The Midnight Chronicles Trilo...

By Ana5Harmony

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"Tinieblas y luz, amor u odio, guerra o paz. Descubrir aquello que nos define es un misterio que no todas las... More

Nota de Autora
Argumento
Libro N°1: Strafford Family
Capítulo I
Playlist de Spotify
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Libro N°2: Clan Alder
Prólogo
CLAN ALDER: Capítulo I
CLAN ALDER: Capítulo II
CLAN ALDER: Capítulo III
CLAN ALDER: Capítulo IV
CLAN ALDER: Capítulo V
CLAN ALDER: "Capítulo VI"
CLAN ALDER: "Capítulo VII"
CLAN ALDER: "Capítulo VIII"
CLAN ALDER: "Capítulo IX"
CLAN ALDER: "Capítulo X"
CLAN ALDER: "Capítulo XI"
CLAN ALDER: "Capítulo XII"
NOTA DE AUTORA
CLAN ALDER: "Capítulo XIII"
CLAN ALDER: "Capítulo XIV"
CLAN ALDER: "Capítulo XV"
CLAN ALDER: "Capítulo XVI"
CLAN ALDER: "Capítulo XVII"
CLAN ALDER: Capítulo XVIII

Capítulo VIII

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By Ana5Harmony

REFERENCIAS (FICTICIAS):

Aquelarre : Una agrupación de cuatro o más brujas y/o brujos.    

N/A: En este video les presento a los personajes en la historia en este hermoso video que una lectora talentosa hizo para esta historia. Irán apareciendo más pero así pueden visualizar mi inspiración para cada personaje. Comenten mucho y disfruten del capítulo. 

~*~


**CANCIÓN SUGERIDA: In My Veins- Andrew Belle ft. Erin Mccarley

FRAGMENTO DE LA MALDICIÓN DE LOS STRAFFORD:

"Esta noche todo el poder de mi linaje perdido caerá sobre ti. No habrá poder humano capaz de romper la maldición que esta noche te impondré. Y quedará escrito que con muerte los maldigo. A ti y a tu linaje les concedo el castigo de la vida eterna. Eterno sufrimiento, eterno castigo al demonio chupasangre. Una eternidad de miseria y de dolor. La noche será tu reino de perdición. Vagaras en la oscuridad como alma nocturna, temerosa e insufrible. La luz será tu debilidad, tu perdición.

Alma sucia, inhumana y asquerosa. Te quemarás en las llamas del infierno y arderá tu alma llena de muerte. Serás incapaz de amar provocando muerte al que tocas, muerte al que ves; por el resto de los tiempos.

Linaje de muerte traerás al mundo. Tres por cada maldito. Tres almas entregadas a la maldición será tu castigo una y otra vez hasta el final de los tiempos. Todos descendientes de tu linaje; todos demonios que serán malditos con la muerte eterna. La sangre ya no será un placer, será un castigo. La buscarás con desesperación, y para encontrarla tendrás que beberla desde el cuello, desde el lugar donde causaste daño; y en tu consciencia quedará el placer de otra mordida, el placer de saber que bajo tu sanguinaria hambre otra alma se perdió.

Tus ojos no serán iguales, verás el mundo cambiar pero tu cuerpo se quedará igual lleno de odio, muerte y destrucción. Donde vayas serás temido, serás odiado, despreciado y marginado. Los recuerdos de cada muerte, de cada convertido vivirán en ti y en los tuyos siendo ellos tu constante perdición hasta que tus ojos malditos se cierren para siempre en una muerte de eterno castigo."

~*~

NEW YORK, COLONIA BRITANICA

01 DE SEPTIEMBRE DE 1714

UN MES DE CONVERSIÓN...

Hay una aldea al oeste de aquí a unos trescientos kilómetros de la colonia—dijo al voz de Pierre Strafford mientras observaba a su familia. Su esposa y sus dos hijas permanecían frente a él con el rostro serio y con la mirada perdida en la vista que estaba a espaldas de su padre—. Creo que podemos recolectar la suficiente sangre para nuestro mes de viaje sí drenamos a las personas necesarias.

—¡No puedo creer que digas eso, padre!—dijo Camila poniéndose de pie mientras Rachel trataba de detenerla—. ¿Has perdido la cabeza? No podemos llegar a una aldea y matar a las personas solo por nuestro maldito placer.

—¡Camila Isabella! —dijo su madre escandalizada—. Por favor compórtate como una señorita y siéntate.

—¡Yo no soy una señorita, madre! —le dijo desesperada—. Una señorita de la alta sociedad no planea acabar con una aldea de gente inocente solo para satisfacer su hambre. Creo que hace un mes quedó claro que nuestra fineza y gran educación son lo de menos cuando eres un monstruo. No pienso formar parte de esto. Me niego a cometer tal atrocidad a personas inocentes.

—Yo lo haré—la voz de Dinah se escuchó fuerte en el salón y todos se giraron para verla mientras ella ponía su rostro serio perdido de emoción. Ya no había emoción en sus ojos. No después de un mes donde había dejado atrás todo rastro de la humanidad que alguna vez tuvo—. No me importa que se pierdan vidas si es lo necesario para viajar y sobrevivir.

—¡Dinah! —Camila la observó con lágrimas en los ojos—. No digas eso, por favor. No podemos vivir con esos rostros en nuestra mente. ¡No podemos!

