La vida no es tan mala

By Puuuly

118K 11.2K 6.1K

Después reencontrarse de la peor forma, Katsuki ayuda a Ochako a ver la vida de otra manera, no todo tiene qu... More

Accidente
Hospital
Despertar
Percance
Camino a casa
Conviviendo
¿Qué es esto que siento?
Noche de películas
Reencuentro
El puto abogado
El puto abogado, pt 2
Un mal día para Bakugou
Una noche extraña
Un día extraño
Malas decisiones
Palabras que duelen
¿Donde estas, Uraraka?
El valor de la amistad
Al fin te encontré
Noche en casa de Iida
Volviendo a casa
La vida no es tan mala.

¿Donde estas, Uraraka? pt 2

3.7K 420 193
By Puuuly

Esa mañana Katsuki despertó sin ánimos, los ojos le pesaban y no quería levantarse. Se estiró en la cama, pasando por las 2 plazas que abarcaba el colchón y nuevamente pensó en lo grande que era para que solo durmiera una persona ahí.

Se puso se pie y si dirigió al baño, mirando nuevamente por toda la casa a ver si alguna cabellera café se asomaba por el lugar, pero no, no había nada más que un silencio en ese gran departamento.

Solo ahí notó lo vacío y silencioso que era todo, no se había dado cuenta hasta ese momento de la calidez y luz con la Uraraka inundaba ese lugar.

-Diablos. -Bakugou gruñó, quería verla, quería asegurarse de que estuviera bien.

Pensaba en lo que la ex compañera de trabajo le había dicho, 'vino a cobrar lo que le debían solamente y se fue, no dijo nada más, pero se veía algo... triste'.

Triste.

Le daba dolor de cabeza imaginar la cara de la morena, si siempre estaba sonriendo y de buen humor, para que notaran que estaba triste debía de notarsele demasiado.

Le dolía pensar que ella podía estar tan triste y más aun por culpa de él.

Fue a la cocina para poner el hervidor y tomarse un café, debía calmarse, debía esperar, ella era tan torpe y no tenía donde ir, lo más probable es que en un par de días volvería ahí con él y podría disculparse, besarla y no dejarla ir nunca más.

Y así pasaron los días, siete para ser exactos, una semana en la Katsuki se mataba mentalmente por saber donde se encontraba la pequeña tonta que lo tenía desesperado, el pensamiento de que le había pasado algo y nadie sabía de ella hacía que le hirviera la sangre. ¿Como era posible que nadie la haya visto? Pensó en los padres de la chica, y en que ella no le había hablado nada de ellos, tal vez se llevaban mal, era un opción, dado que prefirió quedarse con el chico explosivo de su antigua clase antes de ir por ayuda con ellos luego del accidente.

Ya no podía más y fue por respuestas.

La primera parada era la oficina de policías, necesitaba la ayuda de su jefe.

-¡Masakiiiiii! -Abrió la puerta de una patada con las manos en los bolsillos.

-¿Oh? ¡Katsuki! Qué placer tenerte con nosotros, ¿qué pasa? ¿Te encuentras mejor? -Le preguntó su jefe, poniéndose de pie.

-Oi, viejo, necesito tu ayuda. -Le dijo apuntándolo con el dedo. -Necesito que ubiques a una persona.

-¿A quién? -Preguntó curioso el hombre, ladeando la cabeza.

-¡A quién más! ¡A la idiota Cara Redonda! -Gritó enojado ya, todo lo que había aprendido sobre manejo de ira se estaba yendo al carajo.

-¿A Ochako? -Le volvió a preguntar, levantando la ceja, no entendía que estaba pasando.

-¡Claro que sí! -El rubio levantó los brazos. -¡Maldita sea, Masaki, dime a quién más podría importarme!

El jefe de policías se acercó a su mano derecha y lo tomó de los brazos. -Debes calmarte un poco, vamos a mi oficina. -A lo que Bakugou aceptó.

Ambos chicos entraron a la no muy grande pero cómoda oficina del hombre, Katsuki se sentó en una silla y se desesperó cuando su jefe fue a servir unos tragos de whisky.

-No vine aquí a beber. -Soltó sin más. -Dejé el alcohol hace algunas semanas.

-Deberías relajarte mi chico, estás muy tenso, ahora cuentame, ¿Qué pasó con la adorable Ochako?

-Pues no lo sé, de un día a otro ella dejó de ir a verme al hospital y cuando llegué a casa ya no estaba, por eso he venido, Masaki, por favor ayúdame a encontrarla.

