LA CASA DE LOS ÁNGELES (Camre...

By J_Rogz

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Un grupo de empresarios magnates encabezados por Mike Jauregui sobrepasan los límites de la cordura al crear... More

INTRODUCCIÓN:
I. LOS ÁNGELES
II. CONOCIENDO A CAMILA
III. FUE UN ACCIDENTE
IV. BUSCANDO RESPUESTAS
V. EL TRATO
VI. DURMIENDO CON UN ÁNGEL
VII. EL SECRETO DE HARRY
VIII. ALIANZAS
IX. UNA VIDA DIFERENTE
X. ACEPTANDO RETOS
XI. LA AUSENCIA
XII. LA CEREMONIA
XIII. Ángeles y Demonios
XIV. VERDADES A MEDIAS
XV. NO CONFÍES EN NADIE
XVI. BESANDO A UN ÁNGEL
XVII. PERDIENDO EL CONTROL
XVIII. QUÉDATE CONMIGO
XIX. NEGOCIOS PELIGROSOS
XX. CUANDO LOS ÁNGELES CAEN
XXI. LO QUE NO TE MATA, TE HACE FUERTE
XXII. LA NIÑA DE PAPÁ
XXIV. VIVE Y DEJA MORIR
XXV. PERSIGUIENDO FANTASMAS
XXVI. RENACER
XXVII. VOLVER A CASA
XXVIII. ¿DÓNDE ESTÁ LAUREN?
XXIX. DETRÁS DE LA PUERTA
XXX. UNA NOCHE PARA RECORDAR
XXXI. ACTUANDO POR IMPULSO
XXXII. DESENCUENTROS
XXXIII. NUNCA HABLES CON EXTRAÑOS
XXXIV. MATAR O MORIR
XXXV. ALTA TRAICION
XXXVI. EL DOLOR, LA SANACIÓN, EL AMOR
XXXVII. DIVAGACIONES
XXXVIII. AMOR INCONMENSURABLE
XXXIX. ESTO ES EL PARAÍSO
XL. PROBLEMAS EN EL PARAÍSO
XLI. NO PUEDO ESTAR LEJOS DE TI
XLII. POLVO DE ÁNGEL
XLIII. REVELACIÓN
XLIV. LA SOMBRA
XLV. MI ALMA GEMELA [FINAL]
EPÍLOGO

XXIII. EL AMOR DE LAUREN

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By J_Rogz

"Para nosotros los creyentes, ante el dolor y la muerte, siempre hay una luz de esperanza y de consuelo. Y es porque nosotros creemos en un Dios que ha sufrido y ha muerto, pero sobre todo, creemos en un Dios que ha Resucitado, y que ahora vive junto a nosotros. Nuestro Dios en el que creemos, no es un Dios ajeno a los problemas humanos. Ha experimentado en su misma carne, las dificultades y dolores de la vida humana".

 —Del mismo modo, creemos firmemente en la esperanza de la resurrección y que al final de los tiempos, nos encontraremos con nuestro hermano Mike en la vida eterna. Así sea. 

Los presentes en el cementerio escuchaban reflexivamente las palabras del sacerdote mientras despedía los restos mortales de Michael Jauregui. Su viuda, Clara, lloraba desconsoladamente abrazada a Paul que fingía estar muy conmovido por la pérdida de su amigo. Entre los presentes, estaban los ángeles, así como familiares, amigos; los socios de Mike y varios clientes y proveedores que observaban con tristeza la ceremonia. Los sollozos de las personas contrastaban con la seriedad que su única hija mantenía ante el féretro. A su lado, estaba Camila sosteniendo con fuerza su mano; Lauren no lloraba, simplemente estaba ahí mirando inexpresiva el elegante ataúd de caoba, el cual, poco a poco fue bajado a la fosa. En ese momento, una rosa blanca cayó encima y entonces ella levantó la vista para encontrarse con los enigmáticos y profundos ojos azules que reconocía bastante bien. Alexa hizo una leve inclinación de cabeza que Lauren correspondió con cortesía. 

Al término de la ceremonia, los dolientes se acercaba a Clara y a Lauren para darles un abrazo de pésame. Lauren mantenía la rigidez y el semblante inexpresivo y era Camila quien se encargaba de agradecer en su nombre. La gente comprendió que tal vez, la chica estaba en shock. Los ángeles la miraron serios y Lauren les dirigió una mirada asesina. 