—¡¿Qué esperas que diga, Camila?! —su voz fue más fuerte de lo que pretendía mientras Pierre simplemente observaba el mapa con atención y Rachel, su madre, trataba de parar la discusión entre sus hijas—. No voy a ponerme a llorar como una estúpida como lo haces tú. Son ellos o yo, y me prefiero mil veces. Después de un mes desgarrándoles el cuello a las personas ya deberías estar acostumbrada. ¿No lo estabas cuando drenaste a esa mujer el primer día de conversión? —la mirada de Dinah fue fría—. La criada de los Dawson. Tomaste tanta sangre que la mataste y no solo a ella sino a todos los que vinieron después y por eso tuvimos que huir. Esto es lo que somos ya acéptalo de una maldita vez.

—¡Cállate! —Camila perdió su temperamento tomando a Dinah del cuello y pegándola a la pared. La velocidad de ambas era igual, y Dinah era fuerte, pero no tanto como su hermana mayor que la veía con lágrimas en los ojos—¡No vuelvas a recordarme eso! —le gritó fuertemente mientras apretaba su cuello con todas sus fuerzas impidiéndole a su hermana respirar.

—¡Pierre! —dijo Rachel escandalizada—. Haz algo por favor—él solo hizo un movimiento con su mano—. Debes parar Isabella—le tocó el hombro a su hija mayor que estaba con sus ojos rojos y llenos de ira observando a su hermana menor con odio.

—¿Te sientes mejor de esta forma? —Dinah trató de hablar aunque sonaba ahogada pero era lo suficientemente clara para que Camila pudiera entender lo que le decía—. ¿Te hace sentir mejor aplastar mi cuello? —Dinah le tomó las manos mientras Camila no la soltaba—. Por lo menos ahora aceptas que eres una escoria de la humanidad y dejas de fingir que eres una idiota humanista. Mátame—dijo indefensa a su hermana—...me harías un favor—murmuró para ella pero en ese momento Camila la soltó respirando hondo y apartándose tan rápido que se golpeó con la pared opuesta. Sus ojos rojos como la sangre estaban presentes y sus colmillos estaban en todo su esplendor. Camila respiró hondo mientras veía su rostro en el espejo y veía el monstruo en que se había convertido.

Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas mientras bajaba la mirada y sentía la mano de su madre sobre su hombro mientras sus ojos se conectaban con los de su hermana que se tocaba el cuello aún apoyada en la pared. La cordura volvió a ella y en la desesperanza se dio cuenta del daño que había infringido.

—Mi querida hermana yo...—empezó Camila pero su hermana negó apartándose de la pared y dirigiéndose a su habitación provocando que Camila guardara silencio ante su negativa y falta de permiso para expresarse.

—Esperaré en mis aposentos a que se me indique la tarea que realizaré—murmuró Dinah—. Estaré lista para partir cuando sea necesario. Yo no seré la que deje a la familia perecer por necedad e inconsciencia—sus ojos acusadores fueron a su hermana mayor que la veía con remordimiento.

Maldita Camila y su alma compasiva, pensó Dinah mientras caminaba hacia su habitación. Maldita Camila y su constante necesidad de recordarle lo había dejado atrás al saber que no había cura para su nuevo padecimiento. Se había convertido en un monstruo a sangre fría.

Una escoria.

Un demonio.

Eso era lo que era, y más le valía no olvidarlo jamás. Y vivir según su realidad aunque su hermana se negara a aceptarlo.

~*~

TIEMPO ACTUAL

AFUERAS DE ALDERHOOD

HOTEL "SHINE INN".

Dinah apartó los pensamientos mientras veía a Camila terminar de acomodar la cama donde ella dormiría y luego dirigirse a la de Dinah para también acomodar sus almohadas y su sábana. Dinah fingió seguir viendo su teléfono a un lado aunque sus ojos no perdían de vista a su hermana mientras los recuerdos la invadían. En ese momento podría estar teniendo un sexo delicioso y jugando con la comida. Pero en lugar de eso estaba viendo a su hermana hacer su papel de ama de casa feliz y hogareña. Camila tenía esa idea de fingir ser normal cuando sabía que no lo era y esa noche lo habían comprobado ambas después de huir de los desertores y de una inminente muerte de haber sido capturadas.

—¿Se los dirás? —preguntó Dinah al recordar el incidente y Camila alzó la mirada negando rápidamente.

—No lo haré si tú no lo haces—Dinah ocultó una sonrisa.

—No te preocupes por mí—se encogió de hombros—. Hablarle a nuestros padres no es mi pasatiempo favorito. Prefiero hablarle a una piedra o a ti antes que a ellos—dijo con ironía mientras Camila ponía sus ojos en blanco escuchándola hablar—. Aunque hablar con una piedra sin duda sería más divertido que hablar con el ratón de biblioteca centenario—Camila alzó las cejas interrogantes pero Dinah la ignoró—. Por lo menos las piedras tienen contacto humano cuando les ponen los pies. Tú ni a eso llegas, bibliotecaria.

—Deja de llamarme así—le pidió Camila y Dinah respiró hondo mientras se ponía de pie y caminaba hacia la puerta.

—Vámonos—dijo de repente y Camila la vio sorprendida.

—¿Irnos? —preguntó sorprendida—. ¿Y dónde iremos? ¿Te volviste loca? Acabamos de ser atacadas por una manada de desertores y ellos están muy cerca. Sabes que su olfato es más desarrollado así que no pienso volver cerca del bosque esta noche, Dinah. Olvídalo.

