The Beauty and the Beast

By CleonLi

2.4K 255 17

Adaptacion de la nueva version de la Bella y la Bestia para el Ichiruki. Un joven príncipe es hechizado por s... More

Prólogo: El Principe y la Hechicera
Capítulo 1: Una chica extraña
El castillo en el boque
Una invitación a cenar
Una jauria de lobos
Dias de Sol
Un hermoso regalo
Un gusto en común
Capítulo 9: Algo ahí
Capítulo 10: El salón de baile
Capitulo 11: El París de mis recuerdos
Capítulo 12: Organizando un baile
Capítulo 13: La Bella y la Bestia
Capítulo 14: La horda
El ataque al castillo
Capitulo 16: La bestia vs el cazador

El amo del castillo

174 19 0
By CleonLi

Disclaimer: Bleach y sus personajes pertencen a Tite Kubo

La Bella y la Bestia y sus personajes pertenecen a Disney

Fanfic hecho con el unico proposito de entretener y sin fines de lucro

-----------------------------------------------------------

Capitulo 3: El amo del castillo

Shunsui no supo cómo sucedió, de pronto estaba a punto de cortar una rosa y después estaba siendo cargado por algo de regreso al castillo. Eso que lo llevaba a cuestas tenia una fuerza inhumana, lo llevaba como si de una bolsa de plumas se tratara, mientras él se hayaba un tanto confuso, la zona en que transitaban estaba un poco oscura, pero podria jurar que vio un par de cuernos y una mascara en el rostro de lo que lo llevaba.

—Por favor… te lo ruego, dejame ir—rogó casi en llanto—No tomaré ninguna rosa de tu jardin.

—Es increíble lo desagradecida que una persona puede ser—dijo la criatura caminando llevando a Shunsui bajo su brazo—te abrí las puertas de mi castillo, pedí que encendieran la chimenea para calentarte y te servi de comer—continuó con su voz gutural—¿Y cómo me agradeces? Robando una rosa de mi jardin solo después de haber salido huyendo como un cobarde.

—Por favor, no tenía idea de que tan importantes eran sus rosales—volvió a rogar el relojero—déjeme ir, dejé a mi hija sola en la aldea.

—Silencio—dijo la criatura y empezó a subir por una escaleras de caracol todas hechas de piedra, Shunsui veía como la salida se alejaba cada vez mas de su alcance; el ser se detuvo y lo tiró al suelo sin ningun cuidado, se acercó a una palanca que tiró hacía abajo y una reja metalica se abrió, volvió a tomar a Shunsui y lo lanzó dentro de la celda de la que la reja se había abierto—Eres un vulgar ladrón, y como todo ladrón deberás pagar tu condena.

—¿Por cuánto tiempo?—preguntó Shunsui temeroso mientras se incorporaba, la criatura levantó la palanca y la reja se cerró.

—Cadena perpetúa—dijo y empezó a bajar las escaleras.

—¡Espera! ¡Por favor! ¡Dejé a mi hija sola! ¡Por favor—el relojero clamaba mientras el ser se alejaba, empezó a sollozar pensando en la persona que dejó sola en la aldea.

Rukia se encontraba en su jardin cortando unas verduras, su padre llegaria esa misma noche y quería recibirlo con una deliciosa cena, hacía todo con una gean sonrisa, puso las verduras en una canasta y se levantó para empezar después dirigirse a la entrada de su casa.

—Buenos días, Rukia—escuchó tras de ella y volteó a ver de quien se trataba, era el Padre Ukitake.

—Oh, buenos dias, Padre—ella respondió el saludo acercándose al sacerdote—¿Cómo está hoy?

—Muy bien, muchas gracias, hija… ¿Y tu que tal estás?—continuó el hombre sonriendo—Parece que estás de muy buen humor.

—No se equivoca, espero a alguien a cenar—dijo Rukia sonriendo con alegría, el padre Ukitake sonrió tan bien.

—¿Tu padre regresa esta noche?—ambos rieron después de que el sacerdote terminara la pregunta.

—¿Tan predescible soy?

—No, no es eso—continuó el hombre recargando su brazo en la barda del jardin de Rukia—Es solo que en esta aldea no hay hombre mas importante para ti que tu padre—la miró de manera fraternal.