—Lauren, hija. Lo siento mucho. Quiero que sepas que me encargaré de que tu madre y tu estén bien y no les haga falta nada. —Paul se había acercado a Lauren para darle un abrazo de condolencias, pero ella dio un paso atrás antes de que él pudiera tocarla. 

—No necesitamos de ti. 

—Lauren, no seas grosera con Paul, él sólo quiere ayudar. 

 —Ya ha hecho suficiente. Espero no tener que verte cerca de nosotras.  

Lauren se dio la media vuelta tomando de la mano a Camila y caminando con firmeza rumbo a su automóvil escuchando la voz de su madre llamándola, al tiempo que se disculpaba con Paul y los presentes por la descortesía de su hija. Cuando llegó hasta donde se habían estacionado, vio a su amiga Alexandra esperándola, la chica le dio un abrazo de consuelo que Lauren si correspondió. 

—Siento mucho tu pérdida Estoy contigo. 

 —Gracias, Alexa. Sé que me comprendes. 

  —Hola, Camila. Me da gusto verte. 

 —Hola. También a mi. 

 —¿Creen que podamos hablar un momento?

  —Síguenos en tu auto, vamos a la casa de los ángeles. 

Lauren había configurado previamente su automóvil para que Camila lo manejara, por lo que luego de poner su huella digital para el encendido, se subió al asiento del copiloto y de inmediato lo inclinó para recostarse y cerrar los ojos suspirando pesadamente. Camila se acomodó frente al volante y antes de emprender la marcha, le acarició con ternura el rostro a su amada y frotó levemente su rodilla con un gesto cariñoso para reconfortarla.  Ella sonrió ante esa caricia.

Una vez que llegaron a la casa de los ángeles, las tres chicas se dirigieron al jardín donde se sentaron en el césped, bajo la sombra de un árbol. Camila abrazó a Lauren por la cintura y ella se acomodó en su pecho.  Alexandra sonrió. 

—¿Están juntas?

Camila asintió levemente.  —Algo así. 

—Estoy descubriendo el paraíso en medio de mi infierno. —Comentó Lauren haciendo sonreír a Camila, quien bajó la cabeza para darle un pequeño beso. 

—Me alegra por ustedes, sabía que Camila te conquistaría finalmente y que terminaría enamorándose de ti verdaderamente. 

—Es mi ángel. —Lauren comentó ganándose otro tierno beso de Camila. 

—Basta, me empalagan. —Dijo en broma y ellas se rieron.

 —¿De qué querías hablarnos?

—Antes que nada, quiero que me digas cual fue la causa de la muerte de Mike.

  El semblante de Lauren cambió. — Lo asesinaron, aunque la causa médica fue un infarto. 

—¿Qué fue exactamente lo que pasó?

  Lauren narró a Alexa lo sucedido en el hospital, ella la escuchó con atención y de inmediato comenzó a mover la cabeza negativamente. —¿Qué síntomas tuvo?

  —En el momento en el que la mujer que se hizo pasar por enfermera salió, los mecanismos conectados a mi padre comenzaron a ponerse en alerta y él se convulsionó.  

 — Batracotoxina.

 —¿Qué?  

—Eso es lo que pudieron administrarle. 

—¿Cómo es que...?

 —Tengo varios meses investigando la muerte de mi padre. 

 —Tu padre murió de un infarto.—Lauren se incorporó un poco sentándose derecha.

 —Así es, Lauren. Pero mi padre no era hipertenso, ni tenía afecciones cardíacas. Era muy saludable, hacía ejercicio y cuidaba su alimentación. Es por eso que el diagnóstico no me dejó convencida y busqué ayuda de un experto. Harry, con sus conocimientos químicos me ayudó y llegamos a la conclusión de que mi padre murió porque le subministraron Ricina. 

 —¿Estás diciéndome que... lo asesinaron?  

 —Luego de que Harry me dio el resultado de las pruebas que tomamos del ADN de mi padre poco antes de sepultarlo, estuve investigando diversos venenos y sus síntomas, así como la forma en la que pudo ingerir esta sustancia y llegué a la conclusión de que solo pudo haber sido administrada de forma externa. La noche que murió mi padre, venía de una cena en casa de Paul. 

 —¿No pudo ser una ingesta accidental?

