Todoroki volvió super gay a Deku y se lo robó a Uraraka.
Todo tenía sentido ahora.
-Claro que no, porque debería importarme el que les guste por el culo. -Dijo Katsuki.
-¡Kacchan! -Le gritó Ochako, con la cara roja.
Midoriya estaba todo rojo y Todoroki estaba a punto de decirle algo cuando sonó su celular.
-¿Hola? Mmm, sí, ok, vamos para allá. -Decía por celular. -Izuku. -Lo llamó.
-¿Qué pasa Shouto?
-Tenemos que irnos, es hora de que hagas la conferencia.
-Oh, bien. -Respondió el pelinegro. -¡Nos vemos luego Uraraka! Volveremos después de que hable, me intriga saber que hacen ustedes dos aquí, jaja. -Reía el chico mientras se iba con su pareja.
La morena suspiró. -¡¿QUÉ PRETENDES KACCHAN?!
-¿Qué pretendes tú? ¿Por qué no me habías dicho que esos dos eran unos putos? ¿Y que fue ese cambio de humor cuando llegó el idiota de Deku y el mitad y mitad?
-No tengo porqué contarte sobre las cosas privadas de mis amigos.
-Pues, no te veías muy feliz con tu amigo... ¿Cómo es que se llamaba? Ese tonto de cabello rojo y blanco.
-Todoroki. -Dijo la chica, con cierta incomodidad en su voz.
-¡Ahí está! Ahora dime, ¿Qué fue lo que te hizo ese maldito idiota? -Pregunto Bakugou.
-Uhm... -Uraraka no hablaba. -Este... No sé de qué hablas.
-¡Sueltalo ya, cara redonda!
-Está bien, pero antes necesito un trago.
Bakugou gruñó y llamó al chico del bar, quién después de un pequeño rato le llevó un mojito a la morena y un whisky al rubio.
-Ya tienes tu trago cara redonda, ahora dímelo todo.
-Antes que nada, debes saber que yo no siento nada por Deku, quizás en el pasado lo admiraba por su determinación y tal vez me llamaba un poquito la atención. -Decía Ochako, mientras Katsuki ponía los ojos en blanco. -Bueno, no sé en qué momento ellos dos se empezaron a hacer muy amigos y Deku se empezó a alejar de mi y de Iida, y... uhm, intenté acercarme a él de nuevo al pasar el tiempo, pero siento que Todoroki está encima de mí siempre.
-¿Cómo es eso de encima de ti siempre? -Preguntó el rubio.
-Así como, no lo sé. -Uraraka se tomó la cabeza. -Yo pienso que él debe pensar que me gusta Deku y quizá solo defiende lo que es suyo.
-Entonces, ¿ya no te gusta el imbécil de Deku?
-¿Ehhh? ¡Claro que no! Solo somos buenos amigos, pero ni siquiera puedo hablar con él, ya que el maldito de Todoroki no nos deja en paz, o por lo menos a mi. -Decía la chica, con cara de pena. -Recuerdo que apenas comenzaron él me dijo que no me quitaría los ojos de encima y que tuviera cuidado.
-Tsk. -Bakugou chasqueó la lengua. -Es un idiota.
-Lo sé, siempre están juntos, muchas veces quise hablar con Deku de algunas cosas, cosas que le cuentas a tus amigos, pero jamás estuvo para mi después de que se hizo novio de Todoroki. -La chica tenía una cara de pena, Katsuki casi sintió un poco de lastima por ella.
Él estuvo a punto de decir algo, pero la gente empezó a aplaudir y notó que Midoriya se bajaba del escenario.
-Ni siquiera escuché a ese tonto. -Dijo el rubio, girando el líquido que se encontraba dentro de su vaso.
-Pues yo menos, ni siquiera entiendo de leyes. -Le respondió la morena.
Estuvieron ahí en silencio mirando sus vasos por un rato, hasta que el pelinegro y el chico de cabello bicolor llegaron nuevamente al bar donde se encontraban los chicos.
