LA CASA DE LOS ÁNGELES (Camre...

Par J_Rogz

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Un grupo de empresarios magnates encabezados por Mike Jauregui sobrepasan los límites de la cordura al crear... Plus

INTRODUCCIÓN:
I. LOS ÁNGELES
II. CONOCIENDO A CAMILA
III. FUE UN ACCIDENTE
IV. BUSCANDO RESPUESTAS
V. EL TRATO
VI. DURMIENDO CON UN ÁNGEL
VII. EL SECRETO DE HARRY
VIII. ALIANZAS
IX. UNA VIDA DIFERENTE
X. ACEPTANDO RETOS
XI. LA AUSENCIA
XII. LA CEREMONIA
XIII. Ángeles y Demonios
XIV. VERDADES A MEDIAS
XV. NO CONFÍES EN NADIE
XVII. PERDIENDO EL CONTROL
XVIII. QUÉDATE CONMIGO
XIX. NEGOCIOS PELIGROSOS
XX. CUANDO LOS ÁNGELES CAEN
XXI. LO QUE NO TE MATA, TE HACE FUERTE
XXII. LA NIÑA DE PAPÁ
XXIII. EL AMOR DE LAUREN
XXIV. VIVE Y DEJA MORIR
XXV. PERSIGUIENDO FANTASMAS
XXVI. RENACER
XXVII. VOLVER A CASA
XXVIII. ¿DÓNDE ESTÁ LAUREN?
XXIX. DETRÁS DE LA PUERTA
XXX. UNA NOCHE PARA RECORDAR
XXXI. ACTUANDO POR IMPULSO
XXXII. DESENCUENTROS
XXXIII. NUNCA HABLES CON EXTRAÑOS
XXXIV. MATAR O MORIR
XXXV. ALTA TRAICION
XXXVI. EL DOLOR, LA SANACIÓN, EL AMOR
XXXVII. DIVAGACIONES
XXXVIII. AMOR INCONMENSURABLE
XXXIX. ESTO ES EL PARAÍSO
XL. PROBLEMAS EN EL PARAÍSO
XLI. NO PUEDO ESTAR LEJOS DE TI
XLII. POLVO DE ÁNGEL
XLIII. REVELACIÓN
XLIV. LA SOMBRA
XLV. MI ALMA GEMELA [FINAL]
EPÍLOGO

XVI. BESANDO A UN ÁNGEL

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Par J_Rogz

 —Gracias por tu ayuda, Betty. Estaré en la empresa más tarde. 

 —Que tenga buen día, señorita Lauren.  

 Alexa miraba con atención a Camila que parecía perturbada —¿Quién es Frank Méndez, lo conoces? 

 —Es el tío de Shawn. 

—¿Shawn... Shawn el que era tu novio?

  —Si. Él, exactamente. 

Lauren miró a Camila y frunció el ceño.  —¿Le hablaste a Alexa de Shawn?

 —Ah, si. Había olvidado decirte que Alexa sabe todo.

 —¿Le contaste.... todo?

 — Si, todo, todo.

 —Si, ya sé lo de la muerte de Shawn y su padre. Pero te repito; yo no soy el enemigo. Así que dejen de desconfiar. Creo que nos queda claro que Paul trae algo entre manos.  ¿Pudiste hablar con Louis, Camila?

—En eso estaba, hasta que Lauren lo espantó.

 —¡Yo no lo espanté!

 —Llegaste con uno de los guardias y le corriste de la casa. 

 —¿Que hiciste... que?  — Alexandra comenzó a reír. Lauren se alzó de hombros con indiferencia y se estiró buscando otra rebanada de pan en la mesa. 

 —Bueno, ya no importa. Seguramente tendré otra oportunidad de hablar con él... ¿Quieres más pan?  — Camila miró a Lauren quien tomó otra rebanada con dificultad e intentaba ponerle mantequilla. 

—Si, por favor. —La chica comenzó a untar la mantequilla en el pan ante la mirada divertida de Alexa. Lauren sonrió y tomó la rebanada, después levantó la vista y vio a su amiga que mantenía una extraña expresión en el rostro. 

 —¿Están durmiendo juntas?

 —Si, desde que llegué a la casa. 