  —No es algo que esté contenido en cualquier cosa, principalmente en la dosis exacta. Además, tengo entendido que él estaba convenciendo a mi padre de venderle su empresa constructora, pero mi padre siempre se negó. Poco después de su muerte apareció un comprador de la nada, seguí investigando más a fondo y resultó que no es más que un presta nombres del verdadero comprador. El tipo es un delincuente que está en prisión. Por lo que todo esto me lleva a Paul. 

 —¡Es un mal nacido! —El rostro de Lauren se endureció y Camila la abrazó. De pronto, un ruido las hizo prestar atención a la parte de la entrada principal de la casa; una camioneta con el logotipo de las Joyerías Frangipane llegaba en ese momento. Ellas vieron detenidamente el momento en que de la parte de atrás, se bajaban seis hombres que cargaban la estatua de un ángel, para colocarlo en el jardín. 

—San Miguel Arcángel. Qué conveniente.   —Comentó Alexa al reconocer la figura de mármol, una evidente obra de Halsey. 

—Lo que nos faltaba; el capitán del ejército angélico.  —Comentó con ironía Lauren. 

—Cuando recién murió mi padre, un día que vine a buscarte para ir a hacer ejercicio, me quedé en el jardín observando las estatuas. 

 —Te entiendo, se ven tétricamente reales. —interrumpió Camila. 

 —No es sólo eso. Una de las figuras que vi, me recordó a mi padre. Al principio creí que estaba loca, pero... no.  —Alexa se puso de pie, una vez que los hombres terminaron de acomodar la estatua del ángel de tamaño natural en una parte del jardín. Luego, en completo silencio, volvieron a subir a la camioneta para irse. La chica de los ojos azules, se paró justo enfrente de la figura y comenzó a inspeccionarla. Lauren y Camila la miraban con el ceño fruncido. 

 —¿Qué está haciendo?

—No lo sé. 

Tras lo que fueron alrededor de un par de minutos Alexa habló.  —Lauren, ven acá. Creo que tienes que ver esto. 

Ambas chicas se miraron con desconcierto, Camila se movió para que Lauren se pusiera de pie y luego caminaron juntas hasta donde Alexa y la figura de mármol estaban. 

—Observa su rostro ¿Qué te recuerda?

 Lauren movió la cabeza con desconcierto, pero hizo lo que le pidió su amiga. Lo que vio la hizo horrorizarse. —Es.... es mi padre.  

Camila ahogó un grito y miró la estatua dándose cuenta que Lauren tenía razón.  —Esto es monstruoso. 

 —¿Han visto cuántas son? — Cuestionó Alexa, ambas chicas movieron la cabeza de forma negativa—. Son doce. 

—¿Doce?

—Supongo que es toda la gente que ha mandado matar Paul. Empresarios poderosos que han desaparecido o han fallecido en diversas e inocentes circunstancias. 

—Significa que la estatua de Shawn debe estar por aquí  —Camila miró a su alrededor y comenzó a moverse entre las diferentes estatuas, Lauren la miraba con tristeza. 

—Será mejor que vayas con ella. 

Lauren vio a lo lejos a Camila detenerse ante un par de estatuas. Eran ángeles con las alas desplegadas que miraban al cielo con expresión doliente. 

—Aquí están. —Dijo antes de comenzar a llorar tocando una de las figuras.  

—¿Qué clase de maniático es Paul? —Lauren caminó hasta Camila colocando una mano en su hombro. 

—Mi padre está por acá. —Alexa le indicó a Lauren el lugar del ángel de mármol cuyo rostro era el de Alexander Daddario. Ambas chicas caminaron hasta la estatua, dejando a Camila reflexionando junto a los ángeles de los Méndez

—Esto tiene que parar, Alexa. Van a pagar por lo que hicieron. 

—Si queremos acusar a Paul, hay que conseguir pruebas y....

 —... no sé si lo podamos detener así.  El sábado debo pelear con Niall por el liderato de los ángeles. Han pasado muchas cosas en estos días, descubrí que Paul quiere matarme. Ya logró su objetivo con mi padre. 

Alexa abrió los ojos asustada.  — Lauren, debes huir.

—No, Alexa. No puedo estar huyendo, tarde o temprano me encontrarían. Además, debo proteger a Camila. 

—Claro, ahora necesitas pensar en ella. 

Lauren miró a Camila a lo lejos y sonrió con melancolía. —Necesito que me hagas un favor. 