—Pero si tú eres la suicida—le dijo irónica—. Eres la que adoraría la idea de morir. ¿Qué importa un par de perros rabiosos? Son unos animales idiotas. Podemos con ellos.

—No cuando están en manada, Dinah—la sensatez de Camila abriéndose paso en cada palabra—. No podríamos con ellos aunque tratáramos. No es lo mismo hipnotizar a un desertor que a un humano. Jamás podrías ni acercarte lo suficiente para intentarlo. Nos arrancarían la cabeza y ni mamá con todo su poder podría salvarnos de esa.

—Me gustaría ver que lo intentaran—dijo Dinah muy segura y Camila negó—. Es cierto que tú eres más fuerte que yo pero yo soy mucho más osada. Tú apenas llegas a arañarlos—Camila soltó un gritito de indignación sabiendo que no era cierto—. Yo siempre hago todo el trabajo.

—A ti te encanta hacerlo—la ojos de Dinah se llenaron de algo indescifrable pero luego se encogió de hombros volviendo a su conocido semblante irónico. Sonrió a su hermana mayor tocando el picaporte de la puerta—. Dinah...—le advirtió.

—Iré al bar de este motel de mala muerte—explicó—. Me estoy muriendo de aburrimiento y no tengo sueño. Quiero algo de sexo. Yo a diferencia tuya lo hago de vez en cuando. Deberías acompañarme y comer un poco—Camila vio la cama y se quedó de pie con la sabana entre sus manos—. Puedo hipnotizar a alguien para que olvide todo lo que pase esta noche y te alimentas un poco o terminamos el trabajo sin necesidad de que padre se meta en el asunto como siempre.

—No creo que sea buena idea. Él dijo que ser haría cargo—murmuró Camila y Dinah respiró hondo.

—Entonces quédate sola el resto de la noche con algún libro y fingiendo que eres una humana normal que se duerme con una mente tranquila—Camila iba a decir algo pero su hermana abrió la puerta y salió de la habitación cerrando con un fuerte portazo. Los ojos de Camila vieron a su alrededor y por alguna extraña razón se llenaron de tristeza.

Dinah tenía razón en una cosa; y era que llevaba meses sin sentir algo de contacto con alguien. Su última vez había sido casi ocho meses atrás con un vampiro que había conocido en New York, que era hijo de un amigo de su padre y por supuesto Dinah lo ignoraba. Las cosas se habían dado pero no había disfrutado el momento. Y no era que fuera una tonta o aburrida como decía su hermana. Algunas veces ansiaba el contacto y la compañía pero con alguien que la hiciera sentir de verdad. ¿Pero cómo podría? Era un alma muerta que era incapaz de sentir algo que no fuera miseria. Los de su especie solían ver en los legendarios "Strafford", los "Demonios de Sangre" a los iniciadores y los más fuertes y perfectos de la especie. No era cierto.

Ellos no sabían lo que conllevaba cargar la maldición y ser los pioneros. Cada vampiro creado de su linaje tenía una mezcla de sus poderes, no tan desarrollados; pero podían ser rápidos, detectar formas sobrenaturales hasta cierto punto, hipnotizar o cambiar de formas aunque jamás de la forma tan desarrollada en que lo hacían los Strafford. Nadie podía igualarlos en poder, en fuerza o en inteligencia pero tampoco cargaban la dura cruz que ellos como la familia "fundadora" llevaban.

Camila era incapaz de borrar de su mente el rostro de sus víctimas. Eran tantas que pasaban como una película difícil de apreciar pero los sentía a cada uno. Toda su familia lo vivía. Dinah decidía ignorarlo y se limitaba a dormir poco para huir de las constantes pesadillas pero Camila los veía en sus sueños y sentía el dolor infringido. Su madre de igual forma aunque jamás hablaba de ello y su padre parecía ser el único capaz de olvidarlo en realidad. Eso era lo que Camila envidiaba de otros vampiros. La capacidad de hacer algo y no sentir remordimiento.

Algunos de su especie decidían vivir de forma decadente y podían hacerlo porque en su mente no había carga. Ellos no eran los destinatarios de la maldición, solo almas que fueron dañadas colateralmente. No eran parte de la maldición directamente y eso les daba una vida sobrenatural que se podía disfrutar. Pero su familia no tenía ese beneficio.

Los otros se acostaban con muchas personas y decidían beber de alguna pobre humana o humano hasta dejarlos morir y su muerte les era irrelevante. Los Strafford mataban a alguien y era otra alma atormentando su mente; por eso Dinah prefería actuar diferente y le dejaba de importar después de tantos muertos a nuestra lista, aunque muy dentro las dos sabían que no podía huir de la maldición.

La verdad era que cada vez que veía a su hermana la envidiaba porque en los años había aprendido a dominar esa parte "humana" de su ser y tratar de vivir sin que nada importara, a diferencia de ella. Por eso Camila no se relacionaba con nadie. No quería dañar a nadie y las muertes pesaban en su conciencia porque no quería tomar más de lo que debía, que ya era mucho.

La maldición dictaba que todo lo que se tocara perecería, y era cierto. Los vampiros no podían estar en un lugar mucho tiempo porque traían muerte y destrucción. La muerte los perseguía en cada paso que daban y era suficiente saberse aborrecidos y tener que ocultarse y tener que vivir con el recuerdo de asesinar personas que no lo merecían, que tener que incluir más a la lista solo por lo profano del placer.