-Uhm, ¿y no has pensado que si no estaba en tu departamento es porque no quiere estar ahí?

-¡No me importa! ¡Solo quiero saber si esta bien! ¡Si esta viva! -Bakugou puso ambas manos en la mesa con fuerza, levantándose al mismo tiempo, su jefe no lo estaba ayudando en nada.

-Tranquilo siéntate, no he dicho que no te ayudaré. -Habló calmado. -Solo te digo que si ella no está contigo es porque no quiere, no creo que se haya ido solo porque sí, y de ser así, no deberías obligarla ni hostigarla.

-¿Huh?

-¿Le habrás dicho o hecho algo que no le gustó? Tal vez soltaste un comentario que la hizo enojar, tú sabes, las chicas son algo sensibles. -Masaki bebió un poco de su whisky, cerrando los ojos.

-¿Acaso tú sabes algo de chicas? Si eres un viejo sin remedios. -El rubio frunció el ceño, ese hombre lo hacía enojar tanto.

-Oye, no me trates así, también fui joven. -Decía con los ojos llorosos. -Bien, en realidad eso no importa, entonces, ¿Cuando fue la última vez que viste a la chica?

Katsuki se lo pensó un poco. -Uhmm, creo que fue el día que desperté.

-¡¿QUÉ?! ¡¿Y esperas hasta ahora para buscarla?! ¿Has hablado con los padres de ella o algún familiar? ¿Amigo? ¿Alguien?

-¡NO DIGAS ESO! ¡NO SABES COMO ME COMIDO LA CABEZA PENSANDO EN QUIÉN PODRÍA SABER ALGO! ¡HE IDO A LOS LUGARES MÁS HORRIBLES PARA OBTENER INFORMACIÓN! -El chico estaba enojado.

-Jejeje, no te alteres hombre, bien, empezaré con mi investigación, dame toda la información que tengas y te ayudaré. -Su jefe le sonrió de una manera que calmó un poco su enojo.

-Bien, te diré todo lo que quieras. -Dijo bajando la vista.

-No te preocupes Katsuki, la vamos a encontrar, más que mal, yo igual necesito de ella.

Y así estuvieron hablando por unas largas horas, el rubio le contó todo lo que sabía de la chica y lo sucedido en el hospital, luego de unos retos y consejos que nadie pidió por parte de su jefe, Bakugou salía de la estación de policías, un poco más tranquilo que antes.

Se subió a su vehículo y fue a una cafetería que estaba por ahí cerca, últimamente estaba bebiendo demasiado café.

Mientras esperaba la taza con el líquido oscuro, en su mente pasaban miles de ideas, pero algo que si le molestaba era la forma en como se lamentaba por lo que había hecho.

Por lo general nadie toleraba el mal humor de él, las personas siempre corrían sin siquiera conocerlo solo por la impresión que daba, que a pesar de ser un histérico que no se sabe controlar, también podía ser una buena persona (o eso pensaba), pero ella, esa tonta, siempre se quedaba a su lado.

A pesar de que la había tratado pésimo, a pesar que todas las cosas horribles que le dijo, por muy mal que siempre la tratara, por todas las veces que le gritó y le hizo algún comentario o broma fea, Uraraka siempre se mantuvo con él.

Pero no pudo verlo hasta ese momento, después de decirle todo lo que dijo y de dejarla irse llorando, después de todo ese daño que creo en la morena, solo ahí pudo darse cuenta de que era momento de quedarse al lado de la esa chica y no dejarla ir, así mismo como ella lo hacía con él... pero no lo hizo.

-Cara Redonda, lo siento tanto.

Se puso la mano en la frente, ella le había salvado la vida, literalmente hablando del villano que casi lo mató, pero ahora no pensaba en eso, ella lo salvó, le había enseñado a vivir de nuevo, le devolvió la alegría y lo sacó de la monotonía del trabajo, antes de Ochako, él solo despertaba para ir a trabajar y volvía para beber algo y dormir, y así se repetían todos los días en su vida desde hace 5 años atrás.

Hasta ese día, ese accidente, donde todo había cambiado, dejó de beber, empezó a comer comida real, se reencontró con su mejor amigo, reía de las idioteces que Uraraka decía o hacía, se había enamorado...

Sí, se había enamorado de esa idiota, si no, no la estaría buscando por todos lados como un loco, si no, no estaría desesperado pensado en que algo malo le había sucedido, si no, no estaría pensando en su cara estúpida cada 5 minutos, en su maldita sonrisa, oh sí, extrañaba despertar y ver esa sonrisa ahí a su lado.