-Y bien mitad y mitad bastardo, ¿Eres como la niñera del idiota o qué? ¿Acaso no puedes dejarlo solo en algún momento? -Dijo Katsuki.
-Me estás colmando la paciencia Bakugou. -Dijo el chico de quirk mitad hielo-mitad fuego.
-Me vale.
-Chicos, por favor no peleen. -Decía Midoriya, sentado en medio de los dos.
-¿Qué hay de ti? ¿Eres el escolta de Uraraka? ¿Qué hacen ustedes dos juntos aquí? -Pregunto Shouto.
-¿Ehh? Este... -Ochako no sabía que responder.
-¡¿Y qué carajos te importa, idiota?! -Respondió Katsuki por ella.
-Es cierto Uraraka, ¿Qué haces aquí? ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Dónde estás viviendo ahora? -Preguntaba Izuku, poniendo cada vez más nerviosa a la chica.
-Ehhh, yo... yo...
El rubio pudo notar lo nerviosa que estaba su amiga, así que pensó en cómo ayudarla y lo único que se le ocurrió fue decir lo primero que se le vino a la mente.
-¡Deja de molestarla, Deku idiota! ¡Ella es mi novia y me acompañó ya que soy un oficial muy importante! -Le gritó el rubio, poniéndose de pie y apoyando uno de sus brazos por encima de la cabeza de la chica que se encontraba sentada a su lado y apuntándose a él mismo con el otro. -Vive conmigo, obviamente, y ¡Qué mierda te importa a ti lo que ella haga con su vida! ¡Tenía un gran trabajo, pero era demasiado buena para ellos! -Seguía gritando.
Todoroki escuchaba lo que el rubio decía y miraba como Ochako se ponía más roja que un tomate y miraba atónita al chico que se encontraba a su lado.
-¡No puedo creerlo! ¿Ustedes dos están saliendo? -Preguntó Izuku.
-¿Qué acaso estás celoso, imbécil? -Le preguntó el chico explosivo.
-De qué hablas idiota, no digas tonterías. -Le dijo Shouto, bebiendo un trago de su vaso.
-Cállate tú, ¿Por qué no vas a llenarle el biberón a este tonto?
-¡Bakugou, te estás pasando! -Todoroki se puso de pie y miró fijamente al rubio que se encontraba de pie al otro lado de la mesa.
-¿Quieres pelear bastardo? Puedo volver a ganarte.
Uraraka se puso de pie y tocó a ambos chicos para hacerlos flotar, en el aire ellos empezaron a decir cosas que ni ella ni Midoriya entendían.
-Si no se callan los haré volar más arriba del espacio.
Katsuki cerró la boca, ya sabía que la morena había aprendido a dominar mejor su quirk y se lo había dejado en claro la vez que lo sacó volando de su habitación en el hospital.
-Bajame ahora, Uraraka, o esto se pondrá feo. -Decía Todoroki desde lo alto.
-¡No te atrevas a hablarle así, mitad y mitad bastardo! -Le gritó Bakugou, a su lado, enojado.
Uraraka miró fijamente a Shouto y este empezó a darse vueltas en el aire.
-Ya no soy la chica de la secundaria Todoroki, ahora me puedo defender muy bien. -Dijo seria. -Si no se calman en este instante, juro de verdad que los sacaré volando de aquí.
Ambos chicos se callaron, el rubio estaba cruzado de brazos y el de pelo bicolor miraba a Ochako con odio. Pasaron 5 segundos en silencio y la morena los bajo, cayendo ambos en sus pies.
-¡Si vuelves a hacer eso juro que te mataré! -Le dijo Bakugou, mientras el pelinegro tomaba a Todoroki y lo apartaba para ver si se encontraba bien.
-Lo siento Kacchan, me estaban sacando de quicio con sus peleas. -Le respondió Uraraka, juntando sus manos y haciendo pequeñas reverencias. -¿Puedes dejar de pelear? Pensé que vendríamos a pasarla bien.
-Sí, pues yo venía a cumplir una misión y creo que no podré hacerlo. -Dijo Katsuki, casi para él mismo.
-¿Qué misión? -La chica se le acercó demasiado, poniendo nervioso al rubio.