—Si, el es el unico hombre que amo en el mundo… aunque parece que muchos aún no lo entienden—respondió ella mirando la aldea con nostalgia.

—Si, yo entiendo a que te refieres—Ukitake se posó frente a ella con sus manos cruzadas en su espalda—la gente está malinterpretando el significado del matrimonio y el hecho de compartir tu vida con alguien—el hombre sonrió a su interlocutora, la morena lo vió un momento, desvió la mirada un instante y después volvió a mirarlo.

—¿Sabe? Renji me propuso casarme con él justo ayer.

—Oh, y podría apostar a que respondiste que no, ¿Verdad?—el sacerdote la miró seriamente.

—No voy a negar que Renji es muy apuesto, pero…—Rukia dudó sobre que decir después.

—No ves nada mas allá de su cara bonita—la chica lo miró con sorpresa—te entiendo, Renji no es un mal chico pero coincido en que debe ordenar sus prioridades.

—El cree que no debo enseñarle a leer a otros niños que no sean mios y además, cree que debo casarme antes de que mi padre…

—Pase a mejor vida—Ukitake terminó su frase en una forma mas amable y sutil, Rukia suspiró un tanto desanimada, al menos con el Padre podia hablar sin sentirse juzgada—enseñarle a un niño a una niña a leer no es malo, pero lamentablemente esta aldea no lo va a entender, he tratado de hacerlo desde que llegue aqui, asi que enseñarle a leer a tus propios hijos no es tan mala idea…

—No estoy lista para tener hijos—le interrumpió Rukia.

—No digo que los tengas ahora, porque por supuesto, para eso debes estar casada, hija—dijo Ukitake sonriendo—Y para estar casada es importante tener amor.

—¿De verdad cree eso padre?

—Como sacerdote, soy el primer defensor de ese ideal—dijo el hombre y Rukia lo miró con mayor interés—Escucha, hija, para poder compartir tu vida con alguien, debes compartir algo mucho mas que un sentimiento de que te protegerá y te proveerá cuando tus padres no estén. No es como si yo lo hubiese experimentado, pero lo he visto… Cuando decidas vivir tu vida con alguien debe ser alguien con quien compartas sentimientos, pensamientos, sensaciones, alguien con quien puedas decir tantas cosas en una sola mirada y, sobre todo, a quien ames y te ame sin importar nada.

—Eso es muy romántico, Padre Ukitake—dijo la chica riendo un poco—y una muy bella forma de pensar.

—Solo es la verdad, hija mia—reiteró el hombre—bueno, no te interrumpo mas, Rukia.

—No se preocupe, siempre es un placer hablar con usted—Rukia metió su mano en la canasta y sacó una lechuga que entregó al padre Ukitake y después un par de tomates—tome, vegetales frescos, espero que le gusten.

—Muchas gracias, hija, Dios te lo pague—Ukitake sostuvo los vegetales con cuidado entre sus manos y dio la vuelta para empezar a caminar—y no te preocupes, hija, se que esa persona a la que amarás y te amará como nada en el mundo llegará pronto—dijo empezando a caminar.

Rukia miró como el Padre se alejaba, pensó en lo que había dicho; la verdad es que por muy romántico que todo se oiga, encontrar pareja no era su prioridad ahora, ella quería seguir cuidando de su padre y después salir a conocer el mundo, leer muchos libros y ser libre, esa persona especial ya llegaría; suspiró profundamente y dio vuelta para entrar a su casa, cuando de pronto escuchó el galope de un caballo que venía a toda prisa, miró extrañada en dirección a la entrada de la aldea y sorpresa que se llevó al ver que era Pesche que venía sin un jinete.