Pasó ambas manos por sus cabellos rubios justo antes de que llegara su taza de café... café, café como su suave cabello, recordó esa vez que la morena se había enojado con él por hacerla salir a correr y luego como dejó que él secara su cabello después de la ducha de 4 horas que tuvo, olía tan rico, era tan sedoso y suave...

Suave como los besos de esa tonta.

Esa vez que la besó sintió por primera vez como era que el corazón te saltara de la emoción, se sintió tan bien, tenerla así de cerca y abrazarla como si siempre hubiese sido de él, como si siempre hubiese estado ahí para él, pero ahora no estaba y todo era por su culpa.

-¡Aaahh, mierda! ¡Todo por mi maldita culpa! -Dijo poniéndose de pie y saliendo del lugar, sin siquiera haber probado un poco de su café.

Se subió al auto emputado, tomando con fuerza el volante y hundiendo con fuerza su pie en el acelerador, no sabía donde ir, pero su mente se iluminó en ese momento.

Si había alguien que tenía que saber algo de Uraraka era Ashido, no podía ser cierto que ella no le hablara ni le dijera algo sobre donde se iría, eran super amigas y la chica con cuernos reaccionó demasiado tranquila cuando Bakugou la había llamado por teléfono.

Recordó aquella vez que salieron los 4 a un bar y ella había dicho su dirección, no la recordaba exactamente bien pero no le importó.

Al llegar al lugar donde pensaba que vivía Mina salió de su vehículo y corrió a la puerta, golpeándola fuertemente.

-¡ABRE LA MALDITA PUERTA, OJOS NEGROS, SI NO QUIERES QUE LA BOTE AHORA MISMO! ¡TE MATARÉ! -Gritaba desde afuera mientras creaba una explosión para tirar ese pedazo de madera.

-¡Qué pasa! ¿Quién es? -Decía la chica, abriendo la puerta, quedando extrañada ante el rubio que estaba parado frente a ella. -¿Ba-Bakugou?

El recién mencionado la tomó del cuello de la polera que estaba usando con la mano contraria a la que estaba a punto de explotar. -¡Dime donde se fue la maldita tonta!

-¡Bakugou! ¡No sé de qué hablas! -La pelirosa puso sus manos frente a ella, por un reflejo en intentar tapar la explosión.

-¡Dime donde se fue! ¡Dímelo o morirás! -Le gritó por última vez.

-¡Hih! -Ashido cerró los ojos con fuerza, esperando lo peor, pero de pronto sintió como caía sobre el suelo de la entrada de su casa, abriendo los ojos inmediatamente y viendo como el pelirojo de su novio se lanzaba encima del rubio.

-¡¿Qué crees que estás haciendo, imbécil?! -Kirishima se había vuelto duro, frenando la explosión que iba dirigida hacia Mina.

-¡ESA PERRA SABE DONDE ESTÁ URARAKA! -Le gritó Bakugou, fuera de sí, creando dos nuevas explosiones en ambas manos.

-¿De que estás... -Eijirou miró hacía atrás, fijando la mirada en su novia, entrecerró los ojos, dando a entender que quería saber si aquello era verdad, pero ella le movió la cabeza de lado a lado, diciendo que no. -¡De qué estás hablando! ¿Te volviste loco?

Dos nuevas explosiones volvieron a frenarse en el cuerpo del pelirojo, mientras este afirmaba a su amigo en el suelo, quién gritaba unas cuantas (bastantes) groserías.

-¡Esa perra lo sabe, Kirishima, déjame en paz! ¡La haré hablar de una puta vez! ¡¿Acaso te imaginas lo que debe estar pasando la otra idiota sola?! ¡Déjame ya!-Katsuki gritaba mientras creaba más y más explosiones en sus manos, reventandolas encima del chico que estaba encima de él.

-¡Amigo tranquilízate!-A Eijirou ya le dolía el cuerpo, estaba siendo demasiado para él.

-¡No me pidas que me calme, maldita sea! ¡No sabes lo que estoy sintiendo! ¡Mierda, no sabes lo enojado que estoy! -El pelirojo sentía como cada vez la fuerza de las explosiones que tanto le estaban empezando a doler bajaban su intensidad. -¡No sabes... ¡Tú, no sabes... no... sabes... lo mal que me siento! -Terminó de decir Bakugou, ahora solo golpeando sin fuerza alguna las costillas de su amigo, poniendo una casi imperceptible cara de pena.