Camila apagó la luz de la habitación y se recostó viendo hacia el techo del motel en el que se encontraban. Era un lugar con un papel tapiz de flores que le daba un aspecto vulgar y unas paredes descoloridas que no le daban la sensación de paz que debía dar una habitación donde puedes simplemente ser tú mismo. Pero eran normalmente los lugares en los que se hospedaban para poder hacer su "trabajo" de una forma más eficiente y sin llamar la atención.

Sus padres estaban tres habitaciones más lejos de ellas y esa noche las habían visitado y lo único que habían dicho ambas era que no habían tenido suerte. Su padre las había observado diciéndoles que él se haría cargo y había salido de la habitación. Camila había insistido en acompañarle para ayudarlo pero su padre se había negado. Tanto ella como Dinah se preguntaban porque su padre cuando se trataba de cazar jamás dejaba que ninguna de ellas dos lo acompañara. Cosa que les parecía rara pero que ninguna se atrevía a preguntar directamente.

Camila se negó a seguir pensando en esa horrible noche que había tenido y se permitió pensar en el día especial que tendría mañana. El día en que iba a inaugurar su librería. Ese era su único pensamiento positivo en medio de ese caos. No le importaba nada más que sus libros.

No le importaba nada más, porque sus libros era lo único que en realidad tenía y podía considerar suyo y jamás dañaría.

~*~

BOSQUE DE ALDERHOOD

RESERVA "YEEYI"

—¿Qué haces? —preguntó Alexander Alder sentándose al lado de su hermana que veía las estrellas y la luna pensativa.

—Meditar—murmuró Lauren mientras se recostaba sintiendo la hierba entrar en contacto con su piel dándole paz. Amaba la naturaleza, el bosque y el olor a tierra mojada después de un día de tormenta. Amaba sentir en ese rocío la nueva vida proporcionada. Eso era algo que había aprendido de su madre cuando pasaban sus primeros años de crecimiento acelerado cada momento juntas leyendo historias fantásticas y hablando sobre la vida—. Cosa que tú jamás haces, cachorro.

—Estos últimos días te he visto muy perdida en tus pensamientos—Lauren puso los ojos en blanco—. Incluso has dejado de insultar y de creer que el mundo es muy poco para ti.

—Todo un halago—fue sarcástica y su hermano rio recostándose a su lado viendo las estrellas—. He tenido mucho trabajo, cachorro. Espero que tú también. ¿Ya tienes alguna pista?

—No—Alex respiró hondo colocando sus manos atrás de su cabeza—. Todo está muy hermético y sin cuerpos es más difícil seguir la búsqueda.

—¿Por qué los calcinas, entonces? —el enojo volvió a Lauren al saber que su hermano había tomado le decisión más idiota de todas al quemar los cuerpos sin permitirle verlos—. No había signo de mordedura de chupasangre—fue mordaz al decirlo—. Podrías haber dejado uno de los cuerpos para investigación si ambos tenían los mismos patrones de muerte.

—Padre pensó que cremarlos era la mejor opción—Lauren abrió los ojos sorprendida sentándose en la hierba y su hermano la siguió.

—¡¿Padre?! —preguntó sorprendida viendo los ojos de su hermano—. Pero él estuvo en Alaska en esos días—Alex se encogió de hombros.

—Mi deber es informarle a él lo que pasa, Lauren—susurró—. Sabes que no puedo ocultarle mayor cosa, es mi alpha. Es capaz de percibir mis pensamientos.

—Solo si lo dejas—Lauren bajó la mirada—. Estas dos semanas pensé que yo estaba a cargo de la situación—vio a su hermano con dolor—. Pensé que debías recurrir a mí para buscar el apoyo.

—Padre sigue siendo el alpha de la manada y es a él ante quien debo responder hasta que tomes su lugar—Lauren se levantó indignada colocándose al límite de la colina viendo hacia abajo la enorme caída y furiosa que su padre aún no le diera la oportunidad de hacer las cosas por su propia cuenta.

—Pensé que estabas ayudándome, Alex—su hermano se puso a su lado alto e imponente. A pesar de ser un año menor que ella, siete años en edad humana. Era algo y musculoso en su forma humana.

—Hay cosas que no puedo compartir contigo por mi trabajosu hermana lo vio con dolor y Alex respiró hondo colocándole una mano en el hombro pero Lauren se apartó con un gruñido de furia.

—No me toques—dijo entre dientes y Alex bajó la mirada—. ¿Qué es lo que en realidad está pasando? Tengo derecho a saberlo. Soy la futura alpha de esta manada. Es MI manada también, Alex.

—Padre no quiere que te expongas—Lauren puso los ojos en blanco.

—¿Y tú sí? —preguntó mordaz y Alex se cruzó de brazos—. ¿Tú si puedes exponerte cuando solo eres un cachorro que jamás ha pasado un ciclo de luna al igual que yo. Yo soy mayor, soy una futura alpha mi fuerza es superior a la tuya.

—Papá no quiere que te arriesgues porque sabe lo temperamental que eres y lo mucho que te arriesgas innecesariamente—Lauren golpeó a su hermano fuertemente haciendo que este se tambaleara y la viera con sorpresa ante el ataque. Los ojos de su hermana estaban dorados y llenos de furia.

—¡Lo hace porque soy una mujer! —gritó Lauren furiosa y Alex empezó a negar tratando de calmarla—. Por eso "jamás estoy lista", por esa razón aún me "falta mucho". No es que no sea capaz de hacerlo pero él jamás me da la oportunidad porque soy una mujer y para ellos eso me hace débil ante una manada que siempre ha tenido un alpha macho al mando.