 —No me refiero a eso, sino a que si ustedes están teniendo sexo.

 Lauren se atragantó con el trozo de pan que masticaba en ese momento y Camila comenzó a reír.  

—No... ¡Claro que no!....Dile, Lauren.

Lauren negó vigorozamente intentando detener la tos que le dio en ese momento.   —¡Que imprudencia Alexa. ¿Por qué preguntas eso?!

— Bueno, es que tú estás siendo protectora y Camila está siendo tierna y cariñosa contigo, se miran como si no existiera nada más en el universo. No sé, sólo digo lo que pienso. 

  — Piensas demasiado. 

 —Será mejor que me vaya, tengo una clase de fitness en una hora, sólo vine a ver cómo estabas. Traten de estar alertas. Creo que Paul tiene algo turbio entre manos, no confíes en él, Lauren. Podría estar traicionando a la sociedad.  

—De acuerdo, no te preocupes. Lo tendré en cuenta.

 Alexa sonrió y caminó hacia la puerta; antes de salir del comedor, volteó a mirarlas —¿Al menos ya se besaron?— Salió corriendo entre risas, antes de ser alcanzada por un vaso vacío de vidrio que se estrelló contra el marco de la puerta. 

—Que entrometida. 

—Creo que... no hemos podido hablar sobre eso.

—¿Sobre qué?

—Los... besos o... casi besos.... has estado....bueno... nosotras hemos estado dos veces a punto de besarnos.

  —Oh, Si.  —Camila miró a Lauren expectante, ella seguía comiendo el resto de su segundo pan con mantequilla. Masticaba el bocado muy entretenida, mirando la forma en la que Dany recogía los restos del vaso del suelo y le ponía otro vaso con leche sobre la mesa. Finalmente sacudió la cabeza frustrada al ver que no obtendría ningún comentario de su parte acerca de esos momentos.

 —¿No dirás nada?

 —Ahm... no sé que decir.   

 —¿Sabes que?... olvídalo. Así que cambiemos de tema... ¿De dónde crees que son amigos Frank y Paul?

 —Supongo que en el ambiente de empresarios. 

—Pero Paul es elitista y hasta donde tengo entendido Frank no era un rico empresario, de hecho fue la herencia de su hermano Tom lo que lo volvió millonario.    

Lauren frunció el ceño. —¿No era empresario?, Y entonces, ¿A qué se dedicaba antes de heredar The Cross?

 —Tenía un negocio de antigüedades. Shawn decía que le iba bien, pero no tanto como a Tom cuando era socio de The Cross. Eran los dos únicos hermanos y como Tom se divorció de la mamá de Shawn y ella volvió a casarse, él decidió que le heredaría los negocios a su hermano menor Frank. Para evitar que el nuevo marido de su ex esposa se aprovechara de su fortuna. 

—Ah, ya veo... — Lauren se puso de pie y comenzó a caminar pensativa. 

 —¿Qué pasa?

—¿Tu tío tiene hijos?

—Sí, pero son dos niñas pequeñas de cinco y tres años. 

—¿Crees que se conocieron antes o después de la muerte de Shawn?

—¿Estás pensando lo mismo que yo?

—Tal vez tengas razón y la muerte de los Méndez no fue un accidente. 

**********

  —Lauren revisó el automóvil anoche. Es demasiado tarde. 

  —¿Tarde para qué?

 —Se dio cuenta de que hubo algo raro en el accidente, sospecha que fue intencional. 

 — Eso me pasa por confiar en el inepto de Niall.  

—Conseguí que Lauren me diera esto. Es una pequeña computadora que registra la actividad del vehículo. Ella la estuvo analizando y sacó mucha información. 

 Paul tomó el aparato y lo revisó por encima. —Dáselo a Ariana y dile que lo analice muy bien y en cuanto tenga los datos, me diga absolutamente todo. 

—De acuerdo. Te mantendré informado. 

—Maldita Lauren, como da problemas. Pero ya la quitaremos de en medio.  

— Papá... ¿Solucionaste lo de Harry?