—¡¿Pesche?!—preguntó asustada, el caballo la pasó de largo y se dirigió a la caballeriza a tomar agua, al parecer habia corrido mucho, Rukia se dirigió a la entrada de la aldea esperando ver a su padre llegar caminando, esperó uno, o quizá dos segundos, pero nada—Pesche, Pesche...—llamó la chica al equino acercándose a él—¿Dónde está papá?—el caballo bufó, como si tratara de decir algo—Sucedió algo malo ¿Verdad?—Pesche se inquietó ante la pregunta de Rukia—Tienes que llevarme con él, solo espera—la morena volvió al jardín y tomó la canasta que había botado por la impresión, entró a su casa y dejó la canasta descuidadamente sobre la mesa, se puso un sueter ligero sobre el vestido y tomó su capa de viaje, salió a toda prisa cerrando la puerta de un azotón tras ella, encontró a Pesche justo en la entrada del jardin esperándola, lo montó y lo espuelió para que empezara a correr.

Pesche corrió a toda velocidad siguiendo el camino por el que había regresado, a Rukia no le parecía familiar, ¿A dónde rayos se dirigía su padre? Conforme avanzaba era como si las estaciones cambiaban, empezaba a sentir un frio invernal en pleno julio, su cara ardia por el aire que la azotaba y sentía como sus labios se partían cada metro que avanzaba. Vio como se adentraban en un bosque que extrañamente estaba nevado, jaló las riendas de Pesche para aminorar el paso, y pese a que el paisaje era en demasía hermoso, también sentía como si una fuerza extraña los guiara ahi. Siguieron el camino y a lo lejos pudo ver una majestuosa construccion, se veía que parte de la construcción ya se había derrumbado, pero la nieve hacia que luciera como un cuadro hermoso.

—¿Un castillo?—preguntó Rukia—¿Cómo es posible que haya un castillo sin que nadie en la aldea lo notara?—su caballo bufó nuevamente en respuesta—vamos, Pesche—dijo y trotando, el equino volvió a emprender camino. Llegaron la enorme reja que custodiaba la construcción, la cual se abrió por si sola para dejarlos pasar—Ah… esto es demasiado extraño—dijo mientras atravesaban la puerta, tuvo la visión de un enorme jardin de arbustos, la nieve los cubría graciosamente—Aunque muy hermoso...—Rukia estaba maravillada con lo que veían sus ojos, Pesche bufó y siguió caminando para llevarla a una escalera que llevaba a la puerta del castillo—¿Aquí está mi padre?—la morena bajó de su caballo, el que se dirigió a las caballerizas donde anteriormente había encontrado agua y heno, además de entrar en calor en tan extraño clima. Rukia subió las escaleras y abrió con lentitud la puerta de la construcción—¿Hola?—llamó ella preguntándose si de verdad alguien habitaba ahi. Rukia comenzó a caminar por el recibidor, esperando encontrar alguna señal de su padre—¿Hola? ¿Hay alguien aqui?—llegó a un pasillo en donde con temor siguió su camino.

Dentro del comedor del castillo, sobre la mesa estaban un candelabro y un reloj, los mismos que Shunsui había encontrado al llegar al castillo. Al parecer, estaban discutiendo.

—No creo que el amo hable enserio, ¿O si?—dijo el candelabro mientras paseaba por sibre la mesa nervioso—ese pobre hombre solo tomó una pequeña rosa… Aizen, eso no lastimaría a nadie.

—¿Que una rosa no lastimaría a nadie?—preguntó el reloj ofendido—si es precisamente por una rosa que estamos metidos en este lío, asi que no me digas tonterias defendiendo a ese hombre, Gin… el se lo buscó.

—¿Él que iba a saber que el amo se enfadaria tanto por algo como eso?

—¿Hola?—escucharon desde el pasillo y vieron a una chica temerosa caminando por éste.

—¿Has visto eso?—dijo Gin dando un brinco desde la mesa y corriendo a la puerta con Aizen trss él, asomó su cabeza para confirmar lo que había visto—es una doncella.

—Ya se lo que es—respondió Aizen con ligera molestia—¿Crees que no se identificar a una doncella cuando lo vea?

—¡Vamos, Aizen! Es el momento que hemos esperado—el candelabro jaló al reloj que ponía resistencia.

—No, no, no, yo no quiero tener nada que ver con esto—Aizen era arrastrado por su amigo pero sin gran exito.

—Hombre, por favor—Gin lo soltó un momento y puso sus manos en jarras en lo que parecía su cintura—¿Quieres morir como un hombre o un reloj?—preguntó y el reloj miro hacia un lado dudando.

