El despertador fue a parar por algún lugar de mi habitación, no paso ni unos segundos y la alarma de mi celular empezó a sonar.
A regañadientes me senté en la cama y me tallé los ojos tomé mi celular y vi la hora.
Ahogué un grito al ver la hora -7:10- tenía solo veinte minutos para llegar a mi primer día de trabajo.
Salte de la cama y corrí al baño, esto fue un récord, en bañar me en tan solo 10 minutos.
Me puse unos jeans y una blusa color vinos una chaqueta negra y unos Vans, no iba ir con vestido súper pegados al grado de no dejar me respirar y súper cortos que espero que no me echen por eso.
Salí de mi cuarto y fui a ver a mi madre, toque y abrí la puerta, seguía dormida la cheque y todo para ver si se encontraba bien, dejé una bandeja de comida con su medicina y salí de ahí.
Era temprano a sí que las calles estaban con poca gente y carros.
Mi celular vibra en mi bolcillo de que me ha llegado un mensaje.
Lili, hola soy Samantha solo para avisarte de que tu jefe ya llegó ¡tienes que estar aquí ya!
Le respondí al instante de que ya estaba en camino, el taxi paro enfrente del gran edificio y le pagué.
Entre rápido directo al elevador y presione el botón 30 que es el último, estaba inquieta y nerviosa no sabía cómo era mi jefe.
Lo más probable sería un viejo de unos setenta y cinco años amargado y gruñón, espero que no sea así porque si lo es regresaría a casa con un gran dolor de cabeza.
Las puertas se abrieron y caminé directo al escritorio que estaba alado de la gran puerta donde supongo yo estaba mi jefe gruñón y amargado.
Deje mis cosas arriba del escritorio y caminé quedando al frente de la gran puerta solté un suspiro y toque la puerta dos veces, un voz muy firme y fría se escuchó del otro lado.
Abrí la puerta que la cerré detrás de mí y miré a todos lados era como la oficina de Evan solo que éste tenía unos sofás con una mesa de centro y su propia mini cafetería, mi vista se quedó parada a la persona que se encontraba de espaldas mirando por la ventana, donde se podía ver toda la ciudad.
Caminé hasta quedar al frente de su escritorio y hablé.
—Buenos días, señor Luke.
Él se voltea y casi se me salen los ojos.
¡No....! No.... Por qué...
—Buenos días señorita Lili -sonríe- o mejor dicho chica que pega a la gente con el carrito del súper
Me quedé muda, no por lo guapo que se vea con ese traje negro y ese cabello peinado que Dios mío, si no por lo que dijo.
Conste que fue un accidente no es que me guste andar por ahí como loca pegando le a la gente con el carrito del Súper.
Desvíe la mirada y luego lo volví a ver.
—Fue un accidente, hasta ya me disculpé con usted -dije sin más.
—Si más de una vez - se sienta en su silla- así que eres mi nueva secretaria.
—No... Sólo estoy aquí para que me diga que me gusta estar pegándole a la gente con el carrito del Súper.
Su rostro se endureció y me di un golpe a la frente mental mente.
Él era mi jefe ¡¡¡¡Dios mío!!!!.... no puedo hablarle de esa forma.
—Lo siento -me disculpe.
—Señorita Lili, espero que esté capacitada para este puesto, espero mucho de usted -asentí- soy muy estricto, y quiero que sea rápida en cualquier cosa y sobre todo bien atenta.
—Sí, entendido señor.
—Bueno, bienvenida.
—Gracias, señor Luke.
Tomo unos papeles y una agenda que ya había en su escritorio.
—Estos son unos documentos de un evento dentro de cuatro días, y este es mi agenda me estarás acompañando en todos los eventos, atenderás las llamas y agendarás cualquier cosa, el evento que se aproxima es muy importante que espero no llegues tarde.
—Dentro de cuatro días.
No... Esto no puede ser mi madre tiene cita en el hospital.
—Sí, algún problema -me mira arqueando una ceja.
—Bueno, es que tengo un asunto.
Su rostro se pone serio.
—Señorita Lili, si es una de esas personas que le da prioridad al novio que, a su trabajo, es mejor que se vaya buscar otro trabajo que... –lo interrumpo levantando mi mano moviendo la de un lado para otro.
—No, no tengo novio ni nada de eso, es solo que... –me muerdo el labio bajando la mirada.
—¿Tiene algún problema?
Suspiro frustrado.
—Dentro de cuatro días tengo que llevar a mi madre al hospital es un chequeo.
—¿Chequeó? Se puede saber de qué.
—Tiene cáncer -abre sus ojos impresionado- y nunca falta a sus citas ya que es muy importante, si decide despedirme está bien.
—¿A qué hora es la cita de tu madre?
—A las 5:00 de la tarde.
