William se encontraba en los dormitorios, recostado sobre su estomago en su pequeña cama, en sus manos un libro de tipos de dragones que devoraba, llevaba varias horas leyendo, había aprendido varias cosas que en algunos casos les salvarían la vida como no huir de un dragón rojo, saltar al agua cuando encuentres un dragón guiverno, etc. Coloco el libro en su pequeño baúl, se recostó viendo el techo recordando las historias que le contaba su madre de cazadores que luchaban valientes contra estas bestias, miro el reloj que reposaba sobre la pared de enfrente, se dio cuenta de que faltaba menos para su misión, saco su espada con su funda, se la coloco en un cinturón que llevaba, estaba listo para la misión de su equipo.
Días antes habían estado buscando una nueva misión en las computadoras del cuarto de misiones, ya sin problemas por quien sería el líder del grupo, habían encontrado una misión con la que todos estuvieron conformes. Salió Will hacia los hangares a toda prisa, sus compañeros ya se encontraban ahí y la caballero Ross.
—Chicos, su primera misión de equipo sin supervisión será matar un dragón topo del desierto, estos dragones, tienen un perfecto camuflaje en la arena, son lentos por su tamaño, no arrojan mucho fuego como sus parientes que adoran incendiar todo, este dragón se descubrió hace unas semanas y se cree que está secando el rio de alguna forma, irán a la región 4, es toda la información— Trago saliva la caballero Ross y prosiguió— Max, aquí tienes las coordenadas, tengan mucho cuidado, buena suerte, buena cacería— después de terminar la se marcho con paso firme a su habitación
Todos abordaron un pequeño helicóptero negro con franjas rojas, Max subió a la parte del piloto, el había tomado clases mientras que sus amigos estaban en la enfermería, según platicas de el caballero Bine había aprendido rápidamente, en el transcurso del viaje nadie conversaba parecían preocupados.
Las doradas arenas del desierto se desplegaban en el horizonte, era como estar en un mar de oro, el calor aun con la ventilación se sentía en el interior, los chicos se quitaban su chaleco quedando mas cómodos, después de localizar una pequeña casa Max improviso un aterrizaje que casi deja a todos sin cuello por el fuerte golpe que dio al caer a un metro del suelo.
—William tu eres el líder, danos las ordenes— dijo Leo con un tono de sarcasmo
—Mi plan es que se queden aquí todos, yo me ocupare de todo no se arriesguen, no quiero que nadie me siga— dijo Will mientras se cubría del sol con una franela
—Somos un equipo, no quiero quedarme, ¿por qué quieres que solo te esperemos?— pregunto Max con disgusto
—Cuatro ojos tiene razón, entre todos terminaremos la misión— dijo Josué tomando del hombro a Max
—No quiero arriesgar la vida de nadie, si pierdo el control no quiero que nadie esté cerca— dijo Will mientras saco un mapa para encontrar el camino al rio.
William camino entre el desierto mientras escuchaba como sus compañeros gritaban inconformes por sus ordenes, a pesar de que querían ir un miedo sentían al recordar lo que le paso en su pelea con Leo, la silueta se perdió en los remolinos de arena.
