Nuestras miradas, como un iman cuando succiona hierro, se han enredado, atracción fatal
y todo vuelve a empezar. Luz de luna
rúbrica, íntima, de un pacto demoniaco 🎶
* * *
<<¿Por qué no iba a recordarte, Magnus? ¿Cómo podría no hacerlo?>>
Alec dejó un momento su momento su vientre, para poder abrazar bien a Magnus. Sentía que algo iba mal, ¿por qué le hacía esa pregunta? ¿y por qué estaba temblando?
Intento hacerlo entrar a la habitación, pero Magnus se resistía tal vez sin darse cuenta.
-¿Magnus? -sintió su corazón romperse con sólo preguntarlo-. ¿Ya no me quieres?
-¿Qué? -eso pareció sacar a Magnus de su shock-. ¡Claro que te quiero! Estoy aquí, por ti, por ustedes...
Su mano se posó en el vientre de Alec, que con el contacto pareció volver a respirar mientras sus hijos reaccionaban al toque de su otro padre.
-Entonces, ¿qué pasa? Estás raro.
-¿Sabes quién soy? -le pregunta ya estaba empezando a preocupar a Alec.
Sus manos acunaron el rostro de Magnus, se perdió un momento en su mirada. -Me gustan tus ojos. Mi color en ellos. Eres mi Luna, tú lo dijiste, el padre de mis hijos. Yo nunca podría olvidar eso. Nunca, ni aunque lo intentaran.
-¿Nada más? -el miedo de Magnus empezaba a disminuir.
Camille le mentía y lo manipulaba.
¿Por qué no se dio cuenta antes?
Estaba jugando y volteando todo a su favor. Pero... ¿qué ganaba ella?
-Bueno -Alec se sonrojo-. Diría que eres nuestro todo. Ahora, ¿podemos entrar? Hace frío.
Magnus dejó que Alec lo arrastrara con él. Alec claramente recordaba su nombre, pero debía seguir sin recordar su trato con Camille, y no sabía que él era el profesor... ¿Recordaba en este momento al profesor?
-¿Hay algo que quieras decirme? -no pudo evitar la pregunta.
-En realidad sí. He tenido estos sueños...
-¿Qué sueños?
Alec se rió mientras iba a la cama y palmeaba el lugar a su lado. Necesitaba a Magnus cerca, abrazarlo, asegurarse que estaba ahí y no como en sus sueños...
-A eso voy. Desde que me enteré que son dos -ambos, a la vez, acercaron sus manos al vientre de Alec-, dos niños o niño y niña, nuestros dos hijos, he soñado con ellos, están en mis brazos, y tú con nosotros, pero cuando quiero mirarte, volteo y tu imagen se difumina, o el sol enceguecedor me impide verte. Y me da miedo que sea verdad, que tú vas a irte, que no vas a estar conmigo cuando ellos nazcan, que vas a dejarnos...
CONTINUARÁ...
Perdón el capítulo anterior y gracias por sus comentarios ❤