—Ok, el evento empieza a las 6:00 y no tengo planeado llegar puntual, así que puede ir con su madre.
Sonrió agradecida.
—Gracias.
El día pasó muy rápido y pensé que este sería un trabajo muy pesado, pero no, me equivoqué es muy fácil. Me la pasé contestando llamadas y viendo unos documentos de las finanzas de la empresa y etc.
Ya eran más de las tres de la tarde y ya empezaba a guardar mis cosas apague la computadora dejando en orden mi escritorio, cuando estaba por irme la puerta de la oficina de Luke se habré apareciendo el con un portafolio en una mano y su celular en la otra, por lo que veo el también ya se iba.
—Ya. –dice al ver que yo también ya voy de salida
—Ya. –respondo un poco nerviosa.
Caminamos al elevador y esperamos a que abriera la puerta, se abre y entramos uno en cada esquina mirando hacia al frente. Ninguno de los dice nada, el silencio reino en el elevador y para variar no era de esos elevadores con música clásica.
Jugaba con mis manos intentando distraer me y no mirar lo hasta que por gracia de Dios mi panza ruge pidiendo comida, pero no rugió muy bajo si no rugió tan fuerte que acabó con el silencio en el elevador.
Sentí como me sonrojaba apenada por qué esta mi jefe aún lado de mí. No paso mucho cuando siento su mirada en mi por unos instantes y luego ya no, las puertas del elevador se abrieron y el salió primero y luego yo, salimos del edificio y él se para de golpe haciendo que yo también parará de caminar.
Se gira y sus ojos buscaron los míos.
—¿Que te gustaría comer?
Su pregunta me tomo por sorpresa que me le quedo viendo como tonta por un rato.
—¿Que?
Se lleva una mano a su nuca revolviendo su cabello.
—Que... Te invito a comer.
—Ah... No, quiero...
—Sera como darte la bienvenida.
Bacilo un rato en si aceptar o no que al final si lo hago, hay que aprovechar al jefe que se toma la molestia de invitarte a comer ¿No?
El saco su celular y hace una llamada colgó y pasó unos minutos cuando un carro deportivo color negro se para enfrente de nosotros, se abre la puerta y de ella sale un hombre bien vestido.
—Señor Mayer, -saluda- que tal su día.
Abre la puerta del copiloto, no sé si sentirme mal porque el tipo al parecer no a notaba mi presencia, mire a Luke y camino al carro abriendo la puerta de la parte de atrás.
—Bien, la verdad estuvo tranquilo el día.
—Que bien señor.
Luke me mira y extiende su mano para que la tomara cosa que la tomé un poco confusa.
—Carl, ella es Lili, Lili él es el Carl mi chófer.
El tipo por primera vez me miró, siendo "educada" lo saludo.
—Encantada.
—¡¡Woow!!... Siempre rodeado de chicas muy lindas, señor Mayer.
¿Siempre? ¿Chicas?
No pude evitar mirar lo, el solo miro a Carl con cara de pocos amigos.
Hum....
—¿Enserio? Acaso las chicas están ciegas -dije mirando a Carl- dime quiénes son para donar les lentes.
Carl soltó una carcajada, pero Luke estaba enojado.
Me acabo de perder una comida con mi jefe, ya que vamos por esos sándwiches con kilos y kilos de Nutella.
Luke niega con su cabeza y me mira ¿Divertido?...
—Vamos -me indico que entrara al carro.
El camino a donde no se en realidad vamos se me hacía larga hasta podía apostar que hemos dado puras vueltas hasta que el carro se estacionó afuera de un restaurante.
Casi se me cae la mandíbula, era un hermoso restarán por fuera se ve que son de los más caros de tal grado para dejarte sin un centavo y varios meses sin comer.
—Donde estamos -dije mirando el lugar.
—En un restaurant de comida italiana.
—italiana... -lo mire incrédula- lo siento, Luke pero yo... Yo no...
—No te preocupes, yo pago todo -dice interrumpido me- ya te lo había dicho yo invito.
Sin más prácticamente me arrastro a dentro por qué no quería entrar, yo pensaba no se buscar un puesto de tacos en la esquina o un puesto donde vendan hamburguesas no un lugar de cinco estrellas.
Me conformo con tortas del chavo del ocho, pero aquí... ¡No!
—Buenas tardes, señor Mayer.
—Buenas tardes, una mesa para dos.
El hombre de traje con unos 60 años encima me mira y hace una seña para que lo sigamos.
La vista desde el segundo piso era espectacular, me dejó sin habla. Nos había dado una mesa al lado de una gran ventana lo único que amo de este lugar es la hermosa vista.
Llega el mesero para entregarnos la carta, mire todo el menú, pero al leer más de mil veces lo que decía hacia muecas una y otra vez y en vez en cuando miraba a Luke.