—Mamá era alpha—empezó Alex pero Lauren lo detuvo.

—No te atrevas a ensuciar la memoria de mamá justificando la falta de confianza de padre hacia mi capacidad para liderar—su voz no era un grito pero era tan amenazante que Alex se vio tragando grueso ante la furia contenida de su hermana mayor—. Mi madre fue una alpha por matrimonio. Siempre fue una líder pero sabes lo poco que padre la dejaba actuar. ¡Él hace lo mismo conmigo! Me limita en muchos aspectos.

—Solo quiere protegerte—Lauren negó sin poderlo comprender.

—Protegerme no es dejarme de lado, Alex—su voz estaba teñida de furia pero sus ojos dorados reflejaban dolor—. Si no tengo responsabilidades. Mi única responsabilidad es hacer una infusión para poder contrarrestar nuestro olor para preservación en un laboratorio. No soy una rata de laboratorio. Yo soy una líder, una futura alpha. Quiero que se me trate con ese respeto—lo vio fijamente—, y tú permitiendo que padre me margine y no me cuente lo que en realidad no me respetas.

—Es que aún no estamos seguros de lo que pasa en realidad—murmuró—. Solo tenemos pistas muy vagas pero creemos que hay vampiros entre los habitantes de Alderhood.

—Eso ya lo sabíamos—Lauren desvió la mirada—. Es algo bastante obvio pero sabes que no podemos reconocerlos sin una mordida. Normalmente les gusta jugar y muerden a la mayor oportunidad porque son animales chupasangre que les gusta ver a sus víctimas gaznar mientras le quitan la vida.

—Bueno...—empezó Alex—, eso es lo que nos ha dicho padre pero yo creo que existen otro tipo de vampiros.

—¿Otro tipo? —preguntó Lauren y Alex asintió.

—Creo que hay vampiros que son capaces de controlar su hambre y pueden andar entre nosotros sin atacar y ser detectados. Creo que esos son los vampiros que están en el pueblo y a los que debemos temer porque no son fáciles de detectar al menos que los probemos con algo de sangre. Creo que estos vampiros son importantes de lo contrario padre y Ludwolf no estarían en reuniones secretas.

—¿Reuniones secretas? —las dudas llenaban la mente de Lauren sin encontrarle una salida.

—Lo de Alaska no fue casualidad o una visita a un viejo amigo, Lauren—empezó Alex—. Por eso no quiero que tú te involucres porque tú olfateando todo podría hacer que padre me cierre la posibilidad de investigar cuando sabes que es mi área de trabajo y no la tuya—Lauren lo vio con fastidio pensando en lo poco que confiaba aún su padre en ella y sintiendo dolor. Jamás terminaría de ser lo suficiente buena para Lucas Alder por mucho que se esforzara—. Papá piensa que te protege pero a mí también me oculta cosas. Yo he tenido que averiguar por mi propia cuenta y algo está pasando sin que lo notemos. Algo está cambiando y para este ciclo de luna creo que las cosas serán diferentes.

—¿Diferentes? —Alex asintió.

—Creo que la diosa luna nos quiere dar una señal o advertir de que todo va a cambiar. Lo siento en el aire, Lauren. Algo malo está ocurriendo a nuestro alrededor y nosotros estamos en medio de todo esto y necesitamos saber cómo controlarlo—murmuró—. Por eso quiero que te limites a tu trabajo y me dejes a mí investigar. No insistas en querer ser parte para que padre no cambie de estrategia y así pueda seguir con mi plan. Te prometo que te informaré. Pero hoy en la cena las cosas se salieron de control y no quiero que esto haga destrozos en mi investigación. Suficiente tenemos con el drama diario de Clarisse para discutir entre nosotros.

—No quiero secretos, cachorro—le dijo Lauren viéndolo fijamente—. Nada de secretos.

—No los habrá—dijo alzando su mano y Lauren la entrelazó con la suya viéndolo con cariño y se abrazó a él—. Eres fuerte y valiente y padre lo sabe, Lauren. Eres un ejemplo de líder y serás una perfecta alpha.

—Gracias—dijo acariciando su mejilla contra el pecho de su hermano en busca de cariño y contacto. Los lobos eran así, almas nobles que entre manada se buscaban para encontrar paz y calor—. Prométeme que tendrás cuidado y yo ayudaré en lo que pueda. Pero no creo que los Strafford sean una pista a seguir.

—¿Por qué? —murmuró Alex abrazando a su hermana y viendo la luna.

—Conocí a una de ellos—explicó Lauren—. La dueña de la librería. Camila Strafford. Ella no me parece una asesina y Rachel tampoco, la estuve vigilando hoy y es una excelente enfermera. Ninguna de las dos levanta sospechas en mí.

—Yo conocí al padre—Alex apartó a Lauren para verla a los ojos—. Yo creo que deberíamos seguir investigando a esa familia. Padre no sabe que sospecho de ellos. Esta es nuestra propia investigación. Tienen otra hija que va a la escuela de Clarisse. Mañana me daré una vuelta por la escuela.

—Yo iré a la inauguración de la librería e intentaré hablar con Camila—Lauren vio a su hermano—. Quizás deba ganarme su confianza para tener un mejor acceso a su familia. Si ellos son vampiros lo sabremos porque no pueden ocultar su naturaleza. Por mi parte, jamás sabrán que soy lobo. No pueden olerme y a ti tampoco. Estamos a salvo y podemos investigarlos tranquilos.

