Where's My Phone? ©

《 XV 》

Dejé mi equipaje en la entrada de la habitación del Hotel y de inmediato me lancé sobre una de las camas, las cuales estaban forradas en blanco.

Emily apareció con dos maletas en ambas manos, las llaves de la habitación en la boca, un gran sombrero en su cabeza y osito de felpa, el cual estaba balanceando muy bien en la punta de su pie.

--- ¿Necesitas ayuda? ---pregunté, aunque era claro que si.

Cuando apenas me puse de pie, Emily tropezó torpemente con uno de mis zapatos, y entonces todo lo que traía encima voló por toda la habitación, y ella terminó en el suelo, mientras un par de calzoncillo cubrían su rostro.

--- ¿Éstas bien? ---pregunto levantando el calzoncillo rosa para verle la cara.

--- ¿¡Parece que estoy bien!? ---exclamó y enseguida me le quite todo de encima para que pudiese ponerse de pie.--- Ahora tendré que volver a planchar mi cabello. ---anunció rendida con una mueca de enojo.

--- Si lo planchas una sola vez más, podrías quedar calva. ---dije tirandome de nuevo a la cama.

--- Últimamente eres más molesta de lo normal. ---se quejó con el entrecejo fruncido.--- ¿Qué ocurre contigo?

Gruñi al recordarlo. Jos era mi bendito problema. Era un estúpido metiche y eso me ponía mal.

--- ¿Recuerdas esa vez que me advertirse sobre qué Jos podría ver mi cuenta de Wattpad?... ---murmure con una mueca mientras miraba al techo.

--- Si... ---prosiguió aún sin entender. Entonces la miré obvia, con mis ojos intentando escapar de mis órbitas oculares. Ella enseguida abrió la boca y su cara era la misma que la de alguien que acababa de ver un fantasma en tanga de Leopardo.--- ¡Valiste Mierda, Val! ---gritó aterrada.

--- Gracias por tu humilde ayuda, AMIGA ---remarque lo último y está a quejó.

--- Sólo digo... ¿Estás completamente segura de que vio tu Wattpad?

--- ¡Claro que estoy segura! ¡El infeliz me lo dijo! ---chille y volví a hacer una terrible mueca al recordar sus palabras. Tomé una almohada y la puse sobre mi cara.

--- Quizás no leyó tus historias... o las de la Biblioteca. ---intento calmarme la castaña, aunque era obvio que mentía.

--- Por favor Emi, ¡Es mi fin! ---exclame.--- Y lo peor, es que hoy tendré que verlo a la cara.

--- Bueno, debes hacerlo, tienes que enfrentar tus problemas. ---dijo haciendo un tono ridículo con su voz.

--- Mmh... no, prefiero esconderme bajo esta almohada todo el día. ---hablé segura de mis propias palabras.--- Quizás podrías llevarle el móvil tu, y traerme el mío.

---- ¡No soy una obesa paloma mensajera a la cual puedas usar cuando no tienes la agallas para hacer las cosas por ti misma! ---chilló enfadada y la miré sorprendida.

--- ¡Bien! ---exclame.--- ¡Pero si desgreño al imbécil frente a miles de fans no me culpes a mi! ---replique. Emily puso los ojos en blanco.

--- Sólo dale el teléfono y espera a que el te lo de. Si quieres no digas ni una sola palabra, sólo toma lo que es tuyo y nos vamos. ---opinó y yo alce una ceja, no era una mala idea.

--- ¿Y si me habla?

--- Dile que puede irse a joder a su putisima mandarina. ---dijo.--- Pero con amor, obvio. ---agregó y rió levemente.

--- Al menos no tendré que verlo o hablar con él nunca, nunca más. ---sonreí imaginando una vida sin Jos.

--- Sabes... muchas matarían por al menos ver a Jos de lejitos, y tu estás desaprovechando terriblemente. ---se quejó mi amiga.

--- Quizás sea porque no conocen al verdadero Jos. ---respondí.

--- Sólo digo que... tal vez no deberías devolverle el móvil... ---susurro lo último con algo de temor a equivocarse. De inmediato quite la almohada de mi rostro y la mira con una mueca de terror.

--- ¿Emily? ¿Eres tú? ---bromee y ella rió nerviosamente.

--- No, soy un extraterrestre y me gustan los pandas. ---bromeó.

El sonido de un teléfono nos hizo callar y prestar atención a el sonido. El móvil con protector verde vibraba sobre las sábanas de la cama. Abrí mis ojos con gran temor.

--- ¿Jos? ---preguntó mi amiga mirándome, refiriéndose a quien podría estar llamando.

--- Realmente espero que no... ---murmure.

Tomé el móvil con miedo y con demasiada cautela, le di vuelta y mire el nombre de quien llamaba.

--- Desconocido... ---murmure finalmente.

--- ¿No es Jos?

--- Parece que no... ---dije y acepté la llamada, llevando el móvil a mi oído.--- ¿Hola?

--- Hola, preciosura. Guiño, guiño. ---hablaron alegremente del otro lado del teléfono y enfurecida respondí.

--- Número equivocado, imbécil. ---dije sabiendo de quien se trataba.

--- No, estoy seguro de que estoy hablando con una pequeña castaña de voz molesta, llamada Valery. ---respondió.

--- Adiós, Inepto.

--- No lo creo, Inepta. Sólo quiero hablar contigo, ya sabes, de macho alfa a hembra. ---dijo.

--- Escucha, Jos, no necesito y no quiero hablar contigo, así que ¡Adiós!

--- Oh, no amor. Vas a contestarme.

--- ¿¡Qué quieres!? ---exclame.

--- Sólo quiero asegurarme de que no me asesinaras al verme, porque bueno, eso no sería muy bueno para mi.

--- Si no te mato, es porque logre romperte varios huesos importantes.

--- No me gusta tu forma de pensar, amor. ---respondió tragando saliva.

--- ¡No me llames amor!

--- Bien, te llamaré basurita, ¿Te gusta? ¡Bah! No me importa.

--- Imbécil...---musite.

--- Muy bien, vendrás a el meeting y haremos un pacífico intercambio, después todo volverá a la normalidad, basurita. ---dijo rápidamente, confiado de si mismo.

--- Tú no me das órdenes, basurota.

--- Eres mala con los apodos, amor.

--- ¡Deja de decir eso!

--- Escucha, sólo quería avisarte eso ¿bien? Lo demás no me importa, sólo ven aquí y lárgate lo más lejos de mi vida que puedas. Ahora... ¡Adiós, amor! ---finalizó.

--- ¡No soy tú maldito amor! ---grité pero ya había colgado.

--- Wow, eso fue intenso, ¿No lo crees? ---interrumpió Emily.

--- Es un grandísimo idiota.

--- ¿Irás a él Meeting?

--- ¿Tengo opción?

--- Uuuuy, sólo bastó que él te llamará y te dijera "amor" para que cambiaras de opinión. ---se burló mi amiga.

--- ¡Cállate! ---me queje.

Bufe enojada. Y mordi mi labio al avergonzada. Amé que me llámase amor, pero eso no quita lo idiota que es.