—¿Puedo elegir?—preguntó cerrando sus ojos con elegancia.

—Oh, tonterias—dijo Gin y volvió a tomarlo por su mano, tal vez, y lo llevó con él.

Rukia seguía caminando, al parecer solo estaba dando vueltas, no tenia ni una pista de donde podría estar su padre, mientras tanto Gin y Aizen se dirigian a una puerta al final del recibidor, la abrieron provocando un fuerte rechinido resaltado por la acústica del lugar.

—Ay, no, ya no hay vuelta atras—se lamentaba Aizen mientras trataba de correr sin que su péndulo lo golpeara en los costados.

—Vamos, amigo, el resto depende de ella—dijo Gin empujando al reloj para que se apresurara.

—¿Ah?—dijo Rukia al estar por tercera vez en el recibidor, le pareció escuchar una puerta, quien sabe, quizá abriéndose, quizá cerrándose—¿Hay alguien ahí?—se dirigió al final del recibidor donde parecia que alguien tiraba un objeto metalico continuamente, llegó a una puerta de madera que conducía a una escalera de caracol—Disculpa… busco a mi padre… ¿Podrías ayudarme?—preguntó mientras empezaba a subir las escaleras, subió bastantes escalones antes de darse cuenta que estaba hablando sola—Esto es muy extraño…

—¿Rukia?—una voz la llamó unos metros arriba de ella, voz que pudo identificar como la de su padre. Ella subió lo mas rápido que sus piernas le dabany llego a una celda que solo se cerraba por un reja, pero por la parte de atras estaba abierta, tentando a un facil escape, pero con una estrepitosa caída.

—¡Padre! ¡Padre!—le llamó la chica con emoción y preocupación mezcladas, Shunsui tomó sus manos por entre la reja—¿Estás bien? ¿Que te hicieron? Tus manos esta heladas.

—Hija, por lo que más quieras, vete de aqui—le rogaba Shunsui mientras apretaba con cariño las manos de su hija.

—No, papá, no te dejaré—respondió con determinación en su mirada—dime quien te hizo esto.

—Fui yo—una voz al otro lado de la torre se dejó escuchar, sonaba lúgubre, no humana—yo fui quién lo encerró.

—¿Quién eres?—preguntó la chica mirándolo desde lejos.

—El amo del castillo.

—¿Por qué lo encerraste? ¿Qué te pudo haber hecho?—preguntó Rukia indignada mientras se acercaba al recien llegado, quien estaba cubierto por la oscuridad, evitando mostrar su rostro.

—Es un ladrón vulgar, es todo lo que diré.

—¿Ladrón? ¿Le llamaste a mi padre “ladrón”?—la chica se sintió sumamente ofendida—Más te vale que cuides tus palabras, mi padre jamás te robaría nada.

—Tomé una rosa—dijo Shunsui detrás de ella.

—¿Una rosa?—preguntó la morena volteando a ver a su padre—¿Y cuál es la condena?

—Me encerró toda la vida—contestó su padre con un gesto lleno de hastío—parece que eso es lo que cuesta tomar una rosa en este lugar.

—¿Cadena perpetua, por una rosa?—Rukia volteó de nuevo al señor del castillo—no tiene sentido.

—Yo pago una condena eterna por una—dijo la figura con rencor—¡Yo sólo lo encerré! Asi que no deberia quejarse.

—Yo tomaré su lugar—Rukia se posó erguida—yo fui quien le pidió la rosa, asi que es lo justo.

—¿Acaso serías tan tonta para tomar el lugar de este…—el ser se detuvo, de alguna forma, la chica lo intimidaba—hombre?

—Rukia, no digas tonterías, tu no vas a quedarte aqui, ¿Me oyes?—dijo Shunsui desde la celda—y si te atreves a hacerlo yo… yo te voy a castigar.

—No, olvidalo, es una estupidez—dijo el señor del castillo negando con su cabeza, como tratando de convencerse así mismo—una vez que esa reja se cierra, no se abre nunca—dijo y Rukia dudó un poco.

—Antes de seguir con esto… necesito pedirte algo.

—¿Qué es?—preguntó la figura con duda.