—Debes tener mucho cuidado. Quizás no sean vampiros pero pueden ser asesinos humanos y esos no los podemos detectar, Lauren—ella asintió—. Los humanos también pueden llegar a ser muy crueles y tienen un alma oscura como los propios vampiros.

—Lo sé—asintió Lauren—. Sigamos investigándolos por nuestra propia cuenta hasta tener más información y ver qué es lo que traman papá y Michael Ludwolf.

—No hables con John de nada de esto—Lauren asintió pensando en su amigo—. Sé que es tu mejor amigo pero también es un Ludwolf y le debe lealtad a su manada antes que a la nuestra.

—Está bien—Lauren respondió entre dientes mientras empujaba a su hermano fuertemente por el pecho haciendo que este gruñera mientras se golpeaba con el tronco de un árbol—. Pero no creas que esto te da derecho a darme ordenes, cachorrito. Yo soy la mayor. Soy la líder.

—Veamos si eres la líder—murmuró—. Te reto a una carrera al lago el que pierda limpia la trucha que pesquemos—dijo quitándose su chaqueta y luego su camisa y Lauren alzó su ceja interrogante y asintió mientras veía a su hermano que se giró para darle privacidad mientras ella se quitaba su ropa.

Vio a su hermano dar un pequeño gemido de dolor pero luego ante sus ojos apareció un enorme lobo gris con ojos azules sobrenaturales pero al mismo tiempo amables. Lauren sonrió respirando hondo y ordenándole a su loba salir. Sus ojos se volvieron dorados y sus colmillos salieron transformándose en un enorme lobo blanco con toques de gris. Se sacudió viendo a su hermano fijamente y ambos alzaron la cabeza tratando de ver quién de los dos era más alto, Lauren ganó.

—Perdedor—le dijo sacando su lengua y dándole un lametazo a Alex que se apartó con un gruñido y se giró marcando con su pata el conteo. Uno, dos, tres. Ambos lobos empezaron a correr gruñéndose y golpeándose entre jugos mientras corrían hacia el río para pescar truchas. Lauren amaba las truchas frescas. Dos lobos felices corrieron por el bosque sin imaginar que a lo lejos un par de ojos de color rojo intenso los observaba fijamente guardando cada detalle de su conversación y viéndolos en su forma humana, como en su forma de lobo.

La persona escuchó que alguien se acercaba y huyó rápidamente sosteniendo una piedra de color turquesa que brillaba en su mano. Jamás debía dejar esa piedra. Era su pase hacia el bosque sin ser detectada. Una piedra que "él" le había obsequiado.

~*~

AL DÍA SIGUIENTE

LIBRERÍA MYSTERY INK:

Las voces llenaban cada parte de la librería mientras Camila paseaba por los pasillos interactuando con las personas de una forma amable y respondiendo todas sus dudas con una enorme sonrisa. Le gustaba ese calor humano que podía obtener después de su desagradable encuentro con los desertores la noche anterior. Le encantaba saber que a pesar de vivir en un mundo sobrenatural podía tener momentos como esos que eran reales para ella. Momentos en los que podía ser ella misma rodeada de libros y de la paz interior que ella tanto ansiaba pero que le era imposible de encontrar.

¿Cómo podría encontrar la paz un ser sin alma? Ella no era como cada una de esas personas que estaban con sus familias disfrutando de los libros que había acomodado perfectamente esa mañana. No estaba tomando un café en su pequeña sala de estar con un libro en su regazo mientras reía sobre escenas que estaban compartiendo juntos. Tampoco reía como esos niños que jugaban en su área infantil, aunque alguna vez había reído de esa forma. Alguna vez había sido humana y no sabía lo mucho que iba extrañar la sensación de sentirse conectada a alguien más. Amar a alguien con todo el corazón, cosa que ella ya no tenía porque estaba muerta y su cuerpo estaba maldito.

—Disculpa—sintió que alguien tocaba su abrigo y bajó la mirada para encontrarse con unos ojos azules hermosos. Los ojos de una pequeña niña de unos cinco años que tenía un osito de peluche abrazado y la veía fijamente—. Quiero un libro para mis colores.

—¿Para tus colores? —Camila se puso al nivel de la niña sonriéndole cariñosamente mientras le pasaba un mechón de cabello atrás de la oreja con cariño al ver que una mujer de mediana edad se acercaba con una sonrisa y ponía sus manos en los hombros de la niña.

—Mi mami dice que seré una pintora—Camila vio levemente a la mujer—, y quiero un libro para mis colores.

—¿Un libro de princesas o prefieres otra cosa? —la niña se quedó pensativa.

—Quiero algo que sea de naturaleza muchos árboles y peces—Camila soltó una risita y se puso de pie.

—Creo que tengo justo lo que buscas—le dijo a la niña y vio a su madre pidiéndole permiso para tomar la mano de la niña. La mujer asintió.

—Ve con ella Susy—le dijo con cariño—. Que te muestre los libros yo iré a ver un libro de cocina que vi en los primeros estantes—se dirigió a Camila—. Es un lugar precioso y me encanta que abriera algo así en Alderhood—Camila sonrió.

—Me alegra que lo disfrute—sonrió amablemente Camila.

—Ve y diviértete con todos esos juegos, cariño—le dijo la madre a su hija y le besó la frente—. Llevaré en tres minutos. Pórtate bien.

—Está bien, mami—dijo la niña feliz tomando la mano de Camila que le sonrió afectivamente. Adoraba a los niños.