-¿Te sientes un poco mejor ahora? -Le preguntó el chico de cabellos puntiagudos.

Katsuki asintió, apretando la boca y sintiendo como el agarre de su amigo dejaba de apretarle, Kirishima, que estaba encima de él se puso de pie y le estiró la mano para ayudarlo a pararse, el rubio la aceptó y al estar frente a frente, lo tomó y lo abrazó fuertemente.

-¿Qué estás haciendo imbécil? -Preguntó Bakugou, poniendo sus manos en frente, alejando al otro chico.

-Amigo, es un abrazo, eso haces cuando alguien necesita tranquilidad. -Decía el de cabello rojo, levantando los hombros. -Ahora que te has desahogado pensé que querías uno.

-Deja de ser tan jodidamente homosexual.

-Creo que los regaños de Uraraka han hecho efecto, me impresiona que hayas dicho homosexual en vez de marica, puto, mariquita, o trol...

-No intentes desviarme, puede que me haya desahogado, pero esa maldita perra tiene que decirme donde está mi Cara Redonda. -Decía Katsuki mientras apuntaba la casa de Ashido.

-Amigo, ¿Me puedes explicar que está pasando? -Le preguntó sin más, Eijirou no entendía nada.

El rubio se sentó en la vereda que estaba fuera de la casa de la chica rosa, poniendo sus manos en su mentón. -Yo... -Suspiro. -No sé como empezar...

-Bueno, pues por lo que has dicho ahora, imagino que Uraraka se fue y no sabes donde está.

-Uhm, sí, algo así. -Dijo mirando el suelo.

Kirishima puso una mano en el hombro de su mejor amigo mientras se sentaba junto a él. -¿La extrañas demasiado?

-No te imaginas cuanto. -Bakugou volvió a suspirar.

-Ella regresará viejo, y si no, nosotros la vamos a encontrar. -El pelirojo sonreía ampliamente.

-Gracias amigo. -Le devolvió la sonrisa. -Pero no creo que regrese, ya han pasado semanas, debo saber donde está, debo disculparme con ella.

-¿Ves como la cagas por pensar que a Midoriya le gustan las chicas? -Dijo Eijirou, riendo ante lo dicho.

-Es un puto mariquita. -Ahora el rubio también reía.

Ashido que estaba por el otro lado de la puerta, escuchando y viendo todo lo que pasaba frunció el ceño y se adentró en la casa, que feo era como hablaban así de Deku, más aun Kirishima, ya que ella le había contado como secreto, luego de que Ochako le contara sobre su relación con Todoroki.

-Bien Bakugou, amigo, levántate, conozco a una persona que nos podría ayudar con esto. -El pelirojo se puso de pie entusiasta.

-¿Es en serio?

-Claro, es más, tú también lo conoces, es un detective increíble, pero al parecer trabaja solo, muy pocos saben de él.

Katsuki y Kirishima fueron al vehículo del rubio sin siquiera tomarse la molestia de avisarle a Mina, se subieron en el y el pelirojo marcó un número en su celular.

-¿Hola? Sí, soy yo, ¿Donde estás? Claro, necesito tu ayuda, bien bien, voy para allá.

-¿Me dirás con quién acabas de hablar? -Preguntó Bakugou, mientras empezaba a manejar.

-Tú solo conduce en la dirección que yo te indique, ya verás de quién se trata.

Ambos chicos llegaron a un callejón más alejado de la ciudad, se bajaron del auto y comenzaron a caminar dentro del lugar.

A Katsuki un escalofrío le recorrió la espalda, no entendía que hacía ahí, es más, si de algo turbio se tratara no le importaba tomar a esa 'tal persona' de quién tanto fanfarroneaba su amigo y encerrarla tras las rejas.

Miró como Eijirou, que lo acompañaba, mantenía un temple tranquilo y sonreía, como si de una broma se tratara.

Si era una broma lo mataría, no estaba para chistes en esos momentos.

-Oi, ¿Me dirás que está pasando aquí? Esto no me gusta para nada.

-Tú tranquilo yo nervioso, debería de aparecer en cualquier momento.-El pelirojo le mostró sus dientes puntiagudos.

Bakugou iba a responderle pero en un segundo sintió como una sombra pasaba por encima de ellos rápidamente, más específicamente por los techos de ese lugar.

-¡¿QUÉ DEMONIOS?!