—Eres un ingenuo— resonó una voz en la mente de Will, parecía que fuera la voz de un pensamiento
— ¡Quien está ahí!— grito Will sacando su espada y apuntando a todas partes como si tuviera una pistola
—Que quien soy, no me recuerdas, yo te ayude cuando estabas en peligro estas aquí gracias a mi— dijo la voz de nuevo
—Quien diablos eres, debe de ser una alucinación causada por el sol— dijo Will mientras sacudia su cabeza
—Me causa risa que no sepas quien soy, siempre estuvimos juntos, ya me olvidaste tan pronto, esos días en el bosque— dijo la voz soltando una carcajada— te diré mi nombre, soy Zack Kornivel, somos la misma persona
Estas palabras causaron escalofrió, movía la cabeza de un lado a otro, como si fuera un dolor— maldita sea me estoy volviendo loco— dijo Will en voz baja mientras se cubría los oídos
—No te estás volviendo loco, esto es real, piensa un poco, somos uno mismo, no trajiste a tu equipo porque no quieres que le haga daño— dijo Zack dejando escapar una risa
— ¡Basta!, ¡Que me está pasando tú no eres real!— grito Will
Las arenas del desierto caían de una duna, los pies de Will se llenaban de arena hasta las rodillas, no era la arena que caía se estaba hundiendo, trataba de sacar sus pies pero parecía una trampa de arena, un dragón salió como si fuera un estallido de una bomba agitaba sus diminutas alas creando viento, una pequeña brisa que limpiaba de arena a la bestia amarilla, tenía una nariz grande y chata, unas garras enormes con las que se movía dentro de la arena, abrió sus pequeños ojos blancos del tamaño de perlas miraba al chico que sin temor desenvainaba su espada y le hacía frente.
Max, Leo y Josué discutían aun la decisión de su líder, no estaban de acuerdo de que solo fueran un adorno para solo llamarse grupo dejando que solo uno hiciera el trabajo.
—No debemos dejar que vaya solo, no sabemos lo que le puede pasar— dijo Max molesto mientras cerraba las ventanas del helicóptero
—Tiene suficiente poder para cuidarse solo y no quiero estar ahí cuando pierda el control— dijo Josué que estaba sentado mientras hacía dibujos en la arena
—Si le pasara algo, cargarían con el remordimiento de no haber hecho nada— dijo Leo mientras se ponía un trapo en la cabeza,
—No sé qué paso con él, desde que pelearon algo cambio, ya no es ese chico que conocimos— dijo Josué con un tono triste
—No dejemos que cambie, ayudémosle ahora es cuando más nos necesita, debemos demostrarle que lo apoyaremos en las buenas y en las malas— dijo Max decido mientras le daba una patada a Josué incitándolo a levantarse
—De acuerdo, si iré pero si empieza atacarnos y a lanzarnos sus rayos con su espada no me digan que no se los advertí— dijo Josué mientras pateaba la arena pareciendo un niño pequeño haciendo berrinche
Todos convencidos se adentraron en el desierto, una tormenta arremetía contra ellos, se habían cubierto los ojos con gafas especiales, era como caminar dentro de un horno, no miraban más que las dunas, al escuchar un rugido corrieron a toda prisa, al poder escuchar a Will maldecir se dieron cuenta de que estaban cerca pero una sobra que creaba la tormenta los hizo temblar.
— ¡Un dragón!— gritaron al unisonó al moverse en varias direcciones mientras preparaban sus armas, pero la bestia cayó de cabeza en la arena y empezó a cavar con sus enormes garras.
—Que hacen aquí, ya era mío, les dije que se quedaran allá— dijo Will mientras sacaba sus piernas que estaban enterradas en la arena
—No lo haremos un amigo jamás se deja solo, para eso estamos para ayudarte necesites o no ayuda, aunque la niegues y aunque nos abandones no te dejaremos solo— dijo Josué inspirado con los ojos brillantes que parecía que lloraría en cualquier momento
William lanzo su espada hacia Josué, apenas rozo su oreja todos quedaron inmóviles ante esa agresión pero vieron que detrás del la bestia se asomaba intentando devorarlos, estaban de frente viendo su piel dorada como la arena sus enormes garras y la espada que estaba clavada en la pierna impidiendo que avanzara, Will corrió hacia el ,esquivo una de sus pesadas garras apenas rozando su estomago rodo hasta llegar a su cola tomo la empuñadura de su arma sacándola causando un gemido de la bestia.