-Ehhh... Nada que te interesa cara redonda, aléjate de mi. -Dijo corriendo un poco a Ochako de su cara.
-No seas así Kacchan, dímelo, no le debes esconder cosas a tu novia, ¿O sí? -Dijo ella, poniendo cara de victoriosa, haciendo que Bakugou se sonrojara.
-¿Q-Qué? ¡Solo dije eso para ayudarte idiota! Espero que ahora ese bastardo no te joda más.
-¿Osea que te preocupas de mi? ¿Aunque sea para hablar con Deku? -La morena lo miraba con los ojos entrecerrados.
-Okey, estás demasiado ebria, es hora de irnos a casa.
-¡No estoy ebria tonto! Solo estaba bromeando contigo. -Uraraka reía, hasta que alguien los interrumpió.
-Lamento interrumpir su divertida charla. -Decía Midoriya con una gran sonrisa. -Pero nosotros ya nos vamos, fue un gusto verlos nuevamente, Uraraka, debo decir que te has puesto muy bonita después de todo este tiempo. -Terminó de decir el chico, haciendo que Katsuki se atorara con el último sorbo que le dio a su vaso.
-Igualmente Deku. -Dijo Ochako, devolviéndole la sonrisa y sonrojándose un poco. -Me disculpo por esto, pero debo ir al baño, así que despídete de Todoroki por mi. -Y sin más se fue.
-Me gustaría decir lo mismo, pero tu guardaespaldas solo me estuvo jodiendo. -Katsuki se apoyó en la mesa y bebió un sorbo de su séptimo vaso de whisky.
-Kacchan... -Le habló Izuku, sentándose del otro lado del rubio para poder hablar más despacio.
-No me llames así o te mato. -Dijo Bakugou, sin dejar de beber de su vaso.
-No pretendo que nos llevemos bien. -Dijo el pelinegro seriamente, logrando captar la atención del rubio. -Es muy bien sabido que los oficiales de policía no se llevan con los abogados.
-No me digas, idiota. -Bakugou bebió otro sorbo. -Dime tú, si estás noche tras noche buscando a un hijo de puta que violó o asesinó a miles de personas, al encontrarlo no puedes encerrarlo porque un maldito dice que no hay pruebas, ¿Acaso te pones a saltar en un pie de felicidad?
-Pues yo no soy así, siempre he velado por el bien de las personas, y de verdad, si necesitas de mi ayuda o algo, puedes hablarme siempre. -Decía Izuku.
-No creo que sea tan fácil con mami Shouto ahí.
Midoriya se sonrojo un poco, no estaba acostumbrado que alguien más que no fuese él llamara a su novio por su primer nombre.
-Sh-Shouto no es tan malo, solo me cuida.
-¿Acaso el sucesor de All Might necesitan que lo cuiden? -Preguntó.
-Desde que él murió, solo Todoroki pudo llenar ese vacío.
Katsuki dejó de mirar su vaso para darle una mirada fría al chico a su lado.
-Tal vez, si hubieses visto más allá de ese bastardo te hubieras dado cuenta que no era el único idiota que estaba contigo, Deku, imbécil.
-¿A qué te refieres? -Midoriya se quedó pensando.
-Nada, nada, olvídalo estúpido, es mejor que te vayas de aquí.
-Sí, debemos irnos ya. -Izuku se paró de su asiento. -Pero no lo olvides Kacchan, ¡Puedes contar conmigo para lo que sea!
-Midoriya. -Todoroki lo llamó.
-Tú mami te llama, vete ya.
-Él es como tú con Uraraka. -Dijo el pelinegro sonriendo, ganándose una mirada asesina de parte del rubio. -Tal vez me equivoco al decir esto, pero pude notar como no dejabas de cuidarla, sigue así Kacchan, me hace muy feliz que ella este bien. -Y se fue corriendo, antes de que una explosión apareciera en su cara.
-¡Deku, maldito idiota, voy a matarte! -Katsuki se había puesto de pie, botando la silla y haciendo pequeñas explosiones con sus manos.