—Ya he girado instrucciones para  que lo internen en la clínica de atención psiquiátrica, Ariana lo llevará personalmente. Estará bien, es una de las mejores del país y completamente discreta. Ahí se encargarán de él. Sólo que cubrirlo ante Desmond será responsabilidad de ustedes, asegúrense de que no se entere dónde está . Yo no quiero problemas con él. Y que quede claro que lo hago porque me lo has pedido, por su problema de agresividad y ansiedad no quiero que su locura provoque problemas en nuestra Sociedad. 

—Sólo espero que lo ayuden, no quiero que se dañe o dañe a otros. 

—Estoy cansado de que me den problemas, son útiles sus conocimientos químicos, pero si tiene un problema mental, no lo quiero dentro. Así que veremos si en esa clínica lo ayudan, yo me encargaré de los gastos. 

—Gracias. 

 —Halsey

—¿Sí?

 —Eres mis ojos y oídos dentro de la casa de los ángeles, no lo olvides.

—Si. Lo tengo claro. 

************    

 —¡Vamos chicas esa actitud!.... 3....2.....1.....arriba y cerramos. Excelente. Muy bien. Terminamos por hoy la clase. Nos vemos la próxima semana. No olviden mantener el plan alimenticio. 

Una a una las alumnas de la clase de Fitness comenzaron a salir, Alexandra estaba a guardando en su maleta sus cosas personales cuando una de sus alumnas se acercó. —Alexa, te busca un muchacho guapísimo en la puerta—. La chica de enigmáticos ojos azules giró la cabeza en esa dirección y al reconocer al muchacho, le hizo una seña para que se acercara. 

—Gracias, Lucy. 

—¿Es tu novio?

Alexandra sonrió. —No. Es sólo un amigo.

—¿Sabes si tiene novia?

—Creo que no. —Sonrió cuando Harry se acercó a ellas de manera tímida. 

 —Hola, buenos días. Espero no interrumpir tu clase. 

—No te preocupes, ya había terminado.  Te presento a una de mis alumnas, ella es Lucy; y Lucy, él es Harry. 

—Mucho gusto. —Ambos chicos sonrieron estrechando las manos. 

—Bueno, mejor me voy. Nos vemos la próxima clase, adiós Harry. 

La chica se alejó y Harry la siguió con la mirada.  —Muy simpática. 

—Si, lo es. ¿Qué te trae por aquí? 

—Necesitaba hablar contigo. Tengo los resultados del análisis que me pediste.  —Harry sacó de la bolsa de su chamarra un sobre largo entregándoselo a Alexa, quien lo miró un momento antes de tomarlo. 

 —¿Pudiste hacer todas las pruebas? 

 —Fue complicado, pero las muestras que tomé fueron suficientes. El resultado es positivo en Ricina. 

  Alexa se tensó y respiró profundo, abrió el sobre casi rompiéndolo y leyó la hoja que estaba dentro con detenimiento. —Fitotoxina con actividad citotóxica: Positivo. 

—¿Tienes idea de que pudo haber pasado? ¿No fue accidental... verdad?

 —No.... no sé. Necesito pensar muchas cosas.  

—Me gustaría ayudarte, pero no puedo hacer más. A parte de traerte este resultado, quería despedirme. 

  —¿Despedirte? 

  —Si. Me voy de la ciudad. A Europa, por un mes más o menos. 

 — ¿Por qué?

—Necesito alejarme de todo un tiempo. Estoy buscando un poco de paz. 

 —¿Ser un ángel es agobiante?

  Harry sonrió y bajó la mirada moviendo la cabeza. — Más bien, ser "yo" es agobiante. Necesito exorcizar demonios, hasta un ángel los tiene. 

—¿Estás.... enfermo o algo así?

 —No, no. Sólo... me hace falta encontrar un poco de paz en medio de mi infierno. 

  Alexa se acercó y le dio un abrazo. —Espero que la encuentres. Me alegra que te alejes de todo esto. 

  Harry se separó un poco. —Cuídate y espero que tu también encuentres tus respuestas sobre la muerte de tu padre. 

 —No te preocupes, sé dónde empezar a buscar. 

*************

 Lauren y Camila entraban a las Empresas Jauregui Automotriz con paso firme. Los empleados las miraban pasar y de inmediato hacían como que estaban trabajando pues no querían que Lauren tomara algún pretexto para despedirlos, luego del despido masivo que había hecho hace días. 