—El que quieras. 

—Tengo un plan para detener a Paul y acabar con todo esto. La pelea será crucial. Si las cosas salen mal y muero... quiero que huyas con Camila y la lleves a un lugar seguro. Voy a confiar en ti, eres mi única esperanza. 

—Lauren, no digas eso. Todo va a salir bien. 

—Lo único que puedo prometer es que si yo voy al infierno, Paul y sus cómplices se irán conmigo. 

*************

Los siguientes días fueron muy extraños, Lauren estaba demasiado callada y pensativa; se levantaba temprano y se iba sola con Alexa a entrenar. Al regresar a casa desayunaba con Camila luego se iban a la oficina, donde resolvía los asuntos de la empresa con total profesionalismo y seriedad. Los negocios iban prosperando y ella se convertía en una joven empresaria influyente. Por las noches veían una película y se dormían temprano, cuando no estaban juntas, Lauren se pasaba el tiempo encerrada sola en la biblioteca. Camila atribuyó todo esto a que estaba asimilando lo acontecido, por lo que decidió darle su espacio  limitándose a ayudarla en los asuntos de la empresa. La cercanía de la pelea la tenía sumamente nerviosa. El abogado de la familia acudió a la empresa por petición de Lauren, ella habló en privado con él y no quiso compartir con Camila lo que hablaron, eso le pareció fuera de lo normal pues siempre le pedía opinión para varios asuntos.

El viernes, justo un día antes de la pelea, Lauren cambió su actitud; se levantó temprano y preparó ella misma el desayuno, el cual llevó a la cama despertando a Camila con suaves besos. Ella se sorprendió con su cambio, pero se sintió feliz de que al menos, su chica ya parecía mas relajada. Ambas desayunaron en la cama, platicaron y bromearon. 

—Hoy no vamos a ir a la oficina. Tomaremos el día libre porque iremos a la playa.

—¿Y cuál es el motivo?

—Quiero pasar el día disfrutando de tu compañía, sin preocuparme por nada más. 

 Camila dejó a un lado la bandeja de comida y se acercó a Lauren besándola larga y profundamente. — Te amo y no puedo evitar sentir miedo por lo que pase mañana, sólo quiero que sepas que voy a detener esa maldita pelea si veo que te están haciendo daño. 

—No habrá necesidad. Voy a estar bien. 

—No quiero que te pase lo mismo que a Shawn, me moriría sin ti. 

 Lauren suspiró profundo y la abrazó. —Todo saldrá bien. 

************   

En casa de los Frangipane, Paul hablaba con Niall. Su hija Halsey también estaba presente.

—¿Tienes todo listo?

—Sí, Paul. El agua que suministraremos a Lauren contiene la sustancia. 

—¿Qué efectos tendrá?

—Se sentirá ligeramente mareada y luego su sistema nervioso se afectará, poco a poco sus signos vitales fallarán. Los golpes que le dé, contribuirán al resto. 

—¿Y después?

—Tengo todo predispuesto para que parezca un asalto, la dejaremos afuera de las oficinas de Jauregui Automotriz y nos llevaremos sus cosas personales y listo.

 —Bien, dentro de poco, las empresas Jauregui Automotriz también serán mías. 

—No olvides que quiero mi parte. 

—Sí, tendrás el porcentaje que pediste, además serás el líder de los ángeles y tendrás a la chica esa... Camila. Pero Niall, si me fallas, te mato.  

 —Yo no seré un ángel de mármol, te lo aseguro, confía en mi. Nos vemos después, tengo cosas que hacer. —Niall salió de la casa de Paul. 

  —Maldito escuincle, me tiene harto. Si no fuera porque lo necesito.

 —Papá. No quiero que Lauren muera, por favor. Haré lo que quieras, pero no la mates.

—Hija, ya hablamos de esto. Necesito que sea así para concluir mis planes. 

  —¿Cuántos más, papá?, estoy cansada de esto. 

 —Estoy a punto de ser el hombre más rico e influyente de Nueva York y Los Ángeles. Y muy pronto lo seré del país. Ni Donald Trump tendrá lo que yo. 

 —¿Qué sigue?, ¿jugarás al Presidente? Tú y Trump están locos, están enfermos de poder y no les importa dañar a los demás con tal de lograr sus objetivos. Ahora entiendo por qué mi madre prefirió suicidarse a seguir viviendo a tu lado. 