Las dos siguieron hablando mientras iban al área infantil sin saber que dos ojos verdes profundos estaban observando la escena a una distancia necesaria para no ser descubierta. Sin duda, aquella mujer que le sonreía a esa niña con tanta familiaridad no era ninguna asesina. Lauren Alder lo acababa de comprobar con sus propios ojos. Tenía instintos y esos instintos le decían que aquella mujer era sin duda un misterio, pero no era una asesina. Humana o sobrenatural.

Lauren volvió su mirada a los poemas que colgaban de la pared y los observó con tanta atención como si estuviera analizando cada uno de ellos con el más profundo de los detalles. Su madre hubiera estado extasiada de ver algo como eso. Parecían pergaminos auténticos de la época que representaban. Lauren tuvo que apretar su mano dentro del bolsillo de su abrigo para evitar deslizar sus dedos por el vidrio. Eran poemas de escritores antiguos dedicados a su musa inspiradora. Tenían que ser imitaciones. No podían ser reales.

Los ojos de Lauren brillaron en apreciación de tan maravilloso arte. Sus ojos bailaron por cada poema, por cada letra mientras se perdía en la inmensidad de las experiencias sentidas por otro ser humano. Adoraba los poemas, adoraba los libros. Ally había tenido razón el día anterior al hablar sobre la fascinación que tenía por los libros y que ella había negado fervientemente. Amaba los libros, amaba la poesía. Sus ojos se emocionaron y no pudo evitar tocar levemente el marco del poema de Oscar Wilde. Uno de sus poetas favoritos.

Apología

¿Es tu voluntad que yo crezca y decline?
Trueca mi paño de oro por la gris estameña
y teje a tu antojo esa tela de angustia
cuya hebra más brillante es día malgastado.

¿Es tu voluntad -Amor que tanto amo-
que la Casa de mi Alma sea lugar atormentado
donde deban morar, cual malvados amantes,
la llama inextinguible y el gusano inmortal?

Si tal es tu voluntad la he de sobrellevar
y venderé ambición en el mercado,
y dejaré que el gris fracaso sea mi pelaje
y que en mi corazón cave el dolor su tumba.

Tal vez sea mejor así -al menos
no hice de mi corazón algo de piedra,
ni privé a mi juventud de su pródigo festín,
ni caminé donde lo Bello es ignorado.

Dedicado a mi hermosa musa, poeta e ilustradora de bellezas.

-Oscar Wilde.

—Yo que usted tuviera cuidado con eso—dijo una voz haciendo que Lauren diera un paso atrás y abriera los ojos sorprendidos encontrándose con la mirada marrón de Camila Strafford no parecía molesta más bien divertida—, es una antigüedad y puede dañarse.

—Solo estoy haciendo una apreciación y algo que yace colgado lo cual le permite ser apreciado por la vista así como por el tacto—Camila la observó fijamente pero alzó sus cejas ante lo que había escuchado. Interesante.

—No creo que pueda negar esa afirmación—respondió Camila y los ojos de ambas se conectaron unos segundos. Camila respiró hondo diciéndole a su cerebro que dejara de lado el dorado sobrenatural y se enfocara en los ojos verdes casi tan irreales de Lauren Alder y así fue—. ¿Le gustan?

—¿Perdón? —Camila señaló los cuadros y Lauren siguió su mirada asintiendo y recuperando su acostumbrada pose elegante y fría. Justo como el lobo de color blanco con cierto pelaje gris enorme que Camila había visto observando sus cuadros atentamente y luego colocando una enorme pata peluda sobre uno de ellos. No había podido contener la risa al ver la escena. Una escena que el día anterior la hubiera asustado.

—Los poemas, ¿le gustan?—preguntó de nuevo Camila y Lauren analizó los pergaminos enmarcados y asintió.

—Parecen casi reales—Camila trató de ocultar una sonrisa mientras cruzaba los brazos a la altura de su pecho observándolos. Ese era su punto de conversación con sus clientes. Adoraba esos poemas y ahora habían sido los provocadores de conversación con una mujer que la acusaba a ella y su familia de ser asesinos y que seguramente esa era la razón por la que se encontraba en ese lugar. Investigar, buscar evidencia.

Lauren no estaba tan equivocada después de todo. Pero Camila internamente se dijo que era su deber de hermana mayor proteger a Dinah y sus idioteces. Aunque para eso tuviera que ganarse la confianza de una mujer tan altiva y fría como Lauren Alder y soportar sus preguntas incomodas un poco más segura de sí misma sin demostrarle lo nerviosa que había estado el día anterior.

—Bueno, son poemas escritos y publicados—Lauren se giró para verla con un tanto de ironía.

—Eso lo sé, libritos—le dijo poniendo los ojos en blanco y Camila alzó una ceja interrogativa al escucharla llamarle "libritos"—. Me refiero en que son manuscritos que parecen antiguos y que hubieran sido escritos exactamente por el mismo autor. Tienes un buen imitador.

—Quizás son reales—dijo Camila encogiéndose de hombros y Lauren la vio con ironía. Pero de cierto modo se sentía bien hablando con Camila. Era una mujer inteligente y un tanto irónica como ella. En una forma extraña y un tanto lúgubre era divertida.