—La gente te tiene miedo. —Camila habló una vez que entraron en el elevador y vio las expresiones de los empleados. 

 —No veo por qué.

 —Despediste a diez personas el primer día que te integraste a la empresa aún con tu padre como presidente, ¿qué crees que piensen ahora que saben que eres tú quien se ocupará de su puesto en su ausencia?

—Bien, no pasa nada. Sólo despediré a los incompetentes. 

 —Y eso será como a la mitad de los empleados. 

 —Qué exagerada. 

  —Hola Betty, ¿podrías traernos dos cafés y venir a la oficina de mi padre?

La secretaria se levantó de inmediato de su asiento en cuanto escuchó la voz de Lauren quien pasó de largo por su escritorio dándole esa indicación. Camila iba detrás de ella. 

—Enseguida, señorita. 

  Lauren entró a la oficina de Mike y miró alrededor. Por un momento, puso su mirada en el escritorio de su padre. —Tenemos mucho que hacer. 

—¿A qué te refieres?

—Hay que buscar algunos papeles.

Betty entró con un par de tazas de café en una charola. Bajo el brazo sostenía una pequeña libreta. Puso las tazas sobre el escritorio y se acomodó para tomar dictado. 

—Cita a una junta mañana con los socios de mi padre. Voy a presentarme como la nueva Directora, en lo que mi padre se recupera. 

  —Si, señorita. 

 —La señorita Camila Cabello es mi asistente. Proporcionale una oficina con todas las comodidades y lo que ella te pida. Encárgate de todo.

  —No hace falta que... — Lauren levantó una mano indicándole guardar silencio. 

 —La señorita Cabello te proporcionará un número de cuenta en México para que mes con mes la empresa se encargue de depositar una cantidad de dinero que te voy a indicar mañana. Asegúrate que esa cuenta siempre reciba puntualmente el depósito. —Camila sonrió al escuchar esto. 

 —¿Algo más?

  —¿Conocías Frank Méndez, el hombre que vino con Paul?

  —No. Jamás lo había visto.

—¿Sabes si mi padre lo conocía?

  —No. No hay relación de negocios, tampoco habló de él como parte de sus amigos.

Lauren intercambió miradas con Camila. —Gracias Betty. Puedes retirarte. 

—¿Qué piensas?

—Hay que empezar a buscar respuestas. Vamos a revisar documentos que mi padre tenga aquí.

Pasaron algunas horas revisando varios documentos, nada parecía fuera de lo normal, ningún documento parecía sospechoso. Pasaban de las tres de la tarde cuando Lauren suspiró frustrada recargándose en la silla ejecutiva cerrando los ojos. 

—¿Estás bien?

 —Sólo algo cansada. ¿Tienes hambre? 

 —Pensé que nunca lo preguntarías.  

—Pidamos una pizza.  —Lauren le sonrió y de inmediato se comunicó a una pizzeria, veinte minutos más tarde dos cajas de pizza estaban siendo colocadas sobre su escritorio y ambas se dispusieron a comer tranquilamente, hablaron de cosas relacionadas con la empresa; cosas con las que Camila tendría que lidiar ya que era la nueva asistente de Lauren. Después de comer, salieron de la oficina, el turno laboral de Betty había terminado y varios empleados también concluían su jornada laboral. 

 —Ahora sí, vamos al hospital. 

**************

—¡Vaya! hasta que apareces. ¿Dónde habías estado?

 —Resolviendo asuntos de la empresa, mamá.   —Clara miró detrás de su hija a una joven que sonreía con timidez. 

—Oh, ella es Camila, mi asistente. 

—Mucho gusto, señora Jauregui. Camila Cabello, es un placer. 

 —Clara... llámame Clara. 

—Clara. 

 —Gracias por acompañar a mi hija. ¿Fuiste a la empresa, Lauren?

 —Si, ya comencé a hacerme cargo.

  —Es necesario, no sabemos cuanto tiempo estará así tu padre.   

  —Él.... ahm... ¿Cómo está?

  —Estable. Los médicos confían en que reaccionará ¿Quieres verlo?

  —Yo no.... 