Las palabras de Halsey fueron silenciadas con una fuerte bofetada que la dejó sorprendida y dolida en muchos sentidos. —Estás cruzando los límites, papá. 

El hombre la miró son inmutarse. —No cuestiones mis acciones. Mañana es un día importante, te veré en la ceremonia.   

Paul se fue dejando a su hija llorando amargamente, pero con una idea fija en la mente; no lo dejaría salirse con la suya esta vez, no importaba lo que tuviera que hacer. 

  ******************

Lauren eligió un espacio de la playa alejado de la gente. Llevaban una manta, toallas y comida para disfrutar de su día juntas. Camila estaba emocionada por pasar el día con su amada.

 —Has estado pensativa estos días. 

 —No es nada, sólo son demasiadas cosas que asimilar. Quiero que la empresa funcione bien. Por mi madre no me preocupo, tiene solvencia económica suficiente con el fideicomiso y todas las propiedades que le dejó mi padre. Así que sólo estoy tratando de seguir adelante.

Camila se acercó y le acarició la mejilla.  —Estoy aquí para apoyarte, no te guardes tu dolor. Sabes que puedes confiar en mi. 

—Todo está bien, Camz. Vamos a olvidar este asunto por un rato y a disfrutar sólo de nosotras. 

Se abrazaron y se dedicaron a mirar el mar, a lo lejos vieron a una pareja escribiendo mensajes en la arena.

—Siempre he pensado que la gente que escribe "te amo" en la arena es estúpida. 

  Lauren se rió. —¿Por qué?

—Es como compartir una foto de la persona que se supone que amas en una Insta historia, no importa cuantos emoticones, corazones o frases cursis pongas, sólo dura 24 horas y desaparece. Eso no es una forma adecuada ni amorosa de demostrar amor, lo único que demuestra es que tu pareja no te importa nada y sólo buscas atención. El amor se demuestra en la mirada, cuando ves a esa persona y sientes desaparecer el mundo a tu alrededor y no existe para ti nadie más. El cuidar de ella,  respetarla en todos los aspectos, conocerla; ser responsable. Es ver más allá de los aspectos físicos, es emocionarte hasta por el más pequeño detalle; sonreír tiernamente cuando escuchas su nombre o alguien te pregunta por ella. Es ser paciente en los momentos de tranquilidad y en los momentos de conflicto. El amor, lo demuestras cada día, pero no en fotos en redes sociales, sino en acciones que no presumes a los demás, cosas que se mantiene entre ustedes, no hace falta demostrar nada al mundo, porque en su mundo lo tienen claro.  

Lauren la escuchó con atención y en su mirada reflejaba completa adoración. —Creo que es momento de decírtelo. 

Camila levantó la cabeza y sonrió encontrándose con Lauren mirándola como si fuera la más hermosa maravilla del mundo. —¿Decirme qué?

—Creo que ahora puedo decirlo sin miedo. Es momento de poner en palabras las emociones que me invaden, es decirlo ahora o no decirlo nunca. Te amo, Camila. Te amo intensamente y siempre te amaré. Y quiero que sepas esto y espero habértelo demostrado como tu ya lo has hecho, como tu me lo has enseñado. Quiero que este amor se quede contigo, eternamente. Pase lo que pase. Moriría feliz, sólo por haber tenido la suerte de encontrarte y estar contigo y saber que me amas igual. 

—Oh, Lauren. Eso es tan hermoso. 

Se besaron con intensidad, con amor, con pasión y con deseo. Lauren no estaba segura de lo que fuera a pasar el día siguiente, pero quería guardar ese momento para siempre. Deseaba detener el tiempo y pasar una eternidad con su Camz. Tras un día inolvidable juntas regresaron a la casa de los ángeles, Camila se ofreció a preparar la cena, mientras que Lauren la miraba sin creer lo afortunada que era.  Más tarde se fueron a la cama limitándose a llenarse de besos y caricias en medio de incontables "te amo" hasta quedarse dormidas. 