—En ese caso te ves bien conservada para tener unos cuantos siglos—Camila sonrió y Lauren evitó sonreírle de vuelta y se mantuvo seria—. Es interesante lo que has hecho con el lugar—Lauren se giró dejando de ver los manuscritos y señaló la librería que estaba totalmente llena y había varias personas haciendo fila para pagar. En la caja se encontraba Cindy Lambert, una de las compañeras de último año de la bestia enana de su hermana—. Debo admitir que jamás habíamos tenido algo así en Alderhood. Es refrescante y parece que tienes a todo el pueblo aquí dentro.

—La lectura siempre es algo importante en el desarrollo de cada ser humano. Niños y adultos pueden deleitarse con mundos mágicos y otro tipo de literatura que les interese. Por mi parte yo tengo cualquier tipo de libro que alguien podría buscar. No existe nada que alguien quiera que no pueda encontrar aquí.

—Te tienes mucha confianza por lo que veo—empezó Lauren mientras colocaba sus manos dentro de sus bolsillos y se apoyaba en el mostrador observando a las personas. Camila se abrazó a sí misma haciendo lo mismo—. Pero admito que es un lugar muy agradable. Nada que ver con la papelería del viejo Torner.

—Eso fue lo que me dijo Allyson—Lauren asintió y se apartó del mostrador.

—Es un buen lugar y quisiera comprobar si lo que dices de los libros es cierto pero debo irme—la vio fijamente—. Debo regresar al hospital. Por cierto, tu madre trabaja conmigo—Camila alzó sus ojos sorprendida—. Es una buena enfermera.

—Mi madre es maravillosa, apoyo eso—ambas se vieron fijamente y Camila se aclaró la garganta cambiando de tema—¿No llevaras ningún libro? —Lauren alzó una ceja interrogante.

—Negociante, ¿eh? —Camila se encogió de hombros y sonrió.

—De algún lugar debe de venir el financiamiento para el café y galletas—Lauren esta vez empezó a reír audiblemente haciendo que Camila bajara la mirada un tanto tímida y varias personas se giraran para verlas.

—No puedo financiar algo que no he probado—Camila se puso frente a ella y respiró hondo antes de verla a los ojos. Sus ojos humanos eran fascinantes pero sus ojos sobrenaturales dorados como el oro era algo increíble de observar. Camila lo hizo y se permitió ver el enorme lobo blanco con algunas partes levemente grises que lo hacían ver más majestuoso.

Dio un paso atrás para darle espacio a su visión mientras veía que el lobo inclinaba la cabeza a un lado observándola. Jamás se había atrevido a ver un lobo tan de cerca y se sorprendía de que no pudiera percibir su olor. Siglos atrás había sido capaz de identificarlos a miles de kilómetros de distancia, pero sin duda eso había cambiado con los años y ahora su familia no podía salir sin ella debido al problema para identificarlos.

—¿Quieres que te traiga una taza de café y un brownie? —los ojos del lobo se volvieron brillantes y la vio sacar su lengua y saborearse pero luego la vio retroceder y negar con la cabeza. Era una loba realmente hermosa. Su pelaje y su porte eran maravillosos.

—No—escuchó Camila la voz de Lauren y volvió a observarla en su forma humana—. Debo regresar al hospital pero agradezco el gesto. Ten un buen día, Camila.

Camila iba a decir algo pero Lauren se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida sin mirar atrás. Dejando a Camila con muchas dudas y con una sensación de extraño vacío en su pecho con cada paso que daba lejos de ella.

Era algo extraño, irreal pero que Camila no entendía así que cuando escuchó una voz de alguien pidiéndole el precio de un libro se olvidó de Lauren Alder y se dedicó a su tienda.

Todavía había mucho que hacer.

~*~

—Lauren, Clarisse y Alexander Alder—dijo un hombre sonriendo mientras veía a una persona frente a él. Una persona que sostenía una piedra color turquesa en su mano—. Sin dudar un trio interesante—volvió a sonreír—. Muchas gracias por la información. Ahora gracias a ti conocemos el nombre de los líderes de la manada del norte en Alderhood. Como prometimos—sonrió—, puedes pedir lo que gustes y se te cumplirá.

—Humana—dijo ella inmediatamente con añoranza—. Deseo volver a ser humana.

—Tu deseo será cumplido—dijo él sonriendo malévolamente mientras asentía y su compañero que estaba atrás de la informante alzaba una enorme hecha que cortó ferozmente el cuello de la mujer. Una risa llenó el lugar al ver la sangre esparcirse y luego puso los ojos en blanco—. Quémenla—fueron sus palabras y otros hombres asintieron tomando el cuerpo para salir de la sala.

—Ahora lo sabemos—dijo un hombre de semblante oscuro y tenebroso que tomaba la piedra color turquesa que estaba entre el charco de sangre derramada—. ¿Qué haremos al respecto?

—Esperar a estar completos—una sonrisa iluminó su rostro—. Tenemos que encontrar a la bruja. Sabemos que está en Alderhood. No falta mucho para terminar el ritual y poder saber quién es la heredera de nuestro Aquelarre. Después de tenerla y que el ritual se complete en el ciclo de luna llena nadie nos va a detener. Nos desharemos de esas abominaciones para siempre y volveremos a tomar el control de nuestra tierra. De lo que nos pertenece, para siempre.

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¡LISTO!

Muchas gracias por la paciencia y espero que el capítulo les gustara mucho. Aún queda mucho misterio por resolver pero espero vayan tomando las pequeñas pistas que voy dejando en cada capítulo para que entiendan la historia. Un beso y por favor comenten sus ideas que saben que amo leerlas. Un beso y nos leemos pronto.

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