-¡No hagas otro escándalo Kacchan! -Dijo Ochako, quien llegó de la nada.
-¿Y tú, donde estabas, cara de ángel? -Le preguntó Bakugou, intentándose calmar un poco.
-Dije que iba al baño, ¿Deku ya se fue? -Preguntó la chica.
-Sí, al fin se fueron. -Y sin más se sentó a terminarse su vaso, a final de cuentas no le había ido tan mal en su misión, pero le estaba empezando a doler la cabeza.
-Genial, ahora si podremos disfrutar la fiesta, jajaja. -Uraraka rio, como si hubiese contado el chiste más gracioso de su vida.
-Por favor, nunca vuelvas a decir un chiste. -El rubio la miró con cara de aburrido, dejando escapar un pequeña sonrisa al ver la cara de enfado de la chica.
-Eres un idiota Kacchan.
-Lo sé. -Dijo él, sonriendo y apoyándose en la espalda de la silla. -Disfruta lo que queda de evento porque pronto nos iremos a casa.
-¿A nuestra casa? -Preguntó la morena.
-¿A qué otra parte te quieres ir? Obvio que a nuestra casa. -Le dijo Bakugou mirándola.
Ochako se sonrojo un poco y se tapó la cara con las manos, tenía claras las cosas que estaba empezando a sentir por el rubio, y que él le dijera ese tipo de cosas hacía que corazón latiera más rápido, quizá el no se había dado cuenta, pero el decir que la casa era de ambos ahora era como una patada en el estómago de la morena.
Katsuki vio como Uraraka se tomaba la cara y sonreía con sus ojos cerrado y sus mejillas rojas, eso le parecía bastante bonito, no entendía cómo esa chica podía ser tan terca y tierna a la vez, pero no le importaba entender, solo quería pasar más tiempo con ella, a pesar de sacarlo más de quicio que el idiota de su jefe, él se sentía bien cuando ella estaba a su lado, como si calmara toda esa negatividad que tanto lo identificaba.
Notó que la morena no dejaba de hacer esa cara tan rara y le empezó a molestar.
-¡Oi! ¿Qué te pasa idiota? Pareces una tonta con esa cara.
-¿¡Eehhhh? -Ochako no se había dado cuenta de lo que hacía hasta que Bakugou le habló. Qué vergüenza, pensó.
-Bien, ahora si estás muy ebria, debemos ir a casa.
-A nuestra casa. -Dijo Uraraka, con la misma cara.
Katsuki rio. -Estás loca.
La tomó de la mano y se dio cuenta que él también estaba ebrio, no podía manejar así, pensó en que podía hacer y fue adentro del salón de eventos para buscar a su jefe.
-Jefe. -Lo llamó cuando lo encontró.
-Ohhh, mi pequeño Katsukiiii. -Dijo, caminando donde el rubio y tambaleándose. -Llamame Masssaki, Ma sa ki, la M es de el mejor...
Genial, todos estaban ebrios.
-Jefe, no puedo irme, pensé que usted podría cuidar de mi auto hasta mañana.
-No te preocupesssss mi chico, oye, ¿Dónde está tu chica? Es muy bonita, no debes dejarla sola o pueden quitártela.
Bakugou se apretó el puente de la nariz, ya le dolía la cabeza y su jefe estaba haciendo que fuese peor.
-¡Masaki! -Gritó la morena de atrás del rubio.
-¡Ochakooooo! -Le respondió el tipo.
-Masaki, debemos irnos, cuida el auto por nosotros.
-Claro, claro, ¡Todo por mis niños! ¡Saludddddd! -Dijo el jefe, levantando el vaso que tenía en la mano.
Uraraka aprovechó y tomó de la mano al rubio para salir de ahí lo más rápido posible, si bien ella estaba un poco ebria ya le estaba molestando estar entre tanta gente borracha, no podían ni caminar dentro del salón porque los demás no eran capaces de mantener su equilibrio de lo ebrios que estaban.
Salieron y dejó a Bakugou en la vereda.
-¿Me dejarás aquí, cara redonda?