— ¡Bien si quieren ayudarme es ahora!— grito Will mientras cortaba con su espada parte de la cola
Josué apunto su lanzagranadas de mano, disparo una carga que lleno de fuego la cabeza del dragón, dos flechas atravesaron sus ojos acertando Leo, Max ensamblo su lanza, lo embistió clavándola en su estomago, Will corrió hacia la bestia corto los tendones de sus piernas impidiendo que escapara, se acerco a sus rostro, lo miro a los ojos sintió un poco de lastima, dudo por un momento asesinarlo pero clavo su espada entre sus cuernos, cayó sin vida en la arena.
Un zumbido sonó en el cielo, era como un pájaro que caía en picada hacia ellos, al ver más de cerca vieron que era un ángel el que aterrizaba sobre sus rodillas, camino hacia el dragón mientras sacaba su espada para cortar sus garras ignorando a los cazadores que habían hecho el trabajo.
— ¿Quién eres? y ¿que buscas aquí?— pregunto Will al ver que ni un saludo dio
—Soy el ángel Rufol, vengo a recoger partes del cuerpo del dragón, que no les explicaron que los ángeles nos llevamos partes de los dragones para estudiarlos y usar sus partes en armas y armaduras— dijo el ángel mientras se dirigía hacia los chicos
—Entonces nosotros hacemos el trabajo sucio mientras que los ángeles se llevan el dragón y sus partes— dijo Will guardando su espada con brusquedad
—Técnicamente así es— dijo el ángel Rufol viéndolos extrañado
—No dejare que te lleves nada – dijo Will mientras se ponía entre el dragón y el ángel
—No puedo pelear, no podemos atacar a un humano solo que sea en peligro de muerte— dijo el ángel
—Ya tranquilo Will, solo hace su trabajo— dijo Josué tomando del hombro a Will
—Tiene razón Josué, es algo de lo que hacen en la guerra— dijo Leo suspirando
—¿Que nos darás a cambio, por el dragón?, Rufol— pregunto Will mirándolo detenidamente
—No tengo nada que pueda darles a cambio, no puedo pagarte con nada material, pero puedo darte conocimiento— respondió el ángel
—A que te refieres con conocimiento, ¿de qué tipo?— pregunto intrigado Max
—Historias del pasado, acontecimientos de como era antes— respondió el ángel mientras movía las manos
—Max, pregunta algo importante— dijo Will moviendo la cabeza en dirección al ángel
—No se me ocurre nada Will— dijo Max encogiéndose en hombros
— ¿Sabes algo de alguien llamado Zack?— pregunto Will
—No conozco ese nombre, no hay registros que haya aprendido de alguien llamado así— dijo el ángel mientras se rascaba la barbilla
— ¿Conoces a alguien que se llame Zekron?— dijo Will recordando el nombre de su padre de quien no tenía mucha información
—Era un humano que fue un paladín, era apodado como Zekron el rojo por su pelo rojizo y por que en sus batallas siempre terminaba bañado en sangre cuando mataba dragones, desde pequeño demostró ser especial, entro a BRIDRA a los diez años de edad, fue caballero a los 15, fue el primero en matar a un dragón oscuro su equipo no sobrevivió ningún miembro de su equipo, fue director por 5 años, los siguientes 10 años se desconoce que sucedió con él, los siguientes registros son de cuando se encontró su cuerpo sin vida, después de una batalla con tres dragones oscuros, solo tenía su espada en sus manos y una carta de la que se desconoce su contenido, murió a los 30 años para muchos fue el mejor cazador que ha existido— Termino el ángel que miraba el rostro de Will asombrado
—Nunca supe eso de mi padre, es suficiente llévate lo que quieras es todo tuyo, vámonos equipo fin de la misión— dijo Will mientras se despedía del ángel y corría hacia su helicóptero
William y su equipo corrieron aprovechando que la tormenta había cesado, se perdieron en la lejanía del desierto, el sol se escondía en el horizonte el ángel saco de nuevo su espada y empezó a cortar las garras del dragón.
«Tu también serás una leyenda William Kornivel» pensó el ángel Rufol que seguía con su labor mientras oscurecía