************

Camila se despertó temprano el sábado, de inmediato sintió una opresión en el pecho como un mal presentimiento. Volteó al lado de su cama y Lauren no estaba. Se levantó y se acercó a la ventana para ver el jardín y descubrió a su amada que caminaba entre las estatuas de mármol. Camila frunció el ceño al verla inclinarse sobre la estatua del Arcángel Miguel que se suponía representaba a su padre, debido a la colocación de la estatua, no podía ver lo que estaba haciendo, tardó alrededor de diez minutos y luego se levantó. Camila dio un paso atrás, para alejarse de la ventana y evitar que Lauren se diera cuenta que la estaba espiando. La vio tomar una pequeña maleta del suelo y entrar a la casa. De inmediato salió de la habitación y se quedó en la parte del descanso de las escaleras, desde ahí, la vio entrando a la bilbioteca encerrándose con llave. Sintió un ligero escalofrío ante el misterio que ocultaba Lauren en la biblioteca. Regresó a la habitación y se dio un baño, bajando a desayunar media hora después. 

—Buenos días, Danny

—Buenos días, Camila. ¿Cómo estás hoy?

 —Perfectamente. Es un lindo día... aunque no podría decir lo mismo de la noche.

  —¿Por qué lo dices?

  —Por nada... no me hagas caso. ¿Dónde está Lauren?

El chico se sonrojó. Tenía conocimiento del tipo de relación que las chicas tenían pues en más de una ocasión, las había visto besándose en el desayuno en los últimos días. —¿No deberías saberlo tú, más bien?

 —Ahm. Si. Creo que iré a buscarla. 

Camila caminó rumbo a la biblioteca para pedirle a Lauren que desayunaran juntas. Se paró frente a la puerta, pero dudó un poco antes de tocar suavemente.  —¿Lauren, estás ahí, quieres desayunar?

Pero no hubo respuesta, entonces tomó el picaporte de la puerta y lo giró sorprendiéndose de que no estuviera cerrada con llave. Empujó lentamente la puerta, pero en ese momento Lauren la interceptó antes de que pudiera entrar y ella pegó un pequeño grito del susto. 

—¿Qué haces aquí? —Dijo en tono serio mirándola fijamente. 

 —Te... te estaba buscando. —Camila tartamudeó porque la mirada de Lauren le provocó un ligero miedo. Jamás la había visto así. 

—¿Por qué?

—¿No vas a desayunar?

—No tengo hambre. Desayuna tu. Yo estoy bien. 

—¿Estás... nerviosa por la pelea? —Camila levantó la cabeza tratando de mirar el interior de la biblioteca a través del hombro de Lauren, ella se movió un poco cerrando más la puerta. 

 —Estoy bien, Camz. No te preocupes, ve a desayunar.— Lauren trató de suavizar su semblante, al ver que Camila la miraba con miedo. Le dio un pequeño beso y le sonrió. Ella se dio la media vuelta y se alejó de la biblioteca escuchando la puerta cerrarse y la llave girando. Lauren se había vuelto a encerrar. 

Pasaron algunas horas y Camila se mantuvo alejada de la biblioteca, se quedó en la habitación donde estuvo enviándose mensajes con su familia y sus amigas. Estaba casi atardeciendo y antes de que comenzara la ceremonia, quiso bajar a buscar nuevamente a Lauren. Llevaba puestos unos tenis que no se escuchaban al pisar, llegó hasta la sala donde escuchó voces y se acercó lentamente ocultándose detrás de una planta para no ser vista. 

—¿Estás segura de lo que quieres hacer?

—No tengo opción, Alexa. Todo está preparado. El comienzo de los fuegos artificiales será tu señal. 

—A Camila no le gustará esto. 

—Lo hago porque la amo y quiero salvarla. Pase lo que pase, tu prioridad es Camila, no lo olvides, ella antes que nadie. 

 —¿Tanto la amas? Es impresionante en alguien como tu. 

  —Ella lo es todo para mi. Daría mi vida por ella si es necesario. 

  — ¡NO! — Camila no pudo evitar salir de detrás de su escondite al escuchar esas palabras. 

  —¿Desde cuando estás escondida?

 —Escuché lo suficiente. ¿Qué estás planeando? ¡No quiero que arriesgues tu vida!

  — Camz, tranquila. Es sólo en caso de que algo falle. Sólo estoy tomando precauciones. 

Camila abrazó a Lauren y comenzó a llorar en su hombro, ella le acarició la espalda cariñosamente mientras miraba a su amiga Alexa con ligera tristeza. —Por favor, Lauren. No lo hagas, te lo suplico. 