-No, idiota jajaja. -La chica rio, ver a su amigo parado solo en la vereda de la calle, con esa cara de serio y borracho al mismo tiempo era lo mejor. -Si solo me ven a mi, será más fácil que pare un taxi.
-Así que le sacas provecho a tu lado femenino ¿eh?, si solo te vieran despertando en las mañanas.
-No molestes Kacchan, o te dejaré aquí solo. -Dijo ella, dándole una mirada asesina.
Un taxi paró y ambos subieron, el camino a casa no era el más corto y el dolor de cabeza de Katsuki ya lo tenía mal, así que él apoyo su cabeza en la cabeza de la chica e intentó descansar, quedándose dormido.
Ochako sonrió al sentir el peso, tomando la cabeza del rubio, quitándole peso y recostándolo en sus piernas.
Mientras el taxi se encaminaba al departamento, ella acariciaba el cabello de él, pensando en lo que le pasaba y en todas las cosas que había dicho esa noche.
Cuando contestó que ella era su novia casi se le escapa el corazón de la boca, quería morir de la vergüenza, pero cuando dijo que ella era demasiado para su antiguo trabajo todo se congelo, jamás pensó escuchar a Bakugou Katsuki hablar bien de alguien.
Sonrió al pensar eso, la habían pasado muy bien, y tal vez ahora si podría ser amiga de Deku sin que Todoroki tuviera que estar encima de ellos siempre, al final, él ahora pensaría que ella estaba enamorada del rubio y no del tonto de su novio.
-Señorita, ¿Es aquí? -Preguntó el chofer.
Uraraka miró hacia afuera y reconoció el departamento que compartían con el chico que dormía en sus muslos.
-Sip, aquí es. -Dijo, sacando la billetera del bolsillo de Katsuki, con toda la vergüenza del mundo y pasándole el dinero al que manejaba el taxi.
No quería despertar a Bakugou, así que volvió a usar su quirk para quitarle peso y lo tomó en brazos, bajando del vehículo y subiendo al departamento.
Encendió las luces y llevó al rubio a la habitación, pero al recostarlo en la cama no supo que hacer.
Katsuki llevaba traje y obviamente no podía dormir con ese incómodo atuendo, intentó despertarlo, fallando en el proceso.
Respiró todo el aire que pudo, se puso su 'pijama' y sin más se dispuso a quitarle los zapatos al rubio, luego el saco, luego la camisa... Por All Might, que hacía ese chico para tener ese cuerpo, Uraraka se quería morir mientras lo desvestía, no existía un rojo más fuerte que el que ella tenía en su rostro.
Se tapó la cara con la camisa del chico, intentando calmarse, pero el agradable olor que tenía la pieza de ropa le hacía peor.
Se fue quitando la camisa de la cara, dejando sus ojos descubiertos solo para ver la figura del chico, se veía demasiado bien durmiendo, a pesar de que tenía la boca abierta y con sus dientes parecía una trampa de oso, su espalda, sus brazos y su torso eran como hechos a mano.
Uraraka se fue a lavar la cara, estaba demasiado desconcentrada, el alcohol le estaba haciendo más efecto ahora que en la fiesta.
Volvió a la habitación, dispuesta a quitarle el pantalón al chico, para poder acostarse y dormir al fin.
Le desabrochó el cinturón y le bajó el cierre, con el corazón a mil latidos por segundos, dejando solo en boxers al chico.
No podía estar más roja.
Intentó evitar ver la zona íntima de él por respeto y lo tapó casi entero, pensaba si era buena idea acostarse en la misma cama si Bakugou estaba así.
Pensó en todas las veces que ella dormía solo con una polera de él, y en los días anteriores que estuvo vulnerable, muchas veces, pero siempre la respetó y nunca le hizo nada, así que qué más daba si dormían juntos de nuevo.
Apagó las luces y se recostó al lado, aún roja, pero feliz por lo sucedido ese día.
Había vuelto a ver a su amigo Deku, Todoroki ya no la molestaría más, había visto lo mejor de la anatomía humana y había bebido como quería, oh sí, que buena noche.