 —.... Yo creo que si deberías verlo, Lauren. Ven, te acompaño. —Sin darle tiempo a negarse, Camila tomó la mano de Lauren y la llevó por el pasillo hasta el área de cuidados intensivos, se pararon frente a una habitación y vieron a través de una ventana de cristal a Mike conectado a diversos aparatos. 

—Entra e intenta hablar con él.

Lauren volteó a mirarla confusa.   — ¿Qué voy a decirle?

—Sólo hazle saber que estás aquí, que lo amas y pídele que luche por despertar, porque lo necesitas. Yo estaré aquí, esperándote. 

Lauren suspiró sintiendo como si le hubiesen encargado la misión más grande e importante de su vida. Entró con precaución aún sabiendo que de cualquier manera su padre no despertaría por un simple ruido. Se acercó a la orilla de la cama y se sentó en una silla. 

—Ahm.... papá, soy Lauren. Ehm... tu hija.... ok, creo que eso ya lo tienes claro. —Se rascó la nuca con frustración y levantó la vista para ver a través de la ventana de cristal a Camila quien le dio una sonrisa motivándola a continuar— .  Yo... quiero que sepas que, ahm... me haces falta, no sé si podré llevar la empresa con éxito sin ti. Aunque no es sólo por eso que me haces falta... es decir... si... pero... bueno, tu me entiendes ¿no? Pff... esto es absurdo. Ahm... Camz, ella me pidió hablar contigo, dijo que eso te ayudaría eso.  Me siento rara hablando contigo cuando estás así, si tan sólo pudiera saber que me escuchas, ella cree que si me escuchas, yo creo que no. ¡Pero vamos! es tan terca que no sabes cómo llevarle la contraria, por eso estoy aquí, espero que ella tenga razón.... quiero que la tenga. Es una chica especial ¿sabes? me cuida y me hace reír, me siento bien a su lado, me siento diferente. Me gusta cómo me siento a su lado, me hace conocer aspectos de mi misma que no sabía que tenía. 

Lauren se quedó callada unos momentos y levantó la mano derecha para acariciar levemente el brazo de su padre tomando su mano.  —Quien sea que te haya dejado así, pagará por esto. Te lo juro, no descansaré hasta descubrir que fue lo que ocurrió—.  De pronto, la mano de Mike tuvo un ligero movimiento, Lauren se sobresaltó y lo soltó.  

 —¿Papá?

Ella esperó varios minutos, pero no hubo más reacciones, finalmente volvió a acomodarse a su lado y suspiró. Así se mantuvo en silencio, sólo contemplando a su padre. Finalmente, le dio un beso en la frente y salió de la habitación. 

 —¿Estás bien? 

Por instinto y sin saber qué la motivaba, Lauren tomó a Camila la abrazó con cuidado de no lastimarse el hombro. Ella le acarició la espalda con ternura, mientras la escuchaba sollozando levemente. Luego de varios segundos, rompieron el contacto y se miraron, Camila le sonrió y acercó su mano acariciando la mejilla derecha, sus miradas estaban fijas. Camila se acercó un poco más al notar que Lauren sonreía con ternura y tomaba su mano. La distancia se fue acortando entre ellas y cerraron los ojos esperando el contacto de sus respectivos labios. Pero en ese momento unos pasos las hicieron detenerse y separarse.

—Oh, disculpen. No pensé que estuviera alguien en esta área. Lo siento,  pero no pueden permanecer aquí mucho tiempo, deben ir a la sala de espera con el resto de los familiares de los pacientes de cuidados intensivos. 

—Si, es que... yo acabo de salir de ver a mi padre. —Lauren señaló la habitación de enfrente, la enfermera asintió. 

—Bien. Yo vengo precisamente a realizar un cambio de suero a este paciente. Permiso.  —La enfermera sonrió levemente despidiéndose y entró a la habitación de Mike. A través de la ventana de cristal, Lauren observó detenidamente el proceso de cambio de suero que la enfermera estaba realizando; se percató de que revisó los aparatos y los signos vitales. Posteriormente escribió las observaciones en una especie de expediente clínico colocado cerca de la cama.

 —¿Lauren? —Camila llamó su atención.

—¿Sí?

 —¿Nos vamos?

 —Ahm... si... claro.   