—Acercate a luz, es incomodo hablar contigo sin ver tu rostro.

—No, ni lo pienses.

—Sal a luz—dijo Rukia terminantemente.

—Tu lo pediste—el señor del castillo se acercó a la luz de la pequeña ventana en la torre. Al verlo, Rukia tuvo que ahogar un grito, era un ser extraño, su rostro tenia una especie de máscara con unas marcas rojas y negras, afilados dientes se asomaban, su cabello era largo y de color naranja, usaba ropa ligeramente rota en los bordes, pero lo poco que podia ver en su torso era de color blanco, sus manos en realidad eran unas garras con largas uñas afiladas y asi igual con sus pies, y sus ojos, en sus ojos podía verse un gran dolor dentro de un pequeño destello color miel, la impresionó y le dió curiosidad.

—Entonces… si no me dejas tomar el lugar de mi padre...—dijo ella titubeando un poco—déjame despedirme de él.

—Ni lo pienses—dijo el amo del castillo.

—¿Acaso eres tan ruin que no dejarás que una hija le de un abrazo de despedida a su padre?—preguntó Rukia plantándose frente al amo del castillo quien lo miró ligeramente sorprendido, debia reconocer que esa chica tiene valor.

—Está bien… pero te repito—levantó un dedo en frente de la morena—una vez que esa puerta se cierre, no se abrirá nunca—terminó y levantó su mano hacía la palanca que activaba el mecanismo, la levantó y la reja se abrió, él se alejo para darles un poco de privacidad, Rukia fue corriendo a abrazar a Shunsui que la tomó y le dio un beso en la frente.

—Mi niña, mi linda niña, no puedo creer en la valiente mujer en la que te has convertido.

—Papá estaba tan preocupada por ti—le dijo la chica mientras tomaba su rostro entre sus manos.

—Yo se, hija mia, pero estarás bien, debes vivir tu vida y ser feliz—le decía Shunsui mientras tomaba sus manos—yo ya estoy viejo, asi que esto esta bien—continuó mientras Rukia le ayudaba a levantarse.

—Estarás bien, papá—la chica estaba haciendo que Shunsui y ella giraran cambiando de lugar, ahora el quedaba frente a la entrada de la celda—no tendré miedo, papá—lo abrazó con fuerza mientras contenía las lágrimas—y voy a escapar de aqui, te lo prometo—susurró por ultimo en el oído de Shunsui.

—¿Qué…?—el hombre preguntó el hombre sin entender a que se refería, de pronto sintió que Rukia lo empujaba fuera de la celda y después tiraba con todas sus fuerzas de la reja para cerrarla frente a ella—¡Rukia! ¡¿Qué estás haciendo?!—Shunsui la miraba estupefacto mientras el amo del castillo regresó mirando confundido la escena.

—¿Qué estás haciendo?—preguntó él confundido.

—Dijiste que una vez que esta puerta se cerrara, jamás se volvería a abrir—dijo Rukia cruzando sus brazos dentro de la celda.

—Bien—contestó el amo del castillo—tu lo decidiste—tomó a Shunsui por el abrigo y empezó a arrastrarlo escaleras abajo—tu debes volver a la aldea.

—¡No! ¡Espera! ¡Rukia! ¡Por favor, hija, es una locura!—gritaba el hombre con desesperación.

—¡Alto! ¡No lo lleves asi! ¡No lo lastimes!—la chica clamaba por su padre hasta que los vio desaparecer en la escalinata.

Oyó la puerta de abajo azotarse al cerrar, fue en ese momento que se dió cuenta de lo que había hecho, no se arrepentía de haber salvado a su padre, eso nunca, pero ella misma habia truncado sus sueños, había perdido todo sin haber conocido el mundo . Se recargó en la pared y las lagrimas empezaron a brotar, jamás volvería a ver a su padre, ya no tenía la esperanza de una vida distinta, todo se había terminado para ella. Se dejó caer lentamente en el suelo, mientras su llanto se dejaba notar, sus sollozos eran lo único que inundaba la habitación.

Continue Reading

You'll Also Like

566K 76.4K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
150K 7.4K 101
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...
164K 13.9K 34
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
154K 21.6K 64
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...