada.--- Nisiquiera sé como supiste el número de mi habitación.
--- No apagues la televisión. La estoy viendo. ---se quejó.
--- ¡Respondeme!
--- Eres insoportable. ---se quejó y rodó los ojos.--- Primero que nada, estoy aquí para hablarte de algo que he estado pensando; Segundo, sé tú número de habitación y tú piso, porque por si lo Olvidaste, yo fui quién pagó todo esto. Por lo tanto, tenía que saber el número de tu habitación; y Tercero... ¡Enciende la televisión!
Casi olvidó que él había pagado éste viaje. Ahora no sé si quería dormir aquí.
--- ¿De que querías hablarme? ---pregunté confundida.
--- No diré ni una sola palabra hasta que enciendas la Tele.
--- Ahg. ---me queje y la encendí.
--- Gracias, bonita. ---me guiño un ojo y volvió a acomodarse como estaba anteriormente.
--- ¿Vas a decirme o no?
--- Ah, si, como sea. ---balbuceo.--- No te devolveré tu teléfono.
Espera... ¿¡QUÉ DIJO!?