  Cuando llegaron al área de la sala de espera se sorprendieron al ver a Paul hablando con Clara. Lauren se tensó de inmediato. 

  — Entonces, Clara, esas son las conclusiones del peritaje vehicular, no hay por qué preocuparse, fue un lamentable accidente por una falla mecánica. Ya tomaremos medidas contra el responsable, la policía está tras su paradero. De cualquier manera yo... Oh Lauren. ¿Cómo estás? Veo que vienes acompañada por la amiguita de Louis. 

—No es la amiguita de Louis. Es mi amiga y asistente.   —Lauren lo miró con reproche, el hombre sonrió burlón, mientras Camila levantaba la cara con orgullo. 

—Disculpa.  Le decía a Clara que ya se realizaron las pruebas de peritaje vehicular y se determinó que el trailer que chocó contra el automóvil de tu padre tuvo una falla mecánica y no pudo frenar a tiempo. 

—¿Por qué no estaba el chofer en el lugar del accidente?

—Huyó 

—¿En el trailer?

 —Así es.  

—Y si el trailer tenía una falla mecánica, ¿cómo es que huyó? 

—No tengo idea, Lauren. Yo no estuve ahí.  —Paul mantenía la ecuanimidad.

 —¿Por qué sacaste el automóvil de mi padre de la empresa?

 —Se necesitaba para el peritaje.

 —¿Quién es Frank Méndez?  

—¡Ay, Lauren ya es suficiente! Tu interrogatorio y tu insana preocupación por los malditos vehículos me tienen cansada. Lo importante es que tu padre se recupere, ya veremos si ejercemos acción legal contra la persona con quien chocó. Eso no me importa ahora. ¡Quiero que tu padre despierte, ya deja en paz a Paul!

—Sólo un minuto más, necesito que responda esta pregunta. ¿Paul, quién es Frank Méndez y por qué fuiste a la empresa con él?

Paul mantuvo la sonrisa cínica en su rostro, no parecía perturbarle nada. —Frank es un viejo amigo que me encontré por casualidad mientras iba camino a la empresa. Le invité un trago, pero antes le pedí que me acompañara a recoger el automóvil de Mike. No vi nada de malo en eso. ¿Hay algún problema? ¿Acaso... lo conoces?

—Lauren, para ya con esto ¿Qué es lo que te pasa?

—Lo siento, mamá. Tenía algunas dudas. 

—Frank es el tío de mi ex novio. ¿Recuerdas a Shawn, verdad?

—Oh, si. Un gran chico, lástima que tuvo que morir en ese accidente. Siento mucho tu perdida. Y si ya terminaron este interrogatorio, me retiro. Tengo algunos clientes que visitar antes de volver a casa y cenar con mi hija Halsey. 

—Lo lamento, Paul. No sé que le pasa a Lauren. Creo que está un poco nerviosa, además ya sabes que ella...   

—Jóvenes prodigio siempre tan curiosos.  Estoy seguro que encontrarás fascinante jugar al detective ¿No es así?

—No tienes idea de cuanto. 

—Nos veremos pronto, señoritas. Hasta luego, Clara. 

Paul dio una última mirada y dio la media vuelta alejándose del lugar. Camila y Lauren lo observaron con desconfianza, mientras que Clara les daba una mirada desaprobatoria.

—Fuiste muy grosera con Paul y él sólo intenta ayudar. 

 —Yo no sé... no metería las manos al fuego por él. 

 —Tu padre confía ciegamente en él. 

 —Tal vez... o confiaba. 

*************

 Cuando Camila y Lauren regresaron a la casa de los ángeles, ya era noche. Se estacionaron y vieron el carro de Harry estacionado afuera. 

  —Hola Harry ¿Qué haces aquí?

 —Quería hablar contigo, Lauren. A solas. 

 —Ahm. Harry, no quiero guardar secretos a Camila, ya ha pasado por demasiadas cosas y...

 — ... no te preocupes, Lauren. Prefiero dejar que hablen a solas. Yo iré a preparar algo para cenar. Adiós Harry. 

 —Adiós, Camila. 

El jardín era el lugar favorito para platicar, no sólo por la comodidad, sino por lo enigmático de su aspecto.  Por lo que Lauren dirigió a su amigo a un lugar apartado y se sentaron en una de las bancas de piedra. 