¡Qué hago! Finjo oh no finjo, ¡AYUDAME TODO PODEROZO!
Rendida deje el menú en la mesa y mire a Luke, él estaba viendo todo hasta que pedio Ossobuco y un Gelato de frambuesa.
—Muy bien, y usted señorita.
Mire al mesero y luego a Luke.
Me aclaro la garganta- una ensalada Capresse y un Tiramisú.
Lo escribió en su libreta y se retiró, miré por la ventana y el atardecer ya se estaba poniendo se, sonreí al recordar a mi padre sentados los dos en el patio viendo como sol se escondía detrás de las montañas.
Siempre que veo el atardecer me acuerdo en él, en ese momento unos días antes de su partida, pero ahora sé que está en un lugar mejor donde está descansando por fin.
Sentí como una lágrima se escapó de mi ojo derecho, rápidamente me la quito por qué sé que mi jefe me está mirando, siento su mirada encima de mi desde hace rato desde que se fue el mesero.
¿Pero que mira tanto? ¿Es un acosador o qué?
¡Un pedófilo nivel extremo! ¡Dios!
Lo volteo a ver y si, tenía su mirada en mí, esto es raro que tu jefe sexy te esté mirando a sí.
—¿Que? -dije y vi como el parpadeo como regresando a la realidad.
—Nada.
La comida estuvo rica y me dejó con ganas de querer más pero no, ya que yo no era la que pagara y sería un tanto grosero de mi parte comer más que mi jefe.
Se ofreció en llevarme a mi casa ya que era muy tarde, le dije que, si ya que sería mala idea que me fuera caminando a mi casa, más aparte de que no conozco bien el lugar.
El camino fue igual silencio total cada uno haciendo lo suyo, yo mirando lo que a través de la ventana del carro y Luke viendo unos papeles.
Acaso ¿No deja de trabajar?
Lo mire y sus expresiones eran serías pasaba de hoja en hoja y luego se regresaba para mirar lo de nuevo pero aleatoria mente.
La curiosidad me estaba matando a sí que me acerque un poco para ver qué era lo que checaba, estaría bueno saber más sobre dónde trabajo y cuáles problemas tienen ¿No?
Vi cómo se tensó por mi acercamiento inesperado, pero no quito su mirada de los papeles, leía y leía hasta que entendí que era, lo papeles era un informe detallado de cuánta fortuna había hecho la empresa el año pasado y como van este año y en que se había invertido el dinero.
Leí todo rápido buscando el problema que Luke había identificado hasta que lo encontré, la gente ya no compra mucho la revista como el año pasado, fue como una reacción mía llevar mi dedo y guiarme en lo que decía.
—Hum... deberían agregar a artistas -dije viendo que no había nada de eso donde decía que temas lleva la revista y cuales fueron cambiadas.
Porque hoy en día las chicas compran las revistas para ver qué dicen de sus ídolos, ya sea sobre los chicos que eran antes el grupo One Direction, Shawn Mendes, Justin Bieber, Ariana Grande, CNCO o Selena Gómez o lo nuevo de hoy en día y que es el ¡BOOM! En todo el mundo los grupos de K-POP que serían BTS, SEVENTEEN, BLACKPINK, TXT, EXO, ASTRO y muchos más yo compraría una revista donde saliera SEVENTEEN y Sebastián Yatra, o un artículo de One Direction sobre su regreso –se vale soñar a lo grande familia- o 5SOS o Morat.
—¿Artistas? -lo escucho decir.
—Sí, las que compran hoy en día las revistas son adolescentes y bueno si ahí no se recetas de comida las madre o abuelitas.
Quitó la vista de los documentos y lo miro la verdad prefería a ver seguido viendo los documentos, estábamos muy cerca y cerca me refiero a que su nariz casi rosa la mía.
Me aleje de, el rápido y desvíe la mirada.
—Ya llegamos -Carl dice cuando el carro se estaciona afuera del edificio donde vivo.
Hice una mueca.
—Gracias, por la comida de hoy -dije y salí del carro- gracias Carl.
Él sonríe y asiente.
Me di la vuelta y caminé a la entrada del edificio, no escuché el carro si se iba a sí que lo más seguro era de que estuvieran esperando a que entrara y si a si fue entre al edificio y escuché como el carro se iba.
Este día fue interesante, y muy cómico recordé momentos con mi padre, fue la primera vez que al salir del trabajo no me fui directo a casa y me sentía algo rara al respecto.
La casa estaba en silencio y fui a ver a mi madre ya estaba en su cama dormida y relajada.
Sonreí al verla, siempre ella me hace ser más fuerte en todo, la quiero tanto y no descansaré hasta que ella esté bien de salud.
Hare de todo para que eso se cumpla, haré de todo para que ella ya no esté sufriendo y que sea feliz y siga su vida.
CAPÍTULO EDITADO 89%