 —Tengo que prepararme para la ceremonia. 

  —¡No Lauren!, por favor. 

Alexa se acercó y tomó a Camila del brazo.  —Camila, debes entender que esto es algo que Lauren tiene que hacer. 

Pero la chica se aferró al cuerpo de Lauren negándose a soltarla, algo que le rompió el corazón pero ella debía ser fuerte. Con firmeza, la retiró de su cuerpo mirándola a los ojos. —Debo prepararme, Camz. Hay ropa para ti en otra habitación, Alexa te ayudará. No olvides usar la máscara. 

—Por favor, Lauren. 

—Camila, haz lo que te digo.  Alexa, confío en ti. —Lauren miró a su amiga, antes de alejarse escuchando los gritos desesperados de Camila. Un rato después fue convencida por la chica de los ojos azules de subir a cambiarse. 

************ 

El bullicio que ya se escuchaba en la casa, sacó a Lauren de sus pensamientos, no estaba segura de cuando tiempo había pasado frente al espejo de su habitación luego de vestirse para pelear. Estaba preparada para todo lo que iba a suceder esa noche, era todo o nada; vivir... o morir. En su mente, mantenía la imagen de la única persona que le daba fortaleza y le impulsaba a seguir adelante; su amada Camila. 

El gran salón estaba predispuesto para la Ceremonia de esa noche. En un hecho sin precedentes, el nuevo líder de los ángeles sería elegido con una pelea entre dos de sus integrantes. Los misteriosos hombres que integraban a los líderes de la Sociedad y que ocultaban sus rostros tras una máscara ya estaban sentados. Lauren entró al salón y observó la silla vacía que antes ocupaba su padre. Ajustó con los dientes el velcro de sus guantes de box y se acomodó en una esquina del gran salón, escudriñando con sus ojos el lugar al que ya llegaban los espectadores; magnates anónimos que también se ocultaban tras una máscara y que eran testigos mudos de las actividades de la Sociedad, y disfrutaban de peleas por el poder... siempre por el poder. Le pareció reconocer al hombre con el que habló en el cóctel en un individuo que la miraba fijamente. Ella desvió la mirada en el momento en el que vio entrar a Camila, llevaba un entallado vestido rojo y un antifaz negro de plumas de ave que le cubría prácticamente todo el rostro, estaba cubierta con una capa dorada. Alexa, por su parte llevaba un vestido azul de lentejuelas y una máscara blanca, también llevaba una capa, pero negra. Ambas se detuvieron ante Lauren. 

—Estás hermosa.  —Lauren la miraba embelesada a Camila, ella se acercó y levantando su antifaz la besó apasionadamente sin darle tiempo a reaccionar. 

—Si Niall te lastima... lo mato. —El beso dejó a Lauren sin aliento, pero la actitud ruda de Camila la dejó confundida y más cuando se dio la media vuelta y se alejó para tomar su lugar entre los asistentes. Las miradas de los caballeros se posaron sobre ella. 

—¿Qué le dijiste? 

 — Le dije que fuera paciente contigo, por esta Ceremonia. Pero está molesta por todo, dice que no va a permitir que nadie te haga daño.

Lauren suspiró.  —Creo que tenemos un problema, ninguna de las dos queremos que la otra sea lastimada.  

—Así es el amor. Me alegra ver que ambas se amen así. ¿Llevas el dispositivo? 

Lauren asintió levantando ligeramente el botín. —¿Llevas el arma? — Alexa la miró y le dio una sonrisa aprobatoria y luego le mostró su tobillo—.  Perfecto. Recuerda que hay una camioneta afuera, tiene todo lo necesario. El motor está modificado, así que ten cuidado porque alcanza gran velocidad, no te detengas por nada ¿entendiste? 

Alexandra se acercó a su amiga y la abrazó. —Te quiero, eres muy valiente. Acaba con Paul y haz justicia por todos aquellos que murieron por su culpa. Y más te vale que salgas con vida de esto. 

—Haré lo que pueda. Cuida de mi Camz, ya sabes qué hacer. 

—Es una gran chica, Lauren y te ama demasiado. Si mueres, no creo que descubrir que es la dueña absoluta de Jauregui Automotriz logre terminar con su dolor.  

Lauren sonrió. —Al menos tendrá algo para recordarme. Bien, es la hora, despídete de los ángeles, porque esta casa arderá en el infierno. 











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