-No me dijiste que vendrías con compañía. -Escucho de pronto el rubio, esa voz le parecía familiar pero no sabía de donde.

-Muestrate ya viejo amigo, Bakugou no es el mismo de antes, no hará nada. -Dijo Kirishima.

-¿Huh? ¡Bien, si no me lo dices ahora haré un gran escándalo! -Katsuki se puso en modo de defensa.

De pronto una gran sombra se apareció frente a ellos, había bajado de un salto desde el techo hasta la calle donde ambos chicos estaban.

-¡No ayudaré a esa bestia! -En ese momento la persona detrás de la sombra se dejó ver.

-Eres el... ¿Pajaro? -El rubio se sorprendió, no sabía como llamarlo, nunca se aprendió su nombre, pero en menos de un segundo el detective privado estaba corriendo hacia el otro lado, subiendo de un salto a la techumbre que se encontraba cerca para alejarse de ellos.

-¡Tokoyami, espera! -Gritó el pelirojo, justo antes de correr atrás del chico de la sombra.

-Oh no, no escaparás maldito. -Ahora todo tenía sentido, mientras estaba trabajando de policía, había escuchado sobre un tipo que decían vivía entre las sombras y era un gran detective, a pesar de colaborar muchas veces con ellos, jamás quiso ser parte de la organización, más bien prefería trabajar solo desde la oscuridad, en su momento el rubio no le tomó importancia, pero si era tan bueno para investigar con la policía, debería ser lo suficientemente bueno para encontrar a una persona. -¡Me ayudarás a encontrarla!-Gritó, subiendo a un techo de un salto también, ayudándose por sus explosiones.

Fumikage vio como Bakugou lo seguía con rapidez y se sobresalto, ese chico no le caía bien, hacía que Dark Shadow se pusiera nervioso.

-¡Aléjate de mi! -Gritó, cubriéndose con su sombra, desviando la atención del rubio que lo seguía.

-¿Eh? ¡¿Donde te metiste desgraciado?!

-¡Bakugou! ¡Baja de ahí! ¡No nos ayudará si haces eso? -Le gritó Kirishima desde el callejón.

-¡No me digas que hacer idiota! ¡Si este imbécil no me ayuda, lo obligaré a hacerlo!

-¡Ven aquí, maldito estúpido!

-¡No me llames así, maldito idiota!

Tokoyami escuchaba escondido como ambos amigos se gritaban, a pesar de que no quería ayudarles, le causaba curiosidad pensar para qué Katsuki lo buscaría a él, era obvio que necesitaba de sus dotes de detective, para qué más, pero sabía que trabajaba en la estación de policías y era uno muy reconocido, entonces ¿Porqué lo necesitaría teniendo la ayuda de toda la institución si quisiera, más aún del jefe Masaki?

Miró nuevamente y se encontró con que el rubio ya había bajado de los techos para quedar en la calle junto con el pelirojo, suspiró profundamente sintiendo un poco de alivio y también fue ahí.

-A pesar de que mis intenciones jamás sería ayudarlos, la curiosidad de saber porqué me necesitan es mayor. -Dijo sin más, aterrizando frente a ellos otra vez.

-Tokoyami, eres el único que podría ayudarnos en esto. -Eijirou se puso frente a su amigo rubio para hablar el con detective sin que este se sintiera amenazado.

-Bien, hablen ya, veamos de que se trata.

Bakugou movió a Kirishima de enfrente y su posicionó para hablarle a su antiguo compañero de clase. -Se trata de la Cara Redonda.

-¿Cara... Redonda? -Fumikage repitió sin entender.

-Uraraka, Uraraka Ochako, ella... necesito encontrarla. -El rubio miró hacia el suelo, por más que odiaba pedir ayuda a otros tontos, ahora necesitaba todo el apoyo que pudiera. -¡Y SI NO ME AYUDAS JURO QUE TE MATARÉ!

Continue Reading

You'll Also Like

74.3K 5.7K 25
Todo el mundo tiene un lado secreto que oculta ante los demas. Ante sus amigos, ante su pareja, incluso ante su familia. Ocultan sus intenciones y su...
76.5K 9.4K 12
¿Qué parte de ella se puede considerar frágil? [ Serie de viñetas de entre 100 y 500 palabras ] [ Kacchako ] [ Boku no Hero Academia ] ...
6.3K 212 4
El padre es un espía. La madre, sicaria. Y la hija es telépata. "¿Qué se puede esperar de una familia falsa sino fracaso?" pregunta una enamorada no...
151K 21K 21
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...