 —¿De qué querías hablar?

—Me iré por un tiempo, la versión oficial para todos es que me iré a Europa, en un viaje para relajarme y esas cosas. Pero la verdad es que Paul consiguió que ingrese a una clínica psiquiátrica en Florida, es de las mejores del país. 

 —¡Pero tú no estás loco!

  —No, pero sabes que tengo un trauma, y no quiero entrar nuevamente en una crisis y hacerles daño.  

—¿Paul te consiguió esto?

—Por medio de Halsey, ella le pidió que me ayudara. Él pagará todos los gastos. Quiero estar bien, Lauren. No quiero dañar a nadie. Y sabes que este lugar no es el mejor ambiente para eso. 

 —Porque nos hemos convertido en asesinos. 

—No quiero verlo así. La Sociedad me ayudó mucho en su momento. Sé que son buenas personas, yo quiero regresar y ser un ángel digno de ustedes. 

 —¿Qué dice tu padre sobre esto?

 —Él no lo sabe. De cualquier manera siempre está metido en su disquera y con sus artistas, yo no le importo. No notará mi ausencia en todo caso. 

Lauren se acercó y le dio un abrazo.  —Espero que encuentres la paz que necesitas.    

 —Yo también lo espero. 

***************  

Media hora más tarde, Lauren entraba en la cocina de la casa y veía a Camila entretenida en la estufa preparando la cena. Sonrió al ver lo concentrada que estaba. 

—¿Se fue Harry?

—Si. Venía a decirme que.... se va a Europa. 

 —¿Dejará la Sociedad?

 —No precisamente, solo quiere relajarse, descansar, alejarse de esto. 

 —O se enteró de algo y está huyendo. 

  Lauren se rió. —Tranquila, sólo quiere un poco de paz, su vida no ha sido nada fácil.

 —No me dijiste nada acerca de Paul. Sus respuestas fueron demasiado mecanizadas. 

 —Sí, también lo noté. Pero mi madre parece que le tiene una fe ciega. Sólo papá sabe que pasa y hasta que despierte no lo sabremos. ¿Qué estás preparando?

—Quesadillas de queso fundido. Hay café caliente, si quieres servirte. 

—Desconocía que supieras cocinar. 

 —No conoces muchas cualidades de mi. 

  —Pero lo que estoy conociendo me agrada y mucho.   —Lauren se acercó a Camila sosteniendo una taza de café. Camila sonrió ante la cercanía y miró al techo y a su alrededor como si estuviera inspeccionando. 

—¿Qué buscas?  

—¿No te has dado cuenta de que siempre que estamos a punto de besarnos algo nos interrumpe? 

—¿Estamos a punto de besarnos? —Lauren dejó la taza sobre la mesa.

—¿Lo estamos?

 —Yo pregunté primero. 

 —Eso creo... ¿o no?

 Lauren se rió. —Me pasa algo contigo que no sé explicar. 

 —Inténtalo. 

—Por lo menos tengo claro que si quiero besarte. 

—Por desgracia algo te lo va a impedir. 

 —Mientras no seas tu. 

—No te estoy deteniendo. 

—Entonces creo que deberíamos dejar de hablar. 

—Yo también lo creo. 

Justo cuando estaban a punto de unir sus labios un fuerte olor a quemado invadió la cocina. Una quesadilla comenzaba a quemarse. Camila suspiró frustrada quitando la sartén del fuego.

 —¿Ves? Te lo dije. —Hizo un puchero que a Lauren le pareció sumamente tierno. Le tomó de la barbilla y le levantó la cara para mirarla a los ojos.

 —Bésame, me importa poco si en este momento se cae la casa o el mundo se acaba. Sólo quiero que me beses. 

Camila cayó derretida ante las palabras de Lauren y la tomó del cuello aferrándose a ella.  

 —Juro que te golpearé con la sartén si al terminar el beso me hablas de la cantidad de bact....

Pero Camila no pudo terminar la frase porque en ese  momento pudo sentir finalmente los cálidos labios de Lauren quien comenzó a besarla de forma dulce, tierna y delicada como nunca antes la habían besado.   















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